miércoles, 22 de enero de 2014

El Tiempo entre lecturas





Por distintos motivos raro es el mes que alguna Editorial no me hace llegar por Correos alguna de sus novedades (preferentemente de temas flamencos).  Sumados a los que yo compro, tanto en el Mercadillo del Jueves como en Librerías, se me van acumulando una buena cantidad de libros pendiente de lectura. Hace unos días hice un recuento de los que tengo todavía pendientes de ser leídos y rondaban de largo el centenar. Dispongo, gracias a Dios y a mi largo periodo cotizado, de una decente jubilación disponiendo de mucho tiempo libre. Mis paseos matinales por el Casco Antiguo de la Ciudad son irrenunciables. Las tardes las alterno en escribir, leer, escuchar música, ver algo de televisión, “bichear” por Internet y atender mis necesidades domésticas. Pero dado que los años cumplidos son ya muchos y los pendientes de cumplir una incógnita difícil de despejar, en no pocas ocasiones  mi condición de voraz lector se nutre del desosiego.  Acabo de terminar un libro que me prestó Santi Pardo de Juan Eslava Galán (“De la alpargata al seiscientos”) y empiezo del tirón uno de Umberto Eco (“El Cementerio de Praga”). Tengo asumido que no podré leer todo cuanto quisiera y me consuela el saber que esto es común a todos los mortales (lectores). Hay tanto por conocer y tan corto el tiempo que disponemos como para perderlo en nimiedades. Espero y confío que otros se beneficien de la amplia biblioteca que he logrado formar a lo largo de los años.  Hacer conjeturas de lo que pudo haber sido y no fue se nos presenta como un ejercicio tan pueril como estéril.  Leeré cuanto pueda y procuraré cuando deje de existir haberme distanciado en vida del primate del que dicen procedemos.  Que tu vida haya discurrido enmarañada en “El Tiempo entre lecturas” será algo que ya nadie nunca podrá hurtarte.  El placer, el inmenso placer de leer, unido al ejercicio de vivir son como las ramas que se prenden de los árboles. Mil vidas distintas a las tuya compartidas entre las blancas hojas del mágico mundo de papel.  El libro, los libros que dieron –y dan- forma y sentido a nuestra existencia.

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