domingo, 6 de abril de 2014

Las neveras vacías





El recordado, admirado, añorado y llorado Paco de Lucía decía que las músicas de raíz (jazz, blues, flamenco…) tenían en común que todas procedían del dolor, la injusticia y de las “neveras vacías”. El hambre perentoria como plataforma para que la música se nutra de la rabia y el desconsuelo donde, a través de la belleza más honda, puedan ser el santo y seña de nuestras sensibilidades de seres desvalidos.  Paco siempre mantuvo una lucha titánica para que el Flamenco fuera considerado un elemento cultural y artístico equiparable a las disciplinas culturales y artísticas de mayor rango y envergadura. Se dejó en el empeño hasta su propia vida pero el resultado no pudo ser más positivo y esperanzador. Conoció en sus propias carnes a través de su padre Antonio Sánchez (un guitarrista de noches festeras señoritiles interminables) las fatiguitas que pasaron los artistas flamencos de antaño. ¡Todavía hay “intelectuales” del Flamenco que reivindican la “pureza” flamenca de ese triste periodo!  Flamenco de “cuarto” para que algunos se lleven los “cuartos”. Paco, apoyado en la sapiencia flamenca de su padre y su hermano Ramón (un excelente guitarrista de la mejor escuela ricardiana), se agarró siendo un niño al mástil de una guitarra y transformó un Flamenco de “neveras vacías” por  otro donde los artistas pudieran comer todos los días. Intentar analizar el Flamenco contemporáneo sin la vital aportación de Paco de Lucia es tan inútil como irresponsable. El Arte Jondo o es una manifestación artística sustentada en las raíces del alma o es solo un pasatiempo para cubrir las noches de señoritos inmisericordes. Paco llenó las “neveras vacías”  del Flamenco con su Arte inconmensurable y con su pertinaz ejemplo de artista comprometido con la Cultura andaluza.  No hay más pero tampoco menos. Hoy, gracias a Dios y sobre todo a artistas de la talla de Paco, los grandes teatros del mundo se abren y entregan complacidos a este Arte parido, criado y amamantado en la vieja, hermosa y sabia Andalucía.  ¡Que nunca más vuelva el Flamenco a la época de las “neveras vacías”!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dice el Pele que no cree en el duende, que cuando mejor canta es cuando mete la mano en el bolsillo y toca los billetes. Creo que sirve, aunque sé que siguen pagándole a cantaores en fiestas privadas, cada vez menos, así que espero que esa humillación dure poco y que los profesionales sigan dignificando el cante, y si no ganan-la ley de al oferta y la demanda- se dediquen a otra cosa. El cuartito es y debería haberse quedado en otro tiempo, y no salir jamás de él. Un abrazo. José Luis Tirado.