Todos los humanos tenemos -o debíamos tener- un círculo sentimental para que nuestra andadura terrenal sea lo más gratificante y placentera posible. Curiosamente en no pocas ocasiones quedan fuera de ese mágico círculo personas de tu misma sangre y se anclan para siempre otras que no lo son. La vida, los años y las circunstancias nos terminan poniendo a cada uno en nuestro sitio natural. En ese círculo afectivo -el mío- tiene un espacio desde hace muchos años Cristóbal "El farmacéutico". Si al cruzar la SE-30 y entrar en los confines de la Barriada de Pino Montano preguntas por Cristóbal te mandarán seguro a la farmacia. Son más de cuarenta años los que lleva allí dando a diario una lección de civismo, educación, bondad, solidaridad y profesionalidad. Los dos Cristóbal más famosos que conozco (por razones obvias omitiré al de Hacienda) son descubridores. Uno descubrió América y el otro, a través de la amistad, descubrió los estragos de algunos fármacos en el aparato digestivo. Ayer viernes, el mismo día que causaron baja definitiva Leonard Cohen y Francisco Nieva, me llama Cristóbal para anunciarme que se jubila (eso si, una jubilación a lo Cospedal: en diferido). Costará trabajo imaginarse la vida cotidiana de esta Barriada sin la presencia de Cristóbal en la Farmacia. Para definir la personalidad de este sevillano de bata blanca recurriré a lo que un día me dijo un vecino: "Fíjate si Cristóbal será buena gente que hablan bien de él hasta los "ciezos" del Barrio". Recuerdo un 6 de enero que se me antoja ya lejano en el tiempo cuando lo vistieron de Rey Mago y lo subieron en una carroza para pasearlo por la Barriada. Aquel día pudimos comprobar como se podían hermanar la altura física y la moral. Cada cierto tiempo me suele pasar la ITV y como buen amigo siempre es portador de buenas noticias. Me dice que el colesterol y los triglicéridos están dentro de los parámetros normales. La tensión arterial es correcta y el nivel de glucemia posibilita que cada tarde pueda atacar a las sultanas de coco y a las magdalenas de chocolate. Cristóbal forma parte de esas personas que viven y son felices ayudando a los demás. Le tengo tanto aprecio que hasta puedo perdonarle el que algunas veces (como muchos sevillanos) me llame José Luis. Con su jubilación no puedo evitar acordarme de la letra de un Fandango que dice: "Aunque me voy no me voy / aunque me voy no me ausento / porque me voy de palabra / pero no de pensamiento". Suerte amigo y disfruta de tu familia, de tus muchos amigos y de esta hermosa y única Ciudad.
Juan Luis Franco - Sábado Día 12 de Noviembre del 2016
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