jueves, 22 de abril de 2010

Susanita tiene un ratón



“Susanita tiene un ratón /

un ratón chiquitín /

que come chocolate y turrón y bolitas de anís…,


así comenzaba una famosa canción infantil de aquellos –no menos famosos-, “Payasos de la Tele”. Eran otros tiempos donde los niños cantaban y soñaban de motu propio, sin necesidad de ayudas externas de PlayStation, consolas, videojuegos, ordenadores y demás elementos electrónicos. Todo más natural y menos artificial para entendernos.


Pero hoy quien se lleva la palma en Sevilla de las Susanas, es doña Susana Díaz, Secretaria de Organización del PSOE andaluz. Cuando la huelga de Tussam parecía imparable y la dirección de la Empresa, dada la gravísima quiebra económica en que se encuentra sumida, no estaba dispuesta a asumir el alto coste que supondría aceptar las peticiones de los trabajadores, los mismos que en los preámbulos de nuestra Semana Santa y Feria aprovechan para hacer “su Agosto” (aunque estemos en Abril), ocurrió el”milagro”. Un inciso: propongo muy seriamente que en el próximo cartel de nuestras Fiestas de Primavera se introduzcan retazos de nuestra Semana Mayor, también evidentemente de nuestra Feria de Abril y como algo ya consustancial, algún elemento relativo a las huelgas de Tussam. Así todo tendría un orden natural y racionalmente dispuesto para tan felices eventos sevillanos. Por ejemplo: un nazareno del Cerro cubierto con su antifaz esperando el autobús en una parada que simulara una caseta de Feria y, a lo lejos, colgando sobre una nube flotando en un cielo azul, un cartel que anuncie: “Servicios Mínimos”.

Prosigo con el “milagro”. Los trabajadores en un gesto demostrativo de que andan largo de conocimiento de lo político, se plantaron al mediodía del martes de Feria armando bulla en la Caseta Municipal, y de allí se trasladaron a la del PSOE para continuar la “movida”. ¡Bingo! Y acertaron de pleno. Salió a dialogar con ellos dona Susana muy enfadada, y los emplazó por la tarde en la sede del PSOE en Luís Montoto para intentar desbloquear la situación. Todo se haría –eso si- por el bien común de los sevillanos. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Todo resuelto. Se desconvocaba la huelga y ya después de la Feria se volverían a convocar nuevas reuniones para retomar la situación. Pero, ¿en que situación dejaron a la dirección de Tussam con Guillermo Gutiérrez a la cabeza¿ Pues sometidos a una ración de ninguneo por todo lo alto. El pobre Guillermo, que ya era socialista cuando aun no había nacido doña Susana, se ha visto obligado a dimitir. Por coherencia y dignidad ya que no le quedaba otra. A este viejo socialista, con su andadura política de luces y sombras –como todos nosotros-, lo dejaron como se suele decir coloquialmente con el “culo al aire”. Pero no se pongan nerviosos ni sufran que no llegará la sangre al río. Papá Partido siempre encuentra solución para contentar a tirios y troyanos (sin premio).

Dediqué los mejores años de mi juventud –y lo haría mil veces- a pelear para ayudar en conseguirle a este sufrido país una justa cobertura de libertad y democracia. Pero no es de recibo que muchísimos trabajadores y pensionistas estén –estemos- con el agua al cuello, y otros –como los de Tussam- vivan en un estado de reivindicación permanente.

Ahí van datos someros ofrecidos por los distintos medios de comunicación y nunca desmentidos por el Comité de Empresa: los ingresos de explotación de la Empresa no superan los 45 millones de euros anuales, mientras que los gastos en concepto de salarios están por encima de los 65 millones. No es de extrañar por tanto que el déficit actual supere los 136 millones de euros. ¿Qué la mala gestión de estos últimos años habrá sido determinante para llegar a esta situación¿ No les quepa la menor duda. Pero tampoco es lícito obviar las desproporcionadas y primaverales reivindicaciones de sus trabajadores. Que cada uno defienda lo que considere sus legítimos derechos e intereses es normal y así lo ampara nuestra Constitución (por cierto:¿no creen que ya ha llegado el momento de darle algunos retoques a la Carta Magna?). Pero estamos hablando de una Empresa Pública que ya resulta insostenible para el erario municipal que se nutre de nuestros impuestos.

Al final doña Susana Díaz se llevará la medalla de la buena convivencia feriante, pero, ¿cuál será el precio que tendremos que pagar los sevillanos en un futuro no muy lejano? Tiempo al tiempo. Vivimos una época en Sevilla donde cada día cobra más vigencia la frase que de continuo escribe Antonio Burgos: “la Ciudad donde nunca pasaaa nada”. Estamos en manos de los partidos, que aunque siempre argumentan que: “todo lo hacen en beneficio de la ciudadanía”, al final terminan prevaleciendo sus propios intereses y los de sus jerarcas. Como me considero esclavo de mi palabra, y en un Toma de Horas no muy lejano prometí no volver a nombrar al “actual” Alcalde de la Ciudad, no pienso hacerlo. Tampoco ya me merece la pena dedicarle una sola línea. ¿Para qué? A Sevilla le queda un largo año sin alcalde y sin rumbo. ¡Que Dios nos coja confesaos!

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