viernes, 20 de noviembre de 2020

Tiempo de retirada


Es verdad que no existe huída más inútil que aquella que emprende el ser humano huyendo de si mismo. En clave machadiana conversamos con el hombre que siempre nos acompaña con la esperanza, muchas veces baldía, de encontrar respuestas a tantos interrogantes como nos plantea la vida. Nos entregamos a muestras tareas cotidianas buscando el equilibrio entre la eficacia y la inventiva. Vamos de nuestro corazón a nuestros asuntos pensando que el mañana llegará con buenas nuevas. Nuestro destino va unido al de los  demás y esto, lamentablemente, siempre lo descubrimos demasiado tarde. Nos cuesta distinguir las voces de los ecos y despreciamos el primitivo lamento de la Madre Naturaleza. Buscamos a Dios envueltos en tinieblas cuando Dios o es Luz o no es nada. Hablamos cuando debíamos escuchar y callamos cuando se debe hablar. Nos manejan a su antojo falsos profetas mediáticos y vendedores de humo de falsos paraísos. Estamos en manos de mercaderes de mercancías trucadas que nos compran el alma a cambio del dos por uno. Toca plegar velas ante mares tan poco propicios para navegar. Cuando ya nada tienes que decir es el momento de dejarle su sitio natural al silencio. Como se suele decir en el Mundo taurino: Que Dios reparta suerte.

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