viernes, 22 de octubre de 2021

Calle de las Sierpes en los laberintos cervantinos


Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
(Antonio Machado)

Ayer, 21 de Octubre, comenzó la Feria del Libro de Sevilla. Ubicada en la Plaza Nueva se nos configura como un mágico reencuentro pospandémico. Allí tendrá como su principal protagonista al Libro (el de papel, como toda la vida). Un conjunto de voluntades se darán cita bajo la sombra del Rey San Fernando en forma de autores, editores, libreros y, sobre todo, lectores. Las dudas que existían sobre si los avances tecnológicos terminarían arrinconado al Libro de papel han quedado disipadas. El placer del buen lector ante la lectura de un nuevo libro es único y apasionante. Su tacto es a la vez frágil y terso; su olor nos retrotrae a la ilusión de las puertas y ventanas por abrir y su cadencia narrativa nos desvela, capítulo a capítulo,  las historias de las que otros nos harán partícipes activos. La vida, nuestras vidas, no son más que ríos que van a dar a la mar donde nos espera la barca de los sueños. Cuando venga a buscarnos la parca que nos encuentre con el alma limpia y, a ser posible, con un libro entre las manos.

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