lunes, 30 de noviembre de 2015

Relatos de la luna llena (y 6) : Silencio se rueda





  Lo conocí cuando su juventud y la mía ya empezaban a declinar. Se llamaba –y se llama- Agustín Olmedo García. Hoy, con un metro setenta de estatura, debe rondar los ciento veinte kilos de peso. Una barbaridad  y  un claro problema de alteración del metabolismo pues siempre ha sido una persona de poco apetito y, eso si, de muchos, muchísimos, cortaos de café diarios y de un montón de cigarrillos.  Es un hombre inquieto, culto, bondadoso y con unos conocimientos de Cine realmente apabullantes. Sus cambios de look son permanentes y unas veces va vestido de dandy a la vieja usanza (el Gran Gatsby en versión macarena) y otras de rockero de los años setenta (un Elvis del Club-Yeyé).  El pelo lo mismo lo tiene largo y cogido con una coleta que semi-corto y engominado hasta las orejas. Los tatuajes le cubren ya parte de la  espalda, el pecho y  los brazos.  Su profesión era –hoy ya está jubilado- la de una especie de maître-barman-cocinero para las que demostraba una gran capacidad lo que le hizo trabajar en los mejores hoteles de la Ciudad y algunos de Sudamérica. Casado felizmente con la santa de Mercedes, padre de cuatro hijos y abuelo de cinco nietos nadie se explica su fuerte tendencia a la ansiedad y a la depresión. Cuando no tiene problemas –cosa que ocurre la mayoría de las veces- anda seriamente preocupado por los que puedan sobrevenirles. Encontrártelo por la calle y decirle que lo ves con buen aspecto es el camino más corto para que la amistad naufrague.

   Cuenta ya en su haber con tres “intentos” de suicidio que no dejan de ser un reclamo para que sus allegados presten más atención a sus “serios” problemas de salud.  Estos “intentos” de quitarse la vida se enmarcan dentro del mayor de los surrealismos y no me resisto a contarlos con más o menos detalles. La primera vez que se le pasó por la cabeza quitarse de enmedio estaba trabajando en Caracas.  Me contó un día que por aquellas fechas había roto con una novia que tenía en Venezuela y que, por distintos motivos, lo estaba pasando bastante mal. Una tarde de Viernes Santo se acordó lo lejos que estaba su familia y su “Sentencia” del alma y se dijo “a tomar por culo, esto se acabó”.  Se preparó en un vaso de boca ancha  una dosis generosa de Bourbon y un par de cubitos de hilo y depositó en la misma mesita un bote de barbitúricos con la intención de tomárselo entero.  Pero su gran afición al Cine le salvó la vida. En la televisión venezolana estaban emitiendo la película “Psicosis” de Alfred Hitchcock que dicho sea paso el no había teniendo ocasión de verla todavía. Se fue metiendo en la trama de la película y al terminar  observó que el vaso de Bourbon estaba vacío y del bote de pastillas ni se había acordado. Lo volvió a depositar en el botiquín del cuarto de baños con el convencimiento que aquel día no tocaba. “A tomar por culo, hoy no toca”,  se dijo para sus adentros. Otra intentona me la contó un día su hijo y aquello fue ya la repera. Fue un día a verlo pues la madre le comentó que hacia un par de días que lo notaba raro y que no estaba muy tranquila de verlo tan melancólico. Como vieron que tardaba en salir de la cocina entraron para verlo y se llevaron la gran sorpresa de que se estaba tomando un bote de Fairy con los ojos desencajados. Llaman a Urgencias y aparte de decirles que les mandan una ambulancia que mientras tanto lo sienten con la cabeza hacia abajo y le den a ingerir toda el agua que sea capaz de tragar. Me cuenta el hijo que nada más tomar los primeros buches se convirtió en una máquina de echar pompas de jabón por la nariz y la boca. Abrieron la ventana de la cocina para que respirara y dice que las pompas salían flotando hacia el exterior.

   El tercer intento, y esto es absolutamente cierto, intentó cortarse las venas con un ¡tenedor de palo! y solo consiguió hacerse un montón de arañazos. Parece ser que ya desistió para siempre de acometer nuevas intentonas y dicen los que bien lo conocen que el nacimiento de su primer nieto fue fundamental para agarrarse a la vida..

   Motivado por serios problemas de espalda (secuelas de de su profesión) le concedieron la Pensión Absoluta por Invalidez apurando sus últimos años en activos en regentar un Video-Club. Esa etapa creo que fue la  más placentera de su vida pues hacia algo que le gustaba enormemente que era estar todo el día alquilando y, sobre todo, hablando de Cine. Se deprimía, eso si, viendo el gusto tan hortera de la gente que solo alquilaba películas banales donde  predominaban los efectos especiales. Más todavía cuando le aconsejaba a alguien que se llevara una película a la que consideraba una obra maestra y al devolvérsela le decían  que era un tostón. Solía comentar que si los sociólogos a punto de terminar la Carrera querían hacer una buena tesis doctoral que se fueran una tarde de sábado al Video-Club.  Allí podrían observar  el “nivelito” del personal a la hora de escoger las películas.

   La infancia y juventud de Agustín transcurrieron en el Barrio de la Macarena dentro de una excelente y honrada familia compuesta por su abuela, sus padres, tres hermanas (el era el menor), un canario y un par de gatos. A pesar de que nunca careció de nada ni en lo material ni en lo afectivo él mismo reconoce que ya de niño apuntaba maneras como futuro depresivo. Solía entrar en fases de tristeza sin que nadie ni nada pudiera justificar tal estado de ánimo.


  Los diversos psiquiatras que los han tratado a la lo largo de su vida nunca han sido capaces de detectar el origen o las causas de sus continuos altibajos emocionales. En la actualidad Agustín vive en un pueblo del Aljarafe. Me llamó hace un par de días por teléfono para saber de mí y de mi gente (siempre les mostró un gran afecto a mi madre y a mis hijas). Me comenta que con diferencia está pasando la mejor etapa de su vida y que ya tan “solo” se toma seis pastillas diarias para la ansiedad y la depresión. Me dice que entre los dolores de espaldas y el sobrepeso sale ya muy poco de su casa. Se lleva todo el día leyendo y ordenando su amplísima cinemateca a la espera de la visita de sus nietos.  Anda empeñado en emborronar unos folios con sus memorias y lo noté, afortunadamente, muy ilusionado. El titulo de cuanto escriba lo tiene casi hecho: “Venturas y desventuras de un cinéfilo depresivo”. 


Juan Luis Franco – Lunes Día 30 de Noviembre del 2015

domingo, 29 de noviembre de 2015

Los nietos





Con la suma de años, de muchos años ya, empiezas a ser conscientes de que con el paso de los mismos has ido dejando por el camino muchas cosas. Sueños, ilusiones, promesas, proyectos de vida y, lo más doloroso, las pérdidas irreparables de personas que fueron fundamentales en tu vida.  Cuando lo visto, y sobre todo lo vivido, no han conseguido instalarte en el campo del pesimismo al menos el escepticismo aparece sombreando tu más inmediato presente y tu  incierto futuro. Es entonces cuando por arte de magia aparecen en tu vida unos “locos bajitos” y maravillosos a los que llamamos nietos.  Ellos como por arte de magia le dan sentido a todas las cosas y nos muestran el camino de la verdad más hermosa: la de que la vida siempre se renueva.  Mis nietos representan todo cuanto de noble pueda habitar aún en mis sentimientos más profundos. Los quiero por lo que son y por lo que representan para mí. Suelo visitarlos, por la distancia, una vez a la semana y, a que dudarlo, ese día se me representa como el más esperado en mi calendario semanal. Tienen seis y tres años respectivamente y cada vez que los veo me descubren nuevas facetas de su personalidad.  Un niño y una niña que me atan a la vida a través de los eslabones sentimentales que llevan impregnados la verdad de todas las verdades: la de los sentimientos. Mi Rafa y mi Lola dan sentido en toda su magnitud a mi existencia. La vida es un lento discurrir que para los creyentes siempre debe –o al menos debía- tener un final feliz. Pero en la existencia de los humanos los conceptos (principios y finales) se intercambian: empiezas siendo nieto y terminas ejerciendo como abuelo.  La vida es hermosa mientras que la salud no se nos resquebraje y logremos que un bello amanecer, unas notas musicales, el vuelo de un pájaro, una copa de vino en buena compañía o un poema consigan emocionarnos.  Que el dolor ajeno nunca nos resulte indiferente y que siempre veamos en nuestros nietos la paradoja, triste paradoja, de millones de niños que viven abandonados a su triste destino.  Los nietos, los queridos nietos, son el hermoso epilogo de nuestras vidas. Un nuevo e ilusionante embarcadero donde dejar que reposen nuestras ya desvencijadas barcas. Para mí basta decir Rafa y Lola y en la vida ya todo cobra  y tiene sentido. Los nietos del alma marcando nuestros epílogos existenciales.


Juan Luis Franco – Domingo Día 29 de Noviembre del 2015


viernes, 27 de noviembre de 2015

Días de Noviembre





“Si una persona dice que ha encontrado
a Dios con certeza total y ni le roza
algún margen de incertidumbre, algo
no va bien”
- Papa Francisco -

Avanzan los días de Noviembre y su lento discurrir de atardeceres levemente sombreados lleva implícito la nostalgia por los eternos ausentes y el calor del hogar de los paraísos perdidos. Comenzó este mes de Dolorosas enlutadas con un recuerdo a los que ya se fueron para siempre y un reconocimiento a todos los que se ganaron en vida la gloria eterna a través de la santidad.  Santos y Difuntos; Difuntos y Santos, como paradigma de la existencia humana. Hasta la bondad se nos configura como algo con fecha de caducidad en el tiempo. Las mañanas de Noviembre son contradictorias y variopintas enfundadas en los dulces amaneceres soleados o ennegrecidas por los tonos grises de los días donde el cielo llora sobre la Ciudad.  Nunca como ahora nos supo tan reconfortante el primer café mañanero y nunca valoramos más las apacibles lecturas hogareñas en tardes de mesa-camilla. Vemos a través de los cristales como la calle va cambiando su tonalidad malva de novela de misterio por una oscuridad pespunteadas por la tenue luz de las farolas. Tiempo de introspección donde Bach, Bécquer y Valdés Leal alcanzan las cotas máximas de sus esplendores. Placeres de Noviembre plasmados en un humeante café, una yema de San Leandro, un buen libro y una copa de oloroso con un hombro cerca donde apoyarse.  Días de Noviembre que, a través de la nostalgia, nos retrotrae a nuestros orígenes. Somos de donde venimos y nunca hacia donde iremos. Avanzan sus horas los días de Noviembre, y las almas, presentes y ausentes, se confabulan para que en Sevilla  todo quede plasmado en el talón del Señor de la Ciudad.  Noviembre avanza y con él el año, los años, empiezan a extinguirse. Son los días de Noviembre.


Juan Luis franco – Viernes Día 27 de Noviembre del 2015

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Love Me Tender





Cada mañana viajamos con el pensamiento y llevamos flores a la tumba de Elvis para que su recuerdo sea firme y donde quiera que esté sepa que lo seguimos venerando. Escuchamos con devoción sus canciones a diario y conseguimos con su música que el tiempo se detenga. Enredaderas de cristal opaco atadas a los años perdidos. Su magia nos atrapó haciéndonos soñar cuanto todo era pura pesadilla. El mago de Tupelo, Mississipi, habita entre nosotros como fiel testimonio de un tiempo, sin tiempo ni medida, llamado juventud del divino tesoro. Los hijos del agobio liberados por baladas de luna llena y trepidantes rock para los huérfanos de soñadas verdades y ahítos de cuentos y mentiras. Elvis fue –y era- Rey de un reinado de besos y caricias donde el amor era (es) de obligado cumplimiento. Su magia nos atrapó haciéndonos soñar cuanto todo era pura pesadilla. Nos impregnó en los tuétanos la eterna juventud y por eso siempre, absolutamente siempre, le rendiremos pleitesía. Llegó para quedarse instalado en los corazones que se resisten a envejecer. Love Me Tender para el resto de nuestras vidas.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 25 de Noviembre del 2015

lunes, 23 de noviembre de 2015

La razón incorpórea





“Dios fue mi primer pensamiento,
el segundo la razón, y el tercero
y último el hombre”
- Feuerbach –

La primera vez que Pablo Iglesias (no confundir con el tipógrafo que creo la UGT y el PSOE) tuvo la ocasión de estar con el  Rey Felipe VI le regaló una Edición de la serie televisiva de “Juego de Tronos”. Una manera soterrada de que nuestro Monarca se ilustrara y aprendiera de las intrigas acaecidas en la citada Serie. Cuando el líder de Podemos fue recibido por don Mariano Rajoy,  Presidente del Gobierno de España, le regaló tres libros siendo uno de ellos las reflexiones de “Juan de Mairena” del gran poeta Antonio Machado. Pablo Iglesias daba por hecho que don Mariano desconocería la existencia de este libro machadiano y que no estaría mal que aprendiera las enseñanzas filosóficas y vivenciales del mismo (el bueno de Machado ya lo mismo vale para un roto que para un descosido). Caso de ser recibido por el Papa Francisco por el que Pablo Iglesias dice sentir una gran admiración es previsible que le regale “Matrimonio y moral” de Bertrand Rusell y “La sagrada familia” de Marx y Engels.  Como es probable que Pablo Iglesias ocupe en breve algún cargo de responsabilidad política en la Administración española humildemente recomiendo a cualquiera que lo visite (de fuera de su cuerda) le regale los “Episodios Nacionales” de don Benito Pérez Galdós. Aparte de que esto de regalar libros me parezca una excelente idea resulta realmente deprimente observar como alguien, en un ejercicio de pedantería, se considera intelectual y moralmente superior al resto de los mortales.  Este joven Profesor universitario responde al perfil progre del político-intelectual-moralista donde siempre prevalecen las formas sobre el fondo.  ¡Que sería de nosotros, pobres alienados mortales, sin el clarividente resplandor que dimana del faro de estos iluminados! Ya lo dejó escrito Juan de Mairena (apócrifo de Antonio Machado)….”Aprendió tantas cosas –escribía mi maestro, a la muerte de su amigo erudito- que no tuvo tiempo para pensar en ninguna de ellas”.


Juan Luis Franco – Lunes Día 23 de Noviembre del 2015