Demostrado queda que en los tiempos difíciles el Arte y la Cultura son obviados por innecesarios y prescindibles. "Titiriteros" los llaman algunos de manera despectiva. En los Presupuestos Generales las partidas más pequeñas siempre se las asignan al mundo artístico y cultural. No hablamos de subvenciones sino de promocionar el necesario campo de la creatividad. No estaría de más recordar que "no solo de pan vive el hombre". La relación de algunos dirigentes políticos con el Arte y la Cultura siempre han sido complicadas. Sobre todo con aquellos artistas que les plantan cara desde la libertad y la rebeldía. En el ADN del político va implícito el que solo se sienta cómodo con aquello que controla. Quieren que los díscolos pasen desapercibidos y, en ocasiones, utilizan el dinero público para tapar bocas y comprar voluntades. Sin la Literatura, el Cine, la Música, el Teatro, las Artes Plásticas...... nuestras vidas estarían vacías y prestas para ser manipuladas. Son miles los puestos de trabajo los que generan las actividades artísticas y culturales y que, al día de hoy, corren un serio peligro de desaparecer. Defendamos nuestra Cultura haciéndola más nuestra que nunca. En tiempos convulsos y llenos de incertidumbre está bien que el alma se serene, pero no hasta el extremo que se adormezca y se pierda en el desván de las cosas inútiles. Sin el Arte y la Cultura solo seremos números impersonales, prestos para ser hábilmente conducidos a los falsos paraísos del Consumo.
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