El pasado domingo la Selección Española de Fútbol y después de unos años de sequía volvió a conquistar un nuevo titulo europeo. Bien cierto es que no tiene la relevancia de los anteriores pero, a que negarlo, un titulo es un titulo y ganarlo siempre será motivo de gran satisfacción. Estos títulos cuando se pierden se consideran irrelevantes. Cuando se ganan son la repera. Si aparte lo haces frente a una portentosa Selección como la Croata pues miel sobre hojuelas. En este partido se produjo una peculiar circunstancia que ha dado la vuelta al mundo futbolero. Tres de los jugadores que participaron activamente en esta final (Jesús Navas, Fabián y Gavi) son oriundos de la misma localidad. Concretamente del bello pueblo sevillano de Los Palacios y Villafranca. Una población de unos 38.000 habitantes donde se cultivan los mejores tomates y sandias del mundo. Allí mi tío-abuelo José María Franco junto a su esposa, una mujer extraordinaria llamada Isabel Galán, crearon una espléndida saga de hijos y nietos. Gente estrechamente ligada a los quehaceres de esta población y a sus mas nobles tradiciones. Allí pasé los mejores veranos de mi infancia y siempre los recordaré con un gran afecto. Entre la edad de Jesús Navas y la de Gavi existen 19 años de diferencia. Son estos jugadores palaciegos muy diferentes en su concepción del juego pero con un denominador común: los partidos se juegan para ganarlos. Jesús Navas es el jugador total. Una leyenda viva del Sevilla y del fútbol español. Fabián comenzó su andadura en el Betis mostrando una zurda prodigiosa y una cierta fragilidad en su espigada figura. Tras su paso por el Elche cambió su físico radicalmente hasta convertirse en el extraordinario medio centro de la actualidad. Gavi, todavía en su periodo de adolescencia, se nos muestra como un auténtico torbellino. No exento de una buena técnica disputa cada balón como si le fuera la vida en el empeño. Con los años cambiará cantidad por calidad. A la conclusión del partido le preguntaron a Jesús Navas donde creía que radicaba la peculiaridad de este trío de fenómenos futbolísticos. Respondió sin titubeos que seguramente estaba en la enorme calidad de los tomates de Los Palacios. Los habitantes galos de la aldea de Astérix tenían una pócima mágica que los hacia invencibles. Aquí la pócima se llama tomate y lleva en volandas al Olimpo de la gloria a estos tres magníficos jugadores. Ayer les hicieron un mas que merecido homenaje en su pueblo natal a estas grandes figuras del fútbol español. Les regalaron su peso traducidos en kilos de tomates de Los Palacios. Cuate aquí hay tomate.
jueves, 22 de junio de 2023
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