Mientras escucho extasiado “I
Will Always Love You” en la inigualable voz de Whitney Houston no dejo de
reflexionar que lleva a grandísimos artistas a situarse en los limites del
abismo existencial. Esta singular artista vendió más de 170 millones de copias y
cosechó en su carrera más de 400 primeros
premios (entre ellos dos premios Emmy
y seis premios Grammy). Un verdadero
portento musical con unas cualidades vocales absolutamente deslumbrantes y que
le hizo ser conocida artísticamente como “The
Voice” (la Voz ). De su álbum “Whitney Houston” llegaron
a venderse 30 millones de copias. Inició
su carrera en el Séptimo Arte en 1992 con la película “El
guardaespaldas” de cuya banda sonora se vendieron más de 45 millones de copias. Una mujer guapísima; una cantante
extraordinaria y una persona (como tantos y como tantas) viviendo bajo el yugo
de los “elementos externos”. Falleció a los 48 años de edad en un hotel de Beverly
Hills. Su peluquera al extrañarse del tiempo que tardaba en volver del baño
entró a verla y se la encontró ya muerta en la bañera. Una mujer todavía joven
malograda para la vida y el arte. Se nos
hace eterna e inmortal a través de sus canciones pero, desgraciadamente, la Whitney
mujer y persona han pasado (supongo) a mejor vida. Una vida sustanciada entre la Voz y el Tormento.
Juan Luis Franco – Viernes Día 21 de Octubre del 2016
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