miércoles, 30 de marzo de 2011

Los cantos de sirena



El más que interesante Pablo Ollero lo dejaba claro en el Programa de Paco Robles en Tele-Sevilla (“Cómo está Sevilla”. Martes y jueves a las 21,30 h.), cuando separaba la Democracia de los falsos demócratas. Los mismos que la han llevado en nuestro país a sus más altas cotas de descrédito y desprestigio. Ahora más que nunca, venía a concluir, es cuando la Democracia necesita mayores dosis de profundidad y, de manera paralela, someterla a una profunda higiene política y/o ideológica. Esto es una verdad que no admite trampas ni camuflajes. Ahora que la RAE se plantea de vez en cuando innovaciones o rectificaciones en los conceptos y significados de las cosas cotidianas, debería incluir un anexo a la palabra “Dimisión” en el siempre resbaladizo terreno de la política española. Podría ser más o menos así: Dimitir: “Dícese de aquello que los políticos españoles -de todo signo- no hacen ni aunque los pillen atracando un banco”. Aquí no hay quien dimita, independiente del tamaño de la tropelía cometida. Todo se deberá a una campaña mediática; una cruzada del Partido que deambule por la acera de enfrente o, de un mal entendido que la Justicia, en la que se confía plenamente (sobre todo cuando las decisiones judiciales les son favorables), terminará por aclarar. Hoy, en este corral de falsos gallos de pelea en que han convertido Andalucía, ya nos sabemos de memoria la letra y la música de las cantinelas políticas. Unos cantan, “ERE como una espinita que se te ha clavao en el corazón” y, los otros, “¿Dónde vas con mantón de Manila? ¿Dónde vas con traje de Gürtel?” No nos quepa la menor duda, y a las pruebas me remito, que estos turbios asuntos ocurren en verdaderos países democráticos y media clase política andaría por las calles buscando empleo. Pero aquí no pasa nada o al menos los disimulan muy bien para que así lo parezca. Hace poco ha dimitido un Ministro alemán (considerado por todos como el natural sustituto de doña Ángela Merkel) por haber sido detectadas irregularidades en su expediente académico. Aquí no dimite un político ni aunque se demuestre que saqueó entera la Universidad en su etapa de estudiante. ¡Hasta ahí podíamos llegar dirán ellos! Recuerdo una época, felizmente superada, donde era asiduo oyente de las tertulias políticas radiofónicas. Sobre un mismo tema, si escuchabas a los tertulianos de la SER las cuestiones eran planteadas, en sus coordenadas y soluciones, de una manera radicalmente contraria a los de la COPE. Esto parece ser que formaba parte de la disparidad de criterios que debe albergar una sociedad democrática. Así lo tenía asumido. Pero, mi gozo en un pozo. Empiezan a cambiarse tertulianos (entiendo que por legitimas mejoras económicas) de una emisora a otra y es sorprendente el cambio de tercio de los mismos. Poderoso caballero es don dinero. Esto te hace sentirte participe de un juego de manipulación informativa donde, lamentablemente, hasta los muñecos de un guiñol son más libres en el ejercicio de sus funciones. Escuchar los informativos mañaneros de Canal Sur Radio es un canto al optimismo impostado y, de manera programada, a que no hay que ser tan agoreros pues las cosas van poco a poco mejorando. No critico a los profesionales de ningún medio informativo pues entiendo que hoy todo está atado y bien atado en aras de intereses políticos y/o financieros. ¿Quién de nosotros saborea en la sociedad española actual el dulce y necesario sabor de la libertad? La sociedad civil ni está ni se le espera. Si se hiciera una encuesta en las calles de Andalucía, ¿cuantos andaluces conocen y sabrían explicar que son los ERE? Si la trasladamos a la hermosa Región Valenciana, ¿quienes entre los valencianos conocen en verdad la trama del “Caso Gürtel? Han logrado enmudecer hasta el ancestral canto de sirenas. Saben que por los mares de la ignorancia es por donde mejor navegan sus repletos barcos. “Andaluces –de la Administración- levantaos que llegan otros para ocupar vuestros confortables sillones”.

martes, 29 de marzo de 2011

Las manos de la decencia



A doña Josefa Casado Rodríguez. Cuando cada jueves acudo en el tren de cercanía a Dos Hermanas en busca del gozoso futuro que representa mi nieto las suelo ver de cerca. Son mujeres mayores de edad y sobre todo poseedoras de grandes y sufridas cuotas de supervivencia. Se suben en la Estación del Hospital Virgen del Rocío y la mayoría rinde destino en la Utrera de Bambino, Fernanda y Bernarda. Viajan acompañadas de sus maridos vencidos por la edad pero no todavía por la vida, o por sus hijas que se me muestran como radiantes cincuentonas. Curiosamente cuando van con sus maridos estos ocupan el asiento que da a la ventanilla y, cuando lo hacen con sus hijas, son las madres las que se sitúan cerca del discurrir del tren, observando melancólicas las cosas que va dejando atrás en su imparable avance. Nada contiene más vida y literatura que el tren y los elementos que le acompañan y adornan. La andadura terrenal discurre por dos raíles: el del gozo y la pena y, siempre tendremos que bajarnos todos en la última Estación. Me suelo sentar lateralmente para poder observar el mundo que me rodea en estos cortos viajes de cada jueves. Van vestidas estas santas mujeres -victimas y heroicas supervivientes de la posguerra- de manera impoluta y con una limpieza ejemplar. Muchas vienen de someterse a revisiones hospitalarias –las hijas portan radiografías o resultados de análisis en enormes sobres-, o de visitar a algún familiar enfermo para infundirle animo y esperanza. ¡La Esperanza, siempre la Esperanza! Sus manos. Me llaman la atención de manera preferente la dureza que se refleja en sus grandes y trabajadas manos. Dedos gruesos y rugosos donde aparece una alianza hundida como si quisiera fundirse con la carne. Manos donde la decencia, el esfuerzo y el sacrificio tomaron cartas de naturaleza. Manos que ejecutaron miles de lavaos en refregaores y piedras de lavar. Manos sosteniendo pesadas planchas de carbón alisando toda clase de ropa. Manos aventando el cisco picón en hogareños braseros antídotos de los crudos inviernos. Manos propiciando la lumbre en huecos de cocinas donde faltaba muchas veces lo principal: la comida. Manos para restregar suelos propios y ajenos arrodilladas como al paso del Corpus. Manos para enjugar con el pico del delantal alguna lágrima furtiva provocada por la pena, la injusticia y/o la incomprensión. Manos para tender y destender ropa portando talegas repletas de alfileres de palo. Mano para acariciar amorosamente niños y simular pasión con hombres ahítos de trabajo y vino. Manos para escardar, varear o sembrar la tierra del Dios Padre Celestial y, sobre todo, del Amo Padrastro Terrenal. Manos que labraron y levantaron un país deshecho por la tragedia y por la hambruna. Manos que nunca aplaudieron hasta que su primera nieta apagó su primera velita de cumpleaños. Son manos que por imperativos de la vida terminarán dentro de no mucho tiempo -como escribió Machado- en “yertas manos en cruz”. Cuando ya reposen inertes y a punto de emprender el último viaje, bien haremos en un gesto de noble despedida, con besarlas amorosamente. En ellas siempre estará nuestra mayor herencia sentimental impregnada de sacrificio, dignidad y honradez. Fueron y siempre serán las manos de la decencia de este país al que, de momento, todavía seguimos llamando España.

lunes, 28 de marzo de 2011

Las idas de Marzo


“He vivido cuatro días tres no fueron sevillanos llevadme a la tierra mía” - Rafael Montesinos – - Como decían los antiguos: un cominito –de tiempo- y ya Marzo será una vez más vencido por las luces azul-añil de los atardeceres abrileños. No es casualidad que la Primavera empiece el 21 de Marzo y termine…..cuando Sevilla diga y quiera. No se puede, ni siquiera intentar, ser niño todo el año, pero en Abril la rueda del tiempo –sujeta a los felices momentos pasados- retrocede allí donde de verdad fuimos realmente nosotros: la dulce estación primaveral de la niñez. Nunca se mezcló de manera tan armoniosa el temple de lo inmediato con la ansiedad de la espera. Es un milagro prioritariamente de la luz. Cegadora, luminosa, creadora de un calidoscopio que se difumina y toma forma por callejas y plazuelas. Se desparrama sobre nosotros como los puñados de arroz que se vierten sobre los novios a la salida de los “si quiero”. Los sentidos dejan de sentir para ser enervados al reclamo de la belleza de las cosas perfectas. En la Primavera sevillana los corazones no laten sino que palpitan. Las luces de los largos atardeceres salvadoreños se cuelan por los cristales multicolores mostrando, en todo su esplendor, el Divino Rostro del Señor de la Pasión. Los niños-niños toman ruidosamente las plazoletas en alborotados juegos infantiles. Los hombres-niños cogen la senda que conduce a la niñez, caminando en sentido contrario a las agujas del reloj. Pretendemos que el tiempo nos retrotraiga y nos sitúe de nuevo en las puertas del Paraíso perdido. Todo sevillano tiene un punto de inflexión donde sabe, que el anhelado deseo primaveral, se toca como los amantes rozan amorosamente los filos bordados de las sabanas de Holanda. El mío, mi punto de arranque sin posibilidad de retorno, es cuando ya está definitivamente montada la rampa del Salvador. Ya todo quedará relativizado por el tiempo que pasa de la lentitud de las horas a la velocidad vertiginosa de los segundos. El tic-tac del pulso de la Ciudad que inmisericorde se nos irá escapando de las manos dejándonos ahítos y exhaustos de luz y gozo. Cada uno irá ensayando su imprescindible y particular papel para la gran obra que se prepara en la Ciudad. Vaciarse y saciarse en la plenitud del día a día en vísperas de todos y de todo. Sin complejos ni camuflajes. Paseando lentamente sus calles mientras musitamos entre dientes poemas del alma. Disfrutando sin complejos y asumiendo que todo tendrá un final. La belleza de la estética, la tradición y la fe con fecha de caducidad en el almanaque del tiempo intemporal. Como los buenos toreros cuando embarcan al toro en una buena faena. Recuperando a aquellos ausentes del alma que nos enseñaron a desentrañar sus vericuetos sentimentales. Viviendo intensamente cada instante de los días que se nos regalan. Reconvirtiendo en momentos sublimes aquellos que por reiterativos nos parecen insustanciales. Una cola en la Casa Hermandad para retirar tu Papeleta de Sitio. Un peregrinar para comprobar como poco a poco toman forma los esqueletos de madera en el interior de los templos. Aquellos que pronto serán altares deambulando por las calles de la Ciudad. Vivir sobre lo vivido con la esperanza de conseguir nuevas prorrogas terrenales para años venideros. Atrapar el momento que te depara la tradición, envuelta en la maraña de los sentimientos que se despertaron –ya de por vida- en la niñez. Una túnica blanca bailando tendida al soniquete del aire de la mañana. Una abuela con unas gafas redondas sujetas a la punta de la nariz, sentada en una silla de enea, mientras pega amorosa un escudo azul en el centro de un antifaz blanco como el armiño y, un niño, que junto a unos “colegas”, está comprando caramelos en “Casa Mauri”. Al final todo resulta de una simpleza extraordinaria.

domingo, 27 de marzo de 2011

Hija amantísima



“A Sevilla la representa todo aquel que en su oficio o profesión logra captar e infundir el espíritu de la Ciudad”
- Joaquín Romero Murube –

Juana de Aizpuru es un símbolo inequívoco de cuanto representa de verdad y positivo el vanguardismo cultural sevillano. Su impagable trabajo de galerista y el noble y pertinaz afán de mostrarnos generosamente las obras de la nueva vanguardia pictórica española son encomiables. La biografía de esta vallisoletana que ha vivido los últimos años entre Sevilla y Madrid es apasionante. Crea su Galería de Arte en Sevilla (1970) y la mantiene hasta el 2005. En el 2004 organiza en Sevilla la Bienal de Arte Contemporáneo (BIACS) estando seriamente comprometida, por razones obvias, su continuidad en la actualidad. Fue Directora de ARCO (Feria Internacional de Arte Contemporáneo–Madrid) desde 1982 hasta 1986. Insisto, una biografía apasionante al servicio de la Cultura con mayúscula. El pasado 28 de Febrero (Día del PSOE-A) recibió el merecidísimo nombramiento de Hija Predilecta de Andalucía. En las declaraciones posteriores de tan señalado día dijo una frase, refiriéndose a Sevilla, que llamó poderosamente mi atención. Venía a decir que su relación con la Ciudad había sido parecida al de una buena madre. Trató a Sevilla como a una querida hija y, a la que en virtud de ese cariño maternal, la había tenido que reñir en algunas ocasiones por su inadecuado comportamiento. Me abría un nuevo frente sentimental en mi consideración sentimental de la Ciudad. Sevilla siempre se me representó con forma de mujer. Unas veces madre, otras novia, algunas hermana e inclusive en contadas ocasiones amante despechada. Pero ¿hija? Eso nunca se me había ocurrido y posiblemente sea una lectura imposible para los nacidos a la sombra de la Giralda. No es casualidad que Sevilla sea considerada la Tierra de María Santísima y que tenga nombre propio según su demarcación sentimental. Se llama Esperanza en el arrabal trianero; Angustias por los aledaños de la Puerta del Osario; Candelaria por los antiguos confines de la Judería sevillana; Refugio en el Barrio de los Toreros; Trinidad allí donde palpita el corazón de la Ronda; Amargura por San Juan de la Palma; Soledad donde habita Aquel que nunca nos dejará solo y, Macarena por toda Sevilla. Por eso cuando doña Juana de Aizpuru dice tratarla como una hija me conmuevo y me sorprendo gratamente. Esto solo es posible para alguien que viniendo de fuera se hace más sevillano que los aquí nacidos. ¿Cuántas incomprensiones no habrá padecido esta excelsa mujer por medio de las “fuerzas vivas” de la Ciudad? Ella todo lo disculpa pues sabe que a su Hija –la Ciudad- la tienen crónicamente mal aconsejada y manipulada. Sevilla no es clásica ni vanguardista, es la mezcla armoniosa de ambos conceptos unidos al halo de la eternidad. Aquí nacieron Paco Cortijo, Claudio Guerín, Jesús de la Rosa y Silvio como claros exponentes del mejor vanguardismo español. No es lo mismo ser una Ciudad barroca que serlo del barro frágil donde se asienta el inmovilismo. Los políticos siempre andan con la cantinela de armonizar tradición con modernidad (¿) ¿En que se antagonizan ambos conceptos? ¿Quién considera antagónico a Luís Cernuda –que murió con un libro de los Hermanos Quintero entre las manos- con Rafael de León? ¿Quién puede impedirte gozar con doña Pastora Pavón y con Miss Nina Simone? ¿En que cruce de caminos chocan la Salida del Silencio con la excelente consideración hospitalaria en Europa de la Unidad de Quemados del Virgen del Rocío?
Por eso tiene muchísima razón doña Juana de Aizpuru cuando considera a Sevilla como a una hija. Mal aconsejada, distraída por los cantos de sirenas, pero enormemente querida y valorada en toda su grandeza. Una hija única que atrapa y enamora cuando se la conoce, se la respeta y se le ama.

sábado, 26 de marzo de 2011

La gata sobre el tejado de Zinc

La Historia del Séptimo Arte ha dado mujeres guapas; mujeres muy guapas; mujeres tremendamente guapas y a…. ¡Liz Taylor! El pasado miércoles 23 de marzo del 2011 falleció a los 79 años de edad. Elizabeth Taylor fue una niña prodigio en la época dorada de Hollywood y, a la largo de su exitosa carrera, sobrepasó las cincuentas películas interpretadas. Dos veces consiguió la “dorada estatuilla”: “Una mujer marcada (1961) y, ¿Quién teme a Virginia Wolf? (1981). Algunas de sus películas forman parte inseparable de las mejores de la Historia del Cine. Podemos citar entre las mas destacadas a:”Un lugar en el sol” (1951); “Gigante” (1956); “La gata sobre el tejado de Zinc” (1958) y “Cleopatra (1963). Liz Taylor hija de padres americanos nació accidentalmente en Londres y, siempre mantuvo su doble nacionalidad. Esta mujer que poseía los ojos y el busto más hermoso del Cine fue una más que excelente actriz y, posiblemente, no exista en toda la Historia del Séptimo Arte un caso más rotundo y singular de mujer emancipada. Liz Taylor no era solo una mujer libre y sin ataduras de ningún tipo, sino que por si misma encarnaba un ejemplo rotundo de en que consiste la Libertad. Sus amores y desamores con Richard Burton, estuvieron salpicados de risas, lágrimas y alcohol, marcando toda una época en las páginas de la prensa sensacionalista. Contrajo a la largo de su vida ocho bodas con siete hombres (con Richard Burton se casó en dos ocasiones). Fue una fiel defensora de la lucha contra el Sida y en su ultima etapa terrenal (seguía estando hermosísima incluso en silla de ruedas) mantuvo una amistad surrealista con Michael Jackson. Su muerte no hace más que confirmarnos a los cinéfilos de mi generación que empezamos a vivir de prestado. Ella nos enamoraba y conseguía que tuviéramos su foto en los sitios más insospechados (la tuve durante un año en mi taquilla de escaso “ardor guerrero” por tierras de Ceuta). Su desconsuelo cuando en la pelea final de “Gigante” vapulean a un envejecido Rock Hudson por defender a su nieto mestizo, son de las que nunca se olvidan. O cuando con una belleza arrebatadora sonsaca al inolvidable Paul Newman para que suelte la muleta y coja de una vez la espada de matar. Desde hacia más de treinta años tenía diagnosticado problemas serios de salud, pero su vitalidad y su carisma podían con todo y con todos. El Cine como Fábrica de sueños (para los que nunca pierden la capacidad de soñar) nos creaba héroes (los hombres) y mitos (las mujeres). Nosotros inmersos en nuestras penurias éramos gozosos receptores de hermosas propuestas subliminales. Vaya usted con Dios hermosa Reina del Nilo. Gracias eternas por habernos hechos soñar con mundos menos asfixiante que el que nos había tocado vivir. Salude de nuestra parte a Ava, a Elvis, a Rock, a Paul, a Clark, a Spencer y, como no, a Richard. En fin a todos los que configuraron nuestro universo sentimental. Háganos un último favor: asomase de vez en cuando a algún balcón de los de ahí arriba y proyecte sus hermosos ojos hacia la Tierra. Será la mejor manera de que los mares de los sueños nunca dejen de brillar. Dios te guarde a Ti y, de paso, nos consuele a nosotros cuando te hagamos renacer viendo tus películas. Hasta siempre Reina.

viernes, 25 de marzo de 2011

La caida del Muro de Antequera



Conforme se acercan los periodos electorales que abarcan la vida de las ciudadanos en cualquiera de sus variantes (provincial, regional y/o nacional), las encuestan se empecinan en que el descalabro del PSOE será de los que hacen época. Lógicamente será el principal Partido de la oposición el gran beneficiario de este descrédito socialista, motivado por un cúmulo de razones y circunstancias de todos conocidos. La Crisis, la ineficacia, el clientelismo y, algunos casos que recordar no quiero, han propiciado que soplen vientos de cambios políticos. ¿Mejoraremos con los mismos? ¿Podremos levantar el vuelo con la gestión de los que llegan al Poder? Sinceramente no lo se y nunca haré juicios de valor en el resbaladizo terreno de las suposiciones. Esperaremos, comprobaremos y opinaremos en consecuencia. Asumo sin complejos, y sin sentirme orgulloso por ello, que mi valoración de la clase política española actual -en su conjunto- está bajo mínimos. Nunca creí, ni creo, en los políticos profesionales y que tienen en los Partidos su principal y única fuente de ingresos (muy jugosos por cierto). Andalucía ha estado durante más de treinta largos años sometida a lo que algunos analistas llaman un “Régimen democrático”. Un PRI mejicano a la roteña para entendernos. Este largo periodo de dominación socialista en Andalucía ha estado motivado, principalmente, por la incapacidad de la derecha andaluza en ganarles unas elecciones a los del puño y la rosa. Aquí se hace más que evidente que las próximas y, parece innegable que las más asequibles para las huestes del PP, no las ganarán los del Partido de la gaviota, sino que más bien las perderán los gobernantes socialistas. Las elecciones nunca las gana la oposición sino que las pierde quien gobierna. Los mecanismos propagandísticos de control que se ejercen desde el Poder siempre representan un plus del que carecen los opositores.


Parece ser que por fin y después de no pocos descalabros electorales don Javier Arenas será Presidente del Gobierno de Andalucía. Veremos cuantas de sus promesas electorales se llevan a feliz término. ¿Encargará una auditoria rigurosa e independiente para que los andaluces sepamos, sin tapujos, como han ido las cuentas autonómicas estos últimos años? ¿Caso de confirmarse el expolio que él tanto denuncia, se depuraran responsabilidades? ¿Se optimizarán los recursos humanos de Junta y Diputación para distinguir los funcionarios que trabajan de los “enchufados” políticos? Son muchas las preguntas que flotan por los enrarecidos y viciados aires de la política andaluza, y que exigen respuestas inmediatas y contundentes. Si la alternancia nos trae cambios profundos en el fondo y en la forma bienvenida sea. Sinceramente mi duda sobre el particular no es metafísica sino terrenal y, envuelta en el gris envoltorio del grupo, cada vez más numeroso, de los escépticos. Hace ahora un mes “celebramos” por estas tierras de mares, cal y olivos nuestro “Día de Andalucía”. Tristísimo recuento de banderas blanca y verde en ventanas y balcones. Corazones desangelados por un camelo de pompa y boato. Medallas para disimular como le han hurtado a la gente las ilusiones y el futuro de sus hijos. Para los mortales andaluces significó un puente para escapar tres días del yugo del trabajo (quien todavía lo tenga) y, para “ellos”, un homenaje de himno y banderita para auto-convencerse –y tratar inútilmente de convencernos- de que todo esto tiene sentido.


Andalucía ayer, hoy y ¿mañana?, atrapada en las enredaderas del desosiego y llorando la marcha de sus mejores hijos. Tierra donde siempre encontraron acople y acomodo los mediocres y oportunistas de todo signo y condición. Sombras y luces caminando siempre cogidas de la mano. Andalucía en definitiva siempre dócil y, siempre fiel a su incierto y triste destino.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Socialista no viene de Socio




“No es cierto que el poder corrompe, sino que hay políticos que corrompen al poder”
- Bernard Shaw –

Para aquellos románticos que un día lejano nos ilusionamos con el Socialismo democrático, debemos reconocer sin reparos que nuestra ideología ha sido pasto del fuego que prenden los oportunistas, corruptos y trepadores. Considerarse socialista en la actualidad y no entrar en el terreno de la perplejidad –por lo que vemos y padecemos- se nos antoja una tarea hartamente compleja. El Socialismo español, que es el que más nos afecta, tuvo un referente histórico llamado don Julián Besteiro Fernández y, otro contemporáneo, que responde al nombre de Felipe González Márquez. Ambos representan y simbolizan cuanto de positivo tuvo para la sociedad en general y, la clase trabajadora en particular, los postulados ideológicos del Socialismo democrático español. Sobre la larga gestión gubernamental de Felipe González se argumentará que es un compendio de luces y sombras. Esto es extrapolable a cualquier dirigente de cualquier país y de cualquier época. Fueron doce años dirigiendo la hoja de ruta social y política de los españoles y, ya de manera unánime, los analistas rigurosos y objetivos coinciden en que lo positivo primó abrumadoramente sobre lo negativo. Esto es así y no reconocerlo es cegarse con los flashes del sectarismo. ¿Qué ocurrieron acontecimientos puntuales nada ejemplarizantes? Cierto. Negar lo evidente es cerrarle el paso a la verdad.

Pero quien quiera que haga la “prueba del algodón” y compare a Felipe González con Rodríguez Zapatero. No hay color, ¿no es verdad? Crea sonrojo incluso la remota posibilidad de compararlos. Nuestro actual Presidente representa y simboliza cuanto la política con mayúscula tiene de negativo.

El Socialismo democrático (el otro que se lo pregunten a los de la hoz y el martillo) tiene su basamento ideológico en algunos elementos económicos del marxismo y, una parte filosófica no desdeñable del humanismo cristiano. En la aplicación política de alguna teoría ideológica los resultados no son siempre los deseables. Las circunstancias sociales y políticas, y el manido factor humano, condicionan muchas veces una gran disfunción entre lo que se dice y lo que se hace (teoría y practica). Con la irrupción –recordada y añorada- de Willy Brandt al mundo de la política activa, ya teníamos un precedente europeo de aplicación práctica del Socialismo democrático (la Socialdemocracia). Se respeta en lo económico la libre “Economía de Mercado”, pero se posibilitan los medios para, que a través de un racional proceso productivo, los trabajadores alcancen sus mayores cotas históricas de bienestar y libertad. Los abusos y la corrupción de todo tipo son fuertemente contestados por un Estado que, desde posiciones socialdemócratas, vela para que no se produzcan tropelías y “mangoletas”. Los socialistas de aquella recordada etapa respondían -mayoritariamente- al perfil del manual del buen socialista: honrado, trabajador, austero, demócrata, buen gestor e ilustrado. Hoy, como salta a la vista, las cosas en el Socialismo democrático son bien diferentes. No digo ni por asomo que no existan dirigentes socialistas que respondan íntegramente a estos enunciados ideológicos. Cuesta trabajo encontrarlos, pero seguro que rebuscando encontraremos algunos.

Lo cierto es que somos muchos, los que sin renunciar a nuestra ideología, nos sentimos ajenos a estos “socialistas” que mandan en nuestras vidas y haciendas.

¿Nos dirán que las cosas han cambiado y adaptarse a los tiempos que corren es una necesidad vital? Puede que estén en lo cierto, aunque lo dudo por activa y por pasiva. Cuando uno peina canas y ha visto ya un largo tramo político de la Historia de España, no le duelen prendas en reconocer que estamos asistiendo a una preocupante perversión y banalización de la vida pública (políticos de derecha incluidos claro está). Con el añadido de que son capaces de aburrir a las moscas. ¿Alguien recuerda un discurso más pobre que aquel que ponen en práctica los políticos actuales?

Pues eso, a nadie debe extrañar el peligroso hartazgo de política –y sobre todo de políticos- que tienen muchos ciudadanos en la actualidad. Tragarse entero un debate parlamentario se ha convertido en una forma suprema de masoquismo. Urge, sin más demora, una regeneración democrática en España. La política está envilecida y, lamentando el constatarlo, los “socialistas” de hoy no son ajenos a este envilecimiento.

lunes, 21 de marzo de 2011

Waka-Waka o el Piquetazo.



La figura del libero en el mundo del fútbol es más reciente de lo que pueda parecer. No hace muchos años se jugaba con un central y uno de los dos medios, el de corte más defensivo, bajaba en apoyo del centro de la defensa. Para situarnos citemos a dos medias excelente de los equipos sevillanos: Ruiz Sosa-Achúcarro en el bando de los “palanganas” e, Isidro-Valderas en la de los “verdolagas”. Los defensas centrales solían ser jugadores muy expeditivos y con escasos recursos técnicos. Se configuraban como auténticos frontones vestidos de corto. Su misión en el campo consistía que, al recibir el balón, había que mandarlo contra más lejos del área mejor. No fueron pocas las veces –en campos pequeños- que después de un voleón el balón terminara fuera del campo y en plena calle. Hay un precedente majestuoso en el balompié español de sacar el balón jugado desde atrás y, posiblemente, entre los primeros del fútbol mundial. Me estoy refiriendo a Jesús Garay Vecino (1930-1995). Primero en una década en Bilbao (1950-1960) y posteriormente en cinco años gloriosos con la camiseta blaugrana (1960-1965) cambió radicalmente los esquemas del juego defensivo. Garay muy pocas veces pegaba pelotazos y siempre sacaba el balón con una conducción elegantísima armando el juego desde su propia área. Que hoy no lo recuerden ni lo citen los doscientos analistas futboleros que pululan por radios y televisiones no es de extrañar. Todo forma parte del juego que une olvido con ignorancia.

La cima de los liberos del mundo mundial la alcanzó un alemán al que apodaban “El Káiser” y cuyo nombre respondía al de: Franz Beckenbauer. Un auténtico ingeniero del balón, construyendo desde su propia portería, hermosas propuestas arquitectónicas del mejor fútbol imaginable. Cuesta creer que cuando se citan a los grandísimos jugadores de la Historia omitan su nombre entre los mejores. La memoria no solo es frágil sino perversa. Era mucho Franz este “Káiser alemán”.

En el fútbol actual ya los pelotazos sin sentido brillan por su ausencia. Todas las defensas tienen un libero que enhebra la construcción del juego desde atrás, propiciando eso que hoy llaman “la triangulación”. Posiblemente en la figura de Fernando Hierro encontremos el modelo hispano más excelso y completo. El malagueño lo mismo jugaba el balón en corto que en ajustados desplazamientos de cuarenta o cincuenta metros. Posiblemente en las filas sevillistas haya sido Antonio Álvarez quien mejor haya representado esos valores. En el Betis, Risto Vidakovic se me aparece como el mejor de la Historia verdiblanca.

En la actualidad contamos en nuestro país con el mejor libero existente en el mundo del fútbol actual. Se llama Gerard Piqué y sus actuaciones tanto en su equipo del Barcelona como en la Selección española no dejan lugar a dudas. Su conducción del balón; el achique de espacios, y la seguridad en el pase, lo hacen configurarse como el defensa con el que sueñan todos los equipos grandes. Pero, como nadie está contento con lo que Dios le ha dado, va el “buen hombre” y se nos hace novio de una diosa colombiana: la cantante Shakira. ¡Si esto no es acaparamiento que venga Dios y lo vea! Joven, rico, guapera, famoso, pedazo de jugador y encima…. ¡novio de Shakira!

Tu tranquilo “Gerardo”. Si en los campos españoles te cantan para desequilibrarte el “Waka-Waka” que se “joan”, que los corroe le envidia. Ese y no otro es nuestro deporte nacional. Disfruta de tu relación con tan deslumbrante muchacha y sigue sacando el balón sin maltratarlo. Solo me permito hacerte una recomendación: cuando avances con la pelota olvídate de las caderas de tu novia o volverá de nuevo la era del “pelotazo”.

domingo, 20 de marzo de 2011

El laberinto del fauno



Insisto una vez más: las posibilidades que Internet nos ofrece a nivel formativo, informativo y como observatorio de la condición humana son impagables. Nos muestra una paleta de colores informativos a través de las ediciones digitales que, difícilmente, podíamos tener cuando solo existía la prensa escrita. ¿Quién que no fuera un político podía permitirse “ojear” cinco periódicos cada día? ¿Quién que no fuera de la clase política disponía de tiempo para leerlos y dinero para comprarlos? Que esto no suene a crítica, pues bien está que los políticos –y el resto de los mortales- estén bien informados. Ya con Internet la cosa ha variado de manera notoria y ostensible. Puedes visualizar distintos periódicos y detenerte en los aspectos que te resulten más interesantes. Uno, en un ejercicio de “ranciocinio” le sigue gustando mancharse la yema de los dedos con la tinta fresco del periódico de cada mañana. Algunos periódicos digitales han introducido, en el campo de los articulistas, una ventana abierta a los lectores llamada “comentarios”, donde puedan expresarse libremente. Suelo leerlos y en ciertos momentos me producen una cierta desazón. Mayoritariamente suelen expresarse a través del anonimato y, en no pocas ocasiones, le “dan caña” al articulista utilizando –o rayando- el insulto y la descalificación. ¿Para esto quiere alguna gente la libertad? ¿Qué entienden algunos energúmenos por expresarse libremente? Lo hay incluso que son “comentaristas de cámara”. Se pegan a un articulista y no lo dejan ni a sol ni a sombra. Los articulistas de la prensa sevillana tienen que desarrollar su campo periodístico intentando salirse lo menos posible del estrecho –pero necesario- marco de lo local. En lo político, social o cultural prima –o debe primar- aquello que afecta de manera más directa a sus potenciales lectores. Sinceramente creo que no es tarea fácil y, más con el añadido, de estar encuadrados dentro de una línea editorial. Esto no es ni bueno ni malo, sino que forma parte de la realidad cotidiana. Si escribes un artículo laudatorio sobre nuestra Semana Santa siempre habrá alguno que te acuse de “tradicionalista” y “capillita”. Si lo haces en sentido negativo serás pasto de las llamas de la Inquisición virtual. Si escribes bien del PSOE eres un “estomago agradecido” y dirán que “se te ve el plumero”. Si los elogios los aplicas al PP ya ni te cuento. Eres una “facha” encubierto que añoras los tiempos del franquismo. Para colmo los francotiradores de los “comentarios” siempre prestos a disparar desde las azoteas. Cuando compras un periódico y, asumiendo que adquieres uno que no te provoque sobresaltos ideológicos, la cosa discurre por aguas tranquilas. Ahora en Internet y con el añadido de los “comentarios” la cosa es bien distinta. En una hora puedes visionar cuatro o cinco periódicos, y sumar la misma dosis de complacencia que de cabreo. La Democracia adquiere su grandeza en las derrotas electorales y nunca en las victorias. Ser demócrata a “caballo ganador” no tiene mérito. Serlo cuando has perdido y, por extensión, asumir deportivamente la derrota es el verdadero significado de la Democracia. Puedes, y debes, discutir cosas que leas, veas o escuches con las que no estés de acuerdo. Pero si solo eres capaz de utilizar el insulto, la descalificación y el exabrupto apaga y vamonos. El respeto a la diversidad y el libre y necesario contraste de opiniones es lo que hace libre a los pueblos. Todavía hay gente en este sufrido país nuestro creyendo firmemente que la Democracia sirve fundamentalmente para que cada uno haga lo que le salga de los coj…. Así nos fue el pasado. Así nos va en el presente y, esperemos que el futuro alumbre verdaderos demócratas.

viernes, 18 de marzo de 2011

José María Izquierdo o la triste soledad del sevillano ilustrado

“Seguirá viviendo con nosotros y, desde el silencio del sueño sin ensueños, alentará como antes nuestra fe, corregirá nuestros errores e iluminará nuestra ruta”
- Miguel Romero Martínez -

José María Izquierdo y Martínez falleció en Sevilla, ciudad de sus amores y desvelos, en 1922. Contaba tan solo con 35 años de edad. Había nacido en 1886 en el seno de una familia de clase media sevillana. Nació y pasó sus primeros años en una casa de la calle Castellar, para posteriormente anclarse en el corazón de la Puerta de la Carne. Primero en plena calle San José y, posterior y definitivamente, en Santa María la Blanca. Allí fue donde le sobrevino su prematura y lamentada muerte. Su periplo estudiantil, cuajado de brillantes notas, culmina con su doctorado en Derecho. Fue un gran ateneísta (a él se debe el nacimiento de la Cabalgata de Reyes Magos sevillana, cuya primera salida se efectuó en Enero de 1918). José María Izquierdo en su corta existencia terrenal tuvo tiempo de desarrollar una ingente labor periodística y una más que excelente docencia universitaria. Recibió en vida grandes elogios de poetas de la talla de Juan Ramón Jiménez o Luís Cernuda. Su impagable obra “Divagando por la Ciudad de la gracia”, junto al “Ocnos” de Cernuda y, “La Ciudad” de Chaves Nogales, configuran el “Triangulo de las Bermudas” de, una declaración sevillana de amor, encauzada a través de la literatura más profunda y sublime. Releo recientemente un excelente y pequeño libro sobre José María Izquierdo escrito por otro ilustre sevillano, Joaquín Romero Murube, (“José María Izquierdo y Sevilla” (1934). Reeditado por el Ayuntamiento Hispalense en el 2001) y su lectura me hace reflexionar sobre un aspecto determinante de la personalidad de José María Izquierdo: su melancólica tristeza interior. ¿Una especie de presagio de que su vida se iba a ver truncada en plena juventud? ¿Una condición que emana del espíritu oculto y a la vez latente de la Ciudad? ¿Un nuevo ejemplo de exquisito poeta perdido en la maraña de sus calles, jardines y plazoletas? Todo, absolutamente todo, inmerso en la magia que rodea una urbe donde la leyenda y la historia van cogidas de la mano. Quienes conocieron a José María Izquierdo dan fe de que era una persona vitalista en su relación con las demás y, ave solitaria herida, cuando paseaba en soledad por los vericuetos sentimentales de la Vieja Híspalis. Andaba parsimonioso por sus calles en actitud reflexiva buscando –y buscándose- respuestas que den sentido a la existencia sevillana. Esta es una tierra difícil, muy difícil, de descifrar a través de la racionalidad. No hay lugar para la filosofía donde manda majestuoso el reino de la poesía. José María Izquierdo nunca quiso abandonar –ni circunstancialmente- la ciudad que le vio nacer. Rechazó ofertas que lo hubieron encumbrado en la Literatura Española por no quedarse huérfano de la luz y el aire de su tierra. Madrid quedaba muy lejos del Puente de San Bernardo y, soñar Sevilla padeciéndola desde la distancia, se le antojaba una tarea de extrema dureza sentimental. Tan solo esporádicas temporadas veraniegas con su familia en Sanlúcar de Barrameda. Allí donde Sevilla entrega su río grande para impregnar de esencia poética los mares. ¿Cómo soñaría José María Izquierdo su Sevilla desde la Tierra de la Manzanilla? Estuvo becado por la Universidad sevillana un corto periodo por tierras italianas, dejándonos una obra extraordinaria fruto de sus vivencias por la tierra de Dante (“Divagaciones Itálicas” Edición del Ateneo de Sevilla). Misterios del alma que duermen para siempre en los recovecos de la memoria sentimental.
Posiblemente nunca logró adueñarse este ilustre vecino de la Puerta de la Carne del espíritu de la Ciudad que deambula errante por sus calles más recónditas.

Ni lo hizo él ni creo que pudo hacerlo nadie. Bécquer, Cernuda, Machado, Chaves Nogales, Laffón, Montesinos, Romero Murube, Izquierdo, Juan Sierra……., trovadores en definitiva de hermosas partituras que, solo podían tener como destino, el de una bella y radiante muchacha asomada complacida en su balcón. Pongamos que hablo de: ¡Sevilla! El cuerpo presente de tan ilustre sevillano y escritor fue cubierto con el hábito de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y entrelazado en sus yertas manos brillaba un crucifijo. Hoy reposa – ¿donde si no?- en el Panteón de Sevillanos Ilustres. Al final todo resulta de una simpleza extraordinaria: “Quien habla solo espera hablar a Dios un día”, que dejó escrito Antonio Machado.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Se equivocó la paloma, se equivocaba

Por Dios no le llames Lola

llámala mejor Dolores;

que se ha quedao pa ella sola

la pena del mal de amores.

Lo dejó escrito el Poeta del Puerto en un poema memorable: “Se equivocó la paloma, se equivocaba. Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua, se equivocaba……”. Lola, se dio cuenta de su error, cuando camuflada en los últimos bancos de la Iglesia de la Misericordia asistía a la misa de difuntos de quien, durante muchos años, fue su amante. Estaba segura de haberlo querido más que nadie, y ahora era una viuda cincuentona virtual sin paga material ni pago sentimental. Durante la larga y cruel enfermedad de quien había compartido con ella sus más íntimos secretos de alcoba, ni siquiera pudo ir a verlo. Los convencionalismos sociales no se lo podían permitir. Era simple y llanamente la “quería” de aquel torero de pureza extrema y de exquisito porte aristocrático. Nadie sufría como ella cuando lo veía hacer el paseíllo pisando el albero de la Maestranza. En cada lance exhalaba un suspiro entrecortado cerrando los ojos ante el omnipresente riesgo mortal del Toreo. Fueron años de amores clandestinos robados a los “Libros de Familia” que todo lo plasman en estados civiles con nombres y fechas. Se molestaba sobremanera cuando él ponía precio a su amor en forma de esplendidos regalos. Siempre le fue fiel y lo esperaba como el azahar espera la calida luz de la primavera sevillana. Era un bellezón de mujer siempre deseada por los hombres y siempre denostada por la Sociedad. El jugoso fruto de lo prohibido:

Tú eres la otra, la otra,

que a nada tienes derecho;

por no llevar un anillo

con una fecha por dentro.

Ahora, a la postre, era una solitaria mujer madura a la que había cogido implacable el toro de la vida. “Lola espejo oscuro” mirándose de refilón en los cristales de los escaparates de las tiendas de lujo. Alondra herida de amor sin posibilidad de levantar el vuelo. Media verónica de pena al vuelo de los amores prohibidos. Triste epilogo de una historia sentimental que moriría con ella. Sabanas de Holanda dobladas amorosamente oliendo para siempre a rosa y jazmín de ajuar. Ahora estaba allí –sin estar- participando en una ceremonia religiosa de despedida. En el primer banco se encontraba el compungido Libro de Familia al completo, complementado con los allegados más íntimos. Aquellos a los que citan las esquelas mortuorias como: “los que no te olvidan”. Ella era una especie de fantasma flotando junto a la pila de agua bendita de la puerta. Por eso cuando el sacerdote oficiante dijo aquello de: “Podéis ir en paz”, no pudo disimular una amarga sonrisa. ¿En paz? ¿Quién puede irse en paz cuando ni tan siquiera han notado tu presencia? Enfiló la calle enfundada en su traje de chaqueta gris marengo. En la puerta de la Iglesia una rumana –de las 10.000 que pedían por la Ciudad- le extendió la mano solicitándole una limosna. Sacó de su bolso y le depositó en la mano un billete de 20 euros. Se alejó sin volverse a ver la cara de perplejidad de la rumana. Sus tacones resonaban firmes y acompasados mientras se perdía por el fondo la calle. “La Lola se va a los puertos dejando la Isla sola……”.

Los gorriones se disputaban encima de las mesas de los veladores los trozos de migajas de pan. La tarde se moría lentamente en los brazos del Aljarafe. La paloma se volvió a equivocar: “Ni tu falda era tu blusa, ni tu corazón mi casa. Se equivocó la paloma, se equivocaba……”

lunes, 14 de marzo de 2011

La Casa (Tienda) del Sol Naciente


Los chinos siempre eran los malos de la “Película”. En los añorados “tebeos” infantiles de Roberto Alcázar y Pedrín el malo por antonomasia solía ser un chino con muy mala leche. El pelo lo llevaba recogido en una trenza y algo parecido a un birrete cubría su cabeza. Luego estaba el “Flan Chino Mandarín” y el “Teatro Chino de Manolita Chen”. Si en plan peliculero a un occidental lo detenían los chinos, los tormentos al que lo sometían para que “largara” eran atroces. Lo colgaban boca abajo después de sumergirlo varias veces en un barril lleno de agua, o le metían finísimas varillas de bambú entre las uñas. La llamada “Tortura China”. En Sevilla no hacíamos –ni hacemos- distinciones entre los de origen asiático y, de esta forma, japoneses, chinos o vietnamitas eran –son- simplemente: “los chinos”. Recuerdo, y dada mi precoz afición al Cine, haber visto una película de “Fu Manchú”, donde en un abarrotado mercadillo, se paseaban dos chinos con una vara sobre las espaldas y, colgando de las mismas un enjambre de ratas muertas. Después en mi etapa de juventud y a través de los ciclos del Cine Club Vida (situado en la calle Trajano), tuve acceso al Cine de Akira Kurosawa. El mismo que debemos encuadrar entre los grandísimos directores de toda la Historia del Séptimo Arte. Me provocó una fuerte impresión y me hizo interesarme por la impresionante Cultura e Historia de la China milenaria. Les faltaba un vengador justiciero en el celuloide (el “muchacho bueno” de las películas) y nos proporcionaron a un tal Bruce Lee que era capaz de tirar un árbol de una patada. Ahora ya los chinos se han saltado de las pantallas a los patios de butacas y, forman parte de nuestra vida cotidiana. Están por todas partes y no hay actividad comercial que se les resista. Tiendas de chinos diseminadas por toda la Piel de Toro. Trabajan como chinos y nos tratan a nosotros –compulsivos consumidores de cosas inservibles- como auténticos “chinos”. ¿Local que se queda vacío?, al otro día ya lo tienen alquilado y operativo. Primero fueron los “Restaurantes” con esos dragones dorados flanqueando la puerta de entrada y, donde acudían los noveleros para saborear los “Rollitos de Primavera”. Hubo una época que molaba cantidad comentar el lunes en la oficina: “el sábado estuve con Mari Pili y un matrimonio amigo cenando en un chino”. Novelería en estado puro. Pero ya la avanzadilla amarilla avanza imparable. Están ahora montando peluquerías y tiendas de moda. En un “Informe Semanal” (TVE) de hace unos días, planteaban que ya existen polígonos industriales madrileños tomados en su totalidad por los chinos. Aparte de que ya han superado a Japón en todos los parámetros económicos y, resultando previsible que en muy pocos años estén a la cabeza del mundo mundial. Son listos, muy listos; trabajadores, muy trabajadores. Vamos, que no solo son chinos sino que encima ejercen de chinos. Recuerdo hace unos días una anécdota significativa en una de las once tiendas chinas que existen en mi Barrio. Estaba comprando unas pilas cuando entró una señora mayor y le dice a una muchacha china que no sobrepasaba la mayoría de edad:

--- Miarma, miramé a ve si tenei un cacharro pa calentá la leche.

Dicho y hecho. En menos de 5 minutos apareció la chinita con un utensilio que mereció la aprobación inmediata de la buena señora. Han venido para quedarse y, lo mismo que hace unos años en cualquier playa andaluza gritabas ¡Vanesa! y salían doscientas niñas del agua, ahora gritaremos ¡Vane Chen Shui! y se quedará la playa vacía. Tiempo al tiempo.

Nota solidaria: Aunque aquí hablamos de chinos y no de japoneses, no estaría de más ponernos serios y mostrar nuestra solidaridad y afecto ante la terrible tragedia sufrida por el pueblo japonés. Terribles las secuencias mostradas por la televisión y, absolutamente conmovedoras, la entereza y disciplina –única en el mundo- con que este sufrido y maltratado pueblo se nos muestra ante el mundo. Saldrán adelante por que con ellos va implícito la bondad y el sacrificio. Volverán a renacer de sus cenizas cual ave fénix en forma de dragón volador. Desde Sevilla todo nuestro apoyo y nuestro fraternal afecto de pueblo hermano.

domingo, 13 de marzo de 2011

¡Como está el patio!




Sinceramente creo que, a pesar de los pesares de la Crisis, los tiempos que nos han tocado vivir son mejores que los vividos por nuestros antepasados más cercanos (padres y abuelos). Asumiendo que, desde una perspectiva histórica y sentimental, nuestra terrible y cruenta Guerra In-Civil los marcó profundamente, nunca podremos saber como hubieran transcurridos sus vidas, y por extensión las nuestras, si no se hubiera producida la fraticida y sangrienta contienda. Después del 1 de Abril de 1939 en la que un parte de Franco daba por concluida la Guerra con un lacónico: “En el día de hoy cautivo y desarmado el Ejercito Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La Guerra ha terminado”. Los años de penuria y represión subsiguientes ya forman parte de nuestro pasado más vergonzante y, materia ampliamente estudiada por los historiadores. Evidentemente es un ejercicio de simplismo afirmar que todos los vencedores eran “malos”, y que todos los vencidos eran “buenos”. Acontecimientos tan duros y complejos, cuando se analizan a través de rigurosos y objetivos análisis históricos, son cualquier cosa menos simples. El estudio completo de tan triste episodio de nuestra Historia abarca tres periodos: 1) El comprendido desde la proclamación de la II Republica (14 de Abril de 1931) hasta el comienzo de la desastrosa contienda (17 de Julio de 1936). 2) El periodo que comprende la Guerra en si misma, comenzando en julio de 1936, y terminando en abril de 1939 con el bando de Franco. 3) El largo, muy largo, periodo de posguerra con una clara incidencia de dura convivencia entre vencedores y vencidos. Los analistas coinciden que podemos hablar de un largo ciclo de la vida española que comienza el 14 de Abril de 1931, con la proclamación de la II República y, que termina el 22 de Noviembre de 1975, cuando el Príncipe Juan Carlos asume el titulo y las tareas de Rey, después de la muerte de Franco. Luego hubo un impagable consenso entre políticos de signo tan distinto como Manuel Fraga, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo o Felipe González, entre otros. Empezamos a vivir enterrando viejos rencores y dejando a los historiadores su noble y necesaria tarea. Se reivindicó la memoria de los vencidos y se colaboró activamente en su reinserción social y política. Fueron años de prosperidad y bonanza que, posiblemente, se encuadren entre los mejores de toda nuestra Historia. Era mucha la tarea a desarrollar –dentro y fuera de nuestras fronteras-, como para perder el tiempo en “batallitas” que solo intentan convertir de nuevo las cenizas en llama viva. En la actualidad con la aparición en nuestro castigado suelo patrio de políticos mediocres y banales, ha pasado lo que era más que previsible: de nuevo, y sin caer en el catastrofismo que producen “los tambores de guerra”, España es un país donde reina la acritud. Leo cosas en Internet llenas de fanatismo de todo signo “político”. Sinceramente, reconozco que tiemblo ante algunos comportamientos de nuestros políticos en activo que, aparte de insustanciales, son responsables directos del clima de crispación reinante. Los Medios de Comunicación, donde priman los intereses personales o de grupo, tampoco son ajenos a esta preocupante resurrección de las dos España. Lamentable es el constatar, que desde la entrada en nuestros país de la anhelada democracia, nunca padecimos políticos con un discurso más pobre y “torticero”. ¡En manos de quien estamos por Dios!


Todo lo banalizan y lo enfocan en culpar al contrario de todos los males. ¿De verdad se cree alguien que con esta gente vamos a salir del agujero? Recuerdo una hermosa canción infantil que decía: “En mi casa hay un patio muy particular, cuando llueve se moja como los demás….”. Se llovía y se llueve este sufrido “patio” llamado España. ¡Como está – o mejor tienen- el patio!

viernes, 11 de marzo de 2011

Lunita plateada



“No sabes acaso que la luna es fría,
porque dio su sangre para las estrellas”.
(Canción popular canaria)

La luna se reflejaba en la corteza del mar a través de un poema con forma de beso de plata. Desde la abarrotada patera se vislumbraba a lo lejos la luz circular de un faro. Aterido de frío y abatido por el hambre y la dureza de la ya larga travesía, soñaba con calles de ciudades huérfanas de miseria y hambre. Acababa de cumplir los 16 años de edad y atrás había dejado su tierra de hambruna inmisericorde. Buscaba nuevos horizontes, creyéndose de verdad que la Tierra es redonda y no debe –o debía- tener fronteras. En aquella frágil embarcación bautizada con el nombre de patera navegaban mujeres embarazadas; hombres escuálidos de hambre y pena; adolescentes ansiosos por conocer la opulenta Sociedad de Consumo de los países “ricos” y, niños de hermosos ojos desorbitados durmiendo su desamparo de siglos bajo un protector manto de estrellas. Les cubría el mantón que borda Dios en las noches marinas de luna clara. Con cada mecida del mar se acurrucaba con los otros, buscando aumentar su poco calor con el de los demás. Había gastado sus pocas pertenencias en conseguir pasaje en esta patera que, a la postre, se configuraba como el “yate” de los desheredados de la Tierra. Mercaderes sin escrúpulos lucrándose de la imperiosa necesidad de huir de la miseria y el hambre. La travesía, después de 48 horas de incierta navegación, se hacia eterna. Sabían que se acercaban a las costas de Andalucía pero ignoraban cuando, como y a donde llegarían. Mientras observaba aliviado como se acortaba por momentos la distancia que les separaba del faro, vio a lo lejos acercarse una lancha con dos potentes reflectores adosados a la proa de la misma. Pasaron unos minutos interminables hasta que desde la cercana embarcación le lanzaron una confortadora consigna a través de un megáfono:


-- ¿Alguno de vosotros habla español?

Recibió la callada por respuesta. Gesticulando con las dos manos les dijo:

-- ¿No? Bueno quedaos tranquilos y sin hacer movimientos bruscos.


Les lanzaron un grueso cable y le hicieron ademanes para que la amarraran a algún sitio sólido y seguro.

-- Estáis en Almería y vamos a remolcaros hasta el muelle.



Fue el joven Brahim quien ató el cable a una argolla que despuntaba en la parte frontal de la patera. Su historia andaluza, y la de los demás, empezó cuando fueron arrastrados por espíritus solidarios hacia la tierra prometida y, la mayoría de las veces, fuente de grandes desengaños. El “Desembarco de Normandía” transformado en el “Desembarco en Almería”.

(Brahim Sidati Ahmed llegó a la Costa almeriense en patera un 14 de febrero de 1997. Compaginó estudio y trabajo -en el campo- durante toda su juventud. Terminó la carrera de Medicina el 14 de junio del 2008. En la actualidad ejerce de médico en uno de los hospitales más importantes de Hamburgo. Esta casado con una alemana y tiene un niño hermosísimo. Se aficionó al Flamenco en Almería y en sus desplazamientos por la Ciudad alemana siempre va escuchando a Tomatito en su MP3. Me lo presentaron en una Bienal de Flamenco de Sevilla y desde entonces mantenemos regulares contactos. Sigue estudiando y colabora activamente en la dura lucha contra la hambruna y la miseria en el mundo. La lunita plateada que lo recibió en la costa almeriense nunca dejó de brillar para él).

miércoles, 9 de marzo de 2011

La racionalización de la Razón Incorporea



“La moda pasa, el estilo permanece” - Coco Chanel –

La música en cualquiera de sus variantes se mueve enraizada en dos conceptos fundamentales: el fondo y la forma. En la Clásica, en cualquiera de sus variantes, se equilibran armoniosamente –nunca mejor dicho- ambos elementos. Lo que se conoce como Pop es enormemente complejo, y abarca una cantidad de estilos y ramificaciones difíciles de encuadrar dentro del binomio fondo-forma. Nos quedarían a vuela pluma dos expresiones musicales de raíz y donde de manera rotunda debe –o debía- prevalecer siempre el fondo sobre la forma. Sin desdeñar la segunda, no es menos cierto que son expresiones musicales que no necesitan el filtro del pentagrama para expresarse en toda su grandeza. Música del alma para mecer las almas que duermen en la dulce cuna de los sentimientos. Evidentemente nos referimos al Jazz y a nuestro Flamenco. Este Toma de Horas “jondo” viene motivado por una excelente reflexión que el impagable Manolo Bohórquez se hacia en su más que recomendable blog “La Gazapera” (aparte de por amistad, me alegra enormemente el gran éxito de este Blog. Son ya muchos los años que lleva Bohórquez remando contra corriente). El critico flamenco de “El Correo de Andalucía” se planteaba en su artículo dos interrogantes: “¿Que entendemos por un cantaor completo? Y, ¿En que cantaor del ayer o del presente concurren tales circunstancias? Esto me hizo plantarme las mismas preguntas y dilucidar cuales serían mis respuestas. Entiendo que el discurso cantaor se construye desde la afinación, el compás, el temple y el ritmo (el desgarro siempre será un camino de ida y vuelta personal e intransferible. El “Duende” al ser etéreo y volátil prefiero que cada uno lo interprete a su manera). Lo de “cuadrar” los cantes es algo que nunca terminé de entender. Reunir en una sola persona todos estos elementos se me antoja algo que roza lo imposible. Resumiendo: quien posea afinación posiblemente se maneje bien en los Cantes de Ida y Vuelta o en los de Levante. Con compás más el temple se podrá abordar con garantía la Soleá, los Tientos e inclusive la Siguiriya. Con compás y el añadido del ritmo se pueden afrontar los Cantes Festeros (Bulerías, Tangos y los del grupo de las Cantiñas). Aplicando todos estos elementos, me propuse en un par de fines de semana, someter a aquellos que consideraba más completos al filtro de su estudio discográfico. Tenía ya una serie de candidatos desde siempre, pero quería contrastarlos con la nueva hornada de cantaores. Valgan algunas consideraciones previas sin que aparezca por ello el temido nubarrón de la polémica. Considero que cantar mejor que Antonio Mairena se me presenta como una misión imposible. Para mí el cante de los cantes es la Soleá, y ahí mejor que el Maestro de los Alcores no hubo nadie ni lo habrá. Dicho esto reconozco sin ambages que mi cantaor de cabecera y el que colma todas mis inquietudes jondas es Manolo Caracol. He sido, soy y me moriré siendo “caracolero”. ¿Se puede por tanto considerar a estos dos genios del Flamenco como cantaores completos? Sinceramente creo que no, pues en ellos no se dan cita conjuntamente todos los elementos mencionados anteriormente (afinación, compás, temple y ritmo). Creo con seguridad, y lógicamente asumiendo que muchos pensarán de otra forma, que en la Historia del Cante esta variante llamada “expresión jonda enciclopédica” toma cuerpo y forma en una cantaora y en dos cantaores: Pastora María Pavón Cruz “La Niña de los Peines”; Manuel Jiménez y Martínez de Pinillo “Manuel Vallejo” y, José Monge Cruz “Camarón de la Isla”.
Hagan la prueba del algodón y escúchenlos por el “palo” que quieran y ya me dirán. Los tres cantan por Bulerías “pa comérselos”. Tiran de la Siguiriya y lloran los geranios en los balcones andaluces. Se meten en la Granaina y hacen gemir a Boabdil por partida doble.

No existe un solo estilo donde estos tres auténticos genios se sientas incómodos y así lo pone de manifiesto su rica e impagable obra discográfica.

Para despejar cualquier duda sobre el tema, bastaría con escuchar sus fandangos, terminando los mismos de auparlos al Olimpo de los dioses flamencos. Insisto, no intento dar argumentos sobre los “mejores” sino, en mi modesta opinión, de los más completos. En todos los ámbitos culturales y/o musicales lo mejor y lo peor será siempre cuestión de gustos, preferencias o del personal e intransferible sentido de la estética de cada uno. De la ética en el Flamenco ya hablaremos otro día.

lunes, 7 de marzo de 2011

El noble ejercicio de nietear



Nietear.1 (Dícese del noble ejercicio sentimental que desarrollan personas maduras y cuyos principales destinatarios son los hijos de sus hijos). El nieteo es en definitiva, posiblemente, la ultima oportunidad que tendremos los humanos de mostrarnos tiernos y bondadosos. Cuidar, mimar y proteger las ramas más nuevas de tu árbol genealógico es formar parte de los nobles jardineros de Dios. Desde hace algo más de un año formo parte de la “legión de los baberos”, y doy fe de que es algo verdaderamente insustituible. No tiene parangón con ninguna parcela sentimental desarrollada con anterioridad. En la actualidad la vida me ha marcado en mi calendario sentimental dos ansiadas visitas semanales y, resultándome las mismas, hartamente provechosas y enriquecedoras. Los miércoles acudo al enclaustramiento que padece mi madre en una Residencia de la Tercera Edad en Sanlúcar la Mayor: ¡Que lejos está del soniquete de las campanas de San Nicolás! ¡Que distancia más grande entre ella y el divino talón del que mora en San Lorenzo! Lo cierto es que, ya camino de los 99 años de edad, se resiste a abandonar la Tierra de María Santísima. ¡Es mucha Encarna esta Encarna para tan pocos “Encarnitos”!

Los jueves a Dos Hermanas en busca de mi nieto Rafael y a desarrollar el noble ejercicio de nietear. El pasado 31 de enero ya cumplió su primer año de existencia sevillana y verlo crecer es de las experiencias más gratificantes que me han pasado en la vida. Un nuevo diente, un nuevo balbuceo, un nuevo gesto o, simplemente el comprobar como va descubriendo poco a poco cuanto le rodea, es rozar el cielo con la punta de los dedos. Tengo la enorme tranquilidad de que está en las mejores manos posibles, existiendo plenas garantías de que será una persona honesta, solidaria, bondadosa e impregnada del noble don de la sevillanía. Mi nieto se llama Rafael, hermoso nombre ligado a mi tradición familiar más íntima y sevillana. Igual que mi padre, Rafael Franco Fernández “Niño de San Nicolás” y, también como mi tío-abuelo Rafael Fernández del Toro, el mismo que talló el actual paso del Señor de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena (1955) y, al que más pronto que tarde, dedicaremos un Toma de Horas para recordar su obra y honrar su memoria. Uno más entre los grandes ignorados de esta desmemoriada Sevilla.

Ser abuelo te conciencia, ya de manera rotunda y definitiva, sobre las terribles calamidades que se ciernen sobre el mundo de los santos inocentes: los niños. Según espeluznantes datos de UNICEF diariamente mueren ¡22.000! niños menores de 5 años. India, Nigeria, República del Congo, Pakistán y China, configuran el Quinteto de la mortalidad infantil. En el África Subsahariana, uno de cada 8 niños fallece antes de cumplir los 5 años de edad. Datos terribles y sobrecogedores que deben hacer que temblemos desde nuestra condición de felices y complacientes abuelos. Colaboremos pues en la medida de nuestras posibilidades en frenar, o al menos paliar, esta hambruna de siglos que llena a diario la Tierra de cadáveres infantiles. Son un claro ejemplo de nuestro fracaso como seres humanos. Niños preocupadamente obesos en los países desarrollados, y niños esqueléticos y moribundos en los del tercer Mundo. Saber ver, a través de los ojos de nuestros nietos, lo terriblemente trágico que resulta en algunos sitios llegar a ser niños simplemente. No los abandonemos a su triste destino. No rompamos, sin abrir siquiera, los sobres que UNICEF deposita en nuestros buzones como si se tratara de una vulgar propaganda comercial.
Si caen en saco roto los SOS que nos lanza esta ejemplar Organización humanitaria, estaremos haciéndonos cómplices del triste abandono a que están siendo sometidos los niños pobres de la Tierra. Nieteemos pues cuanto podamos, pero cedamos un resquicio de nuestros bondadosos corazones de abuelos para aquellos niños que nacen con la cruz del infortunio marcada sobre sus frentes.

domingo, 6 de marzo de 2011

Esta Ciudad no se hizo para la lluvia

Amaneció una mañana de mayo radiante. Luminoso preámbulo de los días de sofocante calor que aguardaban colgando de las puntillas de los almanaques. Iba a ser su último día de mandamás (o mandamenos) de una Ciudad donde conviven a lo largo de los siglos, como buenamente pueden, la luz y la sombra; el gozo y la pena; el sol y la lluvia; la bondad y la envidia y, fundamentalmente, lo viejo con lo nuevo. Habían pasado varios años desde que, una mañana electoral de triunfos de componendas, subió victorioso la escalinata que conducía al sillón donde, la Ciudad, permite que se siente quien tiene la potestad democrática de gobernarla. Le costó trabajo alcanzar su nuevo despacho municipal confundido entre abrazos, felicitaciones y parabienes. Los mismos que nacen fundamentalmente del tufillo que desprenden la “ojana” y el “peloteo”. Ahora, en su último día como Primer Mandatario de la Villa, todo era bien distinto. La escalera estaba vacía, y solo percibió el leve y respetuoso saludo del agente de la policía local que cubría tareas de vigilancia en el control de la entrada. La puerta de su despacho estaba entreabierta y se percibía en su interior el lento ajetreo de Merceditas “la Limpiadora”. La saludó afectuoso con un par de besos y le comentó de manera lacónica: “Siga usted con su tarea Mercedes, que yo termino en un momento”. En la bolsa de “Adidas” que portaba fue depositando los enseres personales que le daban a la mesa de su despacho un concepto de confortable intimidad. Una foto enmarcada de su mujer y sus hijos; una junto al Rey; otra con Felipe González; otra con Juan Pablo II y, un crucifijo, que guardaba presuroso en su cajón, cuando lo visitaba su nefasto compañero de compartido viaje municipal; un cenicero de La Cartuja; una tortuga de mármol y, una caja de puros vacía repleta de bolígrafos usados, clips y gomillas de todos los colores.

Mientras Merceditas, portando cubo y fregona, se despedía con un respetuoso, “Que tenga usted un buen día, señor Alcalde”, dejó volar la imaginación con su mirada perdida en un cuadro que, frente a su mesa, mostraba a un San Fernando entrando victorioso en la Ciudad. El veredicto de las urnas había sido inapelable: su Partido perdía con estrépito el mando de la Ciudad y ahora serían otros los encargados de gobernar la nave. Estaba convencido de ser un buen hombre, honrado, trabajador y solidario. Así lo manifestaban sin reparos quienes lo conocían o trataron. Intentó conseguir lo mejor para la Ciudad y, al parecer, no había sido capaz de vender inteligentemente sus logros. Le llamó la atención la orfandad que en los últimos meses le mostró la dirección de su Partido y, la mezquindad electoral mostrada por quien fue unos años su aliado municipal, enmarañado en un dudoso Pacto de Progreso. Recogió sus bártulos y sin más demora buscó apresurado el aire calido de las mañanas del florido mayo. Le sorprendió la hermosa perspectiva que se le ofrecía desde la puerta principal del Consistorio. Casi siempre, y motivado por las continuas “movidas” que se formaban en la puerta principal, tenía que salir por la trasera camino del coche oficial. Ya todo estaba consumado y él esperaba que la Historia de la Ciudad le fuera benevolente y reconociera sus muchos desvelos por la misma. “Veremos si los que llegan lo hacen mejor que yo”, pensó para sus adentros.



Le habían ya confirmado que figuraría en las listas de su Partido para las próximas elecciones europeas. Sería un eurodiputado español en Bruselas soñando desde la distancia con lo que pudo ser y no fue. Temblará, a que dudarlo, en noches de pesadillas con olores a tabaco de picadura, ardiendo lentamente en las pipas de los filósofos de pacotilla. La Ciudad, su Ciudad, era ahora desde la distancia más suya y menos compartida.

Lo comprendió ya todo demasiado tarde: tu novia, tu caballo y tu Ciudad no se pueden compartir con cualquiera.


Toma de Horas (Adicional) : Trescientas razones

Hoy en este modesto pero sentido blog estamos de cumple-horas. Trescientos son los Toma de Horas colgados hasta la fecha. Fue una aventura que nació bajo el bondadoso mecenazgo y el impagable asesoramiento de Salva Gavira. Los escribí bajo el manto de las ideas que me surgían andando por el Casco Antiguo. Viajando en el Damas que me lleva a Sanlúcar a ver a mi madre. En el tren de cercanías que traslada mis sentimientos a Dos Hermanas en busca de la sonrisa de mi nieto. Viendo capítulos en la tele de CSI–Miami o del “Doctor House”. Escuchando por la radio un Betis-Huesca. Soñando despierto con una Ciudad que se duerme a su vez recostada en el arpa de la poesía. Visitando los lunes San Nicolás buscando el azul y plata de mi niñez. En continuas y reposadas visitas a Pasión y al Señor de Sevilla. Sufriendo con las tropelías de los políticos y, luchando contracorriente ante el pasotismo y la indeferencia que nos invade. Reconozco sin ambages que nunca fui capaz de escribir sin más compañía que el silencio. Mis Toma de Horas siempre tuvieron un testigo sonoro que responde al nombre de Paco de Lucía. Todos, absolutamente todos, fueron escritos bajo el halo protector de la sonanta del Maestro de Algeciras. Como no podía ser de otra forma ahora mismo está sonando su tema “Gitanos andaluces”. La música de Paco es la banda sonora de mi vida y, mi vida es mía. Gracias pues por acompañarnos en esta aventura internauta. A Santi, Ángel, Aurelia, Manolo, Fali, Martín Carlos, Loli, Eduardo, José Antonio, Javier, Cristóbal, Pepe…..por no solamente mostraros benevolentes conmigo sino encima ser capaces de propagar cuanto escribo. La fuerza del cariño de la amistad nunca estuvo exenta de noble osadía. Mención especial a Salva, mi mentor y testaferro de mi laberinto sentimental sevillano. Amenazo con seguir dando la lata. Un abrazo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Gracias por entrar

Cantaba nuestra genial e injustamente olvidada Lina Morgan en una de sus Revistas más exitosas y aclamadas la siguiente canción: “Agradecida y emocionada / solamente puedo decir / gracias por venir”. La Revista –hoy, como tantas cosas, mandada al baúl de los recuerdos- era un género musical que ligaba arte y vida de una manera armoniosa. Se jugaba al gato y al ratón con la Censura de la época a través de unos libretos hábilmente elaborados y, que resumían talento y picaresca a raudales. Actores tan queridos como Zori, Santos, Codeso, Ángel de Andrés o el recientemente fallecido Juanito Navarro, o mujeres tan sublimes como Celia Gámez, Tania Doris, Esperanza Roy, Concha Velasco, o la referida Lina Morgan, son un claro ejemplo del auge que alcanzó la Revista Musical (llamada también “frívola”) en nuestro país. En otra ocasión le dedicaremos un “Toma de Horas” más extenso. El tema lo requiere con creces. Viene este preámbulo a cuento para, parodiando a la añorada Lina Morgan, decir: “Agradecido y emocionado / solamente puedo decir / gracias por…entrar”. Por entrar en esta barca sentimental sevillana, configurada en un Blog, que navega por los mares de los internautas sevillanos llamada: “Toma de Horas”. La creación y configuración de este hermoso invento de comunicación tiene nombre y apellidos: Salvador Gavira Castillo. Esta colaboración nace fruto del afecto más sincero y de una reciprocidad en sentires y valoraciones sobre lo humano y lo divino. Nació con una colaboración semanal en su tristemente desaparecida -por las permanentes zancadillas al sevillano modo- de su más que interesante Revista Cofrade. Luego colaboré con él en un programa radiofónico semana-santero en Radio Giralda y, terminó por labrarse una de esas amistades que ni el paso del tiempo consiguen borrar. Lo demás viene ya rodado cuando él me va marcando la “Hoja de Ruta” de los “Toma de Horas”. En la actualidad editamos cuatro a la semana y, sinceramente, el resultado –a mi modesto entender- ha sido más que satisfactorio. El amigo Salvatore se encarga de configurar y darle forma al Blog y, uno solo se dedica a sacar a pasear los sentimientos, las sensaciones y las dudas que le genera la Ciudad de la Gracia. No me considero encuadrado en eso que llaman el “Grupo de los blogueros sevillanos”. Tampoco estoy dentro de lo que se conoce como: “las Redes sociales”. Nadie crea que lo hago por un ejercicio de petulancia, sino más bien por una cuestión vivencial de cómo afrontar la vida y las cosas. No tenía noticias de como iba “el contador de visitas” de nuestro Blog, y ahora me entero de que anda camino de las 10.000. No se si son mucho o son pocos, pero para mí son una enormidad. Dado que uno de los poco valores que me arrogo es el del agradecimiento, pues eso, gracias por compartir con nosotros inquietudes, sentimientos y razonamientos. Algunas veces estarán de acuerdo en todo o solo en parte con nuestros “Toma de Horas”. Otras presumo que en nada. Bien está que así sea pues creo que la uniformidad viene impuesta muchas veces por el “bastón” o por la “ojana”. Llevo cortejando desde agosto del 46 a esta bella mocita –siempre casadera en primavera y, siempre soltera irredenta con la llegada del verano- llamada Sevilla. Mientras mi aliento empañe los cristales de mi ventana de luz y sombra, siempre estaré al pie del cañón (que dispara obuses de flores en tiempo primaverales).


Gracias a la hermosa oportunidad que he tenido –antes de “entregar la cuchara”- de poder declararle mi amor, unido a mis desvelos y preocupaciones, a “Serva la Bari”. Gracias pues por entrar; gracias por salir y, sobre todo, gracias a los que decidan quedarse y ayudar en la “Toma de Horas” de esta sabia, hermosa y maltratada Ciudad. De todo corazón: “Agradecido y emocionado / solo puedo decir / Gracias por…entrar”.

miércoles, 2 de marzo de 2011

No llamarla Justicia cuando queréis decir Ley.



La vida está programada en su vertiente natural para que sean los hijos quienes entierren a los padres. Cuando ocurre al revés, el gráfico de la pena alcanza su cota más alta. Nada, absolutamente nada, existe más doloroso en este noble y duro ejercicio al que llaman vida que enterrar a un hijo. En los primeros días del pasado febrero la prensa se hacia eco de la muerte en “accidente” de tráfico de la hija del actor Toni Cantó y de Eva Cobo. Tenía 18 años de edad y era una muchacha en la flor de su vida. De una deslumbrante belleza tanto exterior como interiormente. Su novio también falleció en el terrible “accidente” El causante de la tragedia fue una kamikaze que iba al volante de su coche “hasta las trancas” de alcohol y drogas. Cuando la rueda de la Ley empiece a ponerse en marcha nos enteraremos que se trata de un “homicidio involuntario”; que el hecho de que iba “ciego” de todo es un atenuante al no ser dueño de sus actos. Un buen abogado y una sentencia de tres o cuatro años, más la retirada por un tiempo prudencial del carné de conducir, será el costo que tendrá que pagar el causante de esta tragedia. Luego, si carece de antecedentes penales, la cosa se podrá suavizar, y en uno o dos años estará de nuevo presto para repetir sus “hazañas” automovilísticas.

Coincide esos días con el comienzo del juicio contra uno de los secuaces del asesino confeso de Marta del Castillo. La llegada al juicio de un tal Samuel para declarar no nos deja dudas del “castigo” que le espera a esta ralea. Iba el “muchacho” vestido en plan fashion, recubierto de desparpajo y sin omitir un detalle en su porte de falso cantante o tenebrosa estrella del celuloide. Saben, lo saben todos con absoluta certeza, que no se van a pudrir en la cárcel. No solamente no están para nada arrepentido de su “hazaña”, sino que encima están locos de contento por pertenecer al clan de los personajes mediáticos. Es terrible e inhumano el doloroso y cruel recorrido sentimental al que están sometiendo a estos atribulados padres que, ya solo quieren, darle sepultura a su hija y tener un sitio donde depositar flores cada Primero de Noviembre. No dirán bajo ningún concepto donde se deshicieron del cuerpo de la infeliz muchacha. No les interesa ni jurídica ni legalmente. Son cualquier cosa menos tontos.

Cuando vemos en los informativos a esos etarras alojados tras una mampara que los sitúa en su innoble condición de fieras peligrosas y, vemos su tranquilidad y su buen humor entre ellos o con algún batasuno del público, ¿alguien cree que van a cumplir íntegramente sus condenas? Ellos al menos están seguros de que no será así. ETA se irá desarmando poco a poco (obligada por el cerco policial) y a sus presos primero los iran acercando al País Vasco, para posteriormente ir abriendo poco a poco y a la “remanguillé” las cancelas de los presidios. Los cientos y cientos de viudas y huérfanos que ha provocado su larga y criminal actividad, serán obligados a tragarse su dolor en aras del definitivo derrumbe del terrorismo. Los Carcaños y los Cherokees nos van a enseñar, desgraciadamente a mucho no tardar, la gran diferencia entre la Ley y la Justicia. Tiempo al tiempo.