jueves, 2 de febrero de 2017

Candelaria




A mi hija Alicia candelaria por  vocación y tradición

Hoy, como cada 2 de Febrero, celebramos el Día de La Candelaria.  Es una de esas dos fechas que se encuentra fuertemente arraigada en el epicentro de los sentimientos candelarios (evidentemente la otra es el soñado y anhelado Martes Santo).  Dentro de los actos de este hermoso y mágico día existe uno en particular que le da un emocionado sentido de continuidad a esta fecha: la presentación de los niños a la Reina de San Nicolás.  Las imágenes, nuestras sagradas y queridas imágenes, son las únicas capaces de unir pasado y futuro a través del presente.  La vida muere y se renueva con cada hoja de almanaque que cae y nuestras devociones más intimas se acrecientan con el paso de los años.  La Virgen de La Candelaria es el camino más corto que tengo para reunirme con frecuencia con dos de las mujeres más importantes de mi existencia: mi abuela Teresa y mi madre.  La Candelaria se nutre de nuestro fervor y lo proyecta amorosamente bajo un halo de belleza a nuestros hijos y nietos.  Ella es un poema de Antonio Fernández Montes escrito en “su exilio” de la Barrida de los Pajaritos. Un estudio riguroso e imprescindible con sabor a beatífico ibuprofeno escrito por Martín Carlos Palomo. Una devoción inquebrantable en la familia de los Lappi o una gran verdad en la rigurosa perseverancia candelaria de Pepe Martínez Raposo y Salvador Reina. Un llavero de Vito que descansa encima de una mesa con velas rojas de rogatorias que, al ser encendidas, siempre esperan el milagro de vivir una vida sin sobresaltos.  Un Hermano Mayor que nos llegó un día desde la Alcaicería de la Loza para alfombrar el camino que va desde San Nicolás a la Plaza de La Alfalfa.  Dos Candelarios (así con mayúscula) que vuelven la cara por la Plaza del Pan y acuden prestos si alguien levanta la voz diciendo ¡a mi La Candelaria! o simplemente Ignacio o Fali. Una, cien, mil historias candelarias contadas en primera persona y donde los “buenos”, en honor a Ella,  perdonan a los “malos” y estos a su vez prometen “no coger ventajas en las levantá”. Hoy, como cada 2 de Febrero, es el Día de La Candelaria.  Buen día para ir a verla y ver de cerca su cara llena de Verdad y guapa sevillanía.  Debemos hacerlo por nosotros y, fundamentalmente, por quienes ya no pueden hacerlo. Hoy, insisto, es el 2 de Febrero: Día de La Candelaria.


Juan Luis Franco – Jueves Día 2 de Febrero del 2017


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