domingo, 10 de noviembre de 2013

Progresistas de cartón piedra





“Ser progresista no es defender a rajatabla al grupo
al que uno pertenece sino vindicar como  propias
las causas singulares de quienes en principio
no son como nosotros”
- Antonio Muñoz Molina –

De unos años a esta parte, con las raíces plantadas en la nefasta etapa política “Zapateril”, se han impuestos en la Sociedad españolas unos conceptos políticos tan novedosos como vacíos de contenido. Hoy todo discurre para lo bueno en brazos de la “Progresía” y para lo malo en la de los “Conservadores” (evidentemente esta fórmula también se aplica al revés). Los conceptos tradicionales que definían a la Izquierda y la Derecha quedan definitivamente superados por el modismo imperante que, a la sazón, se nos presenta envuelto en una interesada ambigüedad.  Nada más cómodo para nuestros políticos actuales que manejarse con ambigüedades programadas que, a la postre, reviertan en cosechar votos de todos los graneros políticos.  Ningún dirigente del PP reconocerá sin complejos que su formación es de Derechas. El PSOE, al que históricamente me mostraba personalmente más afín, abandonó el marxismo con Felipe González pero también al mismo tiempo se deshizo de la S de Socialista y, sobre todo, de la O de Obrero. La Socialdemocracia se les murió lentamente entre los brazos y nadie sabe a quien hay que darle el pésame.  IU,  hoy tan plural y democrática, tiene sus orígenes comunistas (no tan lejanos en el tiempo) en la siniestra figura de don José Stalin y su Historia se escribe con una doble V: la de Victimas y Verdugos. Evidentemente las cosas son bastante más complejas y son muchos los buenos libros de historiadores y pensadores que nos detallan de manera pormenorizada todos estos avatares. El problema más importante no es que nada sea lo que antes fue (todos los caminos que conduzcan a la verdadera Democracia sean siempre bienvenidos) sino que tampoco nadie es lo que dice ser hoy.  La Política en nuestro país se ha convertido en una gran farsa donde tenemos una Democracia con muy pocos demócratas de verdad.  La participación ciudadana se desarrolla a impulsos callejeros pues los políticos (de todo signo y condición) frenan de continuo los cauces participativos de los ciudadanos.  La Progresía de salón ha enmascarado –o al menos lo ha intentado- un grave déficit  ideológico de la Izquierda española en su conjunto.  ¿En que Partido de Izquierda se debaten democráticamente hoy las ideas y su plasmación practica en la Sociedad del siglo XXI? ¿Después del descalabro del “Zapaterismo” para cuando unas primarias en el PSOE? ¿Todavía no tocan? ¿Cuándo se quitará el PP sus complejos y se presentará ante los españoles como un Partido de Derecha democrático? ¿Cuándo tirarán de una vez por la borda su lastre de yugos y flechas? Hoy todo se plasma en seguir a rajatabla las directrices de los que mandan en Europa y la política queda reducida a meras cuestiones coyunturales. Los programas electorales solo sirven para alcanzar el Poder y engañar posteriormente a los incautos y bondadosos ciudadanos. La Política en definitiva son ideas –algunas más buenas que otras- y la posibilidad de poder llevarlas a la práctica.  Hoy autoproclamarse “Progresista” es un brindis al sol que te hace considerarte al margen del casposo mundo de la “Derechona”.  La sempiterna obsesión del ser humano por camuflarse en conceptos indefinidos. Parece ser que hoy pensar en libertad perjudica seriamente la salud.

1 comentario:

José Luis dijo...

Intenso, nírido. La frase de Muñoz Molina, un buen marco donde desplegar esa intensidad, una abrazo, Juan Luis.