“En mis labios los recuerdos
En tus ojos la esperanza
No estoy tan solo sin ti
Tu soledad me acompaña”
- Manuel Altolaguirre -
Si asumimos sin reservas que la Esperanza
(perdón, no me resisto a escribirla sin mayúscula tras soñarla en verde
esmeralda y verla cruzar un Arco) es
lo último que se pierde podemos afirmar que sin Ella poco nos queda ya.
Empezamos hace muy pocos días un nuevo año y, para no perder la
costumbre, habremos hechos serios (¿y vanos?) propósitos de enmiendas. Vivimos
tiempos difíciles (¿cuándo han sido buenos para la infantería sevillana?) y la
vida cotidiana de muchas personas de esta Ciudad
consiste, ni más ni menos, en una lucha tenaz por la supervivencia. El paro que
se nos muestra pertinaz (como la sequía) y duradero (como la pena amarga que
cantaba por fandangos “El Carbonerillo”)
no da respiro y son muchas las familias que ven pasar los días entre lo malo y
lo peor. Hay, o debía haber, siempre un resquicio para la Esperanza. Tengamos presente que esta no va a
llegarnos mientras la esperamos sentados cabizbajos en el andén de la Estación
de la vida. Más bien tenemos que salir
decididos a su encuentro y despejar el camino de las malas hierbas que nos
impiden ver las luces del horizonte. Nos engañan diariamente como chinos
(suponiendo que estos se dejen ya engañar) llenando nuestras vidas de falsas
promesas y cantos de sirenas. Vemos como en nuestra tierra, de manera paralela,
aumenta el número de ricos y también lo hace el de los pobres. Todos los
problemas nos dicen que tendrán soluciones en el futuro (el mismo, que como el
famoso “barco del arroz”, nunca
termina de llegar). La Esperanza es el
último mástil al que podemos agarrarnos para evitar nuestro naufragio. Tiempos
estos que nos ha tocado vivir lleno de contradicciones. Todo nos lo han prefabricado para distraernos
en inútiles debates sobre el sexo de los ángeles. Suerte para todos en esta ¿nueva?
andadura. Hoy es 9 de enero del 2017 y, como cualquier otro, es un buen día para
visitar a La
Esperanza. Dicen
que en enero su cara tiene un brillo especial. Mírala cara a cara que es la primera… en darte
la mano. Tiempo de Esperanza; tiempo de La Esperanza.
Juan Luis Franco – Lunes Día 9 de Enero del 2017
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