viernes, 20 de febrero de 2009

Ciudadanos libres y educados.

Una reciente sentencia del Tribunal Supremo obliga a impartir obligatoriamente –y como materia evaluable- la llamada “Asignatura para la Educación Ciudadana”. Algunos colectivos –fundamentalmente cristianos- habían recurrido contra la aplicación de esta materia por entender que se violaba su libertad de padres-educadores. Parece ser que esta decisión judicial es irreversible y con pocas posibilidades de recurrir ante organismos jurídicos de mayor rango.

Este sufrido país nuestro que vive siempre en cuestiones puntuales tan lejos de necesarios concensos, vuelve a reeditar en un tema tan serio como el educativo la añeja y siempre omnipresente teoría de las “dos Españas”. Alguien dijo –y dijo bien- que cada pueblo tiene los gobernantes que se merecen (hagan esto extensivo a los que están en la oposición) y asi nos luce el pelo. Vivimos tiempos convulsos tanto en lo económico, como en lo social, lo educativo-cultural y lo espiritual. La parte mas noble de la politica –que la tiene- está guardada bajo llave en el baúl de lo “politicamente correcto”, y asi asistimos impasibles a la parte menos noble de cuanto ella encierra. Hablamos, para entendernos, de la chapuza, la componenda, el amiguismo y la corrupción. ¿Que de todo hay en la “Viña del Señor”? . Bien cierto es, pero lamentablemente los ejemplos negativos y perniciosos en el mundo de la politica y el financiero son más frecuentes de lo que quisieramos. Podríamos preguntarnos; ¿Quiénes son los que nos han llevado a esta situación de crisis generalizada?. Fácil lo tenemos. Apunten: banqueros; politicos de la “cultura del pelotazo”; organismos internacionales que se nos han mostrado totalmente inoperantes…… Todo nace de una usura desmedida y que no conoce limites. Lo que resulta más alarmante, es que esta Sociedad nuestra se ha visto indefensa antes los mecanismos que debían protegerla. Gente que cobran grandes fortunas y que decian ser los garantes de nuestra estabilidad social y economica, se ha visto para lo que sirven: para llenarse copiosamente el saco.

Urge, por tanto, ahora mas que nunca que mostremos una preocupación prioritaria por los aspectos educativos de nuestra Sociedad. El que las próximas generaciones vengan con un armazón educacional que los haga ser criticos, solidarios y responsables es fundamental. Todos los analistas coinciden en que la crisis económica es producto de un estrepitoso fracaso social y político. Posiblemente vamos a tener ya muy pocas oportunidades -como la actual- de enmendar la plana (en lo que nos toca). El “todovale” para ganar dinero y posición social ya no cuela. Las Universidades tienen que ser algo mas que fábricas de expender titulos. Los cursos de FP no pueden ser solos una manera de tener “entretenida” a la gente jóven. Los sindicalistas deben recordar que no son funcionarios del Estado sino garantes de las conquistas obreras. Los empresarios deben entender que beneficios sin inversiones es cavar sus propias fosas. No podemos estar de nuevo en manos de indeseables que se “meten” en politica para saquear el dinero de los contribuyentes. Luego un par de años -sin carecer de nada- en la cárcel y despues a disfrutar plenamente del fruto de su rapiña.

En los próximos años nos vamos a jugar nuestro presente y –lo que es mas grave- el futuro de nuestros hijos y nietos. Debemos romper este “pasotismo” que hemos mantenido hasta ahora y por el que hemos pagado un precio muy alto. No es tiempo de nostálgicas ideologías sino de darle su sitio a políticos honrados y eficaces. Los hay en todos los partidos. Demos a nuestro voto un valor real y no solo partidista y sentimental. Si nos seguimos resguardando siempre con el mismo paraguas posiblemente volveremos a mojarnos de nuevo.

Le Educación (asi con mayuscula) se asienta en dos fundamentos y dos pilares básicos. Hablamos de libertad y responsabilidad (siempre unidas de la mano, nunca por separado y en contradicción). Los basamentos evidentemente son: la Familia y la Escuela. Entiendo que esto es complejo pues ambas instituciones la componen personas. Sabemos que existen buenos y malos padres (algunos perversos) y los profesores (individualmente) tampoco se librarían de este analisis. Pero quien debe proporcionar el punto de equilibrio y ser el garante de que todos los niños y jóvenes tengan las mismas garantias educativas es el Estado. Para eso nos hemos dotado de una Democracia moderna. Las distintas Administracciones disponen de elementos de juicio para conocer la situación que atraviesan algunos menores, que se encuentran inmersos en una circunstancias familiares verdaderamente lamentables. No pueden –ni deben- ser abandonados a su triste e incierto destino. Son nuestra responsabilidad –junto con nuestros mayores- mas acuciante y necesaria.

La Libertad es autentica y vital cuando lo individual ( hablamos de ideología, creencias, sexualidad, posicionamientos socio-culturales….) no entra en contradición con lo colectivo y defendemos las particularidades de cada uno en un contexto de tolerancia. Es solo entonces cuando resulta plena y enriquecedora. El escitor ruso Vasili Grossman lo plasmó magistralmente cuando escribió: ……”La vida se extingue allí donde existe el empeño de borrar las diferencias y las particularidades por la vía de la violencia”.

Bien está que los niños conozcan en las escuelas nuestra Carta Magna. La Constitución que rige nuestras vidas. Que se configuren como ciudadanos solidarios, nobles, motivados y responsables es tarea de todos. Lo malo será el día que le hablen de un artículo constitucional que dice:…”todos los españoles/as tienen derecho a un trabajo digno” y, al llegar a su casa, observe que su padre y su hermano mayor estan parados y su familia sumida en la desesperación. Habría que explicarles -para que crezcan tambien por dentro- que una cosa es lo que se dice –se escribe- y otra bien distinta lo que se hace. ¿Demagogía? No, solo se trata de educar sin entrar en unos jardines donde para unos las rosas son mas que las espinas y para otros todo lo contrario. Enseñar siempre -en todos los campos- desde la concordia, el trabajo responsable, la tolerancia y el ejemplo edificante. De nosotros va a depender que un día formen parte de una sola España. Aquella en la que todos -aunque con remos distintos- naveguemos en la misma barca. Nos va mucho en el empeño.


Juan Luis Franco

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