miércoles, 9 de julio de 2014

Ha muerto Fernando Soto





Ha fallecido en Sevilla Fernando Soto. Este sindicalista y político de hondas raíces proletarias tenía setenta y cinco años de edad.  Se hizo mundialmente famoso, junto a los también sevillanos Eduardo Saborido y Paco Acosta,  a raíz del Proceso 1001. A través del mismo, y en pleno periodo franquista, trataban de juzgarlos y sobre todo condenarlos por sus actividades sindicales (las penas solicitadas por los “jueces” superaban los quince años de cárcel para cada uno).  El mismo día que empezaba el Juicio -un 20 de Diciembre de 1973- una bomba etarra hizo volar por los aires el coche de Luis Carrero Blanco. Fueron unos días de una extraordinaria tensión y donde nadie sabía como terminaría aquella odisea.  Fernando Soto fue uno de los fundadores del Sindicato CCOO y miembro destacado del PCE.  Provenía de la Factoría de CASA donde fue compañero de mi suegro y germen de la lucha obrera sevillana. Ya en plena Democracia se afilió al PSOE ocupando distintos cargos de responsabilidad en la Administración andaluza. La vida de Fernando Soto siempre estuvo ligada a la lucha reivindicativa de los trabajadores. Los que tuvieron la suerte de tratarlo en la distancia corta coinciden que era una persona extremadamente bondadosa y solidaria. Ahora, cuando los Sindicatos están en horas muy bajas y con un déficit de credibilidad verdaderamente alarmante, es cuando gana enteros figuras como la de Fernando Soto.  Se nos ha ido un luchador indesmayable y un convencido demócrata. Corren malos tiempos para la Izquierda –para la Derecha ni les cuento- de este país y la palabra más usada en estos días es la de “Regeneración democrática”.  Izquierda o Derecha; Derecha o Izquierda debían ser dos formas de interpretar nuestra devaluada Democracia.  Hoy no ocurre así y los políticos van dando tumbos entre imputaciones y tribunales.  Por eso hombres de la talla de Fernando Soto debían de ser referentes de actitudes y compartimientos sociales y políticos.  Disimularlos llenándolos de honores es una manera sutil de confundir la forma con el fondo. Es como premiar a los poetas sin tener que leerlos.  Ha muerto Fernando Soto, un sindicalista sevillano que un día peleó porque no faltara el puchero en ninguna casa obrera de Sevilla.  Descanse en paz.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 9 de Julio del 2014

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