miércoles, 26 de octubre de 2016

Perogrullos






Afortunadamente hace ya bastante tiempo que claudiqué del hecho de debatir, polemizar y/o discutir con los demás. Expreso mis opiniones asumiendo sin complejos que las mismas siempre serán subjetivas pues nacen de una visión personal de la vida y sus circunstancias. La verdad es un río que tiene muchos afluentes. Cuando de tarde en tarde escucho, leo o veo en la tele expresiones formuladas por personas inteligentes intento prestarles la mayor de las atenciones. Se aprende siempre escuchando y pocas veces hablando sin parar. Muchas de las cosas que veo o escucho a mí alrededor no me gustan pero tengo que convivir con ellas. Estamos sitiados por figurones y sabelotodos de todo tipo y condición.  Lo que ocurre es que el mundo de los carajotes es infinito y los hay incluso con un buen nivel cultural.  Hablan de lo que no saben o, lo que es peor, mienten sobre lo que bien saben. Botarates que se suben a sus pulpitos particulares para profetizar sobre lo bueno y lo malo. De esta especie en nuestra Ciudad abundan una buena cantidad de ejemplares. Tienen todo el santo día el “yo” en la boca y da miedo pensar que hubiera sido de esta Ciudad si ellos nunca hubieran existidos. Perogrullos integrales que viven en un permanente estado de autocomplacencia.  Nunca se equivocan y cuando lo hacen siempre responsabilizan de sus meteduras de pata a los demás o a elementos externos.  Aburren por reiterativos y hace tiempo que los borre de mi calendario sentimental y social. Como cantaba Serrat…”Entre esos tipos y yo hay algo personal”. 





Juan Luis Franco – Miércoles Día 26 de Octubre del 2016



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