Si algo de manera persistente nos enseña la Historia es su capacidad para repetir personajes y situaciones de momentos históricos. Vladimir Putin, un sàtrapa sanguinario, es una reencarnación contemporánea de Adolf Hitler. Un personaje intelectualmente plano, moralmente inocuo y con un sentido de la política absolutamente personalista. Llegan al Poder absolutista movidos y protegidos por las altas esferas de las mafias económicas y sociales con la única finalidad de que sea un títere al servicio de sus intereses. Una vez en el Poder invierten los valores de su ascenso y pasan de ser marionetas a verdaderos dueños del tinglado. Los que los subieron al poder comprenden, demasiado tarde, que eran lobos con piel de cordero. Los dictadores necesitan una corte de aduladores y firmes testaferros para llevar a cabo sus criminales proyectos. Putin se apoyó, para su ascenso a las altas esferas de la política, del apoyó incondicional de una oligarquía rusa corrupta hasta la médula e integrada plenamente dentro de las grandes mafias internacionales. Ahora, cuando ya es demasiado tarde, se dan cuenta que el monstruo que crearon pone en peligro sus intereses financieros. La invasión de Ucrania forma parte de la visión de un lunático con ínfulas de expansionista propio de un iluminado ebrio de poder y de gloria. Su Ministro de Asuntos Exteriores, que a la postre se nos configura como su lacayo más eficiente, ya ha dejado claro que si continúan las sanciones (las que más sienten son la congelación de sus cuentas personales en el extranjero) no tendrán reparos en provocar la Tercera Guerra Mundial (con sus inevitables secuelas nucleares). Esa es la situación mientras en nuestro país algunas Ministras de nuestro Gobierno (ancladas en las consignas de manual de una izquierda obsoleta y ampliamente superada por el tiempo) no aprueban que se les envíe armamento a la vilmente atacada población ucraniana. Nos quedan días de extrema dureza y ya no es tiempo de "progresistas de salones y tertulias " sino de políticos de verdad que den prioridad a los intereses de las personas por encima de las casposas y superadas ideologías. Ahora, con una Pandemia y una Guerra a nuestras espaldas, descubrimos que era verdad que la vida era algo que iba en serio.
jueves, 3 de marzo de 2022
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