miércoles, 4 de mayo de 2016

Tertulianos





 

Los tertulianos representan una profesión (entiendo que bien remunerada) que ha proliferado en los últimos años en nuestro amado y sufrido país. Por una cuestión elemental dejemos al margen a los tertulianos frikis de la tele-basura ya que estos responden íntegramente a unos guiones previamente establecidos. Las “peleas dialécticas” del frikismo militante no dejan de ser parte de un guión escrito por astutos mercaderes que de manera palpable nos demuestra que Dios no los ha llamado por los caminos del Arte interpretativo. Más bien quiero referirme a los tertulianos políticos de corte “serio”.  Los veo a lo largo del día en distintas cadenas televisivas. Puedes verlos por primera vez en “Los Desayunos de la 1 y por última en el programa “24 Horas”.  Son casi siempre los mismos: tertulianos a tiempo completo.  A lo largo de este Alfa y Omega televisivo acuden a distintas tertulias donde nos muestran a las claras su manera diáfana de analizar todo cuanto nos ocurre en la actualidad. Tienen soluciones para todo y en sus cajones duermen placidamente las recetas que arreglarían todos los problemas que aquejan a España (los hay que han pasado de profetas a presidiarios). Actúan en función de las ideologías de las Cadenas que los contratan.  Una de las formas más seguras de mantener sus puestos de trabajo es mantener un cierto halo de acritud en sus planteamientos. Evidentemente nada que ver con los admirables debates en blanco y negro de José Luis Balbín en el añorado programa de “La Clave”. Allí se podían reunir falangistas, socialistas, liberales y comunistas sin que nadie fuera interrumpido durante sus intervenciones. Eran otros tiempos donde la grosería ni estaba ni se le esperaba. ¿Son todos los tertulianos iguales?  Para nada y algunos de manera minoritaria aportan a nuestro país una necesaria dosis de sentido común y racionalidad.  Son, a que negarlo, los menos valorados pues hablar cuando se puede y escuchar cuando se debe nunca fueron referentes al alza de nuestra querida España. La clase política ha abierto una senda peligrosa para la buena convivencia y algunos tertulianos la recorren llenando sus alforjas. Vivimos instalados en la mentira, el exabrupto y la corrupción sin comprender que no debemos pretender que los tertulianos hablen por nosotros.  ¡Que país!

 

 

Juan Luis Franco – Miércoles Día 4 de Mayo del 2016

 

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