Como he comentado en alguna otra ocasión el Toma de Horas lo cree con una doble finalidad. A saber: comentar el pasado, presente y futuro de esta vieja, sabia, hermosa y maltratada Ciudad y por otra, enaltecer nuestra Semana Mayor, por entender que en ella se da el culmen de nuestros sentimientos y tradiciones más nobles. Solo en puntuales ocasiones he roto este compromiso ético y estético. Aquellas en que la actualidad que nos rodea así lo ha justificado y requerido. No puedo –ni podemos- sustraernos a problemas que son vitales para nuestro machacado presente y lo que es más serio, para el futuro de nuestros hijos y nietos.
Viene esto a cuento con la “marcha” a Madrid de nuestro último –por ahora- Presidente de la Junta don Manuel Chaves González. Desde la anhelada llegada de la democracia a nuestra tierra cuatro han sido los Presidentes que ha tenido esta Autonomía, que se dejó en el camino un hermoso lastre de ilusiones y esperanzas. Primero, y durante un corto período, empezó la terna don Placido Fernández Viaga, que fue a que dudarlo un buen y fugaz Presidente. Luego le siguió Rafael Escuredo, quien a la postre significó un excelente referente para los intereses de los andaluces. Ha sido con diferencia el mejor y el más comprometido con los problemas reales de Andalucía. El relevo lo tomo José Rodríguez de la Borbolla al que yo definiría como un politico mediocre. Sin dudar era un hombre coherente pero pusilamine ante el tirón y el impulso que esta Tierra demandaba por vías de urgencia. Al final –hasta ahora- la Presidencia de la Junta la ocupó quien más años -con diferencia- ha estado al frente de Andalucía. Me refiero evidentemente a Manuel Chavez González, al que se podría catalogar dentro de los políticos inocuos, ni malos ni buenos, sino políticamente planos. Es un hombre – a que dudarlo- honrado y trabajador, pero que junto a su “mano derecha” Gaspar Zarrías han sido incapaces de vertebrar Andalucia y sacarla de su impenitente y tristemente histórico subdesarrollo. Los negativos datos de paro y educación son clarificadores al respecto, admitiendo en su haber un importante avance en las tareas de Sanidad. Al César lo que es del César.
Pues bien, cuando estamos en el ojo del huracán de una crisis galopante y sin freno, el señor Chaves se nos marcha a Madrid requerido por su Jefe de filas. Es reclamado para una Vicepresidencia de carácter territorial y deja a los andaluces con dos palmos de narices. Nos llegó desde Madrid (según algunos a empujones) y allí se vuelve para poner su veteranía y clarivendia política al servicio del Estado. Eso está muy bien, ¿pero y los andaluces que lo votaron para cuatro años?. ¿Qué explicación es la pertinente?. Ahora nos salen que en en las elecciones se vota a partidos y no a personas. ¡A buenas horas mangas verdes! Y que todo está bajo control. ¡Faltaría más!.
Hace unos días me encuentro a un amigo de los que forman el grupo de los sabios (aquellos que saben escuchar mucho y hablar poco y sentencioso) y me dice sobre el particular:….” ¿Tú sabes cúal es la diferencia entre Chaves y Montilla?, pues que el primero es un socialista andalúz y el segundo un catalán socialista. ¿Captas el matiz?. Si José Montilla abandona la presidencia de la Generalitat para irse a un ministerio a Madrid posiblemente tendría serias dificultades para volver a poner los pies en Cataluña. Sin embargo aquí, como reitera hasta la saciedad Antonio Burgos, nunca pasaaaa nada”. Pero como la vida está llena de paradojas posiblemente –yo así lo creo firmemente- con la llegada de José Antonio Griñán Andalucía salga ganando. Es un socialista de la vieja escuela y por tanto orientando su política a medio y largo plazo hacia la Educación. Entiende firmemente que en una buena base educativa está la clave de un futuro menos axfisiante y traumático. Lo que si resulta preocupante y nos ponen los pelos de punta es los nombres que se barajan para algunas consejerías. Son las cuotas que exigen los partidos para que los obedientes y mediocres ocupen tareas de responsabilidad. Es lo que hay y solamente en nuestras manos está el cambiar este estado de cosas.
Dos cuestiones para concluir. Como español desearle al señor Chaves toda clase de venturas en su nuevo cargo, esperando que logre superar –lo tendrá fácil- la nefasta gestión de algunos politicos/as (de todo signo) que mandamos a la Villa Y Corte. Y como andaluz desear al señor Griñán que sea capaz de sacar a Andalucia de este atolladero de despropósitos y burócratas que han condicionado que estemos en el vagón de cola de la vieja Europa. Suerte de corazón a los dos y por si acaso y sin ánimos de ser pesimista permitanme exclamar: ¡Que Dios nos coja confesaos!.
Viene esto a cuento con la “marcha” a Madrid de nuestro último –por ahora- Presidente de la Junta don Manuel Chaves González. Desde la anhelada llegada de la democracia a nuestra tierra cuatro han sido los Presidentes que ha tenido esta Autonomía, que se dejó en el camino un hermoso lastre de ilusiones y esperanzas. Primero, y durante un corto período, empezó la terna don Placido Fernández Viaga, que fue a que dudarlo un buen y fugaz Presidente. Luego le siguió Rafael Escuredo, quien a la postre significó un excelente referente para los intereses de los andaluces. Ha sido con diferencia el mejor y el más comprometido con los problemas reales de Andalucía. El relevo lo tomo José Rodríguez de la Borbolla al que yo definiría como un politico mediocre. Sin dudar era un hombre coherente pero pusilamine ante el tirón y el impulso que esta Tierra demandaba por vías de urgencia. Al final –hasta ahora- la Presidencia de la Junta la ocupó quien más años -con diferencia- ha estado al frente de Andalucía. Me refiero evidentemente a Manuel Chavez González, al que se podría catalogar dentro de los políticos inocuos, ni malos ni buenos, sino políticamente planos. Es un hombre – a que dudarlo- honrado y trabajador, pero que junto a su “mano derecha” Gaspar Zarrías han sido incapaces de vertebrar Andalucia y sacarla de su impenitente y tristemente histórico subdesarrollo. Los negativos datos de paro y educación son clarificadores al respecto, admitiendo en su haber un importante avance en las tareas de Sanidad. Al César lo que es del César.
Pues bien, cuando estamos en el ojo del huracán de una crisis galopante y sin freno, el señor Chaves se nos marcha a Madrid requerido por su Jefe de filas. Es reclamado para una Vicepresidencia de carácter territorial y deja a los andaluces con dos palmos de narices. Nos llegó desde Madrid (según algunos a empujones) y allí se vuelve para poner su veteranía y clarivendia política al servicio del Estado. Eso está muy bien, ¿pero y los andaluces que lo votaron para cuatro años?. ¿Qué explicación es la pertinente?. Ahora nos salen que en en las elecciones se vota a partidos y no a personas. ¡A buenas horas mangas verdes! Y que todo está bajo control. ¡Faltaría más!.
Hace unos días me encuentro a un amigo de los que forman el grupo de los sabios (aquellos que saben escuchar mucho y hablar poco y sentencioso) y me dice sobre el particular:….” ¿Tú sabes cúal es la diferencia entre Chaves y Montilla?, pues que el primero es un socialista andalúz y el segundo un catalán socialista. ¿Captas el matiz?. Si José Montilla abandona la presidencia de la Generalitat para irse a un ministerio a Madrid posiblemente tendría serias dificultades para volver a poner los pies en Cataluña. Sin embargo aquí, como reitera hasta la saciedad Antonio Burgos, nunca pasaaaa nada”. Pero como la vida está llena de paradojas posiblemente –yo así lo creo firmemente- con la llegada de José Antonio Griñán Andalucía salga ganando. Es un socialista de la vieja escuela y por tanto orientando su política a medio y largo plazo hacia la Educación. Entiende firmemente que en una buena base educativa está la clave de un futuro menos axfisiante y traumático. Lo que si resulta preocupante y nos ponen los pelos de punta es los nombres que se barajan para algunas consejerías. Son las cuotas que exigen los partidos para que los obedientes y mediocres ocupen tareas de responsabilidad. Es lo que hay y solamente en nuestras manos está el cambiar este estado de cosas.
Dos cuestiones para concluir. Como español desearle al señor Chaves toda clase de venturas en su nuevo cargo, esperando que logre superar –lo tendrá fácil- la nefasta gestión de algunos politicos/as (de todo signo) que mandamos a la Villa Y Corte. Y como andaluz desear al señor Griñán que sea capaz de sacar a Andalucia de este atolladero de despropósitos y burócratas que han condicionado que estemos en el vagón de cola de la vieja Europa. Suerte de corazón a los dos y por si acaso y sin ánimos de ser pesimista permitanme exclamar: ¡Que Dios nos coja confesaos!.
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