miércoles, 8 de junio de 2016

Reconocimientos






Algunas personas con las que, de tarde en tarde, me suelo relacionar (fundamentalmente cuando nos vemos por las calles del Centro sevillano) son gente brillante en sus actividades y que bien merecerían que su trayectoria fuera premiada y/o reconocida (no daré nombres por no dar ideas a los premiadores).  Curiosamente cuando les hago notar que no se ha sido justo con ellos casi todos me dan la misma respuesta…”Calla, calla, que esto supone un día de agasajos y felicitaciones  y toda una vida para hacerte perdonar”.  Son fieles a sus principios y saben con meridiana claridad cual es su hoja de ruta personal, profesional, artística, cultural o política. No he conocido a nadie verdaderamente inteligente que no llevará adherido a su ADN el bendito don de la humildad. Como escritores quieren ser recordados por cuanto escribieron. Los músicos que el tiempo no sea un juez inapelable que los deje durmiendo el sueño de los olvidados dentro de un cajón. Los artistas, de cualquier modalidad, quieren que más que para ellos la eternidad sea para sus obras. Existen algunos políticos (desgraciadamente no muchos) que han desarrollado su acción-gestión social con la finalidad primordial de buscar el bien común.  ¿El que una calle sea rotulada con sus nombres o se les cuelgue un óleo con sus figuras en el Parlamento sería el colmo de sus aspiraciones?  Seguro que ellos pasan –o pasarían- de estas veleidades de las que se nutren los humanos para agasajar y ser agasajados. Vicente Ferrer o la Madre Teresa de Calcuta siempre consideraron  más importante antes de que una Fundación llevase sus nombres el saber que su inmensa obra tenía asegurada la continuidad en el tiempo. Vayan un jueves cualquiera al Mercadillo de la calle Feria y verán por los suelos medallas y condecoraciones de todo tipo.  Existen algunos que se llevan toda la vida buscando el reconocimiento en una Ciudad donde ya ni ella misma logra reconocerse.  Vanidad, vanidad… ¡cuánto tiempo vano nos hacer perder!





Juan Luis Franco – Miércoles Día 8 de Junio del 2016



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