“-Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío¿
Doctor, ¿tendrá el estomago
vacío?
-El vació es más bien en la
cabeza”.
- Antonio Machado –
Ese es el concepto que mejor define en la actualidad el estado
emocional de los españoles: el hartazgo.
Hartos de abusos, despropósitos y corrupciones. Hartos de que al pan le
llamen vino y al vino pan. Hartos de
comprobar como desde las altas esferas se le dispara al pueblo todo un arsenal
de miseria. Hartos de comprobar como la Ciudad más hermosa de
España (Sevilla) esté sumida en la suciedad, el vandalismo, el descontrol y la
desidia. Hartos de que la
Cultura sea tan solo negocio de mercaderes y entretenimiento
de politiquillos de tres al cuarto. Hartos de que no dejen ejercer a los
jóvenes de jóvenes; a los niños de niños y a los viejos de viejos. Hartos de
que la mentira se haya instalado en los medios de comunicación. Hartos de que
al Flamenco se le llame “Flamenquito”. Hartos de criminales maltratadores de mujeres
utilizando puños y almas de acero. Hartos de homilías donde el legado del Hijo
de Dios ni está ni se les espera. Hartos de amaneceres sin luz y de noches sin
estrellas. Hartos de golpes de pecho y brindis al sol (que más calienta). Hartos
de la Tele-Basura
importada desde la bella Italia para vergüenza de propios y extraños. Hartos de
que le pidan paciencia a los estómagos vacíos. Hartos de cantos de sirenas y
promesa incumplidas. Hartos de figurones de salón y ladrones de guante blanco.
Hartos de todo cuanto nos rodea. Hartos de mañanas que nunca terminan por
llegarnos. Hartos de peleas inútiles contra molinos de vientos. Hartos de que
se priorice lo insustancial y se obvie lo verdaderamente importante. Hartos de
leyes huérfanas de justicia. Hartos de gente que calla cuando debe hablar y
habla cuando debía escuchar. Hartos ya de estar hartos. No la llames España
llámala… hartazgo.
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