lunes, 28 de febrero de 2011

Cuerpo (celestial) a tierra



El pasado martes día 1 de febrero se me presentó una de esas mañanas que, dado mi alejamiento de las tareas laborales, son íntegramente mías. Me gusta deambular estas mañanas de tibios soles invernales sin un rumbo fijo determinado y, salvo excepciones trianeras o macarenas, siempre por el casco antiguo de la Ciudad. Fundamentalmente en el entorno donde transcurrieron mis felices días de la niñez y mis esperanzados años juveniles. Lo hago con parsimonia y sin más compañía que mis recuerdos. Ese día dejo el autobús en la Puerta del Osario y camino a través de Recaredo buscando la Puerta de Carmona. Enfilo el triangulo que configuran Tintes, Vidrio y la Plaza de las Mercedarias y me planto allí donde anidó y voló mi “Dulce pájaro de juventud: la calle Conde de Ybarra (vulgo “Condibarra”). Duele pasear ya por una calle sin más vida que la que se presiente en el interior de sus pisos y apartamentos. No existe ni un solo comercio y ya nadie se para con nadie para “pegar la hebra”. Los tiempos terminan por desnudarnos el alma y nos convierten en espíritus sensibles que, como dejo escrito José María Izquierdo, se mueven pausadamente “Divagando por la Ciudad de la Gracia”.

Observo que la hermosa casa de Aníbal González que hace esquina con San José, y le da forma arquitectónica sevillana a la plazoleta, está en venta o alquiler. Hoy todo en la Ciudad se alquila, se traspasa o se vende. Entro en la Iglesia de San Nicolás de Bari y me llevo una más que agradable sorpresa: la Candelaria está pisando el suelo de los mortales en los preámbulos de su besamanos. ¿Cómo puede un hermano de la Candelaria no saber que su Virgen disfruta de su Triduo anual? ¡Y todavía hay quien se extraña de que uno diga carecer de méritos para pregonar nada! La veo a pié de escalinata en el Altar Mayor y me conmuevo. Son esos momentos donde la magia flota en el ambiente. En la iglesia solo hay un par de mujeres hablando de sus cosas. Están sentadas en una mesa cerca de la Señora con recuerdos é insignias de la Hermandad. Observo que se turnan para no desviar sus miradas de la Reina de San Nicolás. Al fondo a la izquierda, hay un hombre sentado en una pequeña mesa leyendo pausadamente el ABC con la ayuda luminosa de un pequeño flexo. Me acerco a la Candelaria, beso amorosamente un dedo de su mano derecha y tiemblo. Permanezco un par de minutos en silencio ante su presencia implorando salud y trabajo para mi gente. Luego me desplazo por la margen izquierda andando de espaldas para no dejar de mirarla. Me despido del Señor de la Salud que ocupa el eje central del altar que comparte con Ella y, que se nos muestra rotundo al cubrir, con creces, la sentida ausencia temporal en su divino habitáculo. Antes de coger la puerta que desemboca a la calle San José y que cada madrugá de Martes Santo la ve regresar cansada pero hermosísima, me vuelvo una vez más para mirarla. Me voy lentamente pero con el convencimiento de haber sido participe de un intimo ejercicio sentimental de sevillanía. Somos lo que un día fuimos, y no lo que mañana podamos llegar a ser. En definitiva, almas arropadas entre túnicas blancas que renacen al sol y la vida ante el conjuro de cada Primavera. Candelaria, candelaria….candelaria, bonito nombre para musitarlo meditando absorto, mientras se pasea por los Jardines de Murillo.

domingo, 27 de febrero de 2011

Con un ritmo sin cabeza



¿A dónde vas, siguiriya,
con un ritmo sin cabeza?
¿Qué luna recogerá
tu dolor de cal y adelfa?
- Federico García Lorca -

En el capítulo de comentarios del excelente y más que recomendable blog flamenco del impagable Manolo Bohórquez, “La Gazapera”, una persona llamada Inés, escribía en este apartado una más que razonada exposición sobre una carencia de la que adolece el Mundo del Flamenco actual: la reflexión a través de la vía del Ensayo. Esta es una verdad que solo admite una duda en los términos que le contestaba el amigo Bohórquez: Ensayo siempre y cuando se mueva en el terreno de la rigurosidad y la objetividad, y no como algunos bodrios “desarrollados” hasta la fecha. Necesaria y urgente la demanda de Inés y necesaria y puntualizadora la contestación de Bohórquez. Remataba el comentario esta señora –o señorita- de forma tan certera como que: “la elaboración de un corpus de pensamiento que se pueda aceptar como tal por la comunidad científica”.

El Flamenco abarca diversos aspectos que comprenden el terreno de lo tradicional, lo cultural, lo artístico, lo sentimental, lo comercial, lo profesional o lo industrial. Tan flamenco es fabricar una guitarra que tocarla acompañando el Cante en el mágico intimismo de una Peña. Tan Flamenco es un pase de modelos con trajes de faralaes, que una escenificación teatral de cualquiera de los grandes talentos del baile actual. Tan Flamenco es el Diccionario Enciclopédico del Flamenco de José Blas Vega y Manuel Ríos Ruiz, que un cante que araña las paredes del alma en una fiesta con Juan Talega. Todos estos elementos que lo configuran merecen, de tarde en tarde, ser sometidos al noble ejercicio de la reflexión, la consideración y la propuesta a través del Ensayo. Optimizar el Flamenco en definitiva con una dimensión global y enriquecedora, y no a través del sectarismo, la manipulación y el localismo asfixiante. El Ensayo riguroso y objetivo es la guinda que le faltaría a este hermoso pastel cocinado y exportado desde Andalucía.

En mi biblioteca actual dispongo de más de 500 ejemplares dedicados al Flamenco y, debo reconocer en un ejercicio de masoquismo, que los he leído casi todos. Curiosamente el capitulo dedicado al Ensayo (no confundir ensayo con algún libelo absolutamente infumable) es escueto y poco consistente intelectualmente. Los últimos libros de Flamenco que me han llegado (la mayoría de la Editorial Almuzara de Manolo Pimentel) son un canto –cante- a la esperanza. Curiosamente (por la ausencia que existía hasta ahora) están escritos por mujeres jóvenes y con unos trabajos de investigación rigurosísimos y altamente clarificadores. No cito algunos de ellos por no obviar a nadie, reconociendo que la lectura de los mismos me ha engrandecido como aficionado y estudioso. Insisto de todas formas que son trabajos, excelentes trabajos, de investigación, pero continua latente la orfandad del Ensayo. Existen mentes brillantes para cubrir con creces esta laguna intelectual flamenca.


Debemos apostar por un futuro flamenco donde convivan en armonía todas sus variantes. Todas nos llevan –o deberían llevarnos- a un puerto donde convivan armoniosamente tradición, modernidad, vanguardismo, profesionalidad, comercio e industria. Siempre con lo sentimental y lo romántico por bandera. Banderín de enganche de aquellos que asumen que la Cultura está para condimentar los espíritus sensibles. Flamenco, o todo lo contrario a lo que nos “venden” todos los lunes en el Canal Sur (¿la nuestra?) donde se confunde la “chusma” con la fiesta. Todo eso si “muy moderno y muy progre”. Lo de siempre, si no han podido cargarse Sevilla, ¿van a poder con el Flamenco? Menos Patrimonios Inmateriales para el Flamenco y más Patrimonios Culturales defendidos en la cuna que le vio nacer.

sábado, 26 de febrero de 2011

La Danza de los Siete Velos



Cautivaron a una mora
y a España se la trajeron;
y en la pila del bautismo
Candelaria le pusieron.

Los países del Magreb han dicho ¡basta ya! Gente empobrecida por gobiernos y regimenes corruptos y dictatoriales han salido a la calle en Túnez, Egipto, Libia o Marruecos…… pidiendo Justicia y Libertad. Tres elementos han condicionado este despertar popular reivindicativo y, entiendo que imparable: la miseria, Internet y la juventud, divino tesoro. Han corrido como la pólvora, a través de la Red, imágenes de durísima represión, censuradas ferozmente por los gobiernos represores. Ya nada puede ser ocultado por la dictatorial vía del “palo y tente tieso”. Imposible. Todo es susceptible de ser grabado y colgado al viento en los libres tendederos de Internet. Algunos gobiernos -como Egipto- llegaron incluso a desconectar los sistemas operativos en un baldío intento de “ponerle puertas al campo”. Terrible la masacre del Gobierno de Gadafi y su irascible vástago, bombardeando incluso a la gente en la calle. La sangre inocente corrió formando ríos de lágrimas por las calles de Trípoli. ¿Dónde estará el caballo que este “personaje” de Gadafi le regaló a don José María Aznar cuando era Presidente del Gobierno de España? Era un hermoso animal de raza árabe y que respondía al nombre de “El Rayo del Líder”. Su montura de plata era el símbolo de la desmesura que nace a costa de la más extrema pobreza. Parece ser que vive, ya bastante viejo, en la Yeguada Militar de Jerez de la Frontera. Dejar constancia de que Libia pasó de ser considerado un paraíso para los terroristas, a contar con el beneplácito de la UE y EEUU como un eficaz aliado. Los extraños y perversos amigos que condicionan los espurios intereses de la Política. ¡Todo y todos por la “pasta”!


A los andaluces no puede nunca resultarnos ajeno nada que acontezca en los países árabes. Por estas tierras asentaron raíces, costumbres y cultura durante un largo periodo. Concretamente el que comprende desde el año 711 hasta el de 1492. El legado de Al-Ándalus es posiblemente de los más importantes que existen en la Vieja Europa. Ciudades como Córdoba, Granada o Sevilla no se pueden interpretar en su mayor expresión de grandeza artística o cultural sin el rico Patrimonio andalusí. Se configuran como Patrimonios Universales por su belleza arquitectónica y su hermoso testimonio de la más alta cima histórica-cultural. Los extremistas del fundamentalismo islámico son una exigua minoría que, a que dudarlo, han provocado terribles matanzas en el mundo occidental. Pero flaco favor les haríamos –y sobre todos nos hacemos- si asociamos a los “moros” solamente con turbantes, fusiles y bombas. El Corán y la Biblia no tienen más sangre –que no es poca- que la que le proporcionan los fanáticos del extremismo. Los pueblos árabes son bastantes más cosas y, donde prima de manera rotunda lo positivo sobre lo negativo. No infantilicemos la política global en los países árabes, ignorando que dictaduras y dictadores cuentan –demasiadas veces- con el apoyo y el beneplácito de las altas jerarquías de la política occidental (petroleus habemus, que diría Marco Aurelio). Se han cansado de pasar hambre y miseria y van a por todas. ¿Cómo terminarán estas revueltas populares? No es fácil de pronosticar. Lo que resulta evidente es que nada aleja más el extremismo –de cualquier signo- que una verdadera Democracia. Apoyarla sería la mejor manera de apoyarnos a nosotros mismos.

Claramente lo dejó escrito el gran Bertolt Brecht: “Las revoluciones se producen cuando situan a los pueblos en callejones sin salidas”.

viernes, 25 de febrero de 2011

Sin pecado concebida



“Si has beata te has metío
te vi a rezá un pare nuestro;
pa que vayas blanqueando
las paredes del convento”.

Cuando los espejos de su casa-palacio reflejaban gozosos su juvenil hermosura se llamaba todavía, María del Pilar González-Cuadrado de la Serna. Después, cuando su belleza quedó oculta tras un hábito entre las paredes del Convento de las Madres Mercedarias de Puente Genil, se llamaba simplemente, Sor Patrocinio. Provenía de la alta burguesía sevillana de los años sesenta. Se educó en un buen colegio de monjas entre niñas de su misma camada. Las tardes las cubría entre clases de inglés en el Instituto Británico; de baile en la Academia de Enrique “el Cojo”; de equitación en la Escuela Hípica del Epona en las cercanías de Carmona y, de piano con doña Purificación en uno de cola que presidía el salón principal. Era una niña bien; de una familia bien encuadrada simétricamente en una Sevilla bien. Como diría Serrat: “Es una muchacha típica, cuya familia es la típica, familia bien del país”.



Cuando su abuela de niño le besaba la cabeza antes de partir hacia sus deberes escolares en el Colegio Público San Isidoro, le solían llamar José Antonio Pérez Guzmán. Ahora que la vida le ha mostrado la secuela del desamor y el propio egoísmo se llama……como le quieran llamar. Acompañaba de niño a su padre cuando portaba la leña para la augusta chimenea de la casa-palacio de los señores marqueses de Encinasola. Fue un niño feliz empapado de cariño, decencia y privaciones y, ahora, un joven barco a la deriva.

Ansiaba el momento de acompañar a su padre en la noble tarea de proporcionar calor y lumbre hogareña a los que más carecen de ella: la aristocracia de tierras sin labrar; puestas de largos en la Casa Pilatos; palco semana-santero en la Plaza de San Francisco; cortijo con dehesas de toros bravos y, caseta propia en el recinto ferial. Todo era poco –se decía para sus adentros- con tal de ver a Mari Pili con sus ojos celestes y sus dorados tirabuzones rubios. Aunque, eso si, con la rigurosa consigna paterna de no “molestar a la señorita”. Daba igual, él y ella cruzaban miradas que sustituían con creces cualquier sonido que saliera de sus labios. Crecieron sin dejar de verse cada semana de los meses del otoño-invierno. Siempre con la omnipresente presencia de un haz de leña. Cuando su padre falleció él tomo el relevo para que los señores de Encinasola y su digna descendencia no pasaran frío.

Ella era ya una veinteañera a punto de marchar al extranjero para culminar sus estudios. Él un delineante de la construcción salido de la Universidad Laboral trazando figuras geométricas donde otros pondrían ladrillos. Las veces que se veían en una Ciudad que dicen que “es un pañuelo” (el que lleva la Candelaria en su mano la tarde del Martes Santo) siempre se saludaban de manera muy tenue y azarosa. En la turbulenta escalera de las clases sociales sevillanas, a ella, no le dejaban bajar ningún escalón, y a él, tampoco que subiera a donde no le pertenecía.


Pero no contaban que a la Tierra se le altere el pulso cuando Dios se enfada; cuando aparece la tragedia con su cara más descarnada individual o colectiva o, cuando el amor verdadero aparece agarrado a los alamares del alba en los dulces y apasionados sueños de juventud.

Aquel 26 de abril todo empezó a tomar cuerpo y forma. Él recogió a un amigo cantaor apodado Pepe “el Rubio” en el Tablao de “Los Gallos”, donde cantaba en su cuadro flamenco. Del Barrio de Santa Cruz se fueron a dar una vuelta por la cercana Feria del Prado. La vio entre el gentío apoyada solitaria en la barandilla de hierro de la Caseta del Labradores. Se mostraba hermosísima enfundada en su traje de faralaes rojo de pasión (la que tenía guardada desde la niñez) y su hermoso pelo rubio recogido en un lustroso moño. “El Rubio” que era conocedor de este soñado romance se “desmarcó” prudentemente con un lacónico: “Pepe te espero en la Caseta del “Lar Gallego”. Ella se salió prudentemente hasta pisar la calle de albero, luz y manzanilla, y caminaron silenciosos y sonrientes bajo un cielo de farolillos iluminados. Empezaban una relación hermosa y efímera en una Ciudad eminentemente fugaz llamada: Feria de Abril. Desde aquel día a la par que se consolidaba su romance, se ponía en marcha la rueda ancestral sevillana de la envidia y la sin razón clasista. La familia de Mari Pili que ya le tenía programado un pretendiente –de familia “bien”- puso en movimiento toda la maquinaria inquisitorial de las clases pudientes. Le prohibieron salir sola y le advirtieron que antes de admitir esta relación preferían verla interna en un convento. Dicho y hecho. José Antonio cedió a las presiones para dejar de verla y escuchó los “consejos” de su entorno de que Sevilla estaba llena de mujeres jóvenes. Que él, a la postre, no era más que el capricho de una “niña rica”. Fue la puntilla y lo que decidió a María del Pilar González-Cuadrado de la Serna en convertirse simplemente en Sor Patrocinio. Aprendió que la cobardía no es patrimonio de ninguna clase social, y que nunca fue capaz de levantar el vuelo una paloma sin esquivar los perdigonazos de los inquisidores de los sentimientos. Ya no sería la “mujer-florero” de ningún señorito” que le programara su familia. Tampoco la amante de un cobardón vencido por los convencionalismos sociales. Ahora tan solo era propiedad de Jesús. Lo triste es que ella, aún sin haber tenido ocasión de ejercer el noble “pecado” del amor, tuviera que decir ya de continuo: “Sin pecado concebida”.

jueves, 24 de febrero de 2011

Homenaje a Curro Malena




El próximo domingo día 27 de febrero en el Teatro Lope de Vega y con comienzo anunciado a las 20,30, se va celebrar un sentido y merecido Homenaje al gran, grandísimo, cantaor lebrijano Francisco Carrasco Carrasco “Curro Malena”. Este sentido y necesario reconocimiento viene motivado por un serio deterioro en la salud del excelente cantaor de Lebrija, el mismo que ha condicionado su actual precaria situación económica. Hombre todavía con fuelle para el Cante y la vida (nació en 1945), teníamos esperanzas de una recuperación que se nos antoja bastante complicada. Obviando su faceta de cantaor, esperamos que pueda seguir disfrutando de los aires de su flamenca y gitana Lebrija por muchos años. Primero siempre la persona y después el artista flamenco. De marcada escuela mairenista Curro Malena gana en el Concurso de Mairena del Alcor de 1968 un Premio por Bulerías, consiguiendo en el año siguiente (1969) un Premio en la modalidad de Siguiriya. Su espaldarazo le llega en 1971 cuando consigue en el Concurso Nacional de Córdoba el Premio “Mercé la Serneta” al Cante por Soleá. Su discografía es más amplia de lo que creen algunos estudiosos y aficionados, dándose su mayor profusión en disco de vinilo, estando pendiente en la actualidad de su pase al formato de compactos. Bien haría nuestra querida Administración Cultural Andaluza en preocuparse de estos menesteres y, buscar el Patrimonio Cultural Flamenco en zonas como la Lebrija de “Popá Pinini”, antes que buscarlo por el Paris de la UNESCO. Curro Malena forma parte de una generación de cantaores fundamentales en la Historia del Flamenco. Cobraban como le pagaban, es decir: “aceitunita comía huesesito en la mano”. En festivales, peñas o fiestas siempre, o la mayoría de la veces, por eso que hoy se llama la “B”. No había contratos ni, por añadidura, ninguna relación a efectos cotizables con la Seguridad Social. Las cosas, afortunadamente, hoy han cambiado sustancialmente, y la profesión de artista del Flamenco está encuadrada dentro de los cánones de los trabajadores autónomos. La generación de Curro Malena –y no digamos las anteriores- vivían al día y en no pocas ocasiones eran “jornaleros del Cante”. Una bohemia impuesta por unos condicionantes sociales y culturales que, a que negarlo, produjo una rica herencia cantaora. Para este merecido Homenaje en el Teatro Lope de Vega, y de obligada asistencia para los buenos cabales del Flamenco, se han ofrecido numerosos artistas y se ha tenido que hacer una selección, realmente exquisita, para tal evento. Es la siguiente:
Presentador:
Manuel Martín Martín

Al Cante:
Lebrijano
Miguel Poveda

Al baile:
Manuela Carrasco

Al Piano:
Dorantes

Al toque:
Antonio Carrión y José Quevedo “Bolita”

miércoles, 23 de febrero de 2011

El lento transcurrir de los días



Mi tortuga “Pastori” empezó a invernar el 8 de noviembre del pasado año. Ya venía notando que cada día engullía de manera más lenta su diaria ración de camarones secos. Ese día ni siquiera los probó. Dejándome de manera meridiamente clara que hasta la llegada de la primavera no contara con ella. Desde entonces independiente de que haga frío, llueve o ventee no muestra el menor interés en salir de su caparazón. Ella no le pone “al mal tiempo buena cara”, sino que se limita a no sacar siquiera su estirado cuello. ¿Para que salir, con la que está cayendo ahí fuera?, se dirá en el cómodo interior de su concha. Es de suponer que en el habitáculo, con el que la Madre Naturaleza le ha dotado, tiene cuanto necesita para pasar horas, días y meses. Este año para seguir notando su estática presencia le he organizado su periodo invernal. Unas veces dentro de una cubeta con agua donde se sumerge pienso que soñando con las aguas del Caribe. Otras la dejo suelta por el piso y, por el camino más corto, se sitúa en un estrecho hueco que existe entre la terraza y el mueble-librería. A menos de un metro está el equipo donde suelo escuchar música clásica y las, casi siempre, malas noticias de los informativos. Justo al lado se encuentra la pantalla del televisor que, afortunadamente, salvo para darle utilidad al aparato reproductor de DVD, permanece mucho tiempo desconectada. Es muy escasa la cuota de interés que me proporcionan las distintas cadenas televisivas, como para encima “joderle” la invernación –dada su proximidad- a mi tortuga. Cuando hace sol la saco a la terraza y entonces, excepcionalmente, saca su cabeza y permanece cara al sol (sin camisa nueva ni vieja) durante largo rato. Así transcurren los días invernales de mi “Pastori”, entre una cubeta con agua; un rincón con posibilidades informativas y, en días excepcionales, unos cortos y gratificantes baños de soles invernales.


Creo que debe haber rebasado sus veinte primeros inviernos, y recuerdo como si fuera ayer cuando lo trajimos a esta que desde entonces es su casa. La compramos en el Mercadillo de la Alfalfa (sustraído a la Ciudad y a la Tradición por la inmisericorde vía administrativa municipal) y era algo mayor que una moneda. Hoy ha crecido considerablemente y tiene más o menos el contorno de una chapela vasca. Si repite su último ciclo invernal, volverá sobre la primera quincena de abril al Reino de los que necesitamos comer para vivir. Nacerá a los camarones secos cuando Sevilla nazca a los sentidos y al retorno de lo que nunca se va del todo: la eterna Primavera de los niños sevillanos sin edad. Cuando mi tortuga retorne a mi vida cotidiana, que es flamenca por tradición y sevillana por devoción, no se como decirle que se nos ha muerto Enrique Morente. Para no asustarla y que se me vuelva a esconder en su caparazón, le racionaré los informativos que, como fantasmas, nos llenan de inquietudes las paredes de la casa y de sinsabores los rincones del alma. Las malas noticias mejor poco a poco y a compás como se cantan las Bulerías por Soleá. Tendré que decirle, eso si, que don José Luís sigue todavía y que nos ha aumentado la edad de jubilación a los 67 años y, las tortugas dada su longevidad, pueden seguir invernando hasta los “tres patitos” (222). He intentado a través de Internet averiguar el origen de la especie de mi tortuga. No hay manera. Creo con toda sinceridad que mi “Pastori” es única en su especie.

¿Dónde se ha visto una tortuga que sepa distinguir una Soleá de unos Tangos? Saca las patas delanteras –para hacer palmas a compás- cuando escucha el Cante de Alcalá de los Panaeros y, bambolea su verde y hermoso cabezón cuando Camarón canta por Tangos. ¿Exagerao en mis apreciaciones? Puede ser, pero acepto tortuga flamenca y sevillana como animal de compañía.

lunes, 21 de febrero de 2011

Sed de urnas

Según nos dicen los politólogos, el domingo día 23 del pasado enero, España empezó un camino hacia un profundo cambio político y, ¿social? Se celebró en Sevilla -¿dónde si no?- una Convención Nacional del Partido de la Gaviota, el PP. Una crisis galopante, y una gestión gubernamental nefasta para afrontarla, han sido los detonantes que han propiciado que las encuestas le hayan dicho a los populares: “si espabiláis, ahora o nunca”. Como diría un castizo: “lo tienen a huevo”. Todos los analistas coinciden que será Sevilla, a través del resultado electoral municipal, quien despeje el horizonte a los populares hacia metas más altas. El orden de la “Toma de la Bastilla (Moncloa)” parece ser el siguiente: 1) Sevilla; 2) Andalucía y 3) España. En la Convención popular antes aludida, Mariano Rajoy (que por cierto a titulo personal no termina de remontar en las encuestas) dijo una frase que ha dado mucho juego periodístico: “España tiene sed de urnas”. Ahí sinceramente creo que se equivoca. Este país de lo que tiene sed es de decencia, dignidad, laboriosidad y de sentirse –alguna vez- dueño y participe de un proyecto común de progreso y solidaridad. Dios me libre de darle consejos a nadie en el resbaladizo terreno de la política, pero el libre ejercicio de opinar, aparte de necesario, es también gratificante. Estamos inmersos, cual barquilla en plena tormenta, en una demoledora crisis que va más allá de lo estrictamente económico (que también). Existe, ya de manera incontestable, una profunda crisis de valores en todos los órdenes de la vida y las cosas. La Crisis tiene más flecos que un mantón de Foronda. Nuestra paupérrima realidad actual ya no está para sesiones de maquillaje, sino más bien para una respuesta rotunda y pacifica de las personas que componen –componemos- eso que llaman la Sociedad Civil. Creo que el PP llegará al poder y posiblemente entremos en la necesaria y sana alternancia democrática (veremos a ver que se hace con “tantos enchufados ideológicos” cuando se rompa este largísimo idilio político entre el PSOE y Andalucía). El PP para gobernar por estos lares tendrá que superar en votos a la suma de los que consigan PSOE e IU. La dubitativa y nefasta política efectuada por ZP, Griñán, Chaves o el “innombrable” les ha dejado expedito el camino hacia el Poder. Hay un axioma en la política que resulta incuestionable: las elecciones las pierde quien gobierna más que ganarla la oposición. Pero tengo serias dudas de que Rajoy, Arenas, de Cospedal, Montoro, Sáenz de Santamaría and company sean la solución para nuestras atribuladas vidas de españoles, andaluces y sevillanos (de manera adrede dejo fuera de esta terna a Zoido por considerar que puede ser un buen alcalde para la Ciudad. De Juan Espadas pienso lo mismo).



Se me dirá que caso de gobernar el PP se merece el beneficio de la duda, por medio de la vía de los famosos y manidos cien días de gobierno. Vale, acepto duda y esperanza como animales de compañía. Me temo que la envenenada herencia que van a recibir los populares en las cuentas del Estado, van a significar la excusa perfecta para no dar más de si. Mala cosa es tomar conciencia de pertenecer al grupo de los escépticos, pero uno no elige donde te puedan situar tus experiencias en el largo camino de la existencia.


La sociedad está envilecida y desarmada ideológica, social y culturalmente. La clase política en su conjunto se ha ganado a pulso el desprestigio que “disfruta” entre la gente. No es casualidad el auge que está tomando la extrema derecha europea en los procesos electorales. Son los políticos “democráticos” de todo signo los que les han allanado el camino. Unido, eso si, a nuestro pasotismo para entender que la democracia es como un huerto al que tenemos que regar todos los días y, quitándoles continuamente los matojos que la afean y desvirtúan.

Puede que sea verdad que los españoles tengamos “sed de urnas”, pero que nos digan sin tapujos cuanto nos van a cobrar por el recibo del agua de la fuente. Votamos a políticos para que luego resulte que son los banqueros los dueños y señores de nuestras vidas. Entre unos y otros se han cargado a la generación más brillante de jóvenes españoles de toda la Historia. Los buenos talentos buscando acoples por esos mundos de Dios, mientras por aquí medran a sus anchas los mediocres de carné en boca. España es una tierra siempre proclive al dolor y, hoy más que nunca, inmersa en las enredaderas de espinas que siempre nos tapan a las rosas. Saciemos pues nuestra “sed de urnas” bebiendo en la hermosa fuente de la Democracia. Pero dejando claro que nuestro cantarillo ni se alquila ni se vende.

domingo, 20 de febrero de 2011

¿El Comandante no tiene quien le escriba?

Ya estamos en plena vorágine electoral en nuestra Ciudad. Dentro de poco se dilucidará en las urnas, fuente y caudal de la Democracia, quien se sentará en el sillón municipal de la Casa Grande durante los próximos cuatro años. Se marchará -¡a Dios gracias!- sino el peor Alcalde de la Historia de la Ciudad, si de lo peorcito que hemos padecido con diferencia desde la entrada de la tan anhelada Democracia. Hoy para definir a los políticos los analistas hablan de perfiles altos o bajos. Este hombre, al que deseo sinceramente toda la suerte del mundo en su vida política, profesional o personal, introduce un nuevo elemento en el encuadre clasificatorio de la clase política: la del perfil plano. Tuvo un Maestro que anda en la actualidad dando tumbos fantasmales por Madrid, verdadero adalid de lo políticamente insustancial. No digo aquello de “Dios los cría y ellos se juntan”, por no implicar al Sumo Hacedor en estos menesteres de los políticos intrascendentes.

Tres mosqueteros se van disputar los escaños desde donde se decide la vida cotidiana de aquellos que tenemos la suerte de estar empadronados en Sevilla. No parece previsible que aparezca algún D´Artagnan en el Patio de Armas del PA o de la UPyD. Por tanto Zoido, Espadas y Torrijos serán, junto con sus huestes, lo que tomen posesión de los sillones municipales. Curiosamente, quien menos dudas tiene de los tres sobre sus resultados electorales es el ATS de los Pajaritos. Tiene un electorado fiel (que son para los que él trabaja prioritariamente en el Ayuntamiento) que no suelen fallarle. Asumen que el camarada Torrijos (todo no va a ser llamarlo “el tío de la pipa”) es un látigo de fachas y martillo de señoritos tradicionalistas casposos de la Ciudad. Lo peor no es que lo asuman como tal, sino que encima se lo creen. Misterios de la ingenuidad humana. Lo que resulta evidente es que este personaje consigue estar cada día en el candelero (candelabro en versión de Sofía Mazagatos) de los medios de comunicación sevillano. Él lo sabe y está enormemente contento de haberse conocido. Es consciente de que su exigua renta electoral la necesitan los socialistas para gobernar, careciendo por tanto de inquietudes políticas sobre resultados electorales. “Ya llamaréis a mi puerta”, pensará para sus adentros. Su discurso político, pretendidamente culto y entroncado -según él- con la más pura dialéctica marxista, es tan insustancial como su propia gestión política municipal. El mismo quedó al descubierto ante una opípara bandeja de mariscos. Lo que resulta evidente es que configura un tipo de sevillano (¿en que perfil encuadramos a éste, señor Rodríguez Sacristán? Posiblemente en el de los figurones, ¿no cree usted?) acorde con algunos “personajes históricos” de la Ciudad. Resultando incuestionable que es “una perita en dulce” para la Prensa local. Cuantos ríos de tinto se han vertido sobre la famosa mariscada en Bruselas. Sus ruedas de prensa se siguen con el mismo interés que las de Mauriño, y él está convencido que, después de San Fernando, pocas personas ha tenido la Ciudad de su trascendencia moral e intelectual. Ve desde su pulpito de antiguo estalinista la única Ciudad que le interesa ver: la de sus correligionarios. Un amigo mío, que no es precisamente de la derecha rancia a la que dice poner nerviosa nuestro personaje, me comenta que Sevilla tuvo un “Antoñito-procesiones” y ahora tiene un “Antoñito-manifestaciones”. No se le puede negar cierta “gracia” a este político de la hoz y el martillo (¿encontrarán estas herramientas si alguna vez tienen que buscarlas?) Aunque cueste creerlo es un personaje que posiblemente solo pueda darse en nuestra Ciudad. Estoy convencido de ello.

La cosa empieza a “agriarse” cuando de su gestión depende una parte sustancial de nuestro bienestar ciudadano y el de los nuestros. Lo triste es que no tenemos muchas esperanzas de que algún día deje de pertenecer a la política activa: tanto él, como “nuestro” actual Alcalde, le tienen pánico a descolgar la bata blanca de la percha.


Pequeño Toma de Horas bís (De la A a la C)

A) IU es algo más que Antonio Rodrigo Torrijos. La valiosa aportación histórica de esta formación política a la vida municipal sevillana así lo atestigua. B) Antonio Rodrigo Torrijos está legitimado democráticamente por unos pactos recogidos en la Constitución Española (perversos democráticamente, pero claramente constitucionales) C) Sus electores son tan legítimos como los de cualquier otra formación política (que luego me paran en la calle algunos “colegas” y me dicen que le estoy haciendo “el juego a la derecha”).

viernes, 18 de febrero de 2011

Perfiles hispalenses



Hace unos días en la necesaria y renacida televisión local (Tele Sevilla), el añorado televisivamente Paco Robles entrevistaba al psicólogo y psiquiatra sevillano (de adopción y pleno derecho) don Jaime Rodríguez Sacristán. La entrevista giraba en torno a un excelente y más que recomendable libro que acaba de editar este sabio de los comportamientos humanos llamado “La Psicología del sevillano” (Editorial Almuzara). En el mismo, y después de un riguroso trabajo de investigación, este psicólogo llegaba a una serie de conclusiones que le permitían encuadrar los distintos perfiles del sevillano. Tradicional, figurón, independiente o raro eran algunos de los modelos establecidos dentro del referido libro. Como no me gusta hablar de oídas y, careciendo de argumentos, me apresuré a comprar y leer tan interesante obra (pertenezco al grupo de lectores que compra libros de vez en cuando y, encima ¡los lee!). Después de leerlo me reafirmo en la consideración de que este libro es de obligada lectura para cualquier sevillano que se precie de serlo y, por extensión, para aquellos “forasteros” que tengan interés en descifrar nuestra manera de entender la vida y las cosas (al margen de la tópica senda literaria de los viajeros románticos). Aunque soy poco amigo de las clasificaciones y si tuviera que mojarme (con permiso de los sufridos ecijanos), creo que mi perfil estaría dentro de los sevillanos raros, de los muy raros. Posiblemente con una cierta dosis de independencia, tradición y modernidad (los figurones siempre me provocaron urticaria). A lo largo de mi existencia sevillana en no pocas ocasiones me acordé del Poeta del Palacio de las Dueñas cuando decía:

¡Oh maravilla,
Sevilla sin sevillanos,
la gran Sevilla!
Dadme una Sevilla vieja
donde se dormía el tiempo
en palacios y jardines,
bajo un azul de convento.
…… …….. ………


De todas formas no podemos obviar, que la época que te haya tocado vivir y los acontecimientos cotidianos, pueden hacerte bascular de un perfil a otro sin llegar a caerte en el empeño. Eso pasa aquí y en Pekín. ¿Eras el mismo tipo de sevillano de joven que en la posterior etapa de madurez? ¿Seguías siendo el mismo cuando las nieves de los años empezaron a blanquear tu pelo? ¿Los tatuajes que en lo social, lo político, lo cultural, lo amoroso y lo espiritual hayan quedado labrado a sangre y fuego en tu alma no han logrado cambiarte? Si cambiamos demasiadas veces nuestro sentido de la vida y las cosas, ¿no vamos a cambiar también nuestro perfil?

La gente de mi generación siempre tuvimos dentro de nuestro círculo sentimental más cercano unos referentes que nos marcaban el camino a seguir. Curiosamente el modelo de sevillano que yo tenía como referencia era el de mi tío Antonio. Era un jerezano que llegó a Sevilla en bicicleta cuando contaba 25 años de edad. Venía huyendo de los caciques de Jerez, que en los primeros años de la posguerra se pusieron la camisa de Falange y no “iban a dejar títere con cabeza”.

Antonio Armario Mateos, mi tío, no era más que un cortador de calzado de ideas socialistas moderadas y, posiblemente, la persona más demócrata y tolerante que yo haya conocido en mi vida. Se enamoró de mi tía Carmela, hermana de mi padre, y, lo más importante, le declaró también amor eterno a esta a la que ya considero de por vida su Ciudad.

Su perfil podíamos considerar que entraba de lleno en el capitulo de los raros y los independientes. Nunca conocí a nadie que amará y sufriera más con las cosas de Sevilla. Bético converso y confeso tuvo a bien hacerme socio del Betis cuando cumplí los 8 años de edad. Con ello ya tendría cubierta una cierta dosis de sufrimiento terrenal. “Por el camino verde que va a la Ermita”, que dice la copla. Cuando envejeció y viendo acercarse el horizonte a la playa de la vida, me dejó dicho que traje quería que cubriera su cuerpo (era de una exquisita elegancia en su manera de vestir y en sus modales) y que, sin que lo notara nadie, deslizara en uno de sus bolsillos un viejo carné del Betis (de los mensuales de papel que se cortaba una esquina en cada partido) y una estampa de la Virgen del Socorro (esto último me dejo perplejo en una persona de declarado agnosticismo). Misterios de la sevillanía que los frágiles encuadramientos de los perfiles nunca conseguirán aclararnos. Un servidor es tradicional las soñadas tardes de los Jueves Santo. Raro cuando no existe necesidad, por incomparecencia, de llenar mi copa y mi plato en la noche ferial del “Pescaito”. Independiente cuando voto pensando en el bienestar de mi Ciudad y no en los colores que me acompañan. Figurón tan solo cuando los lunes voy a San Nicolás y me parece que la Candelaria me habla tan solo a mí.

jueves, 17 de febrero de 2011

El juego de la perfección y la felicidad




Demostrado queda que el ser humano por su propia naturaleza y su posterior desarrollo es imperfecto. Por consiguiente –que diría el socialista de Bellavista- es una utopía el pretender que, cuantos proyectos emprendas en lo individual o en lo colectivo, alcancen la perfección. No es perfecta ni la pintura de Velázquez; ni la gubia de Martínez Montañés; ni la poesía de Luís de Góngora; ni la música de Mozart; ni la obra arquitectónica de Antonio Gaudí; ni la novela de Cervantes; ni el Teatro de Shakespeare; ni el Cine de Billy Wilder; ni las arias de la Callas, o la guitarra flamenca de Paco de Lucía. Ni incluso la obra creadora de Dios ha podido alcanzar la perfección, por ser filtrada a través de la tarea imperfecta de los humanos. Dios tardó siete días en crear el mundo y el hombre tardó un segundo en estropearlo. Siempre se utilizó a modo de latiguillo la famosa frase: “nadie es perfecto”. Bien cierta es tal afirmación. El ser humano tiene –tenemos- la tendencia a equivocar las metas terrenales y, buscamos en vida pertinazmente la perfección, cuando lo verdaderamente importante es buscar la felicidad. Vivir instalado en la felicidad es una quimera, encontrar los momentos felices es lo que da sentido a nuestra existencia. No la felicidad del usurero, ni el placer que pueda proporcionar el sentirse poderoso y, por extensión, dueño del destino de vidas ajenas. No, no se trata de eso. Feliz por amar y ser amado por lo que eres y nunca por lo que tienes o tendrás. No es casualidad que la Filosofía sea cada día más orillada en esta Sociedad consumidora de cosas inútiles y pasajeras. Hoy la política está envilecida en todos sus frentes y, los sistemas democráticos, tienen más de “sistemas” que de “democráticos”. No podemos pedirle a un político que sea perfecto, cuando asumimos que tal cualidad es un quimera inalcanzable, pero si debemos exigirle decencia, tolerancia y buena capacidad de gestionar los recursos de los ciudadanos. Estamos rodeados de políticos no ya imperfectos sino mediocres y, lo que es peor, banales en su concepción –poco- noble de la política. Viven instalados en un permanente y sectario ejercicio de “banderías” y descargando siempre sus responsabilidades en los del “otro bando”. Consiguen con su dudosa gestión dos alejamientos: ellos se alejan definitivamente de la perfección y, a nosotros consiguen alejarnos de la felicidad. Queda meridianamente claro que el juego de la perfección y la felicidad no depende casi nunca de nuestro libre albedrío. Factores externos y circunstanciales determinan –o determinarán-, en no pocas ocasiones, nuestro grado de perfeccionismo y nuestra necesaria dosis de felicidad. En época tan convulsa como la actual la felicidad debía ser paralela a nuestro compromiso social y nuestra implicación solidaria. Luego, para contentar al duendecillo que anida en nuestro interior, siempre podremos recurrir a lo que de bueno la vida nos ofrece: familia, amigos, cultura, tradiciones, devociones (quienes las tengan), pasiones y, los necesarios días de vino, amor y rosa.

Buscar la perfección, aparte de inútil, debe ser una tarea pesadísima. Salir al encuentro de la felicidad, cuando está se nos manifiesta a través de lo cotidiano, está al alcance la mano. En definitiva como todo juego existe la posibilidad de ganar o perder. El riesgo, o lo que es lo mismo la incertidumbre del camino a recorrer, es lo que verdaderamente importa. Juguemos pues sin miedo al resultado final. Imperfectos y posiblemente con menos cotas de felicidad de las que buscamos, pero vivos en definitiva.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Mi novio es cartujano pintor de loza


Así empezaba una conocidísima sevillana de cuando las letras de las mismas no eran un remedo de los culebrones venezolanos. Ahora ya es otra cosa y sobre esta hermosa expresión musical sevillana se podría decir aquello de: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.

Esta Ciudad se ha convertido en una desagradable caja de sorpresas en nuestro deambular cotidiano sobre su corteza de calles y plazuelas. Voy con la penúltima tropelía, pues la próxima seguro que me espera a la vuelta de la esquina. El lunes 14 de febrero (Día de los Enamorados que todo lo justifican a través de un regalo, dentro del engranaje comercial del Gran de los Grandes Almacenes) acudo a mi cita semanal con mi Parroquia (¡bonito nombre!) de San Nicolás y por ende de mi Hermandad de la Candelaria. A la vuelta discurro buscando La Alfalfa bajando por Muñoz y Pabón y me llevo una sorpresa bastante desagradable. Justo en la esquina que configura esta calle con Corral del Rey y la Cabeza del Rey Don Pedro están restaurando una casa. Hermoseando su fachada, desde tiempo inmemorial, se encuentra un paño de azulejos de Mensaque. Se trata de un hermoso anuncio de “Rioja Palacio”. Pues bien en un auténtico despropósito están literalmente destrozando el citado azulejo troquelando en el mismo el agarre del andamiaje. ¡Una auténtica barbaridad!

Acudo a quien mejor conoce y ha estudiado en Sevilla la Historia de la Cerámica en su expresión callejera, Martín Carlos Palomo García, y aparte de proporcionarme las dos fotos que ilustran este Toma de Horas (se hace verdad una vez más que más vale una imagen que mil palabras) me comenta que ya ha manifestado sus quejas sobre el particular. Este ilustre candelario al que aparte de deberle los cofrades sevillanos en general, y los candelarios en particular, una impagable Historia de la Hermandad Candelaria, desarrolla una ingente labor clasificando y mostrándonos la enorme riqueza ceramista sevillana. Pueden visitar su más que interesante pagina y no se arrepentirán (www.retabloceramico.net/)


Como muestra del respeto que le tienen en esta Ciudad al rico Patrimonio de azulejos callejeros sevillanos ahí está, para vergüenza de propios y extraños, el del Studebaker de la calle Tetuán. No comprendo como la gente que van dentro del coche no se han bajado ya y se han ido a las rebajas de Zara. Los que amamos y sufrimos con las cosas que pasan por estos lares estamos viviendo una permanente pesadilla. Todo se reduce a una cosa que llaman “movilidad sostenible”, y mientras, se hacen los ciegos y sordos ante los destrozos que no cesan contra nuestro patrimonio sentimental. Sevilla se ha convertido en la Ciudad de las Convenciones políticas de todo tipo. Dicen que tendrá la llave de los cambios que se avecinan. Puede ser pero que nadie nos prometa países maravillosos que ya sabemos que no existen. Nos conformamos con que nos traigan rigor, decencia, seriedad y cariño, mucho cariño, hacia una Ciudad cruelmente maltratada. Si lo hacen, puede que incluso le pongamos un azulejo trianero de agradecimiento en la puerta de su sede.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Caminando hacia la luz?



“Toda generación enlaza con la de sus abuelos y no con la de sus padres”
- Pere Gimferrer –

Con firmeza pero todavía con la lentitud de los días insustanciales, Sevilla camina de manera inexorable hacia la luz. Es una carrera que se mueve en círculos concéntricos: Ella busca lo luminoso y nosotros la buscamos a Ella. Unos días más y Febrerillo “el Loco” será archivado en la memoria de los aconteceres y las cosas vividas. Bien está que solo tenga 28 recuadros en el almanaque, pues lo insustancial contra más breve mejor. Dos meses tiene el calendario sevillano difíciles de digerir: febrero y octubre. Ni son nada por si mismos ni tampoco significan nada en el tiempo sentimental de los preámbulos. Son como el tiempo muerto que se pide en el baloncesto. Marzo es la antesala de la todavía lejana pero ya presentida primavera sevillana. Abril, abril, abril…..las cinco letras mejor ordenadas en la memoria sentimental de la Ciudad. Aunar un año más, Tradición y Fe; Pasado y Presente; Cultura y Arte y, Poesía y Sentimiento. Días de vino y clavel. De añoranzas donde nunca cabe la tristeza. Abrigos y bufandas durmiendo el sueño de los justos en armarios y roperos. La victoria de la luz sobre los grises días otoñales. Largos atardeceres para soñar Sevilla desde la cornisa del Aljarafe. El Reloj del Tiempo nos dirá que tenemos un día más o un día menos, según las cuentas que cada uno rinda con su existencia. Esta Ciudad tan maltratada y tan amada no admitió nunca el sentido de la rendición. Resiste hoy, como resistió ayer, a dejarse vencer por la rutina y los oportunistas. ¡Por fin! don Juan desenvainó la Espada y está dispuesto a batirse en noble duelo (así lo esperamos) con el Comendador Zoido y el Marqués de Bogavante. Parece que los destinos de una Ciudad, que no admite más tropelías, están –o estará- en manos de este trío de políticos. Es mucha la tarea pendiente y, posiblemente, sean escasos los recursos disponibles para acometerla. Pero hace tiempo que tocamos fondo. Reina la suciedad, el vandalismo filtrado por la permisividad “progre” y una gestión tendente a crearle problemas a la gente y, por extensión, motivo de enfrentamiento entre los ciudadanos. No se trata de ejercer de agorero sino más bien el no hacerlo de “pasota”. Elaboramos un canto poético primaveral a la Ciudad donde rimamos hermosura con basura. Gozo con pozo (donde nos han metido). Cera con “trincaera”. Abril con carril. Pregón con jamón. Seta con saeta. Cuadrilla con Mercasevilla. Maestrante con bogavante……Ser poeta debe resultar en la Sevilla actual una misión imposible. Buscar la luz primaveral cuando te han subido un 10% el recibo es entrar en los resbaladizos terrenos de la contradicción. Hablarle a un parado de larga, muy larga, duración de cómo se enervan los sentidos en primavera es una herejía.


Corren malos tiempos para la lírica y por eso no es de extrañar que el Pregón, cuya principal finalidad debía ser la exaltación de una Semana gloriosa, se haya convertido en un manifiesto socio-político-filosófico-teológico. ¿Cómo no va a terminar siendo republicana una Ciudad que elige tres Reyes en un mes? ¿Se puede acariciar la rosa olvidándose de sus espinas? La gratificante soledad del paseante en Cuaresma se interrumpe bruscamente cuando se tropieza con una cola del INEM, o con la mano extendida de un mendigo. Malos, corren malos tiempos para los preámbulos del gozo.

Una vez más, ¿y van?, recuerdo a mi Poeta de cabecera, don Antonio Machado, cuando decía:

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

Intentar conciliar sueño y realidad es tarea en la que lleva siglos empeñado el ser humano. Soñar Sevilla sin padecerla, es soñarla, pero no quererla.

domingo, 13 de febrero de 2011

Pasajeros al tren




Recuerdo la primera vez que mi hermano se marchó al extranjero (concretamente a Bélgica). Tenía 21 años de edad y acababa de licenciarse del Servicio Militar en Aviación. Yo acababa de cumplir los 17 y todo, o casi todo, estaba por estrenarse. Mi padre me pidió que lo acompañara a la Estación de Córdoba (Plaza de Armas) para despedirlo y, creo que a partir de entonces, nació en mí una insobornable militancia en el sedentarismo viajero. Nunca me gustó viajar y nunca logré entender que muchos programen sus viajes como válvulas de escape a su, por lo visto, asfixiante cotidianidad. Para moverme de mí entorno habitual siempre utilicé la imaginación y las infinitas posibilidades que la Literatura me ofrece en ese sentido. Mis ansias viajeras las suelo cubrir con alguna visita esporádica, y retornando en el mismo día, a Cádiz, Sanlúcar, Córdoba, Jerez o el Puerto de Santa María. Granada siempre me mereció y me merecerá una visita para admirar su extrema belleza. El Madrid actual sinceramente me agobia sobremanera. En verano, para un caucásico converso y confeso como yo, las excursiones playeras me traen malos recuerdos. Eso si, no me gustaría “entregar la cuchara” sin conocer las ciudades de Florencia y Praga. Ir tras las huellas de Miguel Ángel o de Franz Kafka debe ser una aventura apasionante. Las ciudades alcanzan todo su esplendor en las plumas de sus escritores más brillantes. Fernando Quiñones y Cádiz; Luís Cernuda y Sevilla; Paco Umbral y Madrid; Vázquez Montalbán y Barcelona; Antonio Gala y Córdoba o, Miguel Delibes y Valladolid, como ejemplos paradigmáticos de ciudades mostradas en todos sus laberintos culturales y sentimentales. Todas sin excepción tienen un alma deseando mostrarse a los espíritus sensibles y, que difícilmente pueden desvelarse a través de los esquemas viajeros en los “Tour-operator”. Sevilla me ofrece todo lo que necesito para vivir, incluyendo la necesaria dosis de permanente cabreo. Mi vida ha transcurrido íntegramente, salvo esporádicas y cortas ausencias, entre sus calles y plazuelas. Esta Ciudad siempre la imaginé con forma de mujer. Como una mezcla equilibrada de romana, mora y judía. Unas veces madre; otras hermana; otras novia enamorada y, en contadas ocasiones, amante despechada ante tanto desaire. Madrastra nunca lo fue ni lo será. Búscala callejeando en los lentos atardeceres primaverales de cielos azul añil y la encontrarás. Pídele refugio cuando el inmisericorde fuego abrasador del verano te sitúa al borde de la blasfemia, y te dará el frescor de sus fuentes y su soplo de siglos en noches estrelladas. Suéñala en los largos días invernales recluidos al reclamo del calor hogareño, mientras releemos a sus hijos más ilustres, y el sueño se hará realidad. Los muchos sevillanos que han tenido que soñarla desde la distancia nos dicen que es como más se la quiere pero también como más duele. Dos veces, tan solo dos veces, en mi vida experimenté el dolor nostálgico de la distancia, y doy fe de que es bien cierto. Contra más años cumplo más persiste en mí este sentimiento de sedentarismo neurótico. ¿Dónde voy a ir que esté mejor y peor que aquí? Tampoco es cuestión a estas alturas de mi existencia sevillana de perder mi antigüedad de pertinaz residente. Solo espero que cuando aparezca –contra más tarde mejor- “el último viaje que nunca ha de tornar”, que nos decía Machado, y alguien diga –si puede ser a compás por Solea-: ¡Pasajeros al tren!, dejen abiertas las ventanas de los vagones, para que las almas que quieran puedan –podamos- volver, y así vagar eternamente por la Ciudad.

viernes, 11 de febrero de 2011

Crear en libertad



Recuerdo no hace mucho una más que excelente entrevista que Antonio Ortega le realizaba al cantaor onubense Arcángel en su magnifico Programa de Flamenco de Giralda TV. Era una entrevista amplia y hecha desde el convencimiento de que el protagonismo debe tenerlo el entrevistado y no el entrevistador (lamentablemente algo demasiado habitual en un mundo donde abundan las “estrellas” de la información). Este Artista flamenco -que dicho sea de paso es de lo mejor que ha dado el Cante en los últimos años- cubría la mayor parte de la entrevista intentando justificar su actual discurso flamenco. Venía a decir que se encuadra en un vanguardismo que, partiendo de las raíces, intenta llevar al Flamenco como un Arte, siempre en permanente proceso evolutivo, por nuevas veredas sin desvirtuar su senda principal. En mis modestas entendederas sobran tantas explicaciones que, muchas veces, solo buscan justificarse ante el cerrado mundillo de los “puristas”. No merece la pena darle tanta importancia a quines intentan ponerle puertas al campo. Un artista, independiente de su modalidad, tiene perfecto derecho a desarrollar su Arte en plena libertad creadora. Está legitimado en crear desde sus sentimiento e intereses, y buscando las metas que estime oportuna (incluyendo lógicamente fama y dinero). Ser fiel a si mismo es lo que de verdad debe importarle. Evidentemente, siempre será sometido al veredicto de la crítica y, el más importante, aquel que dimana del beneplácito de los aficionados. Tampoco debe obsesionarse con las malas críticas, pues el Mundo del Arte está plagado de obras que fueron consideradas fallidas en su día y hoy se consideran imprescindibles (la más llamativa Ciudadano Kane. Denostada inicialmente por los críticos por su atrevimiento, y considerada hoy la mejor película de la Historia del Cine). El Flamenco actual se va sacudiendo poco a poco de un localismo asfixiante, y de una Santa Inquisición del Purismo, que cada día está más desmoronada por los vientos de la Historia. Como estudioso del Flamenco si reconozco que existe en la actualidad una cuestión que considero preocupante: la discografía flamenca de jóvenes y excelentes cantaores (Miguel Poveda, Arcángel, Guillermo Cano, Miguel de Tena…) está muy por debajo de las excelentes cualidades de estos artistas. Deben –o deberían- mezclar en sus grabaciones, junto a temas comerciales más banales, algunos que estuvieran dentro de los cánones de la ortodoxia. Se por experiencia que de los doce o catorce temas que comprende una grabación, solo tres o cuatro tendrán un fuerte impacto sobre los posibles consumidores. El resto será simplemente ignorado, salvo por quienes esperan la respuesta del eco de la montaña. Los aficionados, los buenos aficionados, siempre buscan el agua fresca del Flamenco en el fondo del pozo. Dentro de unos años y por imperativo de la vida, los artistas cantaores pasarán, y el legado que dejarán a modo de testimonio será su obra discográfica. Las grabaciones que disponemos de don Antonio Chacón y, motivado por las carencias técnicas de la época y las condiciones en que grabó, están muy por debajo de la autentica valía del Maestro jerezano. Ahora puede ocurrir lo contrario: un exceso de tecnicismo como elemento minimizador de las cualidades cantaoras reales de los artistas contemporáneos. La técnica al servicio del Arte y no al revés. Ganar dinero y fama no es solo legítimo sino algo perfectamente asumible en cualquier época: pasada, presente o futura. Pero intentando, eso si, que la hoja en blanco que la Historia del Flamenco ha puesto en tus manos sea escrita con trazos interesante y enriquecedores. Quienes, en un ejercicio de puro materialismo, solo piensen en los “jurdeles” y la fama pasajera, seguro que nos devolverán la hoja en blanco.
La libertad siempre por bandera y sin tener que estar continuamente justificándonos ante la fragilidad de lo inmediato. Que cada artista obre de acuerdo con su libre albedrío y, en definitivo, en su conciencia de artista siempre quedará el papel que quiso ocupar en la Cultura.

jueves, 10 de febrero de 2011

ERE que ERE

Estamos que lo tiramos, o mejor que lo trincamos (los que puedan y manden). Los últimos días sobre las “irregularidades” mostradas en eso que nació, se desarrolló y se pudrió con el nombre de “Expediente de Regulación de Empleo” (ERE) han sido vertiginosos. Lo que en un primer momento se “vendió” como las tropelías de un par de sinvergüenzas aprovechados que pasaban, como el que no quiere la cosa, por los alrededores del Poder, ya no hay quien lo sostenga. Es algo más profundo y que, a no dudar, tiene pendiente la aparición de nuevos capítulos en esta Historia Interminable. La que está marcada por algunos abusos en las esferas de la Administración andaluza. El asunto, afortunadamente, ya ha entrado de lleno en la maltrecha vida política española y las posibilidades de enmascaramiento van a resultar bastantes complicadas. Pesos pesados de los socialistas como Bono o el actual Ministro de Trabajo ya han dejado claro que este tema no se puede cerrar en falso. No basta con buscar, para tal fin, a un par de “cabezas de turco”. Por si fuera poco con las malas expectativas electorales que las encuestas le auguran al PSOE, encima parió la abuela del ERE. Una vez más, ¿y van?, ha sido la valentía y el rigor de una jueza, doña Mercedes Alaya, la que ha tirado del carro de la decencia y el rigor para poner en su sitio a unos politicos (minoría sin duda pero no “cuatro gatos”) que han tomado el relevo de los antiguos caciques de nuestra Tierra. Antes existía el “Derecho de pernada” y ahora el “Derecho de peonada”. Las mismas que no hace falta tener contabilizadas para, a través de alguna “influencia” del Poder, tener derecho –vía “chanchullo”- a una falsa jubilación anticipada. Haría bien la Junta de Andalucía, a la que presupongo en la mayoría de sus dirigentes el necesario don de la honradez, en no escatimar esfuerzos para aclarar sin resquicios este embrollo. Esto ya huele como el pescado caducado en Mercasevilla. Negarse a formalizar una Comisión de Investigación en el Parlamento Andaluz no es precisamente un buen comienzo. Entrar en la dinámica de que el tema esta manipulado por una determinada prensa, con el añadido de un Partido, el PP, intentando pescar en río revuelto, ya no es de recibo ni cuela. Después de tres largas décadas gobernando en Andalucía ahora toca abandonar el barco en orden y, a ser posible, en fila india. Van a darse bocados por aparecer en las listas electorales y no perder el cómodo sitio de la política (aunque sea en los bancos de la oposición). Empezarán a mucho no tardar las puñaladas traperas en los costados. Aquí hay gente que pasaron del COU a la actividad política y, otros, que ya ni se acuerdan a lo que se dedicaban con anterioridad. Felipe González los trae por la “Calle de la Amargura” con su insistentes preguntas sobre la Diputaciones. ¿Para que sirven?; ¿Qué beneficio les reporta a los ciudadanos? y, la más importante, ¿Cuánto nos cuesta a los españoles las mismas? Es tiempo ya de que aparezcan politicos de raza, coherentes con sus ideas y sensibles ante las necesidades más acuciantes de la gente. Ya no estamos para numeritos de banderitas blanca y verde, medallistas, ni para idearios que no se creen ni ellos mismos. Treinta años han sido muchos como para no entender que se han comido con papas (y sobre todo con langostinos) el espíritu del 28 de febrero. Ya no afloran en los balcones más bandera verde y blanca que la de los béticos. Al final han posibilitado que Andalucía tenga un Régimen político bajo sospecha en toda España. Toca despabilar y ya no es tiempo de pusilánimes y de los que repiten como loros las consignas de los Partidos. La mitad de la juventud andaluza está en paro y muchos de los que trabajan están sometidos al yugo de los “Contratos Basura”. Démosle, ¿y van?, una nueva oportunidad a la esperanza.

miércoles, 9 de febrero de 2011

María y Jose (sin acento)





Evidentemente María y Jose son dos. Concretamente dos niños de 6 y 2 años de edad, respectivamente. Si les quitáramos la “y” sería solo una niña. Si anteponemos el segundo nombre sobre el primero y también le sustraemos la “y” sería solo un niño. Pero no, afortunadamente son dos: una niña y un niño. Hermanos por más señas y donde Dios ha sembrado, una vez más, el hermoso don de la complementariedad. Son de momento los herederos de la saga de los Abelaira (por puro lógica, si Dios les envía un nuevo hijo le llamarán Jesús, y ya podrían decir que tienen completo el elemento humano del Portal de Belén). Son los primogénitos de este matrimonio vecino y amigo, y con los que coincido cada mañana en época escolar. Su padre, José Antonio, se marcha a horas muy temprana a sus quehaceres laborales. Su madre, Natalia (Nati), se encarga desde antes que aparezca el alba en atender a estos dos proyectos de futuros sevillanos. Verla cada mañana camino de los colegios es recordar las andanzas de Agustina de Aragón. Ella no enciende las mechas de los cañones para recordarle a los franceses que se vayan por donde han venido. No, ella enciende más bien la llama del cariño, armándose de santa paciencia para conducir a María y a Jose hacia los santuarios de la enseñanza. Carga cada mañana una gran cantidad de artilugios que consigue trasladar sin que milagrosamente pierda el equilibrio. Dos mochilas, algún peluche de considerable tamaño, una moto rompetobillos de Jose, un cuaderno de dibujo de María, dos zumos y algún elemento novedoso que esa mañana le ha sido agregado a su ya de por si pesada carga. María, en quien la sociabilidad tomo cuerpo y forma va saludando a diestro y siniestro a vecinos y comerciantes. Las suelo acompañar un corto trecho y ya me desmarco a la caza y captura del primer café mañanero.


Se les llega a tomar verdadero afecto a estos “enanos” que son tan distintos como la noche y el día. Son una especie de Don Quijote y Sancho Panza en versión infantil pinomontanera. María es una niña soñadora que me recuerda sobremanera en su niñez a mi hija Alicia. Es creativa y si la vida guarda –o mejor guardara- una cierta lógica lineal, estaría llamada a desarrollar una actividad creativa en su etapa de juventud y madurez. Será una “Doña Quijota” luchando contra los molinos de viento de la ramplonería y el aburrimiento. Su abstracción actual no nace de la pereza sino del asombro y la ilusión que le produce cuanto le rodea. Sabe hacerse de querer y como relaciones públicas no tendrá precio. Jose es “Sancho Panza” en su concepto terrenal de las cosas y la gente. Pragmático hasta la medula sigue con paso a firme a su hermana, hasta que percibe que se ha alejado demasiado de la madre. Entonces retrocede y busca con los brazos estirados la seguridad del calor materno. Va a lo seguro y no está dispuesto a volar con la misma intensidad que su hermana. María sueña mirando la media luna con países de hadas y princesas. Jose no se complica la vida: cuando mira la luna ve fundamentalmente su semejanza con medio queso de bola. Por imperativos de la vida y las cosas ellos crecerán y un servidor decrecerá. Forman parte de la generación de mi nieto Rafael y sabe Dios lo que les aguarda. Que sean felices y personas decentes, nobles y solidarias es lo fundamental. Son ramas de frondosos árboles y ojala sea verdad aquello de: “bendita la rama que al tronco sale”.


Cuando ya descanse eternamente reciclado en unos gramos de polvo gris en la Casa del Señor de Sevilla, me gustaría ver a mi nieto impartiendo clases de Literatura en la Universidad. A María dirigiendo cursos de Dibujo en la Escuela de Bellas Artes sevillanas y, a Jose, mandando una flota de autobuses de Los Amarillos. Que Dios les guarde a ellos y también de paso a todos nosotros.

lunes, 7 de febrero de 2011

Pero sigue siendo el Rey




Evidentemente para los cristianos existe un Rey de reyes, el mismo que cubre las expectativas del porque algunas cuestiones no pueden explicarse racionalmente. El eterno dilema de la filosofía clásica: ¿De donde venimos?; ¿Para que estamos aquí?, y lo fundamental: ¿Hay algo más cuando hayamos dejado vacía nuestra existencia terrenal? Es un reinado de amor, paz y fraternidad –si me apuran hasta bucólico- pero que da sentido a las vidas y existencias de millones de personas en todo el mundo.


En España tenemos un Rey al que la Historia recordará en sus anales como Juan Carlos I. Demostrado queda que su reinado ha significado la etapa de mayor prosperidad, tolerancia y paz (la de verdad no la que imponen las dictaduras de todo signo). Su reinado ha condicionado que seamos legión los que nos consideremos republicanos-juancarlistas o al revés que también vale. No es de extrañar que en las filtraciones de Wikileaks sea de los que salen mejor parados, y gozando de un gran prestigio a nivel internacional. Si habláramos del Cante Flamenco diríamos que tuvo un Rey, Pepe Marchena; una Reina, “La Niña de la Peines” y, un Príncipe, Camarón de la Isla. El Rey de la Copla fue don Miguel de Molina, y la Reina, doña Concha Piquer. El Monarca del Toreo ha sido Juan Belmonte y, si me lo permiten, repartiría el Principado entre Pepe Luís Vázquez y Curro Romero. Rey, lo que se dice Rey de la interpretación, fue Sir Laurence Olivier y, Reina del celuloide nadie como Bette Davis. Beethoven reinó en la música clásica; don Amadeus fue su Príncipe mas radiante y, doña María Callas impuso un divino reinado con su voz de terciopelo calida y arrebatadora. Pero aquí voy a echar el freno de mano. Hoy me quería referir a quien para mí representa mi autentico Rey sentimental. No, no se trata de Baltasar que siempre –por las penurias de la época- pasaba de largo por mi balcón infantil. No, yo me refiero a uno nacido en Tupelo (Mississippi) que se llamaba de nombre Elvis y de apellidos Aaron Presley: “The King”. Ese y solo ese es mi auténtico Rey. No me importa que al pequeño de los Jackson Five le llamen el “Rey del Pop”. Ni que el admirado Frank haya pasado a la Historia de la música ligera como “La Voz”. Tampoco que al genial Bruce le digan “The Boss” (el Jefe). Todo lo asumo y comparto pero, para mí, el Rey es el Rey. A la par que cumplo años lo voy escuchando cada vez con más frecuencia, y siempre, lo que se dice siempre, le sigo encontrando nuevos y hermosos matices a su voz. “Love Me Tender” es la balada de mi vida. La primera vez que la escuché era un adolescente que todavía creía en los sueños (quien no crea en ellos nunca será joven), y la última lo estoy haciendo ahora mientras tecleo en el ordenador. La voz de Elvis es eterna y su legado musical forma parte del patrimonio sentimental de millones de personas. Cada año se organiza en EEUU una Convención Nacional de admiradores y seguidores de “The King”. Se le rinde un multitudinario homenaje en la tumba donde reposan sus restos y toda la “plebe” va disfrazada al “elvisiano” modo (prioritariamente copiando su última etapa de Las Vegas. Por cierto: la más esperpéntica). Locos a los que no hace falta atar pues no dañan a nada ni a nadie. En la próxima Convención tienen previsto batir el record de gente bailando el Rock de la Cárcel. ¡Quien pudiera estar allí y mezclarse con tantos “majaretas”! Romper amarras en lo sentimental y partir –una vez más- del Puerto de la Juventud. A toda vela y con Elvis como capitán, perdón quise decir como Rey.

domingo, 6 de febrero de 2011

Las hojas del rábano



Dada la dificilísima situación actual y las pocas posibilidades que tenemos en España de que nuestros políticos la aborden con garantías, creo que ya es hora de asumir que nuestros problemas son propios porque otros no los han creado y, por lógica, no serán los causantes de los mismos los generadores de posible soluciones. Aquí ya no se trata de distinguir entre social-demócratas o conservadores, pensando que con la necesaria salida de Zapatero los problemas entrarán en una dinámica positiva (independiente de que la salida de don José Luís se hace cada día más urgente). ¿Creemos de verdad que con Rajoy and company por fin veremos la luz en el largo y tenebroso túnel de la Crisis? Alguien dijo, y dijo mal, que de “ilusión también se vive”. Se vive de realidades transformadoras ante situaciones tan pesimistas como las actuales. Dejémosle a la ilusión su justo contexto entre los sueños que se le escapan a la razón. Mala cosa es cuando nos conformamos con que los políticos –de todo signo- nos vendan el humo con que los magos hacen desaparecer tras una cortina a la muchacha de las lentejuelas. Bien está la utopía, pues con ella seremos capaces de encuadrar lo imposible dentro de las lindes de lo posible. Pero no entremos en el juego de los políticos manipuladores, que siempre intentan oscurecer una penosa realidad con la abundancia que nos traerá el futuro (el mismo que nunca acaba de llegar). Dos políticos tan distintos y de tanto peso en la vida política española, como José María Aznar y Felipe González, lo han dejado claro: toca sin más demora una profunda transformación de las estructuras políticas de nuestro país. Aparte de ser verdaderos “Cementerios de elefantes políticos”, ¿para que sirven el Senado y las Diputaciones Provinciales? ¿Puede mantener un país los cuantiosos gastos que originan 17 mini-Estados configurados en comunidades autonómicas? En nuestro caso particular de andaluces inmersos en el secular sub-desarrollo, ¿ha conseguido la Junta después de ¡30 años! de autonomía que abandonemos el farolillo rojo del Paro? ¿Está equiparado nuestro sistema educativo al del resto de España y no digamos de Europa? ¿Se ha conseguido vertebrar a Andalucía en torno a un proyecto común, tanto en lo político como en lo social y cultural? Muchas preguntas que la gente ya sabe que las respuestas son desviadas por políticos demagogos, oportunistas y, que encuentran en la política su “natural” medio de vida. Nos vendieron la “moto” de que había que terminar con el Estado-Centralista y nunca hemos padecido como hoy más centralismo ni más burocracia. Antes solicitaba algo a través de un solo impreso y te lo negaban, ahora utilizas tres impresos en tus peticiones y te siguen dando la negativa por respuesta. Pero, eso si, se han creado muchos puestos de trabajo detrás de las ventanillas. Nuestro deporte nacional en Andalucía no es la siesta: es el enchufismo vía Papá-Partido.
La Crisis ha tenido de positiva el aclararnos sin tapujos en manos de quien estamos. Unos, desde el Poder perdidos en los senderos donde transitan los incompetentes mediocres de la “cosa publica”. Otros, intentando pescar en el río revuelto de la Crisis para tener acceso al Poder. Mientras, cerca de 4.800.000 de trabajadores en paro se encuentran al borde de la pobreza y la desesperación. Nuestra juventud solo encuentra nubarrones negros en el horizonte que se les dibuja en el desosegante día a día. Los políticos van a la que van: a vendernos su diaria ración de demagogia. Entretanto, una parte no desdeñable de nuestro país anda inmersa en las andanzas de Belén Esteban. Pero, a que engañarse, las cosas no ocurren de manera espontánea, sino programadas para que el rebaño siga manteniéndose agrupado y, nunca mejor dicho, teledirigido.
Cuando se escucha, que la alternativa de “futuro” de los socialistas es un político - Alfredo Pérez Rubalcaba- que ya era ministro ¡con Felipe González!, es como para arañarse el “careto”. Lo dicho y sin animo de ser tremendistas o, cogemos el rábano pasando de las hojas, o nos dejan sin rábano y sin hojas.

viernes, 4 de febrero de 2011

….Y no lo conocía nadie



Por ti yo me acuesto tarde
Por ti me van da un día
Una puñalá en la calle.

Cuando se adentró con paso lento y vacilante en el Puente de los Suspiros Perdidos en el reloj del Consistorio dieron las tres de la madrugada. Se sujetaba con un pañuelo su costado izquierdo por donde le brotaba un rojo clavel de sangre y pena. La luna se reflejaba en el agua del río como si su tenue resplandor flotara en un vaporoso camino de ida y vuelta. El puente estaba iluminado por la tenue luz de sus farolas, y ya la madrugada había impuesto su dominio de soledad y desamparo. El Otoño se mostraba en toda su crudeza fría de cuerpos y almas. El pueblo, el mismo al que llegó con su mochila, su perro y su tristeza una mañana agosteña, dormía placidamente con el dulce soniquete del tic-tac de los relojes en las mesitas de noche. Era un extranjero extremadamente educado, muy culto y con la sociabilidad arrinconada por los desengaños de la vida. Se sentaba en la puerta del Mercado del Regateo junto a su perro y, enfrascado en la lectura de algún libro de los que le prestaba el médico del poblado, don Agustín de la Santa Lectura, a la postre su unico contacto humano en la localidad. Los habitantes del lugar se hacían cabalas sobre su procedencia y, las causas de que persona tan culta y refinada estuviera sumida en la indigencia. Unos decían que era un australiano que había llegado a esta situación por los excesos con el alcohol y las drogas. Otros, que era un inglés con titulo aristocrático victima del mal de amores. Al final llegó a formar parte cotidiana del contexto urbano. Siempre caminaba lentamente sin más compañía que su perro, su mochila, su melancolía y su tetrabrick de vino tinto. Dormía entre cartones en la parte trasera del Convento de los Afligidos y era popularmente conocido como: el forastero.

La noche de su triste epilogo existencial se encontraba durmiendo junto a su perro, cuando unos gritos de mujer le sobresaltaron. Acudió a la llamada de socorro y antes sus ojos se levantó el telón con la escenificación del maltrato machista. Una mujer yacía en la puerta del convento con la ropa desgarrada y con la mirada presa del terror. Junto a ella estaba un primate navaja en mano dispuesto a culminar su “hazaña”. Sin dudarlo “el Forastero” se abalanzó sobre él y le rodeo el cuello con ambas mano apretando hasta dolerles las muñecas. A la par que veía ponerse morado al agresor notó un terrible calor en su costado izquierdo. Su perro miraba perplejo como la mujer corría despavorida calle abajo, y como su dueño aflojaba sus manos mientras caía, ya sin vida, el causante de la tragedia.

Avanzó vacilante bajo la atenta mirada de su perro unos metros en el puente. Ya estaba enlutado para él en el almanaque aquel 28 de noviembre. Su maltrecho cuerpo ya no dio más de si. Se apoyó en la fría barandilla notando la helada orfandad del mundo sobre su cuerpo. Se dejó caer lentamente sobre su rodilla derecha y, ya sin posibilidad de estar nunca más erguido, se derrumbó lentamente sobre su sangrante costado. Todo estaba consumado y se quedó inerte sin más compañía que su perro y la luna que se reflejaba en el río.


No tendría esquela mortuoria en ningún periódico de la localidad. No se guardaría un minuto de silencio en la puerta del Ayuntamiento. Nadie le diría una misa ni rezaría un simple padrenuestro por su alma. Ninguna asociación feminista llevaría su nombre. No pasaría por allí ningún Francisco Antonio Ruiz Gijón para inmortalizar su rostro moribundo en un Cristo agonizante. Su perro deambularía eternamente por los caminos de la añoranza y, tan solo la luna, mostraría su pena de siglos en las madrugadas de los días otoñales.

Muerto se quedó en la calle
Con un puñal en el pecho
Y no lo conocía nadie.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Pero, ¿quien nos cambia el paso?



Al poco tiempo de cesar en sus actividades políticas, recuerdo una entrevista en el “Diario de Sevilla” a Javier Solana. Sin duda –junto a Felipe González- el político español contemporáneo más influyente en Europa. En la misma, y cuando se le preguntaba por la Crisis, respondía que la misma les había cogido por sorpresa y con “el paso cambiado”. Venía a decir lo siguiente: “nos acostamos el lunes en Europa cómodamente instalados en el Estado del Bienestar y nos levantamos el martes pobres de solemnidad”. Ni más ni menos. Esto lo decía alguien que había ocupado cargos europeos de máxima responsabilidad. En su respuesta el señor Solana no escondía ningún “as en la manga”, pues su trayectoria es de una solvencia, eficacia y transparencia a prueba de bombas. ¡Que falta nos harían políticos de la talla de don Javier Solana en la España actual!

¿Qué ha pasado pues para el derrumbe económico y social que padecemos? Si algo tenemos que asumir los andaluces entre nuestros tópicos es el de la desmesura (la exageración para entendernos). Nosotros no tenemos una crisis tenemos tres: la europea; la nacional y la nuestra particular (si además eres sevillano podemos hablar de una cuarta como las Sevillanas). Ya, la mayoría, nos podemos considerar extraños en el Paraíso que configuraba la tan cacareada “Clase Media”. Nuestro capital lo componía un trabajo más o menos estable; unas tarjetas de créditos y el coqueteo de una banca loca por prestarnos dinero procedente de sus repletas arcas. Puro humo y pura entelequia, al que ha bastado que cambie la dirección del viento para irnos todos a hacer puñetas.

Estamos instalados en una Sociedad enferma de consumismo compulsivo y huérfana de principios y valores morales e intelectuales. Creíamos ingenuamente que la sacrosanta Democracia tenía su fundamento en nuestra capacidad de elegir a través del voto. Puro camelo que lamento constatar desde mi atalaya de demócrata converso y confeso. No son los políticos –elegidos por nosotros- los que determinan nuestro presente y nuestro futuro. Para nada, no seamos ingenuos: son en definitiva los banqueros quienes mandan en nuestras vidas. Voces autorizadas llevan tiempo denunciando esta abusiva situación y, por ende, clamando en el desierto.

Felipe González ya ha dejado claro que, dado que no se ha profundizado –no interesa- sobre los orígenes de la crisis, a la par que empezamos a remontar estaremos ya incubando la próxima. Estamos en manos de los usureros de las finanzas que, primero provocan la crisis, y luego nos exigen un costoso peaje en la aduana del remonte. Nadie piense ni crea que las sociedades cambian su rumbo de manera espontánea. No podemos consentir que nuestros políticos sean meros comparsas del poder económico y, admitir por las buenas, que los “poderes fácticos” sean más fácticos que nunca. No es casualidad que la siempre admirada Alemania ya haya remontado la Crisis (en el 2010 se crearon más de 300.000 puestos de trabajos netos y lejos de los “contratos basura). Basta con preocuparse de como el Gobierno alemán controla a sus banqueros –y a los políticos corruptos- y ya las cuentas empiezan a cuadrarnos. El país, y el bienestar de sus ciudadanos, como centro neurálgico de las actividades políticas y financieras. Una cosa parecida a lo que ocurre en nuestra Piel de Toro. ¡Por los coj……!

No podemos permitir que muchísimos jóvenes que están ilusionados en crear una familia vivan y trabajen para pagar sus abusivas hipotecas. Tampoco que existan tantos padres de familia sumidos en la desesperación que produce el paro. Que el hambre pasee su derrota humana entre tanto lujo desmedido, y tantos “chorizos” de guante blanco manchados de mierda y sangre. Que exista una legión de enchufados con los carnés de los partidos en la boca, mientras nuestros jóvenes más brillantes se buscan “las habichuelas” allende nuestras fronteras. Mucho menos que la corrupción y la “mangoleta” campen a sus anchas ante la indignación y el asombro de las personas decentes. No podemos ni debemos instalarnos en la excusa del: “¿yo que puedo hacer para cambiar este estado de cosas? Bastaría con abandonar nuestro cómodo sitio en el patio de butacas de la sociedad, y subir al escenario exigiendo ser parte activa de la obra de nuestras vidas. Pasar, en definitiva, de espectadores pasivos a actores activos. Ni más ni menos.