viernes, 23 de mayo de 2025

Eva Yerbabuena



Eva María Garrido García “Eva Yerbabuena” nació un 22 de Junio de 1970 en Fráncfort. Sus padres eran emigrantes andaluces y Eva volvió poco después de nacer a Ogíjares (Granada). Allí, en el pueblo de sus abuelos, pasó los primeros años de su vida . Cuando contaba con tan solo doce años de edad ya se calzó sus primeros zapatos de baile y todavía continua su hermoso romance con ellos. Un recorrido existencial y flamenco que la configuran como una de las primerísimas figuras del Baile Flamenco.
Eva Yerbabuena concilia de manera armoniosa el baile del ayer con las vanguardias más exquisitas. Sabe desde siempre que el Arte que se inmoviliza deja de ser Arte para ser solo pieza de museo. Sus dotes de gran bailaora unida a su gran capacidad creativa propician que cada nueva coreografía sean un canto a la excelencia. Sabe, dentro de la senda que marcó la gran Pilar López, que el Arte se trae de fábrica pero que resulta imprescindible pulirlo con el duro trabajo de cada día. Talento y tesón en armonioso y productivo maridaje. Es gratificante verla crear; lo es también verla actuar y no lo es menos verla expresarse. Un ejemplo de coherencia con el Arte y la Cultura expresadas exponencialmente en el desarrollo del Flamenco. Una andaluza universal (el mejor y mayor titulo que existe) que siembra aplausos y admiración por los teatros de todos los confines del mundo. Ganadora de todos los trofeos y condecoraciones imaginables. Artista reconocida y reconocible tanto por las elites culturales como por la infantería del Mundo de lo Jondo. En este año 2025 le han concedido un galardón de una importancia extraordinaria. Le han otorgado en Inglaterra el “Premio Oliver”. Máximo galardón del teatro británico y cuyo nombre es un homenaje al insigne y siempre añorado Laurence Olivier. Lorca y Shakespeare unidos en un abrazo fraternal que rompe fronteras y nos acerca al mágico mundo de los sueños.
Baila Eva Yerbabuena y el aire huele a romero y la cal de las paredes de los pueblos andaluces abren sus agujas mojadas por lagrimas de siglos. Su baile es intemporal como lo es también la tierra de sus ancestros. Cuando levanta sus brazos hasta La Macarrona se asoma a los balcones del cielo para verla bailar. Cimbrea su cintura y el compás ya huele a menta y canela por los rincones de Andalucía. Es Eva y es Yerbabuena. Es sobre todo sublime. El Baile hecho mujer y la mujer hecha Baile.

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