Esta Ciudad de nuestros amores y desvelos siempre se ha nutrido de polémicas estériles y que siempre terminan bailando (por Sevillanas) con el viento del Aljarafe. La cartelería que anuncia (o al menos debía anunciar) los grandes eventos de la Ciudad ha sido un buen ejemplo de estas controversias de tertulianos aburridos. Cercano está en el tiempo el famoso (por polémico) Cartel de la Semana Santa de 2024. Aquí Jesús se nos representaba como un modelo de Victorio & Luchino. Alguien si cuya ejecución hubiera sido perdonada por Poncio Pilatos, habría despertado en la Roma Imperial alguna sospecha de tendencia apolínea en el Prefecto romano. Como pasa siempre se encendieron las RRSS (Redes Sociales); cogió más fama el pintor y al final todo se quedó en una candela de parada rociera. Nada que el tiempo no termine amortizando.
Ahora le ha tocado el turno en este carrusel de polémicas estériles al Cartel de la próxima Cabalgata de Reyes Magos. Lo recibí hace unos días mediante el amable envío de un amigo y la verdad es que al mirarlo por primera vez tuve la sensación de que aquello traería cola (como las de la Expo del 92). Había cosas que no me cuadraban. Primero la imagen del niño, pues no sabía si era fruto de la ilusión al entrar la mañana de Reyes en el Salón de su casa (donde los Reyes depositan los Juguetes) o si huía despavorido como si hubiera visto al mismísimo Frankenstein. Luego estaba colgada una túnica de nazareno con lo que se comete un craso error de primero de sevillanía. A los niños no se les regala su primera túnica de nazareno; a los niños se les compra una túnica para que puedan continuar la tradición de sus mayores. Es como si dijéramos que a los niños se les regalan las mochilas para ir al Colegio. El concepto de regalar tiene otro significado.
Me quedaba por ver algo que, sin esforzarme mucho, entendí que iba a ser motivo de una gran polémica en la Ciudad. Nada más y nada menos que ¡¡una camiseta del Betis!! El Cartel obviaba de manera evidente cualquier referencia a los muchos niños que en la Ciudad tienen sus preferencias por los aledaños del Viejo Nervión. Es decir: los Reyes traerán camisetas para los niños que además de portarse bien sean béticos pero se olvidarán de traérselas a aquellos que sean sevillistas. Estas cosas, asumiendo que son irrelevantes para la Ciudad, provocan un cierto e innecesario malestar entre muchos sevillanos. Aparte de que supone un frente abierto para que los descerebrados de turno utilicen las RRSS para agredir verbalmente a las personas (eso sí siempre escondidos tras el anonimato). Fernando Vaquero (excelente pintor) ha denunciado que está sufriendo acoso por la elaboración del Cartel. Una obra de Arte puede gustar mucho, poco o nada pero esto no puede justificar nunca que se insulte al Artista. Esto es una soberana majadería que retrata perfectamente a los que viven del insulto y el improperio.
A mis nietos, entre mi hija Margarita (la Tita) y un servidor, les regalamos dos camisetas del Betis. Una con la primera equipación al comienzo de la temporada. La otra, con la segunda equipación, se la solemos pedir a los Reyes Magos de Oriente. Reconozco que nunca fallan. Lo mismo les ocurrirá a los abuelos sevillistas. Los niños son niños. Unos por la edad y otros por mantener la ilusión infantil pegada a las paredes del alma.
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