Que la realidad supera a la
ficción no es tan solo un axioma existencial que pocas veces falla sino algo
más que palpable. El Cine nos ofrece personajes inolvidables
que siempre mantendremos unidos a nuestra Cultura
sentimental. Pero cuando luego nos
preocupamos en indagar sobre las personas que hay detrás de esos personajes nos
solemos llevar grandes sorpresas (no pocas de ellas desagradables). Hace unos días leía algunas peculiaridades
sobre la atormentada vida de la actriz norteamericana Sandra Dee. Esta mujer fue
muy famosa en el Cine de los años
sesenta y representaba siempre a una adolescente algo bobalicona, sana, ingenua
y siempre proclive a ver el lado bueno de la vida. Una rubia angelical incapaz de mentir, fumar,
beber, tener sexo (antes del matrimonio) y con una vestimenta rosa (en el fondo
y en la forma). Representaba a la hija
perfecta y a la hermana o amiga a la que siempre se le podía confiar un
secreto. Pues bien la vida personal de Sandra Dee era justamente todo lo
contrario. Sus padres se separaron
cuando ella tenía 5 años. Su madre
volvió a casarse de segunda y su padrastro la estuvo violando sistemáticamente
desde los 8 a los 12
años de edad. Siempre padeció de anorexia,
graves depresiones y una clara tendencia al alcoholismo. En 1960 se casó con el cantante/actor Bobby Darin. Tuvieron un hijo y se
divorciaron en 1967. Sandra Dee falleció un 20 de febrero del 2005 (tenía 62 años de edad) como consecuencia de
una grave neumonía con posteriores complicaciones renales. En la película “Grease” hay una escena de adolescentes
en una habitación donde la canción gira en torno a la figura cinematográfica
algo ñoña de Sandra Dee. El Cine y la vida; la vida y el Cine. Todo misterioso y todo siempre con segundas
lecturas.
Juan Luis Franco – Lunes Día 3
de Abril del 2017
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