La misma mañana en la que nos desayunamos con que este
sufrido país nuestro ha alcanzado la vergonzante cifra de 6.202.700 parados,
nos llega la triste noticia del fallecimiento del cantaor Manolo Mairena. Sabíamos
que desde hacia tiempo venía luchando contra una cruel y dolorosa enfermedad,
pero no por ello su muerte ha dejado de conmovernos. Manolo Mairena, el menor
de la saga de los Mairena, era un más que excelente cantaor y su legado se nos
presenta imprescindible para entender el Cante Flamenco del último tercio del
siglo XX. Irrenunciable defensor de la estética y la ética clasicista del Arte
Jondo, Manolo Mairena se nos configura como un grandísimo cantaor y uno de los
mejores saeteros de toda la
Historia del Flamenco. Era más, bastante más, que el hermano
pequeño del genial Antonio Mairena, y con él se nos apaga el último rescoldo de
la Fragua de
los Mairena. Su discografía, dado sus meritos cantaores, tendría que haber sido
mucho más extensa. Impagable y eterno el “Vía-Crucis” que grabó con Pasarela.
Descanse en paz este mairenero de pro, buena persona al machadiano modo y
excelso cantaor de la Mairena
más flamenca. Nuestras más sinceras condolencias a toda su familia y al querido
y noble pueblo de los Alcores. Cada día
vamos perdiendo a gente que tanto representaron en nuestros sentires flamencos
y el alma se nos vuelve cansada y pesarosa. Alguien dijo, y dijo bien, que
cumplir años se traduce en sumar muertos. Es Ley de vida según nos dicen, pero
hay leyes que te condenan a la orfandad. Gloria eterna a quienes como Manolo
Mairena nos llenaron el corazón con los sonidos de este Arte parido y
amamantado en la vieja Andalucía. Dios
le tenga en la gloria flamenca.
jueves, 25 de abril de 2013
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