Ayer se cumplió una semana desde la terrible irrupción de esta DANA. 218 fallecidos; un número indeterminado de desaparecidos; miles de casas derruidas y miles de coches arrumbados y prensados en las calles de entrada y salida de los pueblos. Una tragedia cuya magnitud supera a todos los ocurridos en nuestro país. En la actualidad todo se retransmite en directo y todo se filtra a través del espectáculo. ¿Qué sentido tiene entrevistar a una persona que está sacando barro de su casa presa de la desesperación¿ ¿Es humanitario hacer permanentemente, a bombo y platillo, un recuento de los muertos? La gente, llenas de razón, vive instalada en la desesperación más absoluta. Se sienten abandonadas por las fuerzas políticas. Necesitan medidas urgentes ante un problema, que por su inmensidad, necesita durísimas y laboriosas fases de recuperación. Fundamentalmente la solidaridad propiciará que la gente salga adelante y fortalecida. Las escenas vistas estos días hablan por si solas. La sensatez nos dicta que hay que dejar los análisis para tiempos venideros. Ahora toca lo que toca y es sacar a estas miles de personas del tremendo atolladero donde andan metidas. Cada día que pasa sin soluciones prácticas aparecen nuevos problemas y la salubridad y la salud corren un serio peligro. El pasado domingo se vivió algo insólito hasta la fecha. Los Reyes, el Presidente del Gobierno y el de la Comunidad Valenciana fueron abucheados y recibidos a su paso con el lanzamiento de toda clase de objetos. Afortunadamente la cosa no pasó a mayores. El clima por la desesperanza de la gente era el caldo de cultivo perfecto para que unos desalmados se organizaran a través de las Redes e inflamaran un ambiente de por sí tremendamente caldeado. Gente a la que nunca le verás en sus mochilas ningún libro pero si alguna botella con gasolina. Lo mismo que su padre propició que muchos españoles se consideraran “juancarlistas” antes que monárquicos (lo que vino después ya es otra historia) este nuevo Rey va ganando terreno y sumando adictos en la conversión monárquica-republicana del nuevo “felipismo”. En las conversaciones que mantuvo a duras penas con algunos de los manifestantes dijo cosas más que interesantes. A saber: “No debéis dejaros intoxicar por los bulos y mentiras que circulan por las Redes”. “Me criticáis que haya venido, que queréis que me quedara de brazos cruzados en Madrid”. El tiempo dirá (o quizás callará) la verdad de cuantas anomalías se hubieran producido y a sus correspondientes responsables. La necesaria coordinación ha brillado por su ausencia. Difícil, muy dificil, le va a resultar al Presidente Valenciano salir ileso de este atolladero. Ya no sabe donde buscar culpables y terminará por echarle la culpa a los repartidores de butano. Aunque él puede que no lo sepa políticamente está más que amortizado. El PP si que lo sabe. Aflorará de nuevo la Jara púrpura valenciana.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
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