A José María, Fali, Martín Carlos, Ignacio y a mi hija Alicia.
Ella sale a la calle cuando la
tarde del Martes de todos los martes sevillanos alcanza su máximo esplendor. Es
cuando la Ciudad
se mueve gozosa en el ecuador de sus días eternos. Le va cubriendo la espalda y aliviando el peso
del madero a Aquel que todo lo puede. Le duele como solo pueden dolerles a las
madres las tragedias de sus hijos. Camina esplendorosa entre un revuelo de
capirotes blancos y un torbellino de soniquetes celestiales. Deja la Capilla Sacramental
huérfana de su belleza anhelando verla de nuevo tras los barrotes dorados. Le da
un aire sublime a los sentidos pues
nadie como Ella es portadora de tanto caudal de sentimientos compartidos. Siempre
supo moverse como nadie al compás de las casas señoriales y al ritmo
vertiginoso y decente de los Corrales de Vecinos. El mármol de los zaguanes de
alto rango los olvida en aras del barro cocido de los lebrillos corraleros. En
los varales de su palio va prendida para siempre nuestra memoria sentimental. Ahora,
en este Martes de soles y lunas, la calle le pertenece y nosotros, como niños
callejeros del ayer, también le pertenecemos. Es diana amorosa para el llanto
hecho pena de la saeta de Manuel Centeno. Pentagrama del alma para que este
soñado día Bach, desde el cielo, quiera llamarse Juan en vez de Johan y haber
nacido en la Puerta
de la Carne. La
Judería es su Reino y nosotros sus rendidos vasallos. Sale a la calle con la
promesa de volver y hasta ahora siempre la ha cumplido. Somos almas errantes en
busca del paraíso perdido de la niñez. Su cara, guapa entre las guapas, nos
dice meridianamente claro quienes somos y de donde venimos. Candelarios
navegando por los mares de la vida y los sueños buscando cada día que su faro
nos guíe e ilumine. Cuando ya solo seamos retazos en la memoria sentimental de
los que nos quisieron Ella seguirá velando por todos nosotros. Mañana, otro
Martes Santo de soles y lunas en la
Ciudad de las ciudades, es su gran día y, por extensión
sentimental, también el de quienes nos emocionamos al llamarla….¡Candelaria!
Juan Luis Franco – Lunes Santo 30 de Marzo del 2015
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