Es engañoso pensar que, por si solo, el paso de los años lleva aparejado un gran pozo de sabiduría. Quien a los 30 años de edad no le ha cogido la onda al ejercicio de vivir difícilmente se habrá enterado a los 60. La sabiduría no es un proceso natural que, sin más aditamentos, se acumula con el paso de los años. Quien con 40 años de edad es un fiel súbdito del Reino de la estupidez difícilmente será un sabio cuando cumpla los 80. El mundo de los mayores se contextualiza por lo que entendemos una irracional generalización. En esta franja de edad casi nunca se separa al individuo del colectivo generacional. Hablamos de los mayores como entes abstractos donde todos funcionan y se manifiestan de la misma manera. Con una persona con la que no tenías nada en común en tu juventud ahora, como por arte de magia, ya sois almas gemelas en la vejez. Esta es una Sociedad donde impera el liberalismo más salvaje y, de manera inmisericorde, manda la Ley del tanto tienes tanto vales. Siempre se suele valorar a las personas en su doble condición de productores-consumidores y en esa valoración los mayores se quedan fuera de juego. La Puerta de la Sabiduría solo la pueden abrir aquellos y aquellas que asumen que el ejercicio de pensar les resulta imprescindible y que vivir es aprender en el día a día de cuanto acontece en nuestro mundo. Ver para saber y saber para vivir. Hoy ya nadie sabría explicar que entendemos por un intelectual. Nos resulta mas cómodo dar por buenas las falsas noticias que nos llegan antes que someterlas al filtro del rigor y la objetividad. La comodidad (real o impostada) como el eje vertebrador de nuestras vidas. La Puerta de la Sabiduría cerrada a cal y canto por la sinrazón, el populismo y los dogmáticos de manual.
jueves, 20 de abril de 2023
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