miércoles, 29 de junio de 2011

Citas con la vida






Es sorprendente el trazado que la vida te va marcando en cada momento de tu existencia. Siempre imprevisible y siempre condicionado por las causas más diversas. No somos para nada dueño de nuestro destino sino, muy al contrario, más bien “victimas” propiciarías del mismo. En la actualidad tengo tres gozosas citas. Son distintas en las formas pero coincidentes en el fondo. Los miércoles acudo a ver a mi madre en la Residencia donde apura su último soplo existencial. Utilizo un tren de cercanías, el C-5, que cubre un trayecto desde Santa Justa hasta Sanlúcar la Mayor, después de pasar por Camas / Santiponce / Villanueva-Olivares y Salteras. Son treinta y cinco minutos cruzando la campiña aljarafeña enmarañado en el dulce ejercicio de la reflexión. Los jueves voy a ver a mi nieto a Dos Hermanas y vuelvo a utilizar un tren de cercanías –ahora el C-1- que me lleva de Santa Justa a Dos Hermanas, pasando por San Bernardo / Virgen del Rocío y Bellavista. Es un recorrido de unos quince minutos que podríamos calificar de mini-viaje. En el trayecto del Aljarafe –por la mañana- voy casi siempre con un máximo de 5 o 6 viajeros despirgados. El de Dos Hermanas –por la tarde- va casi siempre masificado y tiene unas connotaciones más propias del Metro que del Tren. Para mi tercera cita semanal ya no utilizo la RENFE sino que la cubro a pie y a pocos metros de mi casa: la Misa de doce en la Iglesia de San Isidro Labrador de Pino Montano. Tres citas, tres, como los banderilleros en el redondel de Manuel Benítez Carrasco que recitaba magistralmente Gabriela Ortega. En ellas se funden mi futuro, mi pasado y mi presente. Lo que seré lo veo en la risa contagiosa de mi nieto. Lo que fui lo veo en la mirada fatigada y carente de brillo de mi madre. Mi presente no es más que cuando don Indalecio nos –me- dice al final de la Eucaristía: “Podéis ir en paz”. Si me puedo ir es señal de que todavía estoy. Mención aparte, por estar atada en el amoroso lazo que une pasado con presente, son mis lunes de San Nicolás y mis periódicas visitas a dos Señores para mí hoy imprescindibles: el de la Pasión y el de Sevilla. Mientras: como, bebo, duermo, sueño, leo, veo Cine, escucho Flamenco y otras músicas, compro, cobro (cada vez menos), pago (cada vez más), aprendo, enseño, charlo y callo (para poder escuchar desde mi atalaya de Pino Montano el lejano rumor del mar). Pero hoy todo se me muestra secundario con relación a mis citas del alma. La trascendencia se nos muestra no pocas veces impostada y cubierta de fatua cursilería. No vivimos para que nos recuerden; vivimos más bien para recordar y sentirnos vivos. Hoy, a Dios gracias, todos los participes de estas citas nos reconocemos. Mi madre me reconoce a sus ya casi noventa y nueve años de edad. Mi nieto sabe que soy uno que lo visita los jueves portando algún regalo y siempre se ríe al verme. Yo, en definitiva, me reconozco en ellos y en Aquel que visito todos los domingos a media mañana. La vida muy pocas veces se sincroniza y en ocasiones puntuales resulta hasta hermosa. Cuando esto ocurre debemos bebernos hasta su último sorbo. ¿Preocuparnos por lo que esté por llegar? Inútil e imprevisible. Siempre me llamó la atención el que cuando alguien está extasiado contemplando una puesta de sol cierre los ojos. Intenta, en definitiva, atrapar ese mágico momento para siempre. Tres citas y un solo destino: la Vida en su máximo esplendor de verdad y misterio.

lunes, 27 de junio de 2011

La Pena suprema


En los primeros días de este raro mes de junio mi Barriada quedó claramente conmocionada. Un muchacho de tan solo 20 años de edad falleció de manera fulminante al parecer debido a un brote de sarampión. En la misa de doce del domingo día 5, don Indalecio, nos pidió una oración por su alma y, lo más importante, por el imposible sosiego de sus padres y familiares. Observé que en el Templo se palpaba una sensación de solidaridad y perplejidad acorde con la magnitud de la tragedia. Al parecer la madre se encontraba en Galicia y tuvo que volver en un taxi de manera apresurada. Dios me libre de hacer literatura barata cuando el dolor se manifiesta en su máxima expresión. Es más, decidí dejar pasar unos días antes de escribir sobre el particular. El guión de la vida está escrito para que sean los hijos quienes entierren a los padres, cuando ocurre al revés deja de llamarse vida para llamarse simple y rotundamente tragedia. Ignoro quienes son los padres y las causas definitivas de la muerte de este malogrado muchacho. Un amigo que asistió al funeral me dijo que la madre pidió salir cuanto antes de la iglesia. Decía, presa de la pena, que Dios le había fallado y se había portado muy mal con ellos. Cuando una madre habla con la poderosa razón del dolor por la perdida de un hijo, a Dios no le debe quedar otra que agachar la cabeza. Sabemos que el mismo Jesús, poco antes de morir crucificado, le recriminó al Dios-Padre su abandono, pero ignoramos que diría su Madre al pié de la Cruz. Siempre he sido un atento observador de lo que acontece en el interior de la Casa del Señor de Sevilla. Unas mujeres van a pedirle y otras a recriminarle su falta de ayuda. Le riñen con la benevolencia que se le riñe al hijo que llega tarde a casa. Un día le escuché a una mujer sollozando decirle con una mano apoyada en su Divino Talón: “¿Tanta farta te hacia pa llevártela?; ¿Qué jago yo ahora sin mi hija en er mundo? Lamento decir que mi curiosidad me venció, y aguanté disimuladamente hasta el final del dialogo. Curiosamente la noté que se iba calmando poco a poco hasta rematar con un: “Bueno, pa que me voy a enfadá contigo que tú también has pasao lo tuyo”. “Pero ahora, eso si, este viernes no cuentes conmigo”. Lo castigó sin su presencia durante toda… ¡una semana! La grandeza del Gran Poder no está en su carácter milagroso, sino más bien en ser el soporte donde, a través de los siglos, han llevado las sevillanas a descargar su pena grande. Pena de Madre que hace que por Sevilla se llamen Amargura; Angustias; Mayor Dolor; Refugio; Soledad y… ¡Esperanza! Cuando esta afligida madre decía, cargada de razones humanas, que “Dios le había fallado”, quiero pensar que formaba –o forma- parte del núcleo de los creyentes. Si a Dios hasta su propio Hijo le recriminó que lo abandonase: ¿qué menos puede recriminarle una madre rota por el dolor? Hay situaciones humanas donde la tragedia alcanza lo insoportable y, la perdida de un hijo representa la cima. Espero y deseo que, con el transcurrir de los días, esta familia vaya sobrellevando la pena amarga que hoy les embarga. Cuando empecé a escribir este “Toma de Hora” no tenía más intención que mostrarles la más noble solidaridad de la que sea capaz. No solo como cristiano sino, más bien, como padre y abuelo con Papeleta de Sitio en la Estación de Penitencia de la Vida. La Tierra se riega con el sudor del trabajo de los hombres honrados y, con las lágrimas de las madres en su desconsuelo. Ellas, solo ellas, simbolizan como nadie a la Pena suprema.

domingo, 26 de junio de 2011

El implacable paso del tiempo



Alguna que otra vez me suelen llegar por correo electrónico crueles fotos, de gente famosa, demostrativas del paso del tiempo y el estrago que producen los años. No imagino crueldad en los remitentes salvo por las secuelas que provocan en la sensibilidad de algunos de sus destinatarios. Estrellas del celuloide del ayer retratadas comparativamente en la actualidad. Antes, en el máximo esplendor de sus fulgurantes carreras cinematográficas, y hoy, venerables ancianas en el cenit de su decadencia física. Basta comparar las fotos de mi idolatrada Kim Novak y, no encuentro mejor antídoto, que volver a recordarla –gracias a la magia del Cine- pletórica de eterna belleza e imperecedera en la inmortal película, “Picnic”. Un bellezón del diez que hizo soñar a toda una generación de cinéfilos de todo el mundo. Mostrar su decadencia actual con el paso lógico e implacable de los años se me antoja, además de estéril, algo innecesario y cruel. Recuerdo que mi primer amor platónico fue recién cumplido los 16 años de edad. Trabajaba en la calle San Luís y cada día me cruzaba justamente allí donde en Bustos Tavera tenía su sede el Cine Apolo con –para mí ensoñación- la quinceañera a la que cantaba el Dúo Dinámico. “Quince años tiene mi amor….”. Yo le tenía cogida la hora y siempre cronometraba mi salida para cruzarme con ella. Me daba la impresión que me sonreía y nunca –por timidez- crucé una sola palabra con ella ni supe su nombre ni a donde se dirigía. Era guapa a rabiar y siempre venía acompañada de una muchacha algo mayor que ella. Las veía acercarse a lo lejos y mi corazón palpitaba como un tambor rociero el Lunes de Pentecostés. Un día dejé de verla y siempre lamenté no haber sido capaz de haber superado mi timidez e intentar hablarle. Pasó el tiempo y un día, hace ya muchos años, volví a verla de nuevo. Fue en la Playa de Punta Candor por tierras roteñas. Estaba montando mi sombrilla y de reojo pendiente de que mis hijas no se adentraran mucho en el agua. Justo a nuestro lado había una familia pertrechada con todos los utensilios playeros y, donde solo faltaba un camello a la puerta de la jaima que habían montado. ¡Y allí estaba mi amor platónico juvenil de la calle Bustos Tavera! Iba embutida en un imposible bikini de rayas que solo hacia resaltar su oronda figura. Aquel pincel de mi juventud se había convertido en una sucursal de la extinta Casa Padura. Preparaba en una amplia mesa de camping bocadillos por doquier. Tenía una hilera de “taperwés” con filetes empanados, tortillas, chacina variada y pimientos fritos. Completaban la mesa dos platos de tomates aliñaos, varios vasos de plástico, una “litrona” de la Cruz del Campo y dos botellas de 2 litros de La Casera, una de naranja y otra de limón. Un enjambre de niños mojados iban y venían como hormigas en busca de cáscaras de pipas de girasol. Era ella sin ningún género de dudas. Uno de los adultos se dirigió a ella como “Merchi” y, 25 años después y con un sobrepeso de 40 kilos, pude saber su nombre. Me quedé atónito del cambio experimentado por la “Merchi”. Cuando comprobé que a mí ni siquiera me conoció, saque dos posibles conclusiones: o había sido una atracción juvenil solamente por mi parte, o por el contrario yo había cambiado más que ella. En ambos casos mi ego no salía muy bien parado que digamos. Cuando nos marchamos a comer allí seguía la “Merchi” alimentando a la tropa, y con un “maromo” roncando a su vera tendido en una toalla de la “Coca-Cola”. Le eché huevos y me despedí con un: “Adiós, que tengan ustedes un buen día”. Me miró y se sonrió mientras me decía: “Vayan ustede con Dió, que tienen ustede unas niñas mu guapas”. ¡Tú si que eras guapa!, pensé para mis adentros. En ese instante se me rompió la magia que posiblemente exista para eso: para romperse algún día.
Pero eso si, siempre nos quedarán los sueños juveniles y la calle Bustos Tavera sevillana. El tiempo, el implacable paso del tiempo y la mare que lo parió.

viernes, 24 de junio de 2011

El alma por la boca



“¿Qué pájaro será aquel
que canta en la verde oliva?
Corre y dile que se calle
que su canto me lastima”.

Recuerdo una tarde que al volver a mi casa después de cumplir con mis precoces obligaciones laborales, me encontré con una situación que definitivamente me enganchó al Flamenco. Mi padre estaba de pié escuchando atentamente a Manolo Caracol cantar por Siguiriya. Era en un programa de Cante de la extinta y añorada “La Voz del Guadalquivir”. Mi madre había salido y él estaba solo. Noté que lloraba compungido y alguna lágrima le resbalaba por la cara. Hacia tan solo un mes que habíamos enterrado a su santa madre –mi abuela Teresa- y el Cante del “Genio de la Alameda” le sacó la pena a pasearse un rato. Como quiera que abstraído no se percató de mi presencia me salí sin que él notara mi entrada y salida. No me pareció prudente interrumpir aquel mágico momento donde estaba a solas con su dolor y con el mejor antídoto del mismo: el Cante. Si existe algo que, desgraciadamente, no suele faltar en el hatillo que los humanos llevamos colgado, es nuestra inseparable carga de desdicha. Buscar la felicidad es algo consustancial con la aventura de vivir. Encontrarla se nos no muestra como una tarea casi imposible. El Cante es fiel reflejo de la vida: tiene sus momentos de gozo y también los de tragedia. Me encuentro en el Mercadillo del Jueves a un vecino que al verme en la mano un CD recién adquirido -2 euros por una hora de Cante con mayúscula- de José Menese me comenta: “Juan Luís eso que llevas es Flamenco Duro”. Por ahí andamos. Estuve a punto de contestarle que se trataba simplemente de un CD de Cante Flamenco. Que el Flamenco no es duro ni blando sino: simplemente Flamenco. Que lo de “Flamenquito”; “Flamenko; “Flamenco-fusión” y otras zarandajas son inventos de comerciantes y vanguardistas de salón que, dicho sea de paso, solo sirven para desnaturalizar la autenticidad de las cosas eternas y hacer caja. No existe en el Mundo un Arte que, como el Flamenco, sitúe al Ser Humano en su justo contexto y dimensión. Caminos que se abren entre gozos y penas por la espesura de los sentimientos heridos por el desconsuelo y el desamor. La Cultura no tiene solamente la finalidad de hacernos cultos sino más bien el de hacernos libres. Erudito sin alma es igual a rosa sin olor. Insustanciales resultan hoy muchas de las propuestas artísticas-culturales que nos llegan. Películas donde los efectos especiales se anteponen a los buenos guiones. Literatura preñada de seres artificiales y sin alma y, las una y mil formas que existen de encontrar o descifrar el Santo Grial. El Flamenco de estos últimos años no podía ser ajeno a esta corriente de falso vanguardismo. Levantemos nuestra copa al cielo porque todavía el Mundo del Toreo es de las pocas cosas que permanecen fieles a sus orígenes. No es de extrañar por tanto que mi vecino considerara un disco de José Menese como de “Flamenco-Duro”. Él, en su ignorancia programada, no es responsable de respirar los aires que corren en la actualidad. Interesa lo efímero e insustancial antes que educar al “personal” en lo verdaderamente imperecedero. El Cante Flamenco nació cuando alguien puso el alma en su boca y lanzó al aire su quejío. La “Raíz del Grito” en definitiva. El hombre solo, con su dolor y su pena, ante la inmensidad del Universo. Luego este Arte parido y amamantado en Andalucía creció y se hizo Baile, Música y Pueblo.
Llega confundido pero pletórico de salud hasta nuestros días. Ahora lo llaman: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Bien está cuantos tirulos le concedan, pues a nada ni a nadie le amarga una distinción. Forma parte indisoluble del patrimonio sentimental de mucha gente que, como quien estos folios emborrona, quedaron hechizados y heridos por las lágrimas de sus mayores.

jueves, 23 de junio de 2011

Por sus obras los conoceréis (y II)






Hace once días que soltó el bastón de mando de la Ciudad –si alguna vez lo tuvo- y parece que hace una eternidad de su marcha. A los pocos días de llegar intentó subirse el sueldo y poco antes de marcharse lo hizo con su autoestima. Para no quedarse fuera del circulo machadiano nos habló de la manida “ligereza de equipaje”. Al bueno de don Antonio –Machado- lo citan ya desde todos los ámbitos y, posiblemente, nunca existieron más “machadianos”. Lo mismo vale para un roto que para un descosido. Al “que ya no está” tengo amigos que lo conocen –o dicen conocerlo bien- y dan testimonio de que se trata de una persona honrada, solidaria y trabajadora. Dios me libre de poner en duda algo que nunca hice durante su nefasta gestión. Tuvo a mí entender un error fundamental y que condicionará con el paso del tiempo una herencia envenenada para sus predecesores: la pusilanimidad. Le dio algo más de cuarto y mitad a aquellos que no estaban legitimadas por las urnas para dirigir los destinos de la Ciudad. Los mismos que son incapaces de presentarse a la batalla electoral con su propio nombre y apellidos. Ocultan sus siglas (PCA) bajo un falso hibrido contemporáneo del Frente Popular (IU). Son, a que negarlo, fósiles de una arqueología política que la Historia ha puesto definitivamente en su sitio. Nunca harán replanteamientos de autocrítica auspiciados por una democracia interna a todas luces inexistentes. Las cosas que se oyeron por parte de algunos dirigentes comunistas -ante su descalabro electoral sevillano- hablan por si solas. Criticaron abiertamente la orientación del voto de los ciudadanos. Quien no los vota a ellos les está haciendo el juego a la “Derechona”. Dicen que con el PP se instala en la Casa Grande la extrema derecha sevillana. Es decir: los 20 concejales que representan a muchos miles de votos sevillanos se reunirán todas las mañanas en la Puerta del Ayuntamiento a cantar el “Cara al Sol”. Patético, sino fuera por la memoria de los héroes y las victimas que ha dado la infantería comunista a la Historia de esta tierra llamada España. Nuestro hombre no supo poner en su sitio –el que determinan los ciudadanos en las urnas- a estos demócratas de victorias y nunca de derrotas. Quiere, nos dice, seguir ocupando cargos públicos –o políticos- para que los que se siente con aptitudes dada su ya larga trayectoria política. Su verdadera vocación es la de político en activo, aunque no tendría reparos en volver a su antigua profesión. Si me lo permite creo que puedo hacerle una sugerencia: recuperar su profesión y vivir de ella y, en sus ratos libres, dedicarse a su vocación política (Partido; Sindicato; ONGS; Asociaciones o Fundaciones…….). Miel sobre hojuelas. Parece ser que no será así y pretende -en el uso de su legítimo derecho- que el Partido le proporcione un cargo por los servicios prestados y acorde con su historial. Mientras, su gestión va a ser sometida al inapelable rodillo de la Historia de la Ciudad. Puedo prometer y prometo que estos “Toma de Horas” no volverán a ocuparse de tan peculiar personaje político sevillano. Nunca mais. No habrá excepciones, pues ni pretendemos hacer leña del árbol caído, ni como se ha puesto de moda en los últimos Pregones hacerle ningún desaire. Pregón ya es igual a: Aborto; Eutanasia; Crucifijos en los colegios; Matrimonio entre homosexuales; Setas de la Encarnación y….desplantes al Alcalde. Es hora de que alguien les recuerde que el Pregón es en el fondo y en la forma una Exaltación a la Semana Mayor de la Ciudad. Ni más ni tampoco menos. Urge una sobredosis de lo auténticamente popular en el Pregón y, Manolo Melado o Pascual González, esperan ser quienes enaltezcan al Pueblo siendo Pueblo ellos mismos.
Que cosas nos pasan en los “Toma de Horas”: empezamos hablando del bastón y terminamos a bastonazos. Será por estas “calores” que nos reblandece el cerebro.

Alguien lo dejo escrito: “España es un país que siempre va detrás de los curas: unas veces con cirios y otras con palos”.

miércoles, 22 de junio de 2011

SOS Flamenco






Parece ser que la recepción de malas noticias forma parte de nuestra cotidianidad más palpitante. Obviemos los telediarios; los titulares de prensa y los informativos radiofónicos, cargados de malas nuevas por sus cuatro esquinas. Tampoco aquello de lo que se nutre nuestro patrimonio cultural-sentimental está ajeno a lo que hoy se llama: manifiestamente empeorable. Me llegan malas nuevas de la situación de la querida Peña Flamenca “Pies de Plomo”. No ha podido librarse -¿quién puede hacerlo hoy?- de los avatares de la Crisis y se encuentra al borde de su cierre. La Presidenta de esta Peña es Aurelia Avelar quien, aparte de ser una entrañable amiga, es una de las personas más interesantes del Flamenco sevillano de los últimos años. Sedimentó y cuajó su inmenso caudal flamenco en la Peña “Torres Macarena” que, a la postre, se nos configura como Catedral y Centro litúrgico de la Peñas Flamencas sevillanas. Luego con un animoso grupo creó y consolidó la Peña “Pies de Plomo”, donde en el transcurso de 19 años se ha generado el mejor flamenco soñado. Aurelia es una mujer interesantísima y con un carisma que la consolida como un referente del Flamenco en Sevilla. Que una mujer sea Presidenta de una Peña Flamenca es algo inusual en nuestra Piel de Toro; si además es una excelente Presidenta pues ya me contarán. Aquí el espejo de la vida nos devuelve un axioma feminista cambiado: detrás de una gran mujer siempre hay un gran hombre. Su marido es un heredero legítimo de un Santo italiano: San Blas di la Santísima Diputacione. Aurelia le ha dedicado sus días y su dinero al engrandecimiento del Arte Jondo, en detrimento, muchas veces, del tiempo que le debía a su familia. Afortunadamente su “Libro de Familia” está salpicado de lunares flamencos (su hija Alicia canta de bien para arriba). Ahora en “su” Entidad pintan bastos. El próximo día 25 a las 12 h. está programado un Encuentro Flamenco de solidaridad para intentar sacar a esta emblemática Peña del atolladero. Por solo 5 euros recibiremos paella, buen Cante y, lo más importante, una buena dosis de amistad. Recuerdo hace unos días una entrevista que en una televisión local le hacían al Presidente de la Peña Flamenca del Cerro. Decía este animoso hombre que en la actualidad la Peña contaba con unos cien socios, siendo la cuota mensual de 6 euros. ¿Alguien cree que con unos ingresos de 600 euros mensuales se puede cubrir tan solo el mantenimiento del local¿ ¿De donde se saca para pagar a los artistas en sus actuaciones? Urge declarar a las Peñas Flamencas (consolidadas) como BIC de Andalucía. Una vez felizmente superado el Flamenco en los “Cuartos”, en ellas está reflejado el último reducto intimista que le queda al espíritu de lo Jondo. Por eso, insisto: Peña Flamenca “Pies de Plomo”. Calle Dársena (detrás de la Gasolinera de Torneo). Día 25 de Junio a las 12 h. Paella, flamenco, amistad y solidaridad flamenca. Sin obviar hacer un serio llamamiento a las Instituciones Andaluzas para que no dejen morir de inanición aquello de los que nos nutrimos sentimentalmente. Con cada Peña que se nos muere, se termina debilitando este entramado cultural-sentimental-tradicional al que llamamos Arte Jondo. Nuestra Cultura más autóctona y nuestro legado sentimental más importante. Ni más ni menos.

lunes, 20 de junio de 2011

¿La verdad nos hará libres?






“Los aires llevan mentira
el que diga que no miente
que diga que no respira”.

Verdades a medias. Mentir como un bellaco. Mentiroso compulsivo. Mentiras piadosas. Una y mil formas de admitir que la mentira forma parte de nuestra vida cotidiana. Si alguien se levantara al alba con el firme propósito de terminar el día sin plegarse al reino de la mentira, sería considerado un ser de otro planeta. Si la Humanidad está configurada como una gran mentira, como puede pretenderse que los humanos no seamos en definitiva una cohorte de embusteros. La mentira forma parte del equipaje de nuestra existencia. La justificamos de una y mil formas distintas. Argumentamos para justificarnos: “No quise decirle la verdad para no herir sus sentimientos”; “Ya no la quería pero no me atreví a decírselo”; “Le mentí por su bien y para no echar más leña al fuego”. La política, las relaciones sociales y laborales, la amistad y el amor se sustentan en sonoros silencios y en ruidosas y escandalosas mentiras. ¿Le decimos a un amigo o a un ser amado siempre la verdad? Quien calla otorga y quien habla miente. ¿Quién puede conjugar pensamiento y palabra? No olvidemos que la buena educación, necesaria y hoy relegada a lo inútil y accesorio, es una forma sutil de hipocresía. Mentira en definitiva. Si un amigo te presenta a su santa esposa, ¿le vas decir: que gorda esta usted señora? Al contrario comentarás de manera lisonjera que da gloria verla. Es más: le dirás que hacen muy buena pareja, cuando lo que te pide el cuerpo es decirle: ¿Qué co….coméis los dos para estar tan gordos? Deduzcamos pues, que la mentira no es buena ni mala, sino necesaria para no convertir la existencia en un campo de batalla. Somos actores de una comedia social donde los papeles a interpretar están impregnados de verdades a medias. En nuestras distintas formas de relacionarnos con los demás siempre, invariablemente, tendremos que sopesar hasta donde puede llegar nuestra cuota de sinceridad. Te hacen crecer soñando con la lectura de los cuentos que, en definitiva, se construyen bajo los pilares de la fantasía. ¿Cuántas mentiras necesita un niño para ser feliz en su inocencia? La verdad desnuda y sin artificios es cruel por su propia naturaleza. Cuando la mentira se deja guiar por los senderos de los sueños no se llama mentira sino literatura. ¿Dónde está la verdad de las cosas?; ¿Quién o quienes nos dicen la verdad sin artificios? Buscar la verdad de la existencia no solo es legítimo sino incluso necesario. Pero hay que subsistir arropado por las medias verdades o las medias mentiras, que tanto monta monta tanto. La verdad desnuda es cruel por su propia naturaleza y despoja al ser humano de su coraza de inmunidad. Mentimos muchas veces no para herir sino para evitar las heridas. El mundo es afortunadamente imperfecto y, en su sincronizado girar, va arrojando al espacio las mentiras de los humanos. Siempre debemos distinguir de manera rotunda la mentira del engaño. Se puede mentir desde el afecto y el cariño, pero nunca la traición bebió en la fuente de los sentimientos nobles. Esa es la diferencia: mentimos luego somos humanos; engañamos por ser además de humanos, perversos. “Dile una mentirijilla: que la Alhambra de Graná se la han traío pa Sevilla”. Mentimos luego respiramos.

Solo Dios dijo una gran verdad: “Creced y multiplicaos y llenad la tierra…..de mentirosos”.

domingo, 19 de junio de 2011

Las olas de mar bravío




Era su estreno como abuelo playero. La mañana se encontraba justo en el ecuador desde donde el astro sol va, poco a poco, marcando su dominio implacable. La playa lentamente se iba desperezando de un radiante amanecer impregnado de brisa marinera y, en donde Dios, echa el resto en su paleta de colores. Nada como el mar refleja la vida en toda su gama de contrastes. Se increpa y se serena sin solución de continuidad. La lejanía une mar y cielo como si se fundiera lo efímero con lo eterno. Días plomizos otoñales proclives a la melancolía. Fulgurantes días veraniegos donde la luz y la vida se rompen en un estallido de efímera felicidad. Los atardeceres playeros son un rotundo ejemplo de cómo morirse ahítos de felicidad y en paz con Dios y los hombres. El Mar –la Mar como diría Rafael, el Poeta del Puerto-, se nos muestra como un arco iris multicolor, donde la vida toma cuerpo y forma en todos sus matices vivénciales. Cuando Dios creó el Mundo lo hizo para que los hombres tuvieran puertos donde arribar a través de los mares. El Mar –la Mar- al igual que la vida viene y se va pero nunca se queda. Y allí estaba a pié de playa sin más compaña que el último eslabón de su cadena sentimental: su nieto. Se mostró gozoso y obediente cuando alguien le dijo: “Papá, llévate al “chico” a la playa que a nosotros nos queda todavía un rato”. Dichosos vosotros, pensó, que aún os quedan muchos, muchísimos, ratos. Mientras notaba como el mar se iba animando y dejaba sobre sus pies el suave beso de su espuma, observó a su nieto sentado placidamente en la arena mojada, jugando con los inmortales utensilios infantiles playeros: cubo y pala. Tenía puesta una camiseta blanca con un sonriente “Pokemon” en el centro. Una gorrita con la cara cuadriculada y amarillenta de “Bob Esponja” le cubría su frágil cabecita. Mientras le miraba sonrientemente complacido no pudo evitar pensar que, en cada época, los niños son sujetos pasivos atrapados por sus personajes infantiles. Hace años, muchos años, que el Mundo es una gran Tienda desde donde se programan las necesidades de niños y adultos. Todo lo que sirva para que sean felices a través de su ensoñación infantil bienvenido sea. Poco a poco la playa se fue poblando de veraneantes y las sombrillas clavadas en la arena eran pequeños círculos de familiares connotaciones. La magia se estaba diluyendo como su pensamiento marinero. El hechizo quedó roto cuando el Mar –la Mar- pasó a convertirse en playa dominguera. Ahora era un compendio de voces y ecos mezclados con el ruido del viento sobre las olas. Ya la mañana se le escapaba de las manos y, dentro de poco, los olores de sardinas de los cercanos “chiringuitos” marcarían el territorio de los “Pacos” y “Antonias” moranqueros. Terminó de despertarse a la realidad de lo cotidiano cuando una voz de terciopelo, sangre de su sangre, le dijo a sus espaldas: “Papi, que ya estamos aquí. ¿Cómo se ha portado el chico?” “Bien, muy bien”, les contestó. “Los dos hemos cubierto nuestro ciclo existencial ante la Mar: él, inmerso en su claro amanecer jugando con la arena, y yo, soñando atardeceres de luces que se apagan prendidos con los alfileres de lo vivido”. Lo dijo Rafael, el del Puerto: el Mar, la Mar, el Mar…..la Mar. ¡Y Dios en la última playa!

viernes, 17 de junio de 2011

Cien días, ni uno más ni uno menos






Hace una semana que Juan Ignacio Zoido tomo el relevo de la Alcaldía sevillana. Comulgo con la consideración de que una gestión publica necesita cien días para poder analizarla al menos en su capitulo de intenciones. Arranca el partido de la era Zoido y debemos esperar al menos hasta el descanso para ver juego y resultado. El principio de austeridad se ha visto claramente plasmado en la composición del nuevo Equipo de Gobierno municipal (se ha pasado de las 21 Delegaciones existentes anteriormente a las 7 que se han configurado en la actualidad). Se ha encargado una Auditoria en profundidad –debía hacerse en todos los traspasos de gestión pública- para determinar el estado “real” de las cuentas. Los analistas de la “cosa municipal” coinciden que la “roncha” resultante será de considerables dimensiones. Realizar solo una parte de los proyectos que tiene Zoido en cartera, sin disponer de fondos, se me antoja algo bastante complicado. Ha existido, por parte de los antiguos “gestores”, un dispendio y una “alegría” inversora propiciatoria de que la Ciudad esté seriamente hipotecada en los próximos años. Esto es lo que hay y habrá que tirar de tesón y talento para reconducir los costosos años perdidos. El quitarle el rotulo de “su” calle a Pilar Bardem –todo se andará- debe considerarse como una cuestión menor y no debemos caer los sevillanos en posicionamientos revanchistas (el sectarismo, históricamente, vació las almas y llenó los cementerios). Eliminar de un plumazo el horrendo mobiliario urbano del Centro de la Ciudad debe hacerse con criterio y de manera razonada (no olvidemos que el costo de este engendro costó 395.000 euros). Hay muchos frentes donde acudir y hoy, en plena crisis y entrampados hasta las cejas, confundir lo accesorio con lo fundamental es una manera de suicidarse políticamente. Buscar apoyo constitucional leal y constructivo con la Junta de Andalucía y el Gobierno Central, amen de hacerlo también con el sector privado, se nos antoja como una cuestión rotundamente necesaria. Zoido cuenta con un respaldo popular inédito por estas latitudes (20 concejales son muchos miles de votos) como para perderse en batallitas ideológicas. Si el PP lo utiliza como ariete para conquistar la ansiada Junta de Andalucía, estará frustrando a una parte nada desdeñable de sus electores. Los mismos que lo han llevado al Gobierno de la Ciudad pueden en un futuro desalojarlo. Insisto, a nivel personal y visto lo visto, creo que Juan Ignacio Zoido puede desarrollar un excelente trabajo en la Ciudad. Del sitio que le de a la Oposición en los difíciles años de gestión que se nos avecinan, dependerá una parte nada desdeñable del éxito de su mandato municipal. De momento los piensa incorporar a los Consejos de Administración de las distintas Empresas Públicas. Esto es interesante y nos hace sentirnos moderamente optimistas. Cien días, ni uno más ni uno menos. No pidamos milagros que en política demasiadas veces se nos presentan como burdos juegos de magia. De momento toca arrimar el hombro cada uno desde su parcela. Esta Ciudad, única en el mundo, ha sido maltratada con excesiva frecuencia y sus posibilidades de remonte cada día son menores. Hay un tablón para asirnos y librarnos –librarla- del naufragio. Nunca se levantó una casa llorando sobre sus escombros. Lo dicho: Cien días, ni uno más ni uno menos.

miércoles, 15 de junio de 2011

Mal está lo que mal acaba




Me parece que, desgraciadamente, el Movimiento Social llamado 15-M terminará llamándose M-15 (Menos de quince). En este país nuestro es moneda común que las buenas Historias nunca tengan un final feliz. Las malas son ya tan frecuentes que nadie se preocupa de averiguar ni como terminan. El 15-M se originó de manera espontánea a través de las Redes Sociales, enmarcado en la mejor –y más eficaz- herramienta de vertebración social con que hoy contamos: Internet. Desde el principio se pudo comprobar que aquello era cualquier cosa menos algo insustancial y, configurado como el divertimento callejero de un grupo de “niñatos”. Para nada. Desde posiciones cívicas y democráticas se hicieron propuestas tan necesarias como el aire que respiramos. A las concentraciones y las asambleas se fueron sumando personas de distintas generaciones con un denominador común: estar hasta los huevos de tanto mangante suelto en el mundo de la política. Hoy la credibilidad de los políticos está bajo mínimos (las encuestas los dan como el tercer problema de los españoles. Delante solo figuran el Paro y la Crisis Económica). Podemos hoy afirmar de manera rotunda dos cuestiones: una, que no es cierto que todos los políticos estén corrompidos y, dos, que no son solamente media docena de aprovechados los corruptos. Hágase un repaso por la castigada Geografía española y parémonos en aquellos pueblos o ciudades donde se hayan destapado casos de corrupción. ¿Cuántos quedarían impolutos? Sobra decir que pocos Partidos pueden decir que con ellos no va la cosa (bueno decirlo lo dicen todos, otra cosa es que sea verdad). Las decisiones judiciales en un sistema democrático están para acatarlas pero sin que necesariamente haya que compartirlas todas. El Tribunal Constitucional posibilitó que Bildu se presentara a los comicios municipales y, han conseguido, que una parte de nuestros impuestos se destinen a pagar el “impuesto revolucionario”. Por si había alguna duda y nada más recibir los bastones de mando no crean que los de Bildu les hayan hablado a las gentes del Paro; tampoco de restituir el alumbrado de San Sebastián y muchos menos del obsoleto alcantarillado de algunos pueblos vascos. ¿Saben cual ha sido de manera unánime su primera proclama municipal? ¡Bingo! Que pongan en la calle a los asesinos de ETA encarcelados. ¡Menos mal que no tenían nada que ver con ellos! Ahora nos enteramos que tres jueces del Tribunal Constitucional han presentado la dimisión. Parece ser que no se la han aceptado. Sobran los comentarios. Toda esta serie de despropósitos políticos y judiciales –banqueros incluidos- justificaban –y justifican- un Movimiento Social como el 15-M. Pero han cometido un error de bulto al no saber marcar los tiempos que en política son fundamentales. Debían haber terminado las “acampadas” al día siguiente de las Elecciones y, cubrir un periodo de reflexión para dotar de un armazón ideológico-operativo al interesante entramado social generado. Han muerto de éxito y ha pasado lo inevitable. Los “Anti-Sistemas” se han acercado a las ascuas del Movimiento y han vertido gasolina sobre las mismas. Se acabó el civismo y entramos en una dinámica tendente a entorpecer la democrática constitución de Comunidades y Ayuntamientos. Se ha llegado incluso a la agresión personal y, se sostiene un pulso en la calle con la policía, tendente a configurarse como víctimas de los aparatos represivos estatales. La praxis política de los “Anti-Sistemas” ya huele a naftalina. Se trata de que exista un reparto equitativo en la Sociedad: ellos se quedarían con todos los Derechos y al resto de los mortales nos dejarían todos los Deberes.
Viendo el cariz que van tomando los acontecimientos, tengo serias dudas de que la parte noble –la mayoría- del 15-M pueda reconducir la situación. Se han creído los “Reyes del Mambo” y esta plebe ha llegado y les ha quitado las maracas. Urge dejar claro – si ha sido así- que los componentes del 15-M se han retirado de las calles y que los que ahora vociferando las ocupan solo se representan a ellos mismos. El beneplácito de una buena parte de la Ciudadanía ante este Movimiento empieza a diluirse como el azucarillo de un café. Existe un tiempo fundamental hasta las Elecciones Generales para darle un contenido al 15-M donde, demagogos del Mayo del 68 aparte, muchísimos españoles podamos sentirnos representados. Los agoreros dirán que este final se veía venir y, los esperanzados, dirán -diremos- que hoy gracias a Internet nada se puede elevar a definitivo. Tiempo al tiempo.

El nervioso vuelo de las moscas






En la actualidad hay un segmento –muy pequeño eso sí- de gente de mi Barriada que esta nerviosa. Antes de seguir, y a modo de aclaración, diré que donde vivo es en Pino Montano. Aquí llevó viviendo la mitad de mi existencia -32 años del ala- y, justo es reconocerlo, perfectamente integrado. Me siento valorado y apreciado y doy fe, sin agravios comparativos con nada ni con nadie, que esta es la mejor Barriada de Sevilla. No entraré en detalles para no aburrir al personal con mis batallitas. Este núcleo urbano ha sido un granero de votos para PSOE y, de hecho, donde comparativamente más rédito electoral sacaban en España los socialistas. Tampoco entraré a calibrar la gestión de algunos dirigentes “pinomontaneros” y donde han terminado algunos de ellos. Cada cual es dueño y esclavo de su comportamiento. ¿Que han hecho muchas y buenas cosas por la Barriada? Posiblemente, aunque esto debía ser una cuestión de justa equidad proporcional y nunca una “gratificación” por los servicios prestados (en las urnas). La gente a la hora de votar –a pesar de lo que piensan los “demócratas de IU- nunca se equivoca. Ni cuando votaban mayoritariamente al PSOE, ni tampoco ahora que lo hacen al PP. Más bien quienes se equivocan son los políticos cuando piensan que su gestión –buena o mala- no tendrá incidencias en las urnas. Deben –o debían- pensar que éramos tan tontos que los seguiríamos votando contra viento y marea. El vuelco electoral, ya conocido como el “Zoidazo”, ha puesto las cosas en su sitio (al menos hasta una nueva convocatoria). Para aquellos que consideraban que Andalucía en general y, Sevilla en particular, eran de su propiedad política empiezan a no salirles las cuentas. Es igual que si te regalan una entrada para los toros y llegas a creerte que la Plaza es tuya. Alguna vez terminará la Corrida con el sexto toro o el sobrero y tendrás que volver al sitio de donde procedías. Esto, más o menos, le está pasando a algunos de mi Barriada. Están nerviosos y tienen ya pocas posibilidades de darle carrete “ar” Zoido. Quede claro que no me alegra saber que alguien pierde su puesto de trabajo y, menos constatar que una nueva familia pasa necesidades. Pero cuando las cosas ocurren por un ejercicio de racionalidad poco se les puede objetar a las mismas. Ahora, quizás ya demasiado tarde, han levantado la vista a la entrada del Cortijo y donde creían que figuraba el nombre de su Partido resulta que lo que pone es: DEMOCRACIA. Las moscas de este país están en la actualidad, unas tumbadas por las urnas, y otras aleteando nerviosas por observar que están poniendo mosquiteras en ventanas y balcones. Recuerdo que en una televisión local y, al poco de comenzar el recuento de votos, se constató un hecho insólito: ¡En una mesa de Pino Montano había ganado el PP! Esto fue un claro indicio de cómo terminaría la tarde-noche del recuento. Ahora toca seguir volando a la espera de encontrar un hueco por donde colarse y seguir disfrutando de la rica miel (del poder). Está difícil, y lo que más me duele, es saber lo que terminan comiendo las moscas cuando no encuentran otra cosa. Suerte para todos y, a ser posible, no estaría de más quitarle el polvo al cuadro de don Pablo Iglesias. Eso y reflexionar que quieren decir las siglas PSOE.

lunes, 13 de junio de 2011

El canto de los grillos





“Desdeño la romanza de los tenores huecos / y el coro de los grillos que cantan a la luna / a distinguir me paro las voces de los ecos……”. El Poeta de la dulce melancolía lo dejó escrito y es difícilmente mejorable. Una vez instalado en el Poder municipal don Juan Antonio Zoido – me presumo que va a ser por muchos años- aparecen por esta Ciudad una cohorte de aduladores desde todos los ámbitos sociales. Gente que se considera encuadrada en su selecto de grupo de amigos, conocidos y adeptos, que a no dudar, siempre confiaron en su aplastante victoria electoral. Configurada está, aunque todavía en fase embrionaria, la Fundación sevillana de: “Amigos Íntimos del Padre de Fernandito” (hasta tienen ya su Presidente de Honor). Los llamados popularmente “Zoidistas”. Esta Ciudad siempre fue más Corte que Villa y su Historia es un claro ejemplo de oportunismo político (franquistas del ayer reciclados en izquierdistas de toda la vida. Cuando los socialistas dejen de gobernar comprobaremos como se reciclan en “centristas”). El pueblo, el de verdad, no se arrima al Poder sino que espera que sea este quien se arrime a sus acuciantes problemas cotidianos. En época electoral, y cuando no estaba claro quien iba a dirigir nuestro Ayuntamiento, se movían en el difuso y ambiguo campo del apoliticismo. Decían: “A mí me da igual quien gane, siempre que mire por los intereses de la Ciudad”. Dicho en castellano: “Vamos, que esperaré los resultados para saber si tengo que sacar del cajón la bandera azul o la roja”. Reconozco con satisfacción que estos días, en sus primeros compases, la Canción de Zoido me gusta, tanto la letra como la música. Quiere aplicar sin demora las tres A (no confundir con la temible triple A argentina). A saber: Austeridad, Auditorias y A tomar por c... el Plan Centro”. Insisto: no esperemos milagros ni cambios de rumbos vertiginosos. Simplemente pedimos que se nos gestione desde la seriedad, el rigor, la honestidad y la transparencia. Siempre con la verdad por delante y que Sevilla, nunca más, vuelva a ser un pastiche con ínfulas de República bananera. Luego habrá medidas que nos gusten mucho, otras muy poco y algunas incluso nada. El ejercicio de gobernar consiste en ordenar y priorizar los problemas, buscando siempre el consenso y, aplicando formulas tendentes al desarrollo del bienestar de todos los ciudadanos (con especial preferencia, lógicamente, a los más desfavorecidos). Los perdedores de IU en la Ciudad han hecho una autentica demostración de “fair play” democrático: no comprenden como se puede votar a la derecha en vez de a ellos que tanto han hecho por la Ciudad. Eso si, hacen un encendido llamamiento a la “Lucha” y al “Combate”. Algo así como: “Marisqueros del Mundo uníos….y traernos pa las trincheras las gambas”. Ahora en la Ciudad todas son felicitaciones para don Juan Ignacio y lo despiden con el latiguillo: “No solo ha ganado usted sino que también ha ganado Sevilla”. “Ojana” en estado puro que dirían los del color bronce que inventaron la Siguiriya allá por el arrabal trianero. Me consta, que ya algunos de los “Depositarios de las Esencias de la Ciudad”, se están quitando las pinturas de guerra con algodones empapados en alcohol. Guardadas están ya las hachas del periodismo de opinión (político) y, ahora toca entrar de lleno en el placido jardín del costumbrismo bucólico. ¿Cuánto les durará la luna de miel (antes de hiel)? Imprevisible. Pero desde que escuché hablar por primera vez a Juan Ignacio Zoido –al que ni conozco ni nunca he votado- tuve la percepción de que era largo de continente y contenido.


No les resultará fácil manejarlo. Tiempo al tiempo. Pena, penita, pena, de que Pilar Sánchez y la “Niña de Salvador el del Cerro” no hayan logrado sus escaños (por mí no quedó). Con ellas y Juan Espadas en la Oposición tendríamos cubierto un espectro político interesante a más no poder. Los grillos, eso sí, seguirán en torno a la Huerta con su monótono “crip,crip,crip,crip….”.

Solo espero que el dueño de los tomates –el señor Zoido- nunca olvide que muchos sevillanos le prestaron el agua de sus albercas para que tuviera una buena cosecha. Convencido estoy que hará un buen uso de su Huerta y no dejará ninguna mesa sevillana sin fruta. Que gobernará para todos es algo de lo que estoy completamente seguro. Ha sido juez antes que alcalde.

La corte de “plumillas” aduladores no va a faltarle, y este magistrado en excedencia sabe que contentar la vanidad humana es relativamente fácil. Lo difícil será contentar a los que –victimas de la desesperanza- ya nada esperan de los políticos.

Ayer escribían que los sevillanos éramos una cohorte de “carajotes” manipulados por el “Régimen socialista”. De otros que eran unos “pesebreros” agradecidos por las prebendas recibidas. Hoy, y después del vuelco electoral, ya somos los “electores” más listos de Europa. Estos no aman la Ciudad quieren solo a “su” Ciudad. “Cesar –digo Zoido- guárdate de los idus de Mayo”. No olvides que por estos lares conviven Sevilla, Triana, el Betis y…. ¡Ricardo Corazón de Gambón!

domingo, 12 de junio de 2011

La hoja del Perejil









“Debajo de la hoja de la lechuga
tengo a mi amante malo con calentura.
Debajo de la hoja del perejil
tengo a mi amante malo no puedo ir”.

Conocía la enfermedad de Pepe Peregil a través de Santi Pardo de Pasarela. No soy muy partidario de romper la intimidad de las personas, ni a través del rumor ni alterando la misma a través de oportunistas artículos. Pero el insigne tabernero de la Plaza Jerónimo de Córdoba ha querido a través de Antonio Burgos hacer publica y notoria su grave enfermedad. Tomo pues mi modesta pluma para rendirle homenaje a este ilustre Tabernero-Cantaor de Flamenco, que responde en su DNI al nombre de José María Pérez Blanco y, nacido al mundo del mosto y el fandango, en Manzanilla (Huelva) el año del Señor de 1945. La Ciudad, vieja y sabia, hace ya muchos años que lo integró dentro de sus hijos ilustres, sin necesidad de fastos y medallas que así lo reconocieran. El Arte en general y el Flamenco en particular necesitan para subsistir de la aportación de su fiel infantería. Los genios cantaores como Vallejo, Camarón, Marchena, Caracol, Mairena, Pastora, Tomás….configuran la élite de los tocados por la varita mágica del Mago del Universo. Luego están los que desde su discurso cantaor de base articulan al Flamenco como un Arte eminente y genuinamente popular. Pepe Peregil es de esa gente que el pueblo hace suyo en el marco de sus sentimientos más nobles. Su “Quitapesares” es un templo “mollatoso” donde se convive bebiendo mosto o se bebe mosto conviviendo con lo añejo y tradicional. Allí no hay cafetera ni se sirven las mil formas que hoy han tomado los desayunos del personal. Suele abrir avanzada la mañana y poco a poco van llegando un reguero de personas y personajes (Alfredo Kraus cuando venía a Sevilla era una de sus citas obligadas) dispuestos a mojar cuerpo y espíritu con vino y cerveza; papeles de estraza rebosantes de chacineo variado y un enorme recipiente de plástico repleto de avellanas para que cada cual se sirva a discreción. Todo aderezado con una saeta espontánea en pleno julio; unas sevillanas alabando las virtudes del cada día más añorado jamón o un fandango del Alosno que te deja el alma titiritando. Todo al sevillano modo: es decir al de Pepe Peregil. Él, junto al añorado Paco Gandía, configuran el cenit de aquellos que nunca negaron su Arte para cualquier causa benéfica. Malos tiempos estamos cubriendo a la par que cumplimos años. Todas las malas noticias que nos van llegando parece ser que son manifiestamente empeorables. Pepe Peregil va a pelear denodadamente para vencer en esta dura batalla. Nunca estará solo. Tiene a su lado a su gente, sus amigos y el manto protector de la Vieja Híspalis. Aquellos y Aquellas que fueron los destinatarios de sus Saetas van a echarle una mano. Seguro que no lo van dejar solo. Todavía no toca que sea un nuevo comensal de la Santa Cena. Lo necesitamos para que con su palpitar podamos también hacerlo nosotros. Suerte, ánimo y que la de San Roque te preste su hermoso y esperanzador nombre: Gracia y Esperanza.

El desván de los besos perdidos






“Flamenca pa yo quererte
tengo que ve dos señales:
que se apague el firmamento
y que se sequen los mares”.

Los seres humanos nos movemos entre lo que pudo haber sido y no fue y, entre lo que ha sido y ni siquiera fue previsto ni soñado. El guión de nuestras vidas siempre lo escribe Dios, el destino y/o las circunstancias. Un tema recurrente en el poemario flamenco es el desamor y las ilusiones frustradas o simplemente perdidas. “Ya llegó la hora / ya llegó la horita / de coge mi ropa y carreterita”. No es casualidad que la juventud se nos presente idealizada y por extensión ajena a la dureza de la vida cotidiana. La moneda de la juventud adquiere su autentico valor cuando nos damos cuenta de haberla perdido. Unas veces bien gastada, otras guardada y otras, lamentablemente, tirada por la borda. Gastamos, guardamos o tiramos nuestros mejores retazos de vidas e ilusiones por considerar que nuestra juventud nunca se nos escapará de las manos. Fausto ingenuamente vende su alma al Diablo a cambio de juventud y sabiduría cuando debía saber que ambos conceptos son incompatibles. Oscar Wilde retrata en su magnifica novela “El Retrato de Dorian Gray” la perpetuidad de la belleza y la juventud. Dorian permanece a los largo de los años tal cual fue pintado, pero el cuadro va experimentando su declive físico y espiritual victima de sus muchos excesos. En definitiva lo importante no es como te vean los demás es como tú te veas. Esa es la finalidad última de los espejos: devolvernos a una cruda realidad. Fotos de nuestra añorada juventud hoy nos resultan extrañas ante lo que los espejos nos muestran inmisericordes. Resulta bastante singular que, a lo largo de los años, más que recordar los dulces besos entregados, recordemos los besos que nunca encontraron su anhelado destino. Todos en definitiva terminaron guardados en el desván de los besos perdidos. Lo que pudo haber sido y no fue. Dos besos en la frente configuran el alfa y el omega de nuestra existencia. Uno, amorosamente dulce, para mecer el placido sueño de los recién arribados a la vida. Otro, para que antes de desaparecer del mundo de los vivos, reciban un último soplo de cariño. ¿Besamos en la frente a los que se van para que se lleven algo nuestro o para quedarnos con algo de ellos? La vida es una larga sucesión de besos de toda clase y condición. Fraternales, cariñosos, apasionados, solidarios e incluso hipócritas. Soplos del alma para demostrarnos que, cuando navegamos por los mares de los sueños, siempre nos estará esperando en los puertos del amor y la fraternidad la dulce caricia de un beso. Besamos una bandera y nos sentimos engarzados en una Patria común. Besamos unos labios de fresa y miel y sentimos clavada en nuestro corazón la espina machadiana del deseo. “Aguda espina dorada / quién te pudiera sentir / en el corazón clavada”. No besamos a nuestras abuelas y madres: somos más bien besados por ellas. Con padres, hermanos, amantes y amigos los besos son de ida, los de las madres y abuelas siempre son de ida y vuelta. Estos se nos quedarán para siempre colgados en las paredes del alma. Besamos una foto color sepia y devolvemos la vida a los ausentes. Besamos una medalla y aunamos fe y tradición ante lo hermosamente imperecedero. Besas a tu nieto con el convencimiento de que esos serán tus besos terrenales más nobles y sentidos. Lo cantó la gran Sara –hoy carne de presa de los carroñeros del basurero catódico-: “Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez”.




Lo dejó escrito el Poeta de la calle Conde de Barajas: “Por una mirada un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso….yo no se que te diera por un beso”.

viernes, 10 de junio de 2011

Rebeldes con causa




“Rebelde sin causa” es una película, una excelente película, dirigida por Nicholas Ray e interpretada por los imperecederos James Dean, Natalie Wood (¡guapísima a más no poder!) y Sal Mineo. Ha sido considerada por la crítica como una de las películas claves en la Historia del Cine. Su temática esta hoy de plena actualidad. Vivimos inmersos cada día en un proceso de desafecto generacional desarrollado por un importante segmento de la juventud. Cuando se estrenó (27/Octubre-1955) hacia un mes que el mítico James Dean había muerto victima de un terrible accidente de tráfico (30/Septiembre-1955). El mejor homenaje que podemos hacernos a nosotros mismos es visionar, de vez en cuando, estas películas imperecederas. Así podremos comprobar lo poco que ha avanzado la Sociedad en algunas cuestiones puntuales. Los problemas generacionales no se resuelven convenciendo a los padres para que ocupen el lugar de sus hijos, ni evidentemente tampoco en sentido contrario. La falacia del “Progresismo” consiste en llevar a las relaciones Padre-Hijo y Profesor-Alumno al terreno del “coleguismo”. Por encima de otras consideraciones, todos nos argumentan que debemos ser comprensivos amigos de nuestros hijos y después que Dios reparta suerte. Entrar en el –por lo visto- pantanoso terreno de la conjugación de Deberes y Derechos (en todos los ámbitos de la vida) se nos muestra –hoy- como una cuestión secundaria (¿). No se trata de legitimar unos principios autoritarios que ya, en la Sociedad actual, se nos muestran obsoletos. La cuestión es asumir desde una temprana edad que todos tenemos –o debíamos tener- responsabilidades inherentes a nuestros distintos roles familiares y/o sociales. Suministrarle a la Sociedad –por parte de padres y educadores- una hermosa cosecha de personas decentes, solidarias, comprometidas con su tiempo, sensibles, cultas y bondadosas, se nos presenta en la actualidad como una tarea titánica. La clase política –con honrosas y puntuales excepciones- no es para nada un modelo a seguir. No se trata de “criminalizar” la necesaria gestión de lo público en un sistema democrático. Pero, visto lo visto, pocos elementos edificantes existen en su comportamiento y actitudes. El Movimiento del 15-M –que por cierto consiguió reunir a padres e hijos en un mismo contexto urbano- tenía como principal motivación el reivindicar de manera urgente un proceso regenerativo en la devaluada Democracia española. Estos si que son “Rebeldes con causa”. Lo dejaron claro cuando escribieron: “Si no nos dejáis soñar no os dejaremos dormir”. ¡Claro que si! Es legitimo pelear para que no nos cambien Justicia por Ley; Democracia por abuso; Igualdad de oportunidades por enchufismo; Entretenimiento por Tele-basura; Finanzas por usureros inmisericordes y, lo más importante, que no nos roben nuestro presente y el futuro de nuestra juventud. Sed jóvenes encauzando vuestra rebeldía hacia metas donde la utopía se funda con lo concreto. Pedid la luna pero sin olvidar que, mientras la contempláis, os están quitando el astro sol de vuestras vidas. Hoz, martillo, puño, rosa y gaviota empantanando vuestros –nuestros- sueños juveniles.

jueves, 9 de junio de 2011

44.904






El martes día 7 mes de junio terminó con una gran perdida para la vieja, sabia y castigada Europa: la muerte de Jorge Semprún Maura. Sus antecedentes familiares parecían predestinarle a no pasar desapercibido en el compulso devenir del siglo XX europeo. Era nieto del político conservador Antonio Maura (cinco veces Presidente del Gobierno durante el reinado de Alfonso XIII) e hijo de José María Semprún, un intelectual republicano de largo recorrido que fue Gobernador Civil al comienzo de la República. La biografía de Jorge Semprún daría sin dudar para varios tomos y, posiblemente, dejaríamos en el tintero aspectos de su personalidad. Fue escritor, político, guionista de Cine y, fundamentalmente, un insobornable luchador por la conquista de las libertades. Sin embargo él siempre dejaba claro en sus entrevistas que le gustaría que le recordaran, fundamentalmente, por haber sido el preso número 44.904 del Campo de Concentración nazi de Buchenwald. Allí permaneció durante dos años (entró con 20 años de edad y salió con 22). Durante la clandestinidad del periodo franquista ocupó cargos de máxima responsabilidad en el PCE, usando el nombre de “Federico Sánchez”. Posteriormente fue expulsado de la dirección del Partido por darse cuenta de que Comunismo y Libertad nunca fueron de la mano. Ocupó la cartera del Ministerio de Cultura durante el Gobierno de Felipe González, abandonando dicho cargo, al parecer, por las serias discrepancias mantenidas con Alfonso Guerra. Su paso por Cultura no fue insustancial y gracias a su labor se consiguió traer a España la Colección de Pintura del Barón Thyssen (la más importante del mundo a nivel privado). Otros logros culturales se consiguieron durante aquel periodo que están claramente reflejados en su biografía. Recuerdo hace menos de un año una larga entrevista concedida a TVE, donde se ponía de manifiesto su grave deterioro físico a la par que sorprendía su lucidez intelectual y política. Siempre se consideró un español afrancesado y un francés con el pertinaz deseo de mantener su españolidad. Un personaje de esta dimensión intelectual es sumamente proclive al halago (fundamentalmente cuando se nos muere), tanto como a la critica mordaz mientras estuvo vivo. Posiblemente haya sido uno de sus mejores amigos y quien lo sustituyó al frente del Ministerio de Cultura, Javier Solana, el que haya puesto el dedo en la llaga cuando dijo: “España no se ha portado nada bien con un intelectual de la talla de Jorge Semprún”. Nada nuevo bajo el sol que calienta e ilumina nuestra Piel de Toro. En vida ninguneamos a aquellos personajes que dieron lustre y sentido a nuestra vida de españoles para, una vez muertos, elevarlos a los altares de los elegidos para la gloria. Jorge Semprún fue fundamentalmente -que no es poco- un hombre comprometido con su tiempo. Le tocó vivir una época en Europa donde los muertos se contaban por millones y las complicidades con la barbarie eran absolutamente deleznables. Él supo estar y ser cuando para muchos lo importante consistía en arrimarse a la estela de los poderosos. Dio testimonio de una etapa, la suya y la nuestra, de todas las formas posibles. Tanto con la pluma como con la acción. Vivimos hoy tiempos difíciles, donde cuesta encontrar referentes intelectuales comprometidos con la Libertad. El mundo de la política está envilecido y la masa nunca ha sido tan “mansa” como en la actualidad. Rindamos pleitesía a aquellos que como Jorge Semprún, elaboraron su discurso –con sus luces y sombras- desde la ancha Avenida por donde caminan –a trancas y barrancas- los espíritus libres.

miércoles, 8 de junio de 2011

Los azules días de Machado






A los pocos días de fallecer Antonio Machado, su hermano José encontró en un bolsillo del raído abrigo del Poeta un papel doblado donde escribió: “Estos días azules y ese sol de infancia”. Pocas veces se retrató la Ciudad en menos palabras. La luz como elemento vertebrador luminoso de su esplendor y, la niñez como ejemplo paradigmático del paraíso perdido. En ninguna Ciudad del mundo, salvo quizás en Roma, los niños son más niños y la luz se nos ofrece en toda su radiante hermosura. Me hago esta reflexión cuando los días de junio caminan lentos pero seguros hacia el encuentro de los implacables rigores del verano sevillano. Cuando descorro la persiana de la ventana de mi dormitorio vislumbro una mañana esplendida de colores y matices. Todavía las mañanas no nacen heridas con la resaca de noches de chicharras, grillos e insomnios. En el ordenador recién encendido canta Camarón por Tangos aquello de: “Al Pare Santo de Roma / le tengo que preguntá / si los pecaos que tengo / me los puede perdoná”. A ninguna Ciudad como a Sevilla le sienta tan mal los días grises. Parece como si se nos hurtará un cielo azul que nos hace palpitar bajo su manto. Aquí, hasta las estrellas del firmamento dejan de girar sobre la Tierra para, que con su fulgor, nuestra luz no muera con los atardeceres. El Maestro de Maestros del Cante Flamenco, Pepe Marchena, cuando ya su vida sabía que se estaba extinguiendo y, al comprobar que su Isabelita del alma le iba a bajar la persiana de la habitación le dijo: “Isabel, no me quites la luz, que me queda mucha oscuridad por ver”. Fue la última genialidad del mayor Artista que ha dado el Cante Flamenco. Disfrutemos pues de estos días de generosa luz, y hagamos un ejercicio de sevillanía en la paleta de colores del Dios del Universo. Creamos firmemente que es verdad que: “Sevilla tiene un color especial”. Todos los grandes poetas sevillanos sin excepción hicieron un canto a la luz de Sevilla. La mayoría de ellos la añoraron desde la lejanía y la enhebraron a los perdidos años de la niñez. Recuerdo emocionado una anécdota que me ocurrió en La Campana sevillana. Fue un día que charlaba con mi amigo Antonio, el invidente que vendía cupones en la esquina de Sierpes con la Confitería. Me decía hablando de Sevilla: “Créeme si te digo Juan Luís, que la luz de la Ciudad es tan poderosa, que yo no puedo verla pero si puedo sentirla”. En un alarde de fina ironía sevillanía me comentaba: “Pásate luego y si tengo todos los cupones vendidos nos vamos al “Picadero” y nos ponemos ciegos”. La ceguera no podrá nunca cerrar las ventanas del alma de la gente sensible ante la belleza y la vida. Aquí, lo paradójico, es que cuando a muchos sevillanos se les habla de la luz les viene solamente a la memoria las facturas de Endesa. No disponemos de más tiempo que el que nos ha sido concedido para gastarlo. Vivir es consumir momentos que están plagados de todas clases de sensaciones y emociones. Sevilla pone el escenario y en nosotros está que papel interpretamos. Cuando se encienden los focos de su luz debemos agradecer y congratularnos que somos los gozosos beneficiarios de los mismos. Lo dejó escrito por tierras francesas el Poeta del Palacio de las Dueñas: “Estos días azules y ese sol de infancia”.

lunes, 6 de junio de 2011

Inquisidores vocacionales





La llamada Santa Inquisición tuvo en Sevilla “Santo y Seña” en el Castillo de San Jorge en Triana. Después de condenados los reos eran paseados en carromatos hasta la Plaza de San Francisco, donde eran expuestos al escarnio público a través de los llamados “Autos de Fe”. Posteriormente ya eran definitivamente trasladados a unos terrenos del extrarradio donde eran sometidos al implacable y cruel “fuego purificador”. Dos quemadores fueron los más activos de la “Santa Inquisición”: el de San Diego en los actuales terrenos de Tablada y el del Prado de San Sebastián. Interesente a más no poder resulta adentrarse en los laberintos de Internet y descubrir aspectos históricos de la Inquisición. De manera preferente centrando nuestra atención en el triste legado sevillano. Imprescindible estudiar los Siglos XVI y XVII de Sevilla, para comprender porque siempre hemos sido un compendio de luces y sombras. No trato de todas formas en este Toma de Horas de adentrarme en los siempre complejos laberintos de la Historia. No, me gustaría más bien centrarme en la tendencia de los seres humanos para, en todas las épocas, sacar a pasear al inquisidor que todos llevamos dentro. Los llamados falsos cristianos, los herejes y los judíos eran el blanco principal de las emponzoñadas flechas de la “Santa Inquisición”. Hoy ya todos somos sospechosos ante “algo” o ante “alguien”. Gracias al impagable magisterio de Manuel Márquez de Castro tuve ocasión, durante todo un año en la Biblioteca de la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País, de poder acceder a una reveladora documentación –única en Sevilla- sobre los expedientes de los procesos inquisitoriales. ¡Increíble! Había de todo en aquellos impresionantes documentos: rencillas personales; conflictos amorosos con sus correspondientes “ataques de cuernos”; herencias disputadas por avaros insaciables; denuncias de hermanos contra hermanos; “cuentas pendientes” de familias enemistadas por la distribución de fincas y terrenos y, en definitiva, todo un compendio demostrativo de la vileza y el rencor de los seres humanos. Siempre, eso si, utilizando la “Herejía” como el principal motivo de los encauzamientos. Los inquisidores se encuadran en dos grupos igualmente perversos: los profesionales y los vocacionales. Los primeros siempre desarrollaron –y desarrollan- su innoble tarea desde la esfera del poder (o mejor desde los poderes fácticos). Obtienen, a que dudarlo, pingües beneficios por su gestión. Los segundos viven medrando en los aledaños de los primeros para, cual lobos hambrientos, recoger agradecidos la carroña que les ofrecen a cambio de su información delatora. Tres conceptos verbales utilizan en su tarea inquisidora: “A ese lo conozco yo muy bien”; “Me he quedado con su cara” y, “Se donde vive”. Luego lo demás ya viene rodado: acechan a su presa hasta apresarla por la yugular. El honor, la dignidad profesional, la integridad moral, la decencia, todo, absolutamente todo, quedará en entredicho. Un íntimo amigo historiador, al que por razones obvias omitiré su nombre, tuvo la suerte de acceder por primera vez a los Archivos Militares y, así poder estudiar los Juicios Sumarísimos contra algunos de los izquierdistas apresados durante la Guerra Civil. Curiosamente, en algunos de estos expedientes, se reflejaba que fueron denunciados por hermanos, amigos o compañeros de Partido. Había que salvar el propio pellejo y convertirse en “inquisidor vocacional” podía ser la solución perfecta. Los inquisidores son intemporales. En cada época adaptan un ropaje acorde con las circunstancias.


Solo puede ser contrarrestada su “labor” en lo que a los “profesionales” se refiere con altas dosis de Democracia (la de verdad y no la que padecemos) y, en cuanto a los “vocacionales”, sinceramente, al estar agazapados y a cubierto existen pocas posibilidades de menguar su ladina tarea.

Es difícil saber, muchas veces, de que ventana proceden las balas de los francotiradores. Como cantaba Serrat: “Entre esos tipos y yo hay algo personal”.

domingo, 5 de junio de 2011

20.000 leguas de camino sevillano






20.000 visitas. Ese es el sorprendente número que marca el contador de este modesto Blog en el que, Salva Gavira y un servidor, le tomamos –o lo intentamos- las horas a esta Ciudad de nuestros amores y desvelos. Nosotros funcionamos por libre y no estamos inmersos en redes blogueras o sociales. Nada ni nadie nos patrocina. Agradeciendo, como no, a Fali Fernández que nos refleje en el luminoso cristal de su Blog (No coge ventaja, ¡Miarma!). Procede aclarar que no es por una cuestión de principios y, mucho menos, una critica a aquellos que funcionan colectiva o corporativamente. Cada uno que se lo monte como quiera o pueda. Siempre entendí la capacidad de crear como un ejercicio en solitario. Luego y motivado por el interés que despierte el “producto” creado, la soledad puede –y debe- ser superada y ampliamente compartida. Nunca creí en los clanes culturales donde funciona el: “hoy por mí y mañana por ti”. Entiendo que puedo ser un “rara avis” en un mundo donde a los “llaneros solitarios” le terminan quitando la llanura y el caballo. Suele ser frecuente que a muchos les resulte extraño que, con mi larga vinculación al Mundo del Flamenco, tenga tan pocos amigos entre el “Artisteo”. La duda es fácil de despejar: yo no me hago amigo de los artistas sino de las personas. A lo que se dediquen profesionalmente es una cuestión secundaria. El ser humano crea desde la reflexión y la soledad, sin más aditamentos que lo que siente, es decir la pasión, y lo que sabe, o sea el conocimiento. El resultado final vendrá determinado por lo que Dios o la Madre Naturaleza hayan puesto de su parte. Se lee desde fuera hacia dentro y se escribe desde dentro hacia fuera. Afortunadamente, he logrado recopilar con los años un ramillete de amigos de lo mejorcito que había por el “Mercado” de la vida. Gente con aficiones dispersas y poco coincidentes entre ellos. Salvo algunas excepciones no se conocen entre si, y eso me permite tratarlos por “como son” y no por lo que me “gustarían que fueran”. Eso si, todos poseen tres elementos de confluencia: la bondad, la honradez y la solidaridad. Tienen, invariablemente, un denominador común: todos se sienten atraídos por la magia de esta viaja Ciudad. Por algo será. Curiosamente, amigos foráneos pero asiduos visitantes del “País de las Setas”, también están tocados por la varita mágica del embrujo de la Vieja Híspalis (mi amigo Eduardo Ufano, un zamorano de pro, es más sevillano y flamenco que la “Pila del Pato”). Puede que incluso en algunos casos tome forma en ellos aquello de: “ser más papistas que el papa”. Pero si en algo tiene sentido la sobredosis es en el cariño, esto es lo que da sentido a la existencia. Los “Toma de Horas” nacen del encuentro de dos almas gemelas, posiblemente algo divergentes en las formas, pero profundamente unidas en el fondo. Dejamos colgados en el aire de la Ciudad esta especie de cometa que surca gozosa el azul de sus cielos, temerosa de que aparezcan los negros nubarrones y la terminen derribando. Somos exigentes –que no dogmáticos- en nuestra manera de defender aquello que nos pertenece por ser herencia sentimental de nuestros mayores. Siempre, y por una cuestión de sentido de la ética, respetuosos con las ideas ajenas (salvo si estas entran en el pantanoso terreno del fundamentalismo). Escribimos y plasmamos en variopintas fotos aquello que nos duele e interesa. La niñez, o lo que es lo mismo el paraíso perdido, como fuente caudalosa de todas nuestras sensaciones. Nuestras tradiciones; el compulsivo mundo de la política; el Flamenco; el Cine; los Toros; pinceladas de misceláneo como muestra inequívoca de que nada nos resulta ajeno y, de manera preferencial, la Ciudad adornada con el hermoso velo de su pasado y, expuesta hoy en su desnudez, a un desosegante presente y un incierto futuro.
Ahí, solo ahí, es de donde se nutren los minuteros de los “Toma de Horas”. Aquí seguiremos mientras Dios nos de nuevas treguas y nuestro sentido de la realidad no se quede colgado como las telarañas por las vigas de los techos. ¡Tic, tac, tic,tac,tic,tac…….! 20.000 momentos y….seguimos.

sábado, 4 de junio de 2011

Alguien voló sobre el nido del Cuco





Volarán los sociólogos y culparán a la Sociedad de ser la causante del alumbramiento de estos especimenes. Volarán los psicólogos y dirán que se generan en los ambientes de familias desestructuradas. Volarán los educadores y argumentarán, con una tiza en la mano, que en la falta de Educación está el quid de la cuestión. Volarán los jueces y sentenciarán que ellos no hacen más que aplicar las leyes. Volarán los políticos y parlamentarán que hay que acatar aquello que determinen los jueces. Todos, absolutamente todos, levantarán el vuelo sin rozar siquiera el aire fresco de la mañana (enmarañados en las jaulas del convencionalismo y sobrevolando un mar de confusiones). Tan solo “El Cuco” levantó gozoso el vuelo para abandonar su encierro y, dejar encerrado de por vida, el sosiego y la paz de las personas decentes. No “pió” ni tan siquiera para decir donde tenían escondida la joven paloma muerta. Ya es libre y poco podemos hacer los pertenecientes a esta infantería compuesta por gente de bien. Así lo determina la Ley de los hombres y nada podemos hacer. Esta familia, destrozada por la pena y harta de cámaras y entrevistas, solo quiere ya que vuelen sus recuerdos y que su pena tenga un sitio donde llevar flores por Noviembre. ¿Es mucho pedir? Parece ser que si, y los cuervos esperan ansiosos unirse en la libertad de los cielos al vuelo del “Cuco”. Todo, lamentablemente, llegará. Mientras, las Vírgenes en las capillas, lloran la pena amarga de las madres presas del desconsuelo. Volemos nosotros con la imaginación y soñemos con una Sociedad donde alguna vez ganen “los buenos”. Soñarla o, mucho mejor, pelear por conseguirla algún día. Nos podrán llamar demagogos pero nunca insensibles con el dolor ajeno. Si en su vuelo logra atrapar otra paloma, todos saldrán corriendo buscando, por San Benito, la palangana de Poncio Pilato. Nadie se hará responsable de haber abierto la jaula tan pronto. Volar, aquí lo que se dice volar, vuela lo que todos bien sabemos: ……… (Que cada uno rellene como quiera los puntos suspensivos).

viernes, 3 de junio de 2011

Los preámbulos de la canícula





Empezó el contador de los días de junio y ya, de manera inapelable, nos dirigimos al encuentro del sempiterno largo y calido verano. A pesar de haber transcurridos tan solo unas semanas, ya se nos pierde en la nebulosa del tiempo una Semana Santa fantasmal atrapada por su peor enemigo: la lluvia. Una Feria calificada por algunos analistas como la de los “tiesos” y los clásicos “figurones”. Tuvimos elecciones municipales y ojala que a la par que estrenamos nuevo Alcalde también estrenemos nuevo ciclo. La Ciudad lo demanda con urgencia. Es mucha la tarea a desarrollar para reparar los años perdidos con el “innombrable”. Borrón y cuenta nueva. Queda en el aire los surcos que dentro de muy poco abrirán por los caminos marismeño carretas y romeros. Marcharán en busca de la Blanca Paloma para escenificar lo que mejor resume el deambular de los humanos: el lento y laborioso camino hacia la Verdad de cada uno. No hay más. Nunca estuve en el Rocío salvo algunas visitas esporádicas camino de Matalascañas. Mis grandes amigos rocieros me animan a “hacer el camino” antes de “entregar la cuchara”. Me dicen: “hazlo una sola vez y nunca lo olvidarás”. Para un irredento urbanita como este modesto “relojero” sevillano es misión imposible el planteármelo siquiera. En el único campo que me siento feliz –y ya hace años que no lo piso- es en el del Real Betis. Cuando animado por algún familiar o “colega” participo en una jornada campestre, mi mejor momento del día es cuando se plantea que tenemos que volvernos. Hormigas, mosquitos, cigarras, calores, picores, boñigas varias, olores a sardinas y/o a chuletones y vasos de cervezas o tinto con pajitas flotando en su superficie, es motivo –para mí- de neurótico desconsuelo. Adoro la naturaleza pero, fundamentalmente, sentado en mi sofá viendo los documentales de la 2. El verano en la Ciudad es desolador y siempre me pareció que es cuando Ella más se nos vuelve Madrastra de cuento perverso. El ciclo femenino se ajusta en Sevilla con la perfección de las cosas simétricamente rematadas y eternas: Madre en el Invierno; Hermana en el Otoño; Madrastra en el Verano y, Novia en ¡Primavera! Sevilla tiene en el azahar y la jacaranda los preámbulos de la “Dama de noche” en las noches de verano (¡Ay, memoria cruel!, ¿porque cuando te nombro a esta “Dama”, tan perfumada, me sitúas en el Cine Prado de los infantiles veranos del ayer?). Junio, julio, agosto, septiembre y, últimamente, íntegramente octubre, se nos configuran como el “largo y calido verano” de la Ciudad. Resistiremos bajo el refrescante consuelo de Papa Gambrinus y Mamá Gazpacha. Sevilla en las horas centrales del día acorrala a sus hijos/as en el frescor de la intimidad de los hogares para, con la caída de la tarde, hacerlos salir cual hurones abandonando sus madrigueras. Sevilla, tierra donde siempre tomó cuerpo y forma el mundo de las paradojas. La mejor manera que tenemos para paliar las calores al transitar por sus calles es: andando a “paso ligero” sobre las mismas y, dejando nuestro exhausto respirar sobre las paredes de sus casas. Pero la Ciudad siempre está cuando la sabemos buscar con la mirada del alma. Frescas mañanas de San Lorenzo; atardeceres de sombras y luces por la Judería; tardes que se mueren reflejadas en el calidoscopio de los ventanales en la Colegial del Salvador; mañanitas con olor a tierra y hierba mojadas caminando entre los parterres del Parque de María Luisa y, el Alcázar, siempre el Alcázar como antídoto más eficaz contra los rigores de la canícula.


Nadie como los árabes supieron afrontar mejor los rigores de “la” calor: agua entrecruzada que se besa en el aire; oscuridad con aromas de siestas eternas y aderezadas con amores pausados; música suave con pentagramas del alma y, sin ningún movimiento brusco hasta que muera la tarde.

Que se mueva tan solo suavemente el tórrido aire entre las hojas de los árboles. Ellos a lo suyo: a vivir soñando o a soñar viviendo.

miércoles, 1 de junio de 2011

El voto prestado




Cuando en política se produce algún acontecimiento que puede calificarse como de excepcional, resulta aconsejable dejar pasar unos días para someterlo a un análisis más sereno y reflexivo. Una vez templado los “calentones” que en política suelen ser poco –o nada- objetivos, es cuando llega el momento de racionalizar lo acontecido. Como es obvio me estoy refiriendo a las últimas elecciones municipales en Sevilla. El llamado “Zoidazo” cogió a todo el mundo con “el paso cambiao”, incluyendo a la misma formación política de la Gaviota. Las encuestas pronosticaban una victoria del PP pero, y sobre todo después de la encuesta del CIS, existían serias dudas que esta fuera suficiente para conseguir la mayoría absoluta y, que no se reeditara el fatídico –para los intereses generales de la Ciudad- “Pacto de Progreso”. Para mí hubo un gesto de Juan Ignacio Zoido durante la campaña que -a las pruebas de los resultados- caló profundamente entre la sevillanía. La misma que ya estaba “harta de coles” de la Huerta Socialista. Venia a decirle a la gente: “Se que votáis a la izquierda y nunca lo habéis hecho al PP. No os pido que me deis vuestro voto, sino que me lo prestéis para demostraros que yo puedo darle un sentido positivo para la Ciudad”. Dicho y hecho. Muchos sevillanos consideraron que era el momento de aparcar el romanticismo de lo ideológico y adentrarse en el terreno de lo políticamente fructífero. Se trataba más que de cambiar de fruta el cambiar de frutería. El análisis por tanto de las últimas elecciones municipales sevillanas tiene múltiples e interesantes lecturas. Se desmontó el tópico de que la abstención siempre favorece a la Derecha, pues el incremento de votantes con relación a las municipales del 2007 -casi un 7%- favoreció claramente al PP. Se entró, afortunadamente, en la liberación del voto individual, al que los Partidos consideran –o consideraban- parte de su patrimonio. Cada uno puede –y debe- darle a su voto el sentido que considere oportuno, superando esquemas sentimentales del pasado que solo sirven para que “otros” decidan por ti. La cuestión en Democracia no tenía que ser tan compleja. Debía de ser: “Te doy mi voto por considerar que puedes hacer un buen uso del mismo. En caso contrario no cuentes conmigo en una próxima convocatoria”. No hay más. De lo que se trata es de convencer a los políticos –de todo signo- que no tienen seguro nuestro voto, salvo que nos demuestren que su gestión ha merecido la pena. Caso contrario “cambiazo” y a otra cosa mariposa. Vivimos tiempos confusos en el terreno de las ideologías y, los comportamientos de algunos políticos, no hacen más que aumentar nuestra dosis de dudas y perplejidades. Uno, que proviene de una familia de socialistas honrados y democráticos, no tiene reparos en reconocer, que cada día encuentra más difícil encontrar la huella de Pablo Iglesias o de don Julián Besteiro por las inmediaciones de la calle Ferraz. Lamento constatar que el descalabro socialista de las elecciones del pasado día 22 de Mayo ha caído en “saco roto”. Los dirigentes socialistas argumentan que todo ha sido motivado por lo efectos de una Crisis demoledora que se ha llevado por delante, precisamente, a los que se han enfrentado a ella. Para nada. El “personal” los ha castigado no por la Crisis, sino más bien por la nefasta gestión que han hecho de la misma. Si el PSOE no se somete a una revisión profunda de continente y contenido, que no le quepa la menor duda que les esperan nuevos y grandes descalabros electorales.


El PP ha sabido sacar rédito a una situación política que con la Crisis le era propicia, pero a la vez que aumenta su parcela de poder también lo hacen sus responsabilidades ante los ciudadanos. No basta con decir: “Nosotros si sabemos –y somos capaces- de sacar a España de la Crisis”. Ahora además de decirlo hay que demostrarlo. Vienen tiempos difíciles pero clarificadores y apasionantes. En Sevilla, especialmente, hay motivos para la esperanza. Salieron del Gobierno de la Ciudad elementos extraños a los intereses generales de los sevillanos. Zoido y Espadas (al que no es descartable que en un futuro veamos de Alcalde) representan el perfil de políticos sensatos y nada sectarios. Necesitábamos en la Ciudad gente así, para volver a respirar aires de tolerancia y libertad. Hablamos, eso si, de esperanzadas expectativas que, en definitiva, serán los meses venideros los encargados de darles su auténtica proyección.