viernes, 26 de enero de 2024

La Amistad como valor supremo



Siempre he intentado no politizar en exceso las paginas de este Blog. No es por carecer de criterio propio sobre la situación actual de la política española. Es más bien por no envenenar este modesto y amortizado Blog al que ya solo le prestan atención algunos leales amigos. Sirve, nos sirve, para articular nuestra amistad en torno a temas concretos y que entiendo son fruto de las inquietudes y emociones que nos atan a nuestra ya lejana juventud. Cada vez que cuelgo algo nuevo en el Blog contactan conmigo vía wassap para mostrarme su conformidad o, en algunas ocasiones, algún matiz discrepante sobre lo que aquí se expresa. Todo, que no es poco, enmarcado en el afecto y el buen rollo. Si algo he aprendido con el paso de los años es a saber valorar la grandeza de la verdadera amistad. No somos lo que pensamos o decimos; somos lo que hacemos. Por sus actos (buenos o malos) los conoceréis. He vivido en primera persona algunas tertulias donde primaba el afecto y el talento. Han desaparecidos por introducir en ellas elementos políticos. En la actualidad es muy complicado racionalizar los debates ideológicos respetando las opiniones de los que no piensan como tú. La ideología se ha convertido en una coraza con la que poder resguárdanos de las ideas ajenas. El pensamiento libre y construido desde la razón está actualmente en horas muy bajas. No interesa que la gente se salga del redil y, evidentemente, no es casual que la Filosofía y las Humanidades hayan desaparecido de los planes de estudio. Pocos son los que conocen a Irene Vallejo pero son legión los que saben con pelos y señales la vida de Georgina. Tachar de sectario al prójimo es fácil. Lo difícil es mirar en tu interior para ver si allí también habita otro sectario. Mis líneas rojas (no seamos fariseos; todos y todas las tenemos) siempre serán para luchar contra el fanatismo o el radicalismo de cualquier signo ideológico. La gran tragedia de las democracias occidentales es que en ellas cada vez existen menos verdaderos demócratas. No nos engañemos ni seamos ingenuos. Los que sustentan el Poder harán cualquier cosa para mantenerlo. Los que aspiran a conquistarlo utilizarán todos los medios (legales o ilegales) para conseguirlo. El lunes nos dicen blanco y el martes, sin cortarse ni un pelo, nos dirán negro. Dejan de hacer lo que dijeron que harían y hacen lo que dijeron que nunca estaban dispuestos a hacer. Acusan al contrario político de comportamientos que ellos desarrollarían sin dudar si de esta forma pudieran llegar a gobernar. La conquista del Poder debía servir para mejorar la vida de la gente y nunca para especular haciendo negocios. Lo que resulta sorprendente es las anchas tragaderas del “personal”. Todo, absolutamente todo, es cambiante según para donde apunte la veleta de los tiempos. Los malos siempre son los otros. Hablar con los amigos de cuestiones que sirven para alimentar y hacer crecer nuestra amistad es hoy más necesario que nunca. Si nos instalamos en las diferencias políticas la amistad siempre tendrá una pronta fecha de caducidad. En Cataluña son incontables las familias que, por cuestiones políticas, han dejado de hablarse. ¿Afinidades ideológicas entre amigos? Bien está que existan pero nunca podemos considerarlas un bastión de nuestra amistad. Si lo hacemos más pronto que tarde saborearemos el amargo sabor de la soledad. No podemos ni debemos pretender que nuestros amigos sean una prolongación de nosotros. Ni los amigos tienen que ser camaradas ni los camaradas tienen que ser amigos. Un buen amigo es aquel que te critica en la cara y te defiende a tus espaldas.

1 comentario:

Rafael Fernández dijo...

El sábado, cuando nos vimos delante del magnífico escaparate de Paco Roiz, en la calle Cardenal Spínola, hablamos sobre este tema; y remarcábamos la falsedad, egoísmo y poca vergüenza de nuestros dirigentes políticos sean del partido que sean. Antes en las tertulias las opiniones, ideas y críticas políticas eran propias y por lo tanto había capacidad de reafirmación o cambio
de idea en función de los argumentos esgrimidos por nuestros contertulios. Eso ya es imposible; pues como bien decía D. José Luis Sampedro, la comunicación proporcionada por los medios informativos, ya nos viene dada con la idea a adoptar respecto de la noticia verdadera del hecho informado; con lo que dependiendo del color y tendencia del medio que usemos así deberá ser la idea por la que estemos dispuesto hasta a perder un amigo o familiar.