“El problema no es que ya no creamos en Dios; el verdadero problema es si Dios sigue creyendo en nosotros”
Terrible, absolutamente dantescas las imágenes que estamos viviendo estas horas sobre las terrible secuelas de la DANA. En la actualidad todo es reproducible en tiempo real y, sobre todo, por las infinitas cámaras de los móviles. Se graba desde una ventana el paso de una vorágine multiforme compuesta de agua sucia, lodo, ramas y piedras. Arrastra a su paso arrollador coches, contenedores y todos los elementos urbanos que se le ponen a su alcance. Sobre todo deja casas anegadas y se cobra, en el culmen de la tragedia, algunas vidas humanas. Esto último es lo verdaderamente irremediable. Ha sido en la Comunidad Valenciana donde la DANA se ha manifestado en toda su crudeza. Por tierras valencianas el número de fallecidos ya se acerca al centenar siendo muchas las personas que aún continúan desaparecidas. Al origen de este estruendoso y voraz fenómeno meteorológico le llaman la Gota Fría. Lo que ocurre es que debido al Cambio Climático cada día es más gota y también menos fría. Los fondos de los mares hierven con el Calentamiento Global y esto propicia que la Naturaleza se rebele contra nosotros. Existe un contumaz y perverso materialismo que se enfrenta sin argumentos a las teorías de los científicos. Los negocios por encima de las vidas de las personas. Las imágenes que estamos presenciando son demoledoras. Cada vez cobran más fuerza algunas criticas sobre las medidas preventivas y los tiempos de alerta de la Comunidad Valenciana. Tiempo habrá de desarrollar análisis más pormenorizados. Ahora toca lo que toca. Cada cosa en su sitio y cada sitio en su cosa. Esta tragedia dejará graves secuelas y tardará algún tiempo hasta que la vida de las personas vuelva a la normalidad. El noble y querido pueblo valenciano tienen una dura tarea por delante. No caminarán solos. Sabremos estar a la altura y sentirnos todos valencianos en una lucha conjunta contra la adversidad. Ahora llegará el tiempo de las promesas políticas. La gente ya sabe que cuando un político dice “nos os dejaremos nunca solos” es el momento de buscar una Capilla cercana y ponerse a rezar. Por esta tierra desde siempre tenemos muy presente que Sevilla se escribe con S de Solidaridad. Saldrán adelante a golpe de tambores y con tracas falleras. La Naturaleza avisa pero nunca le hacemos caso. ¿En verdad hemos sacado algunas lecciones positivas sobre el COVID? Como siempre la respuesta está en el viento. Cuando ruge la marabunta no es el momento de ponerse a pescar estrellas.
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