viernes, 11 de febrero de 2011

Crear en libertad



Recuerdo no hace mucho una más que excelente entrevista que Antonio Ortega le realizaba al cantaor onubense Arcángel en su magnifico Programa de Flamenco de Giralda TV. Era una entrevista amplia y hecha desde el convencimiento de que el protagonismo debe tenerlo el entrevistado y no el entrevistador (lamentablemente algo demasiado habitual en un mundo donde abundan las “estrellas” de la información). Este Artista flamenco -que dicho sea de paso es de lo mejor que ha dado el Cante en los últimos años- cubría la mayor parte de la entrevista intentando justificar su actual discurso flamenco. Venía a decir que se encuadra en un vanguardismo que, partiendo de las raíces, intenta llevar al Flamenco como un Arte, siempre en permanente proceso evolutivo, por nuevas veredas sin desvirtuar su senda principal. En mis modestas entendederas sobran tantas explicaciones que, muchas veces, solo buscan justificarse ante el cerrado mundillo de los “puristas”. No merece la pena darle tanta importancia a quines intentan ponerle puertas al campo. Un artista, independiente de su modalidad, tiene perfecto derecho a desarrollar su Arte en plena libertad creadora. Está legitimado en crear desde sus sentimiento e intereses, y buscando las metas que estime oportuna (incluyendo lógicamente fama y dinero). Ser fiel a si mismo es lo que de verdad debe importarle. Evidentemente, siempre será sometido al veredicto de la crítica y, el más importante, aquel que dimana del beneplácito de los aficionados. Tampoco debe obsesionarse con las malas críticas, pues el Mundo del Arte está plagado de obras que fueron consideradas fallidas en su día y hoy se consideran imprescindibles (la más llamativa Ciudadano Kane. Denostada inicialmente por los críticos por su atrevimiento, y considerada hoy la mejor película de la Historia del Cine). El Flamenco actual se va sacudiendo poco a poco de un localismo asfixiante, y de una Santa Inquisición del Purismo, que cada día está más desmoronada por los vientos de la Historia. Como estudioso del Flamenco si reconozco que existe en la actualidad una cuestión que considero preocupante: la discografía flamenca de jóvenes y excelentes cantaores (Miguel Poveda, Arcángel, Guillermo Cano, Miguel de Tena…) está muy por debajo de las excelentes cualidades de estos artistas. Deben –o deberían- mezclar en sus grabaciones, junto a temas comerciales más banales, algunos que estuvieran dentro de los cánones de la ortodoxia. Se por experiencia que de los doce o catorce temas que comprende una grabación, solo tres o cuatro tendrán un fuerte impacto sobre los posibles consumidores. El resto será simplemente ignorado, salvo por quienes esperan la respuesta del eco de la montaña. Los aficionados, los buenos aficionados, siempre buscan el agua fresca del Flamenco en el fondo del pozo. Dentro de unos años y por imperativo de la vida, los artistas cantaores pasarán, y el legado que dejarán a modo de testimonio será su obra discográfica. Las grabaciones que disponemos de don Antonio Chacón y, motivado por las carencias técnicas de la época y las condiciones en que grabó, están muy por debajo de la autentica valía del Maestro jerezano. Ahora puede ocurrir lo contrario: un exceso de tecnicismo como elemento minimizador de las cualidades cantaoras reales de los artistas contemporáneos. La técnica al servicio del Arte y no al revés. Ganar dinero y fama no es solo legítimo sino algo perfectamente asumible en cualquier época: pasada, presente o futura. Pero intentando, eso si, que la hoja en blanco que la Historia del Flamenco ha puesto en tus manos sea escrita con trazos interesante y enriquecedores. Quienes, en un ejercicio de puro materialismo, solo piensen en los “jurdeles” y la fama pasajera, seguro que nos devolverán la hoja en blanco.
La libertad siempre por bandera y sin tener que estar continuamente justificándonos ante la fragilidad de lo inmediato. Que cada artista obre de acuerdo con su libre albedrío y, en definitivo, en su conciencia de artista siempre quedará el papel que quiso ocupar en la Cultura.

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