domingo, 7 de julio de 2013

El orden desordenado





A Fernando, Antonio, Mari Carmen, Judith,
Paco y José María donde quiera que estén.

Buscábamos desde los albores de la juventud vivir de manera ordenadamente desordenada. Una contradictoria necesidad tan compleja como necesaria. Ni todo lo podíamos dejar a la improvisación ni todo podía ser pura matemática. Queríamos desde el incierto presente prepararnos el no menos incierto futuro. También que cada nuevo amanecer nos trajera nuevas sorpresas e ilusiones renovadas. Éramos hijos de la hambruna de una posguerra tan larga como inmisericorde. Teníamos la enorme ilusión de los convencidos de que lo bueno estaba por llegar. Vivíamos bajo el yugo de un orden político al que estábamos dispuestos a desordenar. Dejábamos las puertas entornadas por si teníamos que volver deprisa y corriendo. Descubrimos que las mujeres aparte de amantes también podían ser compañeras. A no pocos amigos empezamos a llamarlos compañeros o camaradas. A otros dejamos definitivamente de llamarlos. Descubrimos a la Natalie Wood de “Esplendor en la hierba” y al James Dean de “Rebelde sin causa”. El dulce pájaro de juventud volando por la pantalla del Cine Llorens. Pusimos nuestro cuentakilómetros vivencial a cero. Fuimos al Consulado de Cuba a la busca de libros prohibidos. Temblamos ante la cercanía de siniestros y oscuros SEAT-1500 conducidos por miembros de la BPS. Hicimos a madres, novias y hermanas cómplices de nuestra clandestina aventura. Teníamos metido entre ceja y ceja que había que desordenar el orden establecido. Conseguimos abrir las jaulas con enormes dificultades y no estábamos dispuestos a que fueran de nuevo cerradas. Empezamos a trabajar todavía con pantalones cortos. Sabíamos que un mundo mejor solo se consigue peleando por alcanzarlo. Ayer jóvenes ilusionados y hoy pensionistas más desorientados que nunca. Nos acusan de rancios nostálgicos y puede que tengan hasta razón. Al final hemos descubierto que siempre hemos vivido –y vivimos- en un “orden establecido” proclive a la desorganización.  El día que soltemos de la mano al joven que todos llevamos dentro estaremos irremediablemente perdidos.  Patrones de barcos a la deriva y emisarios de noticias inquietantes. No es que hoy llueva sobre mojado es que los suelos nunca terminaron de secarse. La plasmación de la Teoría del Caos o la sincronización del orden desordenado. Ser o no ser he ahí la cuestión.

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