lunes, 27 de febrero de 2017

Gustav Mahler



Beethoven con su música simboliza la fuerza de la Tierra y la exaltación de los sentidos ante la fuerza de la NaturalezaMozart es un compendio de suma belleza donde armoniosamente consigue a golpes de pentagramas que la Humanidad tenga  definitivamente su Banda sonora.  Bach es el  espíritu sublime de la divinidad hecha música.  Tierra, Belleza y Dios unidos por tres compositores inmortales que con su música nos hicieron soñar, pensar y sentir. Gustav Mahler se nos representa como el culmen de todos y de todo.  Su Segunda Sinfonía (cuya partitura original fue subastada por Soyheby´s  el pasado noviembre por cuatro millones de euros) condensa y resume la andadura de los humanos, enredados entre gozos y penas, por la corteza terrestre.  El amor y el desamor hecho pura poesía musical.  Mahler templa el tiempo y nos seduce desde la belleza de las cosas intemporales.  Su música se abre camino por los senderos de la duda para demostrarnos sin paliativos que la certeza puede existir.  Nos atrapa amorosamente y nos libera del yugo de la orfandad.  Este compositor checo se nos representa como el máximo y más preclaro exponente del postromanticismo. Un bohemio soñador y un intelectual portador de emociones que falleció en Viena cuando contaba cincuenta años de edad.  Eterno y sublime su música traspasa las fronteras del tiempo para instalarse en las almas sensibles.  Gustav Mahler o la eterna verdad de la música atemporal. 


Juan Luis Franco – Lunes Día 27 de Febrero del 2017


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