viernes, 29 de junio de 2012

La Billie Holiday del Flamenco



Antonia Rodríguez Moreno, “Antonia la Negra”, nace para el Flamenco y la vida en Orán (Argelia) en el Año del Señor de 1936. Casualidades del destino condicionaron que sus padres, un trianero de la calle Evangelista y una jerezana, tuvieran a Antonia por tierras argelinas. Allí, y en Marruecos, transcurrió su infancia y sus primeros años de adolescente. Siempre rodeada de una numerosa prole familiar. Según ha manifestado en alguna entrevista, fue su padre quien empezó a decirle de niña “mi negrita” por la profunda diferencia que mantenía con la tez blanquecina del resto de sus hermanos. Conoció a Juan Montoya, su futuro marido, en Marruecos, cuando este iba de bailaor en la Compañía de Pepe Pinto y “La Niña de los Peines”. Posteriormente, desembarcó a punto de cumplir los 18 años de edad por el arrabal trianero. Ya definitivamente su vida artística y personal quedaría sellada a sangre y arte con el barrio de Triana. Fue su hija, la recordada y añorada Lole, quien la animó a dar el paso definitivo que lleva a los artistas flamencos desde las fiestas a los escenarios. Formó parte de un majestuoso grupo flamenco trianero llamado “La Familia Montoya” (busquen en youtube alguna actuación del mismo y comprobarán que se quedan cortos todos los calificativos elogiosos), donde junto a su marido Juan Montoya, actuaban Carmen Montoya, Carmelilla Montoya y “El Morito”. Con algunas mágicas apariciones de una bella adolescente llamada Lole en puertas de navegar en solitario por los fugaces mares de la fama. A la guitarra pasaron gente de la talla de Moraito, Perico “Niño Jero”, Raimundo Amador, “El Roto”, Manuel Molina... (hasta el mismísimo Camarón aparece en una grabación tocándole la sonanta a la “Negra”). El Flamenco se nutre de retazos sentimentales que van enjaretando el arte y la vida en una simbiosis casi perfecta. El manido “Enciclopedismo” en el Cante Flamenco es utilizado demasiadas veces con excesiva ligereza. Hagan la excepción de Pastora, Vallejo y Camarón y sitúen lo “Enciclopédico” diluido -hermosamente diluido- en el dominio de “palos” (estilos) concretos y determinados. Existen excelsos cantaores/as que solo han necesitado desarrollar un solo “palo” para pasar con letras de oro a la Historia del Flamenco. Ejemplos majestuosos son: Fernanda por Soleá; Bernarda por Bulerías; Paco Toronjo por Fandangos y Antonia “La Negra” por Tangos. No hace falta llenar el cántaro en muchas fuentes a la vez para que el agua sea limpia, pura y cristalina. El Cante de Antonia “La Negra” se nos presenta telúrico, ancestral y diáfano. Nace de las entrañas de la tierra y se vivifica al alimón entre el gozo y la pena. Sinceramente, que artistas flamencos de esta raigambre se nos expongan cada día menos es algo ciertamente preocupante y desolador. Ignoro las circunstancias personales y/o familiares por las que atraviesa Antonia “La Negra”. El 12 de abril del 2010, en el Teatro Lope de Vega sevillano, se le rindió un homenaje con fines recaudatorios organizado por unos famosos vecinos suyos: “Los Morancos”. Actuaron algunas de las actuales primeras figuras del Arte Jondo. Se demostró, una vez, que la respuesta solidaria del Flamenco no conoce fronteras. Cada día tenemos más apagados los clarines del alma y están nutriendo nuestros sentimientos con los sonidos de los cantos de sirena.

Antonia “La Negra” es la piedra filosofal de los cantes festeros y en ellos –y en ella- queda reflejado a sangre y fuego cuanto el Cante Flamenco tiene de autenticidad. Canta “La Negra” por Tangos y el Dios de nuestros padres se emociona mirando desde los cielos a Triana. Con el Cante festero de “La Negra” la gitanería de Lorca cobra toda su dimensión. Mientras, la Luna al compás de Tangos, se refleja en el río soñando con minaretes árabes y alcázares cristianos.

martes, 26 de junio de 2012

El tiempo en tus manos


Éramos tres mosqueteros flamencos de Sevilla que acabábamos de llegar al Barrio marinero de Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda. Era esa hora indeterminada donde muere la mañana para darle paso al deslumbrante y caluroso mediodía. Veníamos desde el Jerez de cantes, caballos y vinos tras hacer una gestión en el CAF (Centro Andaluz de Flamenco). Ellos eran los gestores y yo el silencioso acompañante. El aire olía a esparto y manzanilla. Las cocinas de bares y restaurantes estaban en plena ebullición preparando los arroces marineros (aquí nombrar la palabra paella está prohibido). Antes de darle placer a nuestras papilas gustativas, nos dimos un reposado paseo por las callejuelas de este escaparate donde Dios refleja la mejor puesta de sol de Andalucía. Las calles limpias y recién regadas estaban casi desiertas. Hacia años, muchos años, que no pisaba este querido trozo de tierra andaluza. Morirme fuera de Sevilla no entra en mis planes y mi neurosis sedentaria está alcanzando cotas preocupantes. Caminamos en silencio pues los tres coincidimos en que caminar silenciosos por sitios como este es ir al encuentro de Dios. Desde una azotea nos llega un mágico sonido que, después de pararnos para concretarlo, coincidimos que se trataba de la “Obertura Solemne, 1812” de Tchaikovsky. ¡La música de un ruso inmortal adornando la luminosa mañana en Bajo de Guía! La globalización de los sentimientos por encima de la de los mercaderes. El ser humano, capaz de lo peor y lo mejor, traslada y vuelca sus emociones musicales en los rincones terrenales más insospechados. Estoy seguro de que en ese preciso momento estaría sonando la mágica sonanta de Manolo Sanlúcar en algún rincón perdido del continente australiano. Nos cruzamos con un par de sanluqueños que nos saludan como si nos conocieran de toda la vida. El “Vayan ustedes con Dios señores” como un noble ritual perdido por las vacuas estupideces de la modernidad. ¡Si no nos hablamos con nuestros hermanos como vamos a saludar a los extraños! Un perrillo blanco, asomando su peluda cabeza tras las macetas de una florida ventana, nos saluda con algo lo más parecido a un ladrido. Uno de nosotros se mira el reloj de pulsera y la magia queda interrumpida en ese momento. Lo que llegó a continuación pueden fácilmente imaginarlo: huevos de choco con unas gotitas de limón; unas coquinitas al vapor; unos langostinitos atigrados; un plato de arroz a la marinera en su punto; un frito variado de pescaito más fresco que el rostro de algunos políticos y, un reposado café con una copita de orujo, todo regado con cerveza en los preámbulos y un par de medias botellas de Manzanilla de “La E”. Caminando hacia “Las Piletas” en busca del coche, éramos tres mosqueteros, sesentones y flamencos, felices por haber aparcado por unas horas la Crisis y los problemas familiares y/o laborales. Nos cruzamos con algunos veraneantes que, después del paréntesis de la siesta, caminaban cargados con sus artilugios playeros buscando su sitio en el sol de la tarde. Al fondo veíamos deslumbrante el Coto de Doñana que parecía hacerse participe de nuestra fugaz cuota de felicidad. Cuando de vuelta y al morir la tarde llegamos a los alrededores de Lebrija alguien dijo complaciente: “Joé, vaya peazo de día que nos hemos pegao”. Asentimos y sonreímos complacientes entonando el inútil conjuro de que estas salidas debíamos repetirlas más veces. Hoy, todo gira en torno a los buenos y vanos propósitos.

Posiblemente nos quedarán unos días de botellines a secas, pero nada hay comparable a la sensación de haber parado el reloj del avance de las horas tontas. Ser libre por un día y tener el…. ¡tiempo en tus manos!

Isabelita deja huérfana Marchena


Un amigo de Marchena me anuncia el fallecimiento de doña Isabel Domínguez Cano, viuda del genial e irrepetible artista andaluz, “Niño de Marchena”. Isabelita, que así le gustaba que la llamasen, pasaba su última etapa existencial en una Residencia de Ancianos (dejemos lo de la Tercera Edad). Mujer a la que la naturaleza dotó de una belleza impresionante y adherida a la guapura natural de las mujeres andaluzas. Persona bondadosa hasta la saciedad, y con un sentido admirable de la verdad de las cosas de la vida. Dedicó los últimos años de su vida a honrar la memoria del “Maestro de Maestros del Cante Flamenco”. Siempre estuvo profundamente enamorada de “Pepe Marchena”, al que veneraba hasta la saciedad tanto en lo artístico como en lo personal. Cuando venía por Sevilla siempre se paraba en La Campana a charlar con “Curro (hijo) el de los periódicos”, que era un acérrimo seguidor de Pepe Marchena, y allí siempre tenía ocasión de saludarla. La última vez que pude hablar con ella fue -ya hace unos cuantos años- en el transcurso de una conferencia que Pepe Blas Vega dio en Marchena sobre su marido. A través de mi amigo Javier Carmona (bajo y alma de la Bejazz marchenera) sabía, más o menos, como le iban las cosas a esta Isabelita tan de Marchena como el Arco de la Rosa. En la foto que acompaña este luctuoso Toma de Horas, está acompañada de su Pepe del alma y por su hijo “Piqui” que murió en plena juventud y, dejó al matrimonio “tocado” de por vida. No hay manera que terminemos de cerrar la ventana por donde se nos cuela “la parca”. Bajamos los brazos un momento y, cuando los levantamos, ya traemos las palmas de las manos manchadas de negra pena. Descanse usted en paz doña Isabel Domínguez Cano. Descansa en paz Isabelita. De nuevo podréis estar juntos los tres, allí, donde los hombres no olvidan a sus hijos más preclaros. Conviviste, en tu paso por la tierra, con un genio del Cante y el Arte, al que los siglos conocerán como don José Tejada Martín, “Niño de Marchena”.

lunes, 25 de junio de 2012

¿Cómo va la cosa?



Los sevillanos utilizamos un lenguaje para comunicarnos bastante peculiar y, a que negarlo, netamente hispalense. Cuando te encuentras por la vía pública (antes llamada “la calle”) a algún conocido de los que no frecuentas a diario le sueles preguntar: “Que pasa, ¿cómo va la cosa?”. Las repuestas, dado la que está cayendo, se diversifican en tres direcciones complementarias: “Aquí aguantando el tirón”, o bien, “Ya lo ves capeando el temporal”, también, “Pues nada vamos tirando”. Afortunadamente, el “miarma” sigue campando a sus anchas a lo largo y ancho de nuestra Ciudad. Sirve para casi todo: “Me alegro de verte miarma”; “Dale recuerdos a tu padre de mi parte miarma” (como le digo yo a este que hace catorce años que falleció); “Perdona que no te había visto miarma”. Quien inicia un saludo a media distancia siempre lanza un escueto “jei”, que será respondido con otro donde solo variará una vocal: “jai” (todo en clave apache). Tampoco faltan los que te dicen: “Que bien te veo Eduardo”, independientemente de que tú te llames Alberto. Tengo un amigo ciego (Antonio, que ha vendido cupones durante cuarenta años en la esquina de la “Confitería la Campana”) quien al reconocer mi voz tras mi saludo de rigor siempre me dice: “Hombre, Juanlu, ¿cómo estás? Me alegro mucho de verte” (¿). Las mujeres cuando se pegan una carrerita para coger el autobús siempre lo hacen riendo y, sin dejar de sonreír, al entrar le dicen al conductor: “Gracia, bueno día” (siempre por ese orden). Cuando le están “quitando las tiras de pellejo” a alguna, siempre se refieren para citarla como “Ella”. “Eso es lo que “Ella” se creía que yo me iba a callá”; “Pero mira como “Ella” no supo que contestarle a la Pili” (Pilar, al llamarla por su diminutivo queda a salvo de la “quema”). Tampoco se preocupan de citar a sus santos esposos por su nombre de pila, siempre será traído a colación como “mi marío” (ellos a su vez siempre dicen al referirse a sus santas esposas: “mi parienta”). Con los niños ya varía la cosa y pocas veces utilizan los diminutivos. Siempre dicen sus nombres completos. Adelantan el posesivo para referirse a: “mi Vanesa”; “mi María del Mar” o “mi Francisco José” (que tiene nombre de marido de Sissi). Que en los Toros predominé el ¡Ole! y en el Fútbol el ¡Goool! es bastante lógico. La diferencia es que en las plazas no se utiliza el “Uy” cuando el pitón del toro roza al torero o lo voltea (se escucha, eso si, el asustado grito de las mujeres), mientras que en el deporte de “la pelota” los aficionados (sobre todo del Betis) nos llevamos todo el Partido diciendo “Uy”. Todavía, en mis paseos por los alrededores de la Catedral, observo asombrado como hay quien ante una consulta de un extranjero le habla muy despacio y a voces (creyendo que así lo podrán entender mejor). Son peculiaridades que nos hacen distintos pero nunca distantes. La gente joven ha pasado de los esquemáticos sms a manipular con la yema del dedo los móviles (o como ahora se llamen) de ultima generación. Parece que están rascando un cromo de los antiguos. Tiempos de cambios profundos donde la tecnología ya manda sobre nuestras vidas (y lenguaje). Mientras seguiremos preguntando a diestro y siniestro: “Que pasa, ¿Cómo va la cosa?”; “Pues ya lo ves, vamos tirando….ladrones por la borda”.

domingo, 24 de junio de 2012

Adios a Miki Roqué



Viendo el partido Italia-Inglaterra de la Eurocopa me entero, por los comentaristas del mismo, del fallecimiento del jugador del Real Betis, Miki Roqué. Llevaba una buena temporada plantándole cara valientemente a un cáncer que al final ha terminado con su joven vida. Cuando la triste “Dama de la guadaña” le quita la vida a un muchacho de 23 años de edad, la existencia humana pierde todo viso de racionalidad. Tenía toda una vida por delante y quienes lo conocieron (Morientes lo tuvo de compañero en el Liverpool inglés) dan fe de sus grandes cualidades como persona y futbolista. La gran familia bética, sevillana y futbolística estamos hoy bajo el manto negro de la pena amarga. Nuestras más sinceras muestras de solidaridad hacia sus familiares y amigos en horas tan difíciles de sobrellevar. Dios lo tenga en su Gloria y que el Señor del Gran Poder lo acoja bajo su divina tutela. A no dudar, Antonio Puerta, le estará esperando en la puerta de los Cielos. Descansa en paz que nosotros por la Palmera siempre te recordaremos con afecto.

Sucios y ruidosos


Un reciente informe viene a constatar, una vez más, que Sevilla es una ciudad sucia, tremendamente sucia, y ruidosa, estruendosamente ruidosa. No tengo más remedio que discrepar aunque solo sea en una cuestión semántica: las ciudades no son por si solas sucias y/o ruidosas, los son en función del comportamiento de los ciudadanos que las habitan. ¿Somos por tanto “puercos” y ruidosos los sevillanos? Mala cosa es generalizar y “meter en el mismo saco” a tirios y troyanos (sin premio). Obvia decir que los empleados de Lipasam desarrollan un trabajo encomiable aunque, dado que la “ciudadanía” ensucia las calles a destajo, nunca pueden terminar de controlar las basuras acumuladas (si alguien cree que exagero que se eche en el bolsillo para café y se venga a mi barriada. Le mostraré como queda esta los fines de semana). Leía hace unos días en un suplemento dominical una más que interesante entrevista al pianista chino Lang Lang. Este auténtico genio pianístico nacido hace 29 años en Oxford es un verdadero icono en la China de sus antepasados. Se le considera el máximo responsable de que en la actualidad den clase de piano, en este emergente y descomunal país, algo más de ¡40.000.000! de niños chinos. Se muestra como un fan entusiasta de Leo Messi y del rapero Eminen. Siendo muy joven y gracias a distintas aportaciones familiares se desplazó a Effingen (Alemania) para participar –y ganar- en uno de los mejores concursos pianísticos del mundo. Cuenta en esta entrevista que si hubo algo que le llamó poderosamente la atención era como la gente se entendía hablando de forma pausada y sin vocerío. Esto pude comprobarlo en primera persona hace ya muchos años. Me desplacé en un par de ocasiones a Alemania por motivos familiares, dando lo mismo un parque que un centro comercial abarrotado para comprobar con asombro que nadie, para entenderse con los demás, tuviera la necesidad de alzar la voz. Sobre la limpieza y el orden ya ni les cuento. Parece ser que por estos lares tenemos que esperar a la vejez para equilibrarnos en forma y fondo. Observo con admiración que en las tertulias –compuesta por hombres mayores- por donde paseo a diario (San Lorenzo, Alfalfa, General Polavieja…) todos hablan de uno en uno y de manera pausada. Ninguno tira papeles al suelo y cuando terminan con el café mañanero dejan vaso, platillo y cucharilla en perfecto estado de recogida. La última incorporación al barullo ciudadano han sido los móviles callejeros. La gente no se corta un pelo y se pone a pegar voces en la calle hablando con el novio; la novia; el hermano; la hermana; el cuñado; el compañero; el vecino; el cliente moroso…. Siempre invito a los que se dejan invitar que hagan, de vez en cuando, un ejercicio personal de introspección. Ejercitar el necesario y noble campo de la reflexión. Entrar en una iglesia o capilla desierta y, al margen de sentimientos o posicionamientos religiosos, mantenerse un rato en silencio analizando de donde viene; donde está y, hacia donde dirige su vida y sus pasos. En las iglesias difícilmente existen papeleras, pues solo se tiran al aire los sentimientos, y estos no suelen contaminar nada en negativo. Sucios, ruidosos pero, eso si, orgullosamente sevillanos (¿).

viernes, 22 de junio de 2012

70.000 Visitas. 70.000 Gracias


Esta madrugada cuando los gallos duermen cogiendo fuerzas para, con su kikiriki, anunciarnos un nuevo viernes en Sevilla, hemos superado las 70.000 visitas en el Blog. Solo nos queda agradeceros las muestras de afecto y benevolencia que recibimos y que nos animan a seguir plasmando -aunque sea torpemente- nuestras opiniones y, fundamentalmente, nuestras emociones. Siempre con Sevilla en el corazón y con el firme propósito de cuidarla y defenderla. Corren malos tiempos para casi todo y no debemos hacernos voceros de la desesperanza. Nuestra Ciudad está especialmente castigada por un paro inmisericorde, que está llevando a muchas familias a las fronteras de la pobreza más extrema. Nosotros, Salva Gavira y Juan Luis Franco; Juan Luis Franco y Salva Gavira, solo somos un leve susurro sevillano que se duerme cada noche por los jardines del Alcázar. Un clavel marchito por el tiempo -pero lleno de Fe y Esperanza- del Paso del Señor de Sevilla. Un trozo de astilla de la “rampa” del Salvador que se duele –y nos duele- cuando Él la pisa cada tarde de Jueves Santo. Una calle Sol que reluce al son de campanilleros ante la cercanía solidaria de Madre Angelita y la belleza de una Esperanza Trinitaria. Una Alfalfa con trinos de pájaros y quites del “Espartero” perdidos en el tiempo y recuperados, majestuosamente, cuando Ella aparece radiante cada Martes Santo. Sevilla, en definitiva, en la memoria, el corazón y la conciencia crítica ante los desalmados que la transfiguran y empobrecen. Nos dais 70.000 razones para seguir y en ello estamos. Desde la modestia, y sin pretender ser portavoz de nadie ni emisario de buenas o malas nuevas sevillanas, os damos las Gracias. Llegaremos hasta donde Dios y las circunstancias lo permitan. Internet nos ofrece la posibilidad de expresarnos y compartir vivencias, emociones y experiencias y no vamos a renunciar a ella. Gracias especialmente a Eugenia la madre de mi amigo Pablo. Tiene 83 años y, por propio y expreso deseo, hace que su hijo le imprima los Toma de Horas y los lee desde la sabiduría sevillana de los años vividos al amparo de la Giralda. Me llama para comentarme alguno y consigue no pocas vece emocionarme. Si ella fuera nuestra única “visitante” también estaríamos obligados a seguir “pariendo” los Toma de Horas. Gracias de todo corazón: 70.000 veces Gracias.

Instalados en la mentira


Vivimos y compartimos nuestros quehaceres cotidianos rodeados del escabroso mundo de la/s mentiras/s. Todos nos mienten y nosotros, a nuestra vez, también respondemos mintiendo (no pocas veces a nosotros mismo). La clase política en su conjunto nos engaña con mentiras cuando opositan a gobernar; cuando gobiernan y, prioritariamente, cuando en los procesos electores preparan el asalto al Poder. En política, convivimos con las mentiras socialistas; conservadoras; nacionalistas o comunistas, asumiendo las mismas como algo natural e inherente al desprestigiado –y necesario- mundillo de los políticos. Eso si, las “nuestras” siempre serán mentiras piadosas y las de “ellos” perversas en el fondo y en la forma. Asumimos por tanto que todos los políticos, en mayor o menor medida, nos mienten y que poco o nada podemos hacer para cambiar la situación de engaño que padecemos. La verdad ni está ni se les espera. Nadie nos dirá sin tapujos que la Crisis que sufrimos es consecuencia del saqueo al que, financieros y políticos, han sometido a las arcas públicas. Negaban desde el Poder, por activa y por pasiva, la posibilidad de que nos “rescataran”. Ya lo han hecho y, en los próximos años, comprobaremos el precio que tenemos que pagar por el “rescate”. Triste época esta donde se “rescata” a los bancos hundidos por la codicia y se abandona a los más débiles a su triste suerte. ¿Qué más necesitan los españoles para descalificar a sus políticos con el voto en blanco? Nadie asumirá que hay sentencias donde a la Dama de la Justicia, para que no se vea como llora, le tapan los ojos con un pañuelo de seda negro. Nadie se libra de esta programada falacia donde los bandoleros de trajes de diseño han invertido la historia de los pueblos: ahora se les roba a los pobres para dárselos a los ricos. La demagogia es como un volátil pim-pam-pum que se esgrime como un arma arrojadiza contra los discrepantes. Hoy los padres engañan a las madres; estas a sus hijos y estos, a su vez, terminan engañando a sus abuelas. El surrealismo de Fellini y Buñuel se ha adueñado de nuestras vidas y haciendas. Los niños del Tiro de Línea practican surf con las tablas de planchar de sus madres en el canal de la Plaza de España. Nadie puede ya distinguir la verdad de la mentira. Vemos los informativos de la “tele” y derramamos la mayonesa light fuera del plato donde reposa la melva canutera. No nos cabe ya, ni en nuestras cabezas ni en nuestros corazones, tanto cúmulo de malas noticias (todas con la perspectiva de ser manifiestamente empeorables). Los “malos” reparten sonrisas y autógrafos a las salidas de los juzgados. Los “buenos” salen cada mañana a la caza y captura del unicornio (un puesto de trabajo). Los poderosos se frotan las manos y el Dios de los cielos contempla pensativo las suyas. Los días ya no tienen 24 horas sino 24 suspiros al viento. La paloma de la paz de Picasso hace ya mucho que no puede levantar el vuelo. Está sucia y abandonada buscando para su supervivencia desperdicios en la basura de los contenedores. La mentira impuso su dictadura de paraísos inventados y nosotros, complacientes, nos doblegamos ante ella arrullados por los cantos de sirena. Los búcaros ya no vienen de Lebrija sino de Taiwán. La noche se nos llena de fantasmas desorientados buscando más sabanas y menos cadenas. Don Mariano convoca a don Alfredo para dialogar y las campanas del Templo de la Mentira están tocando a rebato. 

Una joven madre besa dulcemente la cabeza de un niño recién dormido y la verdad abre una rendija a la esperanza. Tiempo de mentirosos compulsivos, o lo que es lo mismo, tiempo de bobalicones encantados. Por su –nuestra- ingenuidad para dejarse engañar los conoceréis.

miércoles, 20 de junio de 2012

”A ti ya te veré”

Con esa frase despedía el “señorito” de turno a no pocos cantaores y guitarristas después de una interminable noche de “juerga” y flamenco. Algunos de estos cantaores, roncos de cante y aguardiente, les replicaban: “Pero don José, no me está usted viendo ahora”. Tendrían que volver a sus casas exhaustos de cante y vino, con los bolsillos vacíos y con la esperanza de que, alguna vez, el Flamenco saliera de la cueva de la marginación y la miseria. Ha costado esfuerzo, muchísimo esfuerzo, pero hoy –gracia Dios y a los buenos cabales- el Flamenco está consolidado y respetado acorde con su importante -importantísimo- legado musical y cultural. Nada supera al Arte Jondo (incluyendo el Jazz) como música que se nutre de la belleza intemporal para saciar de espiritualidad el epicentro de las almas sensibles. Si el Arte -cosa que creo firmemente- tiene como función primordial conmover y abonar el necesario campo de la reflexión, sitúen al Flamenco en lo más alto de la Cultura popular. Desde hace ya algunos años su disfrute se produce en tres dimensiones (diferentes en las formas pero coincidentes en el fondo). A saber: un nivel más intimista que se da en las Peñas flamencas que, como último baluarte de la flamenquería más genuina, se nos configura como lugar de cita de los buenos aficionados al Flamenco (hoy, lamentablemente, las Peñas están injustamente olvidadas por no pocos artistas del Flamenco). Otra sería en el ámbito de los buenos Festivales flamenco, organizados y disfrutados al cobijo de las estrelladas noches veraniegas andaluzas. La última y que, a la postre, ha situado al Flamenco en su justo contexto internacional, se da cita en los grandes escenarios de los circuitos mundiales de la buena música. Los flamencos se fueron, se van y se irán de fiesta cuando puedan y quieran hacerlo (pero siempre con la libertad que proporciona el hacerlo con su tiempo y dinero). No confundir el sentido y el origen de las cosas. Nada tenía que ver una noche de “juerga” al rebufo de señoritos “rumboso” de antaño (podridos de millones gracias al estraperlo) que una fiesta organizada y pagada por un verdadero mecenas del Flamenco (gracias a ellos el Arte Jondo pudo subsistir en época de grandes penurias y muchos pucheros pudieron hervir gracia a su mecenazgo). En Andalucía siempre supimos distinguir a un “señorito” de un señor. Da pena escuchar a gente de mucho peso en el Flamenco (sobre todo pesados por su insistente discurso enmarañado en el terreno de lo obsoleto) defender los “Cuartos” del pasado como el cenit de la pureza flamenca. Evidentemente, unido a su “discurso” –ético y estético- va implícito el intentar venderle a la Administración las muchas horas que grabaron en fiestas íntimas y reuniones flamencas. No daré nombres para no polemizar con nada ni con nadie. Cada cual que se posicione en el Flamenco desde la trinchera que considere oportuna. Uno, ya hace muchos años que decidió seguir la estela de aquellos que pelearon denodadamente por impregnarlo de Cultura, Dignidad y Respeto. Los artistas flamencos son profesionales que llenan nuestras almas del elixir espiritual de la bella y castigada Andalucía. Pagarles decorosa y puntualmente por su noble trabajo es la mejor garantía que tenemos de la supervivencia “jonda”. 

 Afortunadamente, el “A ti ya te veré” quedó enterrado en la infértil tierra de la ignominia. Las Fiestas flamencas salen del alma y están diseñadas para que los flamencos toquemos el cielo con las manos. Pero es nuestro cielo y no el que nos quiera pintar “media docena” de nuevos ricos.

lunes, 18 de junio de 2012

XVII Bienal de Flamenco



Ya se ha puesto definitivamente en marcha la maquinaria para una nueva Edición de la felizmente consolidada Bienal de Flamenco de Sevilla. Concretamente la XVII. ¡Como pasamos el tiempo y nosotros! Comenzará el 3 de Septiembre y será clausurada el día 30 del “membrillero” mes. Todo estará bajo la dirección de doña Rosalía Gómez que, según me comentan amigos que la conocen, se trata de una persona intelectualmente muy solvente y con grandes dotes para la gestión cultural. Suerte en su labor pues, en definitiva, su éxito será el de todos los que amamos el Flamenco. Mi relación con la Bienal ha ido de más a menos. De presenciar, en su primeras ediciones, la mayoría de sus espectáculos a terminar asistiendo a solo cuatro en la última Edición. Cumplimos años y cada día, lamentablemente, nos consideramos menos en consonancia con lo que se nos ofrece. El problema no está en el exterior sino en nuestro interior. En la próxima Edición se van a dar 70 espectáculos y, como era de esperar, ya ha salido a la palestra las inevitables voces discordantes (tanto por algunos/as de los actuantes como con algunas sonadas ausencias). Esto pasó siempre y así seguirá pasando en cuantas Bienales se programen. Estamos, a que dudarlo, ante la efeméride flamenca más importante que se celebra a escala planetaria. Un círculo mágico que envuelve, amorosamente, el mejor evento con la mejor Ciudad del Flamenco. Sevilla no solo es flamenca, que también, sino que ella representa como nadie cuanto de verdad encierra el Arte Jondo. Han sido muchos los años de esfuerzos para situar a la Bienal justo en la cima de las programaciones flamencas (no daré nombres de personas relevantes en la Historia de la Bienal para no correr el riesgo de omitir alguna). Tiene, lamentablemente, todavía una asignatura pendiente: que la Ciudad y, más concretamente, los sevillanos la hagan suya. Bien está que en estos gozosos días Sevilla se llene de “forasteros” que nos llegan desde todos los confines del mundo (la Ciudad los necesita para paliar en parte nuestra maltrecha economía). Pero, mientras los habitantes de la Ciudad no hagan íntegramente suya la propuesta artística de la Bienal, siempre tendremos a este magnifico evento flamenco cogido con alfileres. Arranca esta Edición de la mejor manera posible. Abrirá el ciclo “Raíces de Ébano” con la “Diosa del Baile Flamenco”, Manuela Carrasco, acompañada de Pansequito, Juanito Villar, el Pele y Enrique “el Extremeño”. Toda una propuesta del mejor Flamenco que imaginarse pueda. Manuela Carrasco es algo más que una excelente bailaora: es un regalo que Dios y/o la Madre Naturaleza le hizo a las almas sensibles para, de manera rotunda, confirmarnos que la belleza y el arte se conjugan armoniosamente a través de la estética de lo Jondo. Todo en ella destila pureza y su baile nos redime de cuanto la existencia humana tenga de banalidad. Tiempo de un dios sin tiempo cernudiano, donde sus manos al bracear nos bajará la luna del Alcázar sevillano (donde se celebrará este evento que abre la Bienal) hasta el epicentro de nuestros sentimientos. Allí estaremos y luego ya iremos dejando pasar los días empapados por la nostalgia de lo vivido y sobre todo gozado. Feliz Bienal a todos y a todas las que, de actuantes o complacientes espectadores, se animen a llenarse el alma de emociones flamencas. Están los que están y lamentarse por las sentidas ausencias no deja de ser un vano ejercicio de masoquismo. 

 No puedo sin embargo sustraerme del campo de la duda ante la ausencia de la gran triunfadora de la pasada Edición, la genial bailaora Pastora Galván. Desconozco los motivos, pero se nos priva de una gran artista al sevillano modo. Como suele ocurrir demasiadas veces, al final he terminado cayendo en lo mismo que critico: por sus contradicciones –flamencas- los conoceréis. 

Nota. Asumiendo que rectificar es de sabios, podemos decir de manera gozosa que Pastora Galván está incluida en la Gala de Clausura de la Bienal. Bien está lo que bien acaba.

domingo, 17 de junio de 2012

Los tirantes de Vitorino


A pesar de que el nombre de este querido y bondadoso personaje candelario tiene algunas variantes como: Victorino, Victoriano o simplemente Víctor, al final no acertamos con ninguno y le llamamos o bien Vitorino o Vito a secas (por cierto, tenerlo a “secas” no es relativamente fácil). Es un “todo terreno” en clave candelaria y tengo serias dudas que San Nicolás sea su segundo Hogar: creo sinceramente que desde hace mucho tiempo es el primero. Se lleva por San Nicolás y sus aledaños más horas que el balcón de la antigua casa de la Condesa de Ybarra. Su discurso nace de pequeñas pausas y frases muchas veces ininteligibles. Es todo corazón y su capacidad de ofrecerse a los demás no conoce fronteras. A efectos gremiales lo conozco desde hace un montón de años, cuando él trabajaba en Rodamientos Florida. Verlo sin un destornillador o un martillo en la mano es más difícil que ver a un concejal viajando en el autobús de Pino Montano. Es un personaje intemporal y el alma de las hermandades se nutre de personas como Vito (no confundir con el Corleone siciliano) que, a través del trabajo diario y desde el anonimato, lo dan todo por ellas. Su existencia encontraría acomodo en cualquier época pasada o presente de Sevilla. Es fácil imaginarlo en el periodo Andalusí sevillano llevando el mantenimiento de los jardines del Alcázar. O bien en el esplendor de la Vieja Híspalis adecentando los basamentos de las columnas del templo de la calle Mármoles. O bien como mozo de espada de algún torero con altibajos en su carrera taurina. También como utillero del “Sevillafutboclú” en tardes gloriosas de barro y goles del antiguo Nervión. Pasan los Hermanos Mayores; pasan las Juntas de Gobiernos y Vito sigue a lo suyo (que en definitiva es lo nuestro) sin que ni Dios (con perdón) se entere de lo que dice. Asumiendo que el surrealismo no es más –ni menos- que la verdad desnuda y sin artificios, Vito es un personaje que haría las delicias de Buñuel o Fellini. Impagable sus entradas y salidas de San Nicolás que me hace recordar una letra del Flamenco: “Por ahí viene mi compare con la gorra echa patrá / y yo que vengo traspuesto no se si viene o se va”. Sus tirantes forman parte, por derecho propio, del entorno sentimental de San Nicolás de Bari. Miguel Hernández, nuestro Miguel de soles y lunas, entraba “en los algodones como en las azucenas” y Vito entra por algodones para limpiar la estancia de los candelarios. Tiene suerte, mucha suerte, este filósofo de la vida y las cosas de pasar tantas horas con Ellos. Ojala velen por él para que nos dure muchos años. Cuando por imperativos de la vida nos deje es de los que tienen plaza reservada en la Gloria de los buenos candelarios. A su llegada a los cielos San Pedro lo abrazará efusivo y Vito, a mucho no tardar, le preguntará nervioso donde está el trastero con las herramientas. Después a Vito que no lo busquen a tientas pues será fácil de localizar: estará bajo el halo protector de la Candelaria y cubriendo los días en la carpintería de San José.

viernes, 15 de junio de 2012

Verdes como el trigo verde



Rafael de León cinceló a sangre y fuego la copla de todas las coplas: “Ojos verdes”. Miguel de Molina y Conchita Piquer, doña Concha, lograron que fuera la copla que emocionaba por igual a la imposible España de las dos trincheras en una cruenta Guerra entre hermanos. Pasión Vega y Miguel Poveda nos despejaron dos hermosas incógnitas contemporáneas: que las buenas coplas son eternas, y que en el Arte siempre se produce el milagro de los mágicos punto y seguido. Verde en los imposibles ojos de los toros soñados por Fernando Villalón, arrullados por las mágicas noches de reflejos azul y plata proyectados sobre los arroyuelos. Arroyitos de agua clara donde beben los astados huérfanos de maletillas y albero maestrante, y donde el campo se ilumina bajo un manto de estrellas errantes. Decían hace años -en tiempos represores y reprimidos- que “Lo verde empezaba tras los Pirineos”. Allí muchos españoles descubrieron que, aparte de madres y hermanas, las demás mujeres también tenían tetas. “El último tango en París” unido a la penúltima copla española (la última siempre estará por escribirse). La alegría de los pobres con la utópica ilusión –versus lotería- que les proporcionaba los imposibles “billetes verdes”. Triste y mísera época donde se decía que “si un pobre comía jamón o estaba malo el jamón o estaba malo el pobre”. En una España donde predominaban los grises y negros lo verde se nos presentaba como el verdadero color de la esperanza. Verde de campos andaluces regados con el sudor de sus jornaleros y las lágrimas de sus enlutadas mujeres. Andalucía necesitaba el verde –y el blanco- como sus colores identitarios. Verde de una esperanza siempre lejana, muy lejana, en el horizonte. Blanco de la cal de sus paredes manchadas con la sangre de los inocentes. Si el Real Betis en vez del verde hubiera adoptado el azul para sus colores hoy se llamaría Real Oviedo. Hoy lo verde ni está ni se le espera. Estamos enmarañados en los tonos grisáceos de la desesperanza más absoluta. Hoy las frutas están verdes por dentro o por fuera pero nunca por los dos sitios. Los niños no quieren “estar verdes” y sueñan con madurar y ser hombres; los hombres, en su madurez, pelean por recuperar el placer de volver a “estar verdes” como los niños. Se perdieron los dátiles verdes de las palmeras de los Jardines de Murillo. Los campos están secos y sedientos: carentes de la alegría de lo verde. Hoy “los Pirineos” empiezan y terminan en Berlín. Es el triste sino de los españoles: salimos de una jaula para, inevitablemente, meternos de cabeza en otra. Pero ahí están imperecederos y eternos los “Ojos verdes” de don Rafael de León. Dos “Migueles”, una Conchita y una Pasión, los elevaron a la gloria sentimental del alma de la gente sencilla. La quintaesencia de la cultura popular. Verde lorquiano de poema escrito con la sangre derramada. Verde de Carlos Cano con recuerdos a emigrantes portando sus maletas de cartón. Verde de Villalón montado en noble alazán recorriendo los campos andaluces. Verde de la gloria bética con la Liga conquistada en el 35. Verde de olivos huérfanos de vareadores y…. “Verdes como el trigo verde y el verde verde limón”. Verde, en definitiva, como el manto de la Esperanza.

miércoles, 13 de junio de 2012

Los límites de la razón



“La crisis política en Europa puede resumirse así: los gobernantes que elegimos no mandan; los que mandan no los elegimos” - Josep Ramoneda – 

Creo, sinceramente, que este Blog -tan mío como de Salva Gavira- a pesar de los volubles tiempos que corren está plenamente consolidado. Tiene unos amables visitantes que a diario rondan los 200. Motivo más que suficiente para seguir adelante hasta que el cuerpo aguante. En sus orígenes intentamos que girara en torno a tres temas fundamentales: Sevilla en su pasado, presente y futuro; su Semana Mayor y, como no podía ser de otra forma, las venturas y desventuras del Arte Jondo. Después, y dado que nuestra osadía no tiene limites, hemos terminado incluyendo en este “Triangulo” de nuestras emociones más intimas asuntos relacionados con todo lo humano y lo divino. Con relativa frecuencia nos llegan correos de amigos y personas desconocidas para que “toquemos” tal o cual tema de palpitante actualidad. Actualmente se “cuelgan” Toma de Horas los lunes, miércoles, viernes y domingos (salvo algunas excepciones motivadas fundamentalmente por sentidas ausencias). Desgraciadamente nuestro escabroso presente nos daría para editar tres o cuatro diarios pero, acudiendo a los limites de lo razonable, no podemos creernos vanidosa y pretenciosamente ser portavoces de nada ni de nadie. Siempre me ha gustado escribir sobre temas que ya han pasado la necesaria patina del tiempo. Nuestra sociedad está llena de “Gurús” de la información que continuamente están reconduciendo –no pocas veces por inconfesados intereses- los pensamientos y sentimientos de la gente. “Colgamos” los Toma de Horas desde el respeto más escrupuloso hacia los demás (exceptuando a los “fundamentalistas” de cualquier signo) y siempre asumiendo lo subjetivo de nuestras opiniones y emociones. Internet, según el uso que hagamos de ella, se nos configura como una “herramienta” extraordinaria o perversa. Nadie debería sustraerse de opinar de cuanto le rodea y afecta. Paradójicamente, nunca tuvo el ser humano mayores posibilidades de informase, y nunca estuvo más al margen del conocimiento de los aspectos que llenan de sinsabores su existencia. Vivimos instalados en un “pasotismo” inducido que ha configurado que otros piensen y actúen por nosotros. Un Blog es, o debía ser, una pequeñita ventana abierta a los necesarios aires de la libertad. Ventilar y sanear vidas y haciendas para no enterrar junto a nuestros cuerpos nuestra manera de sentir y pensar. La vida actual es compleja por su propia naturaleza: votamos a políticos para que sean nuestros portavoces y estos terminan dándole la portavocía a los banqueros. Al vivir instalados -¿cómodamente?- en la sinrazón urge que recuperemos los límites que marca la razón de las cosas. La del hambriento buscando comida; la del parado buscando trabajo; la del joven reclamando su presente y su futuro; la del ofendido buscando justicia; la del anciano buscando cariño; la del ciudadano buscando decencia y honradez en los gestores de lo público, y la de las almas sensibles buscando belleza y cultura. Todo, absolutamente todo, enmarcado dentro de los límites de la razón. Hemos cambiado lo justamente razonable por lo “políticamente correcto” y así nos va.

martes, 12 de junio de 2012

Palabras prestadas


Estamos instalados en la incertidumbre y espero que no también en la desesperanza. Vamos de mal en peor y la gente ha terminado, para no caer en un ejercicio de masoquismo, por no ver ni escuchar los informativos. Quienes nos gobiernan (PP) nos dicen que las urnas los han legitimado para tomar cuantas medidas, por muy impopulares que sean, consideren oportuna. Ellos no tienen la culpa que de manera infantil nos creyéramos las promesas de su programa electoral. El principal Partido de la Oposición (PSOE) trata de sacar rédito a todo lo que se mueva en la calle, obviando que su infausto papel en los prolegómenos de la Crisis fue fundamental para el fatal desenlace de la misma. Nadie se libra y entre todos han conseguido que la gente perciba que en España, nuestro maltratado país, los ladrones de vidas y haciendas campen a sus anchas. Los casos de corrupción son ya tan generalizados que habrá que instituir un Premio Nacional para premiar al político que presente su currículo sin macula alguna. Una especie de Príncipe de Asturias dedicado a la honradez política. Curiosamente, observo en los periódicos en la Sección de “Cartas al director” perlas como la publicada el pasado sábado 2 de junio en el Diario “EL País” y que les transcribo íntegramente: (

“Europa, por favor, rescátanos”. Por la presente solicito a la Unión europea, a la que todavía pertenecemos, que nos intervenga. Sí, una intervención solicito, la misma intervención que parece tener todo el mundo. Pero yo no pido dinero, pido que no salven de la casta política que asola España desde hace muchos años. Pido que unos cuantos gestores tomen el mando de nuestro país y eliminen cualquier rastro de los políticos actuales (más de 400.000, creo haber leído) Esos gestores apoyados por el funcionariado actual, seguro que nos llevarían a mejor puerto. Los gestores que tenemos actualmente cuando no mienten, acusan al otro de mentir, cuando no roban acusan al otro de robar. Y así no salimos de esta. Necesitamos y solicito a la UE, unos gestores sin obligaciones partidistas ni miedo a que se investigue, unos gestores que piensen en el pueblo y no en los poderes fácticos, unos gestores que no indulten a banqueros ni defraudadores, unos gestores que no estén ahí para forrarse. Unos gestores, al fin y al cabo, como deberían haber sido los nuestros. Por favor, Europa, apiádate de nosotros, ciudadanos europeos y rescátanos. – José Manuel Pumarega Conde – Madrid.) 

Poco que añadir. Ante un Sistema podrido es hora de buscar ya las botellas de lejía. Nadie lo hará por nosotros. Si nos las niegan dentro busquémosla fuera. Que nuestra Sociedad Civil se articule, espabile y denuncie a nuestros políticos y demás fauna ante los Organismos Internacionales. Palabras prestadas para acciones compartidas.

lunes, 11 de junio de 2012

Antonio de soles y lunas



El Flamenco en sus tres hermosas variantes, Cante, Toque y Baile, se encuentra, afortunadamente, en muy buenas manos. Gente joven y con un enorme talento se encargan de que su futuro, aparte de consolidado, se nos muestre radiante. La percepción que del mismo –el Flamenco actual- tengamos los aficionados añejos (entre los que me encuentro) siempre estará cargada de subjetividad. Apreciamos, eso si, que nos estamos deslizando a un tipo de Flamenco donde prevalecen las formas sobre el fondo. Los artistas, en cualquiera de las variantes que el Arte proporciona, son hijos y victimas de la época que les ha tocado vivir. Nadie escapa a la perversa influencia de modas y modismo para elaborar su discurso artístico. El concepto de libertad enmarañado en el difícil laberinto del vanguardismo se ve, no pocas veces, perdido entre el ayer y el mañana. El Flamenco como un Arte que se nutre, fundamentalmente, de la inmediatez vivencial en su plasmación sentimental-cultural (siempre por ese orden), se nos presenta hoy zarandeado por un obsoleto “fundamentalismo” de hambre y borrachería, y un falso vanguardismo de salón que solo trata de impregnarlo de comercialidad. Cobra hoy por tanto una fundamental importancia la excelsa –y hoy lamentablemente ignorada- figura de Antonio Mairena. Mi “Padre espiritual” en el Flamenco y compadre del alma, Manuel Centeno, me lo aventuró en no pocas ocasiones: “Juan Luis, con el paso de los años, todos los buenos aficionados terminamos atracando en el puerto de Antonio Mairena”. Me lo decía él que siempre tuvo el honroso titulo de ser el “Mayor vallejista del Reino de Sevilla”. En nada ha menguado mi insobornable condición de converso y confeso “caracolero”. Del quejío del “Genio de la Alameda” se nutre mi alma flamenca para volar libremente por los cielos andaluces del gozo y la pena. Caracol, Vallejo, Marchena, Pastora, Tomás (grande entre los grandes), Porrinas, Fosforito, Camarón, Morente…todos unidos al caudal de mis mejores sensaciones-emociones jondas pero, si abro mi ventana a los resplandecientes amaneceres de Andalucía, la verdad de las mañanas flamencas siempre la encuentro en el Cante por Soleá de Antonio Mairena. Cuando el amanecer me regala un nuevo día, arranco cada mañana escuchando a este Maestro de los Alcores que se me configura, al día de hoy, como el autentico faro para las confundidas embarcaciones flamencas. Antonio, Antonio Mairena, canta por Soleá y ahí queda marcado a sangre y fuego cuanto el Cante flamenco tiene de eterna verdad. Los “mairenistas”, posiblemente sin pretenderlo, le han hecho un flaco servicio a la inmortal obra de este extraordinario Cantaor de soles y lunas. Salvo contadísimas excepciones, las nuevas generaciones cantaoras –a mi entender peligrosa y sibilinamente- están obviando el imprescindible legado sonoro del Maestro de los Alcores. Reconocen sus grandísimos méritos pero, erróneamente, lo consideran amortizado por los nuevos tiempos. La banalidad está inmersa en todos los aspectos de nuestra cotidianidad –en lo artístico ni les cuento- y nunca olvidemos que lo insustancial nos lleva de la nada al vacío.

domingo, 10 de junio de 2012

La muerte tenía –tiene- un precio


Nada simboliza mejor el paso de la vida a la muerte que los Crucificados sevillanos. El Barroco –pura contradicción- nos reconcilia con la vida a través de la imposible belleza de la muerte. En el Cristo del Amor es la rotundidad de un final terrenal que conlleva aparejado el eterno transito hacia la divinidad. El del Calvario lleva implícito la triste -y a la vez dulce- penumbra de la muerte sin más paliativos que la esperanza de la Resurrección. El de las Misericordias busca en una última mirada suplicante que el Dios de los Cielos le libere, definitivamente, de tanta carga de sufrimiento. En el de la Buena Muerte está dicho todo: morirse por los demás es la única manera de proporcionar dulzura a un cuerpo inerte pero nunca vencido. Pero, evidentemente, es en el Cachorro trianero donde mejor está expresado el último y postrero estertor del hombre ante su final. La muerte del Cachorro es humana, tremendamente humana. Se muere sin paliativos y entrega cuerpo y alma entre olores de incienso y el humo de los tejares de Triana. Sus ojos vidriosos están a medio camino entre la ya borrosa visión de lo humano y la presunción de la vida eterna. Sabe que se muere de manera inminente y solo desea la máxima rapidez en este duro transito. No se postula como el Hijo de Dios sino como un hombre que se entrega a la muerte a golpe de Siguiriya (este “palo” del Flamenco debía existir aunque solo fuera para configurarse como la banda sonora del Cachorro). Su destino es el colmo de la tragedia: se muere eternamente en Triana y nunca pudo ni tan siquiera verla. Recuerdo, siempre que lo veo el Domingo de Resurrección postrado en el suelo de su Capilla, la muerte de mi padre. Se llevó cuarenta días con sus cuarenta noches agonizando en el Hospital de San Juan de Dios. Solo abrió sus ojos, carentes de luz, minutos antes de morirse para recordarnos con Miguel Hernández: ¡Cuánto penar para morirse uno! Dicen que nuestra civilización es de las menos preparadas para la inevitable llegada de la muerte. Los Cristos sevillanos representan de manera rotunda y hermosamente solidaria que siempre, invariablemente siempre, tras la tempestad siempre viene la calma. Nos son piezas de museos ni tampoco carne inerte de capillas. Salen a la calle para mostrarnos como se puede conjugar dolor y belleza a través de la Buena Muerte. Sevilla siempre supo como tratarlos y los inunda de sonidos musicales estridentes o los envuelve en un halo de silencio eterno e intemporal (las eternas e imperecederas contradicciones sevillanas: los despertamos a golpes de cornetas y tambores para luego dormirlos en un ancestral silencio de siglos). Nunca los dejaremos solos pues en Ellos va implícito nuestro sentido de la vida y la muerte. Vuelven cada Primavera a tomar las calles de la Ciudad para demostrarnos, de manera rotunda, que solo la Fe es capaz de arrancarle a la muerte su tenebrosa victoria. Representan un raro e imposible equilibrio entre la vida y la muerte. Son las almas flotantes del Barroco. Son, en definitiva, los Crucificados sevillanos.

viernes, 8 de junio de 2012

La vida es bella


“El dolor es universal…pero también lo es la esperanza”
 - Alejandro González Iñárritu - 

Comienzo el día, en su parcela sentimental, escuchando en el ordenador la inconfundible y maravillosa voz de Nina Simone. Hay mañanas que te levantas con la sonrisa puesta y rezas para que alguien –o algo- no te la quite a lo largo del día. No te ha ocurrido nada extraordinario aunque, posiblemente, lo extraordinario sea seguir perteneciendo al heterogéneo grupo de los que sienten la vida gozando y/o padeciendo. Tengo la grata impresión de que Nina Simone está cantando exclusivamente para mí y lamento –por mi asignatura pendiente con el inglés- no saber que trata de decirme. Evidentemente, con esa dulzura en la tesitura de su voz, solo pueden ser retazos de poesía en movimiento. Conozco casos de gente a los que la vida ha golpeado de manera inmisericorde y, sin embargo, mantienen intacta su vitalidad existencial. Nos dan una lección incontestable de cómo afrontar y responder al infortunio con la alegría de estar todavía en el Reino de los vivos. Vivir, en definitiva, por aquellos que ya no pueden hacerlo. Estrenar un nuevo día cuando el amanecer se cuela lentamente por las rendijas de tu ventana es lo único que de verdad importa y poseemos. Los recién nacidos cumplen meses; los adolescentes no cumplen nada pues todo está por estrenarse; con la madurez cumplimos años y ya, sin solución de continuidad, terminamos todos en la vejez cumpliendo días. Los planes ya se reducen a gastar el nuevo día que Dios te regala. De ahí la grandeza humana que proporcionan los nietos. Ellos representan el último eslabón sentimental donde poder agarrarnos para seguir sintiéndonos gozosamente vivos. Cada lunes le rezo a la de San Nicolás para que me vaya concediendo nuevas prorrogas existenciales. No quería abandonar la tierra de María Santísima sin llegar a conocer y disfrutar de mis nietos y, también, poder dejar escrita algunas cosas sobre el feudo sentimental de Adriano, Al-Mutamid y Cernuda. Como por pedir que no quede, también le pedí ver al Betis jugando la Final de la “Champions League” y a Jacinto pagando en las tabernas. En ello estamos y la esperanza (Esperanza por estos lares) es lo último que se….gana. Nada existe más importante que la vida y, cuando la perdamos, será la fe –nuestra Fe- quien nos transporte hacia la eternidad de las almas. La vida es bella y gastarla en buenos propósitos –y sobre todo en buenas obras- es de verdad lo único que importa. Dice Alfonso Guerra que moriremos definitivamente cuando lo haga la última persona que nos conoció y sintió afecto por nosotros. Bien cierto es. Los caudales, y las pertenencias que dejemos para alcanzar la inmortalidad, serán pasto de las llamas de la codicia. Nos llevaremos con nosotros nuestra alma y aquí dejaremos retazos sentimentales con fecha de caducidad en el tiempo.

miércoles, 6 de junio de 2012

El Diablo viste de Prada


Como diría Serrat, María del Mar de las Heras y Hoffman, era esa muchacha típica cuya familia es la típica, familia bien del país. Su padre, un diplomático de carrera, que calentó sillones en los consulados españoles de medio mundo y que, una vez reciclado en dos Consejos de Administración de la banca española, arribó por Sevilla donde terminó paseándose la mañana del Corpus enfundado en un chaqué con el pecho atiborrado de medallas. Su madre, un bellezón teutón, les llegó a los sevillanos como un regalo para la vista desde Dusseldorf. Puro deleite de los viandantes que tenían la suerte de cruzarse con ella por las calles sevillanas. María del Mar era la menor de tres hermanos siendo la única hembra de la camada. Sus hermanos, inútiles integrales, terminaron –cosa lógica por cierto- haciendo carrera en el mundo de la política española. La criaron entre algodones y no escatimaron ni esfuerzo ni dinero en que su educación fuera de lo más esmerada. Colegio bilingüe en el Aljarafe sevillano; clases de piano y equitación; ballet y danza española (el Flamenco no que era cosa de gitanos y borrachos) y, el deporte de la natación para estilizar –aún más- su ya estilizada figura. La programaron para que –al casarse- llegara a lo más alto, por eso se sintieron algo defraudados cuando el Primer candidato de la lista –el no va más de los Príncipes azules- se casó con una presentadora de televisión. Pero la suerte estaba echada y pronto caería algún galán –de muy buena familia- en sus redes burguesas. Entonces apareció Francisco Javier, Javi para los íntimos, y el cuento de hadas empezó a barruntar un final feliz. Lo conoció en el Viaje de Fin de Carrera al terminar Empresariales y todo transcurrió como le enseñaron en los cuentos infantiles. Pero la vida es otra cosa y después de la vuelta idílica de su luna de miel tuvo que enfrentarse a la dura realidad. Francisco Javier, el Javi que despertaba la envidia de sus amigas, era un maltratador inmisericorde y un cocainómano de rayas tomar. Fueron tres años de autentico infierno donde descubrió que, no pocas veces, los cuentos infantiles revierten su final: “Son los príncipes los que siempre terminan volviéndose ranas”. Ahora todo quedaba visualizado como en los finales de las películas de Cine Negro. Francisco Javier, el Javi de terribles palizas y nariz empolvada, yacía inerte sobre una alfombra persa en el suelo del salón rodeado de un charco de sangre. María del Mar temblaba nerviosa y lloraba compungida sentada en la esquina de un sofá francés de finales del siglo XIX (regalo de su padrino de bodas). Una alemana, todavía de una belleza deslumbrante, marcaba pausadamente con la mano derecha el 091 en un teléfono posado sobre una mesita de estilo rococó. En la izquierda sostenía una sangrante daga veneciana que su hija le trajo de Venecia en su romántico viaje de luna de miel. El diplomático, en ese preciso momento y ajeno a la tragedia, salía camuflado del Hotel Colón minutos después que lo hiciera su amante. A esa misma hora, en la Ciudad, las campanas de San Isidro Labrador en Pino Montano tocaban llamando a misa de 8. Salva Gavira ordenaba papeles escolares con las ansiadas y temidas notas de fin de curso. Cristóbal Tirado curaba el mal de amores a base de ibuprofeno. Una joven madre, en la puerta de su chalé, le da el pecho a su hija y sueña ilusionada como será el “Príncipe azul” que le espera en el futuro. 

El Demonio viste de Prada, pero la vida siempre termina vistiéndose en….”Carrefour”.

martes, 5 de junio de 2012

Beñat Etxebarria Urkiaga


Beñat, es un jugador del Real Betis procedente de la Tierra de la chapela (y la gabarra que, por cierto, la tendrán que sacar a pasear por la ría en otra ocasión) donde por una serie de gozosas circunstancias futboleras está de plena actualidad (como diría la otra: en el “candelabro”). Se ha marcado una más que excelente temporada y, a no dudarlo, ha sido uno de los artífices de la sobrada permanencia del Real Betis. El broche de oro lo puso en el último derby con el lanzamiento de un par de faltas que, a la postre, significaron la ansiada victoria verdiblanca en el feudo nervionense. La ejecución de la segunda falta todo un ejemplo de pillería que consagra al ejecutor (Beñat) y deja “tocado” al ejecutado (Javi Varas). Pero lo bueno todavía estaba por llegar. De manera sorprendente Beñat es reclamado por la Selección para disputar un par de partidos amistosos y allí, como decimos por estos lares, termina “liando el taco”. Juega un segundo tiempo contra Serbia notable y se marca un unánime sobresaliente jugando el partido completo ante Corea del Sur. Daba la impresión de que la Selección española estaba hecha a la medida de su juego y jugadores del talento de Xavi Alonso (Real Madrid); David Silva (Manchester City) y Juan Mata (Chelsea) le dan los galones de mando en el centro del campo. Cualquiera de los jugadores citados gana en un mes lo que Beñat en una temporada. Los caminos del Fútbol son inescrutables. Beñat, a que negarlo, ha generado grandes expectativas que el tiempo dirá si se terminan confirmando. Desde los tiempos del hoy injustamente olvidado Alexis Trujillo no disponía el Betis de un medio centro de estas características técnicas. Se incardina con jugadores españoles de la talla de Pep Guardiola, Luis Milla, Andrés Iniesta y Xavi Hernández (posiblemente el mejor organizador de juego de la Historia del fútbol). Gente menuda con un aparente físico manifiestamente mejorable, pero con cabezas magníficamente “amuebladas” para la concepción del mejor fútbol soñado. En lo físico, Beñat es una mezcla entre el italiano Gennaro Iván Gattuso y el asturiano Fernando Alonso. Ignoro si terminará “explotando” como el jugador -magnifico jugador- que apunta y, en ese caso, si el Betis dada la situación económica que atraviesa podrá retenerlo. Lo que resulta evidente es que ya forma parte de la selecta galería de jugadores vascos que han dejado una huella indeleble en el Real Betis. No le gustan a este vasco reciclado al modo heliopolitano las entrevistas y tiene apariencia de haber “roto pocos platos en su vida”. Hace solo tres temporadas jugaba en la Segunda División-B y hoy está en boca de la España futbolera. El tiempo, como juez inapelable de todas las cosas, será quien determine como termina esta esperanzadora carrera futbolística de Beñat. Estoy seguro que Vicente del Bosque estará pensando si ha hecho bien en no llevarlo a la Eurocopa. Si las cosas no salen del todo bien (que estoy seguro que por la calidad que atesora la Selección no va a ocurrir) habrá algún que otro oportunista que dirá: “Tenía que haber llevado a Beñat”. Tiene 25 años y unas grandes expectativas que dependerán de él y de las circunstancias que lleguen a realizarse.

lunes, 4 de junio de 2012

Invocación a la pena


“Muerto se quedo en la calle 
Con un puñal en el pecho 
Y no lo conocía nadie” 

Decir desde cuando lo conocía es perderme de nuevo en los laberintos sentimentales de la infancia. Eterno vecino de mi calle cuando todavía era nuestra calle. “Mi calle ya no es mi calle / que es una calle cualquiera / camino de cualquier calle”. Desde siempre le acompañó una sempiterna mala suerte que ha configurado que su vida haya sido un “culebrón” al venezolano modo. Siempre la asumió como algo inevitable e inherente al duro ejercicio de vivir. Nunca le oí quejarse de su ancestral malfario. Su infancia transcurrió sin padre; una madre luchadora hasta la extenuación; un hermano mayor legionario adicto a todos los vicios y otro menor ciego de nacimiento. Albañil en su juventud de jornadas interminables y luchador incansable por la conquista de las libertades. Siempre, absolutamente siempre, acompañado de un cigarro pegado a la comisura de sus labios. Huraño, solitario, desconfiado (con más razón que un santo), trabajador, honrado, buena gente y amante incombustible de su Sevilla FC. Siempre situado en las puertas de las tabernas para ver pasar la vida y a la gente. “Cuando voy por las tabernas / lo primero que pregunto / si la tabernera es guapa / y el vino tiene buen gusto”. Se casó con una guapa –y explosiva- muchacha del servicio domestico de la Casa de…. Tuvieron dos hijas y, por lo que me contaron, una vida de pareja llena de despropósitos y con fecha de caducidad en el horizonte. Un día me lo encontré cabizbajo por los alrededores de San Nicolás y me dijo que vivía solo en una Pensión de la Puerta de la Carne. “No hay pena como mi pena / porque mi pena es quererte / sabiendo que no eres buena”. Tenía “Casa Coronado” como su “Cuartel General” y dicen que empalmaba las borracheras como los días hacen con las noches. Como su vida era imposible que tuviese un final feliz, hace una semana se lo encontraron muerto a los pies de la cama de su habitación. Dicen que en su entierro solo estaba su hermano ciego; una esposa sin alianza en su dedo; media docena de amigos y una de sus hijas. “A quien le voy a contar yo / lo que a mí me está pasando / se lo cantaré a la tierra / cuando me estén enterrando”. Me enteré de su muerte demasiado tarde y no pude acompañarlo en su despedida terrenal. La vida siempre supera a cuanto la ficción inventa para magnificar la tragedia. Me temo que nadie llevará luto en el alma por él y que será muy pronto atrapado por el fantasma del olvido. Lo recuerdo atrapado en una infancia tan dura como la roca de pedernal. Lo siento cuando ya estaba ausente en vida. Lo comparto en la soledad de las almas errantes que pululan por San Nicolás. “Gitana cuando yo muera / te quiero hacer un encargo / que con la trenza de tu pelo negro / a mí me amarren las manos”.

domingo, 3 de junio de 2012

Pasajeros al tren


Dos motivos fundamentales han condicionado que en los últimos tres años sea un visitante semanal de la Estación de Santa Justa y asiduo pasajero en los trenes de cercanía. Lamentablemente, uno de estos motivos ya forma parte de mi historia sentimental: visitar a mi madre en la Residencia de Sanlúcar la Mayor donde apuraba su última cuota terrenal. Espero que el tren que definitivamente me llevará hacia ella se quede algún tiempo varado en la Estación de la vida (para poder disfrutar del desarrollo de mis nietos). Otro, forma parte de mi gozoso presente: ir cada jueves a Dos Hermanas para ver como crecen mi Rafael y mi Lola. Me gusta llegar a Santa Justa con algún tiempo de antelación y así poder observar a la fauna que pulula bajo los tableros electrónicos de salidas y llegadas. Todo forma parte de una indisimulada inclinación hacia mi frustrada vocación de sociólogo. La naturaleza me dotó de una buena capacidad de observación y, contradictoriamente, también condicionó que fuera un monumental despistado. Curiosamente, desde que la Crisis tomó parada y fonda en nuestra maltrecha sociedad, hay una figura que como por arte de magia ha desaparecido de la Estación de Santa Justa. Me refiero concretamente a los “Ejecutivos” (hoy “ejecutados” por la Crisis). Eran hombres (mujeres, la verdad, vi muy pocas) perfectamente trajeados (aún con los rigores del verano); provistos de maletines y siempre, invariablemente siempre, con un móvil cosido a la oreja. Difícilmente se relacionaban entre ellos y desconfiaban hasta de su propia sombra. Dispuestos, como si formaran parte de la cadena de montaje de una cervecera, bajaban en fila india la escalerilla mecánica. Marchaban, tremendamente serios, al encuentro de un Ave que los llevaría a un Madrid de negocios efervescentes y componendas de todo tipo. Mustios y tristes como si fueran conocedores de un secreto que al final los terminaría devorando. Entiendo que formaban parte del último escalafón del mundo de las finanzas (o de la política, que tanto monta monta tanto) y se dirigían a la Villa y Corte a cerrar o abrir “negocios” donde pocas veces se necesitaba la “mano de obra”. Llevaban de la mano -junto al Diario “El País”- a la “Prima de Riesgo”, y pocos presagiábamos que la terminarían dejando abandonada en las puertas de nuestras casas. Han desaparecido de la Estación de Santa Justa como por encanto y, sinceramente, no se que habrá sido de ellos y en que emplearán su tiempo libre (presumo que ahora será bastante). Formaban la infantería de la “Cultura del Pelotazo” que en nuestro país fue donde primero tomo parada y fonda (bajo el amparo de un Gobierno Socialista –versión Solchaga- no lo olvidemos). Ahora, en un ejercicio de supremo cinismo, todos pretenden desviar sus responsabilidades hacia la de los demás. El político que le dio “alas” al banquero lo termina culpando de todos los males actuales. El banquero que se alió con el político para hacer conjuntamente “caja” nos dice que él era en definitiva un simple “mandao”. Los muy corruptos siempre pertenecen al Partido de “ellos”. En el “nuestro” solo se han dado casos aislados de corrupción y siempre, rotundamente siempre, de manera muy aislada. Como por ensalmo desaparecieron los “Ejecutivos” de la Estación de Santa Justa y, posiblemente, si vuelven a aparecer algún día lleguen disfrazados de “lagarteranas”.

 Los trenes, preñados de buena literatura, configurados como el máximo exponente de los distintos perfiles de nuestra Sociedad. Las vías como soportes por donde circulan vagones llenos de ilusiones; solidaridad; mercadeo y corruptelas. Las estaciones como puertos de despegue y arribada para dictaminar que en la vida todo es un ir y venir. ¡Pasajeros al tren!

sábado, 2 de junio de 2012

La Peña Torres Macarena clausurada

A través del excelente Blog “La Gazapera” de mi amigo y compañero de sentires flamencos, Manolo Bohórquez, me llega la triste y traumática noticia de la clausura de uno de mis mayores referentes flamencos: la Peña Torres Macarena. Allí bajo el halo protector de los Hermanos Centeno; Salvador Feria; Juan José Fernández; Jaime del Pozo; Jaime de Encinasola; Alfonso Campoy…., aprendí a vivir el Flamenco con el rigor y la autenticidad de los grandes aficionados. Fueron muchos los momentos vividos y gozados en esa calle Torrijiano atrapado por la luz de la Esperanza y la magia del Arte Jondo. Parece ser que en una Ciudad donde priman impunemente toda clase ruidos solo estorba el “ruido” que hace el Flamenco. Cerrar la bien llamada Maestranza del Cante (Torres Macarena) se nos presenta, a pocos meses del comienzo de la Bienal, como un clarificador ejercicio de cómo funcionan las cosas culturales por esta Ciudad. No voy a cuestionar el derecho al descanso de las personas pero, una vez más, se vuelve a “criminalizar” al Flamenco y a los flamencos. Sinceramente, existen situaciones donde el folio en blanco se resiste a seguir siendo emborronado. Aquí dejo este, para mí y muchos sevillanos, doloroso tema. Mejor que sea el Maestro Manolo Bohórquez quien nos profundice sobre el particular. Hagan link en el enlace adjunto pues ahí está todo dicho. Vivimos inmersos en una sociedad donde todo, absolutamente todo, es manifiestamente empeorable. ¡Que Dios se apiade de nosotros y de nuestros castigados sentimientos!

viernes, 1 de junio de 2012

Más Diamantinos y menos Roucos



Históricamente, la cúpula de la Iglesia católica se ha llenado de “gloria” y ha condicionado un claro distanciamiento entre ella y las clases populares. Resulta más que evidente que nunca se sintieron cómodos con eso que se conoce como “Religiosidad popular” (concretada en Sevilla a través de sus Hermandades y grupos de fieles comprometidos). Siempre intentaron a través del miedo a los infiernos, más una persistente obstinación en negarle a la Teología su carácter intelectual y racionalista, manejar el rebaño de manera colectiva y negándole al ser humano su mayor y mejor instrumento existencial: la capacidad de pensar y soñar por si mismo. Ellos deciden y planifican nuestra vidas; nosotros –creyentes de base- estamos simplemente para decir siempre amen al final del “Ave María”. Desde el sillón de San Pedro se han bendecido guerras cruentas; dictaduras despóticas; la hambruna africana y se han “tapado” numerosos casos de abusos sexuales cometidos contra niños indefensos. Desde las “Sandalias del Pescador” otros –en verdadera consonancia con el “Hijo del Carpintero”- han llevado el consuelo y la subsistencia allí donde solo gobierna el Reino de la pena y la miseria. Iglesia de falsos oropeles e Iglesia de Santos con mayúscula. Cada cierto tiempo la Iglesia (Oficial) necesita reivindicarse mostrando su arrepentimiento ante la Historia por los desmanes perpetrados y/o consentidos. De manera cíclica sacan siempre a la palestra el manido tema de la homosexualidad (¿). Hace unos días un Obispo (el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig) calificó a los homosexuales de “personas viciosas, degeneradas e incluso prostituidas”. Ítem más, dijo que la “Homosexualidad es una enfermedad que bien reconducida desde la niñez puede curarse”. ¡Toma ya! Esta declaración, no lo olvidemos, fue hecha y televisada un ¡Viernes Santo! y en los primeros años de la segunda década del siglo XXI. Los homosexuales han sido tratados de manera perversa tanto por la Derecha (versus Clero Oficial) como por la Izquierda (versus Regimenes Comunistas). En la España franquista se les aplicó la “Ley de vagos y maleantes” y en la “Perla del Caribe” (la Cuba soñada por tanta “Progresía de Salón) se les recluyó en sitios habilitados para “curar su desviación sexual”. ¿Cual es el motivo de tanta inquina hacia unas personas tan buenas (o malas) como las demás? Posiblemente en los armarios de muchas sacristías duerman, junto con las sotanas, anhelos sexuales reprimidos por los obsoletos y antinaturales “votos de castidad”. Los “revolucionarios” de selva y ametralladora parece ser que tampoco asumen que un combativo guerrillero pueda estar perdidamente enamorado de su “Comandante”. Han desvirtuado los orígenes doctrinarios de la vida y las cosas para contextualizarlos en su único y propio provecho. Todo libre pensador será tachado -tarde o temprano- de hereje y renegado. Cada uno busca a Dios de la manera que considera oportuna. Yo lo encuentro en el rostro de Pasión o el Gran Poder; en el viento que peina el mar –la mar albertiana- por la Bahía de Cádiz; en las bondadosas manos de las Hijas de la Caridad; en la risa de mi nieto; en la música de Mozart; en el pincel de Velázquez; en la obra de Vicente Ferrer; en la gubia de Juan de Mesa o Martínez Montañés, en la guitarra de Paco y en los ojos –hermosos y desconsolados- de la Candelaria y la Merced.

 Si alguna vez estoy delante de Dios asumiré sin un solo atisbo de soberbia cuantas críticas se digne hacerme de mi paso por la Tierra. Pero, a no dudarlo, yo también le criticaré el comportamiento de algunos de sus más altos representantes terrenales. Estoy seguro de que Quien está sentado a su derecha intervendrá en el debate para sentenciar: “Ahí abajo hacen falta más Diamantinos y menos Roucos”.