sábado, 20 de octubre de 2012

Los malversadores de fondos


Los malversadores de fondos y fondas han conseguido segmentar a la Clase Trabajadora en tres grupos: los pobres, los muy pobres y los indigentes. Los que no llegan a final de mes; los que no llegan al final del día y los que ya no llegan a ninguna parte. Pueden sufrir variantes de clasificación, en uno u otro sentido, en función de las circunstancias personales –más bien laborales- que puedan producirse. La llamada pomposamente Clase Media se encuentra desaparecida en combate y con pocos visos de inminente aparición. ¿En verdad existió realmente alguna vez? Como no podía ser de otra forma, y dado que son elementos convergentes, hoy los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. A la par que aumenta espectacularmente la demanda en los Comedores Sociales suben vertiginosamente las ventas de artículos de lujo. ¿Casualidades del destino? Va a ser más bien una clara consecuencia de esta injusta Sociedad producto, por un parte, de la usura y la avaricia de unos pocos y, de la otra, por una ancestral desidia envuelta en el “papel de regalo” del pasotismo de muchos. En España hace ya muchos años que la Democracia fue secuestrada por la Partidocracia y así nos va. Un Sistema democrático sin Partidos que lo sustente carece de sentido; unos Partidos sin el respaldo ético de la Ciudadanía carecen de credibilidad. Cuando un país manifiesta a través de las Encuestas –oficiales y privadas- que la clase política en su conjunto es uno de sus más graves problemas, mal vamos. Urge por tanto recuperar lo que certeramente reclamaba el hoy desaparecido 15-M: “Un urgente proceso de regeneración democrática”. “Vivo sin vivir en mí / y es tanto mi desatino / que ni ahogándome en vino / puedo librarme de ti”. Cuando la Crisis aterrizó en nuestro país tuvimos la mala fortuna de estar la nave comandada por uno de los políticos más ineptos que ha dado Europa: Don José Luis. Pero como en España todo es manifiestamente empeorable tomó el relevo, y la gestión de la Crisis, un político que en un ejercicio de galleguismo militante nos dice si pero no y no pero si: Don Mariano. Presidentes, a que dudarlo, llenos de buenas intenciones pero no aptos para sacarnos del pozo donde políticos y banqueros nos han metido. Los Socialistas estuvieron negociando con la RAE la eliminación del Diccionario de la Lengua Española (con perdón) de la palabra Crisis. Decían que esto era una pandemia que se iría sola. Los Populares, por su parte, están negociando con doña Ángela que parte de nuestros cuerpos admiten nuevas puñaladas. Los catalanes y vascos quieren su Independencia (¿pero, alguna vez se consideraron parte de España?). Los gallegos nunca dicen lo que quieren. Los andaluces lo gritan a golpes de Martinete pero nadie los quiere escuchar. Para colmo se barrunta en algunos mentideros de la Ciudad la posibilidad de que puede volver “Donmanué”. ¡Lo que nos faltaba! Mujeres, hombres, niños y ancianos al borde de un ataque de nervios.

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