martes, 17 de octubre de 2023

Crónica de una catarata anunciada



Afortunadamente soy un usuario poco activo del SAS (Servicio Andaluz de Salud). Sumo años pero no sumo recetas y eso es motivo de buena salud. Los achaques llegarán mas pronto que tarde pero de momento que me quiten lo vivido. Venia observando desde un tiempo a esta parte que mi ojo izquierdo perdía visión y, con los antecedentes del ojo derecho, me puse en manos de la Ciencia Médica. Después de cinco meses me citan el pasado día 11 en el Centro de Especialidades de María Auxiliadora y allí que me fui presto y diligente. Como es mi costumbre llego con cierta antelación. Han pasado diez años desde la última vez que estuve en ese Centro. Está todo muy cambiado y donde ya lo digital campa a sus anchas. Recorro a pie las cuatro plantas que componen las consultas de este edificio. Observé que había mas gente que en el Gol Sur del Campo del Betis un día de partido. Veo, con cierta perplejidad, unos carteles situados en cada planta donde se apercibe a los posible agresores del personal sanitario que sus agresiones serán comunicadas de inmediato a las autoridades pertinentes. Esto es tremendo. Hemos pasado de aplaudirlos en nuestros balcones a agredirlos en sus puestos de trabajo. En ningún país como este se pasa tan pronto de héroe a villano. Estaba citado a las 9,30 horas y mi clave aparece en el panel electrónico a las 9,50. Paso a una consulta donde me atiende una médico muy joven y una enfermera de una edad aproximada. Ambas con edades que casi podrían ser mis nietas. Gente muy eficiente y con una cordialidad exquisita. Como sabían que entraba un paciente de 77 años de edad me aplicaron el protocolo del pureta. Se dirigían a mí de una manera muy afectuosa y con una gran parsimonia en sus explicaciones (todo en aras de que me enterara perfectamente). Ocurre que cuando entré oí que estaban hablando de Rauw Alejandro (el ex de Rosalía). Les hice un par de comentarios sobre el padre de este cantante (gran fan de Elvis) que no dejaron de sorprenderlas. Seguro que se preguntarían: ¿cómo sabe este pureta estas cosas tan modernas? La exploración que me practican es muy eficiente y cuidadosa llegando a la conclusión que yo me esperaba: tengo una catarata que ya no admite más solución que intervenirla. Me aclaran que el próximo paso será una cita que me llegará de la “Unidad de Cataratas” pero, eso si, esto se producirá no antes de mediados del año que viene. Esta visita me produce un par de reflexiones.  1) No se puede estandarizar a la gente mayor. Joe Biden, el Líder de Occidente, tiene 80 años de edad y se volverá a presentar a las próximas elecciones. Mick Jager, líder de la mejor Banda de Rock del mundo, tiene 80 años y van a sacar nuevo disco teniendo programada una nueva gira mundial. Nuestros dúo musical mas importante (Dúo Dinámico) suman entre los dos 172 años y siguen dando recitales por toda España. Tres de los cineastas contemporáneos mas interesantes son Clint Eastwood (93 años), Martin Scorsese (80 años) y Woody Allen (87 años) y todavía nos siguen regalando nuevas y grandes películas. 2) Los problemas inherentes a nuestro Sistema de Salud no son responsabilidad de unos sanitarios que, junto con los pacientes, son quienes mas los padecen. Es responsabilidad de una política sanitaria que desinfla adrede las estructuras  públicas para priorizar las privadas. Decir que no se pueden contratar nuevos médicos y enfermeras  por no haberlos es una falacia. No los hay por haberse marchado  al extranjero buscando unas condiciones dignas de trabajo. Las mismas que aquí se les niegan. No culpemos al cartero del contenido de las cartas y mostrémonos orgullosos de tener unos sanitarios que siempre han sido un claro ejemplo de gran capacidad e incondicional sacrificio (¿tan pronto se nos ha olvidado que, durante la Pandemia, muchos de ellos dieron sus vidas para preservar las nuestras?). Mi catarata seguirá conmigo algún tiempo mas pero no dejará de ser otro aliciente para seguir sumando días, meses y años. No es plan de que cuando me llegue la cita ya solo pueda ver con los ojos del alma. Ver o no ver, he ahí la cuestión. 

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