viernes, 19 de septiembre de 2025

Certificado de Estudios Primarios


Los niños de mi Generación, que a la postre configurábamos a los niños de la pos-guerra, teníamos que conseguir el Certificado de Estudios Primarios para poder incorporarnos al Mundo Laboral. La mayoría de nosotros formábamos parte del enorme batallón de las clases humildes. Los “hijos de la leche en polvo”. Todo giraba en torno a la supervivencia más inmediata y el hecho de poder comer todos los días suponía para algunas familias una incógnita permanente. Afortunadamente en mi casa a pesar de las carencias no nos vimos nunca en esa difícil encrucijada. Comer o no comer he ahí la cuestión. Nosotros gracias al esfuerzo de nuestros padres comíamos todos los días. Las épocas malas siempre terminaban por llegar y yo las apreciaba claramente cuando mi madre no podía darme algún dinerillo para poder cumplimentar mis dos grandes pasiones: los tebeos y los Cines de Verano. No había nada que debatir pues yo era consciente que cuando mi madre me decía “hoy no puede ser” era que de verdad no se podía.
A las catorce años de edad y ya con el Certificado de Estudios Primarios en tu poder te buscaban tu primer trabajo. Nadie te preguntaba que querías ser de mayor pues se consideraba que con esa edad ya eras mayor. Así que en función del trabajo que saliera podías ser en el futuro pintor de brocha gorda; administrativo; fontanero; dependiente de cualquier clase de comercio; charolista o guarnicionero. Al empezar a trabajar te hacían lo que entonces se llamaba un Contrato de Aprendizaje que cubría un periodo de dos años (desde los catorce a los dieciséis). Dicho Contrato para validarlo legalmente lo tenían que sellar en los antiguos Sindicatos Verticales de la Plaza del Duque. Después empezabas a navegar por los procelosos mares del Trabajo que es lo mismo que decir que navegar por los mares de la Vida. Mi Tío Antonio estuvo peleando algún tiempo para que yo pudiera ingresar en la Universidad Laboral pues seguro que algo vería en este soñador de soles y lunas. Al final comprendió que las circunstancias siempre son las que mandan y me mandaron a trabajar a los Almacenes Olimpia de la calle San Luis. ¿Resultado? Excelente en todos los sentidos. Me tropecé con un núcleo de personas que siempre me trataron con muchísimo afecto y consideración y que, a la postre, me proporcionaron unas determinadas herramientas para poder desenvolverme por la vida. Cuando empiezas a trabajar te das cuenta de las dificultades y los esfuerzos que tienes que hacer para llevar un jornal a tu casa. Maduras por la vía rápida.
El balance existencial de mi Generación ha sido altamente productivo y gratificante. Con no pocos esfuerzos conseguimos formar y mantener a nuestras familias. Algunos de nuestros hijos fueron universitarios y fuimos capaces de crear puentes entre las grandes miserias del pasado y las buenas expectativas de un prometedor futuro. Lo que ha venido a continuación donde nuestros nietos tendrán serias dificultades para poder desarrollar sus proyectos de vida no es algo de lo que nos podamos sentir responsables. Hicimos cuanto pudimos y nunca rehusamos librar batalla para superar las grandes dificultades que nos rodeaban. La Política, la mala política de los mercaderes de turno, ha propiciado que en esta Sociedad las desigualdades sociales lejos de acortarse sean mayores cada día. Nosotros solo teníamos los Certificados de Estudios Primarios como pasaportes para cruzar por la Aduana de la vida y sus circunstancias.
Ahora son las nuevas generaciones las que tienen que tomar el relevo para que los avances no se produzcan solo en las Cuentas de Resultado de las grandes empresas. Hicimos cuanto pudimos con los escasos medios de que disponíamos. ¿Pudimos hacerlo mejor? Posiblemente pero también pudimos empeorar las cosas. Lo importante es tener la tranquilidad que proporciona el saber que tu conciencia duerme tranquila el sueño de los justos. El Certificado de Estudios Primarios dentro de una carpeta donde ya también habitaba el Capitán Trueno, una foto de Marisol y un bucólico poema de amor. La vida pendiente de ser gastada y siempre procurando que si los sueños no se cumplen al menos que no se nos terminen convirtiendo en pesadillas.

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