España es con diferencia el país de Europa con un mayor consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Señal inequívoca de que nuestra Salud Mental está bajo mínimos. La visita al Psiquiatra sigue estando estigmatizada en nuestros país y nadie se atreve en su circulo mas intimo el siquiera comentarlo. Nuestra Sanidad Publica pasa olímpicamente de prestar una buena atención asistencial a este grave y extendido problema. Todo se reduce al consumo masivo de fármacos (bajo recetas medicas de quienes no son especialistas en la materia) propiciando que esto signifique “la gallina de los huevos de oro” de las Industrias Farmacéuticas. Miles de millones producen de beneficio cada año la venta de ansiolíticos y antidepresivos. ¿Escuchar a los enfermos? Para nada, es mas rentable recetarles fármacos. Vivimos en una Sociedad diseñada para que el estrés ya forme parte de nuestras existencias. En la actualidad el intentar estar bien informado se ha convertido en un ejercicio de masoquismo. Algunos medios informativos viven de convertir las noticias regulares en malas y las malas en malísimas. Da igual que sea una tragedia personal o colectiva. Lo importante es que no pare el redoble de tambor en la pista del Circo. Todo en aras de que la Caja no deje de sonar. Después de una mañana placentera llegas a tu casa contento pues sabes que vas a comer uno de tus platos preferidos. Mientras preparas la mesa enfrías una botella de vino gallego para que el maridaje sea algo mas que una cursilería de la Nueva Cocina. Pones el telediario con la sana intención de saber que pasa por el mundo. Primero te mostrarán una terribles imágenes del terremoto de Marruecos. Allí verás sacar de entre los escombros a niños muertos que tienen la edad de tus nietos. Con la infamia añadida de unos gobernantes marroquís (con el Monarca a la cabeza) que pasan totalmente de la enorme tragedia que están padeciendo miles de personas de “su pueblo”. Niegan incluso la necesaria ayuda que les brindan países como Alemania y EEUU por ser ajenos a sus intereses políticos. Con la tercera cucharada y un pequeño sorbo de vino salen imágenes de las terribles inundaciones de Libia. Nueva sobredosis de tragedia colectiva. Todavía con el animo devaluado en las papilas gustativas entran de lleno en la Guerra de Ucrania. Un Dictador sanguinario y sus secuaces han bombardeado un Centro Comercial produciendo numerosas victimas (con niños incluidos). Después pasamos a la esfera nacional. Nos cuentan que en un pueblo de Navarra un canalla le ha cortado el cuello a su esposa estando presente sus dos hijos (esa terrible escena les acompañará de por vida). Entran de lleno en los Deportes y pienso que ahí nos situaremos en una fase más placentera. Para nada. Aquí hablan de corrupción, primates machistas y estómagos agradecidos. El balón ni está ni se le espera. Se trata de rellenar los programas deportivos y las buenas noticias no interesan por no ser muy debatibles. El epílogo lo pone el espacio dedicado al tiempo. Pienso (erróneamente) que al menos el tocino de cielo me lo podré comer sin sobresaltos. Mi gozo en un pozo. Me dice un señor delante de una gran pantalla que aunque hoy en mi zona hizo un tiempo excelente mañana tendremos Alerta Roja. Vivimos en una época que te ves obligado a poner delante tuya una serie de cortafuegos emocionales. Ahí es donde entra de llena el Arte y la Cultura. Tirando de mi numeroso Archivo podría haber comido placenteramente viendo Ben-Hur; escuchando la Novena Sinfonía de Beethoven o oyendo los cantes de Manolo Caracol. ¿Para que me ha servido este cumulo informativo de barbaridades donde siempre las padecen los mismos? Se nos dirá como replica (puede que acertadamente) que las noticias no se pueden adulterar y deben recoger lo que realmente está pasando. Compro sin problemas esa teoría. Pero podríamos preguntarnos, ¿no ocurrió nada bueno ese día que nos mueva a la Esperanza? ¿A quienes interesa tenernos cada día con el alma en un puño? Ya lo decía ET: “Sed buenos…..pero no idiotas”.
viernes, 15 de septiembre de 2023
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