jueves, 14 de marzo de 2024

Enma Stone


La última entrega de los Oscar nos dejó una enorme satisfacción por entender que las estatuillas tuvieron unos destinatarios que superaban con creces el marco de lo excelente. El Oscar a la mejor interpretación femenina le ha correspondido a la enorme actriz Enma Stone. A sus 35 años de edad ya va por su segundo Oscar. A esto habría que añadirle dos Premios BAFTA; tres SAG, dos Globos de Oro y la Copa Volpi. Insisto, nos referimos a una actriz de 35 años de edad. Dos películas tan distintas como “La La Land” y “Pobres criaturas” nos dan una exacta dimensión de las grandes dotes interpretativas de esta actriz nacida en Scottdale (Arizona). Entiendo que Enma Stone está llamada a escribir con letras de oro el Cine de las próximas décadas. Se demuestra, una vez más, que el talento es atemporal y aparece cuando Dios o la Madre Naturaleza estiman oportuno. La genial Katharine Hepburn está a la cabeza de actrices galardonadas con el Oscar (son cuatro los que contemplan su brillante trayectoria). Las referencias en el Arte y la Cultura siempre son anecdóticas y cada uno/a deben elaborar su propia página en el Libro de la Historia. Enma Stone ha llegado al mundo del Séptimo Arte para dejar una huella indeleble en la Historia Contemporánea del mismo. Es el tiempo como juez supremo quien nos dice sin paliativos los escogidos/as para la gloria del Arte y la Cultura. Una obra o un artista se convierten en clásicos cuando el paso del tiempo lejos de minimizarlos los engrandece cada día. Un artista nunca debe trabajar para la eternidad sino en consonancia con el tiempo que le ha tocado vivir. Lo eterno es tan difuso como concreto lo real. En la entrega de los Oscar a Enma Stone se le rompió la cremallera del vestido. Lo resolvió con la naturalidad que solo está al alcance de las grandes artistas. Habrá que seguir con atención las cremalleras de sus nuevos vestidos pues, a no dudar, se le puede volver a romper cuando recoja un nuevo premio. Enma Stone en la cima de las cremalleras. El Cine en su eterna rueda de los grandes talentos.


martes, 12 de marzo de 2024

Por los caminos de la Esperanza

La vida, ante sus inevitables pesares e incertidumbres, necesita retroalimentarse de la Esperanza. Sevilla siempre se nos presenta como el faro esperanzador ante los fuertes oleajes de la existencia humana. Más que como un antídoto o un paño de lagrimas la Ciudad se nos configura como un manual de respuestas existenciales al sevillano modo. En una hermosa contradicción las dolorosas sevillanas transmiten su inmenso dolor desde la belleza suprema. El sempiterno llanto de las madres sevillanas que siempre llevan colgada de sus cuellos una medalla como antídoto contra la pesadumbre. Junto a las tierras de Macarius vive y recibe una Esperanza de soles y lunas que, tras un Arco, se nos muestra en la plenitud de su incomparable belleza. El mismo Arco que siempre dispara sus flechas de amor buscando acertar en la diana de los más nobles sentimientos sevillanos. Allí donde la Roma Imperial se sevillaniza y donde un bordador consiguió transformar la Semana Santa sevillana con altas dosis de belleza. Al otro lado del río habita una Esperanza que siempre nos espera cuando cruzamos el Puente de todos los puentes. Allí donde la Soleá se hizo eterna en los ecos trianeros y artesanos de los alfareros. Donde el quejío gitano de los Caganchos se convirtió, a golpes de fragua, en un lastimero cante por Siguiriya. Un bergantín trianero que avanza hacia Sanlúcar llevando como timón los ojos más bonitos que dieron esta tierra. Por entre dos Puertas (Carmona y Osario) reina una Esperanza que uniéndose a la Gracia llena cada Domingo de Ramos las calles de la Ciudad con el dulce sabor de los eternos comienzos. Todo bajo el soniquete a golpes de maracas de los “Angelitos Negros” de Antonio Machín. Por los confines de Capuchinos aparece una radiante Esperanza espejo sublime de pura sevillanía. La finura sevillana reflejada en su máxima expresión. Allí donde Carmona pasa de pueblo a Carretera y un Santo italiano enseña las cuatro reglas con el prisma de la infinita bondad. Una Esperanza que funde su infinita belleza tomando como propio el solemne y mágico halo de la Santísima Trinidad. Allí donde la Ciudad marcaba una línea entre intramuros y extramuros para recibir a los viajeros románticos y despedir a los que buscaban fuera nuevos horizontes. Todos los caminos conducen a Roma y todos los caminos de la Esperanza nos llevan a Sevilla. Al final todo termina cuadrando: Roma y Sevilla buscándose en la Esperanza.

jueves, 7 de marzo de 2024

Bob Dylan

El próximo día 24 de Mayo Bob Dylan cumplirá 83 años de edad. Ya tiene programada una nueva Gira. Con el girar de Dylan también gira el mundo al compás de sus canciones. Es realmente complicado analizar las últimas décadas del siglo XX y las primeras del sigo XXI sin la aportación cultural y artística del Genio de Minnesota. Nunca tendremos claro si Dylan es un poeta que canta o un cantante que escribe poesía. Lo cierto es que unida a su guitarra o a su armónica se desgrana el Arte en su máxima expresión de  nobleza. Las letras de sus canciones son un compendio contemporáneo en lo social, lo filosófico y lo espiritual (acorde con sus profundas convicciones religiosas y su indesmayable lectura de la Biblia). Su hermetismo y su animadversión hacia algunos medios “deformativos” no son mas que una defensa de su legado ante el filtro de la superficialidad. En el año 2016 la Academia Sueca le concedió el Premio de Nobel de Literatura y tardó tres meses en recogerlo. No haré un falso ejercicio de progresismo para decir que Bob Dylan ocupa el epicentro de mis más íntimas emociones musicales. Ese sitio lo ocupa desde hace muchos años el gran Paul McCartney y ya dudo que nada ni nadie pueda sustituirlo. Esto no es óbice para reconocer sin ambages las enorme trascendencia de Dylan en la Cultura y el Arte contemporáneo. Sus progresivos avances en distintas modalidades musicales son un canto a la perseverancia y al talento. Con casi 83 años de existencia su vida y su obra lo convierten en una leyenda viviente. Un cantante-poeta de soles y lunas que trasluce en sus canciones nuestras grandezas y flaquezas como seres humanos. Bob Dylan es el testaferro principal de un tiempo que huele a pólvora, a hachís, a rosa tempranera, a libros prestados, a búsqueda de libertades, a incertidumbre existencial, a amores de contrabando, a manifestaciones pacifistas, a amaneceres luminosos y a largas noches de insomnio. Un Profeta de canciones inolvidables que busca siempre en el horizonte un mañana que nunca termina de llegar. Dylan, Bob Dylan como ejemplo paradigmático de lo que fuimos y lo que somos. Imaginar esta época sin sus canciones y su presencia sería como imaginar la noche sin el día. Una perfecta comunión entre el mensajero y los receptores del mensaje. Bob Dylan ante la insoportable levedad del ser.