Junio avanza hacia su recta final dejándonos en el aire la sensación de ser el más raro de todos los vividos. El Corpus se nos ocultó en un número rojo en el almanaque y en una triste ausencia callejera. Ese día, el 11 de Junio, se jugó un Sevilla-Betis con el Estadio vacío y huérfano de emociones por la ausencia de Aficionados. Está nueva coyuntura que nos ha tocado vivir está marcada por una difusa línea entre lo normal y lo anormal. La "Nueva Normalidad" puede ser cualquier cosa menos normal. Nos vendieron una "Sociedad del Bienestar" y al final hemos comprado una "Sociedad del Malestar". Junio, como hizo siempre, se marcha de manera lenta y parsimoniosa. Nos deja colgados en los cordeles de las azoteas pañuelos de Esperanza cogidos con alfileres de tristeza e incertidumbre. Junio se va como llegó: en blanco y sin poder sumarlo a los gozos existenciales de la Ciudad. Junio en su laberinto (que ya también es el nuestro). Vaya usted con Dios amigo Junio, espero que volvamos a vernos pero, eso sí, en mejores circunstancias.
lunes, 29 de junio de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario