miércoles, 7 de diciembre de 2011

Este no es país para jóvenes (brillantes)



No lo es porque así lo ha determinado una clase política más preocupada de sus propios intereses que de los ciudadanos a los que dicen representar. No lo es porque unos determinados empresarios los explotan, sometiéndolos a perpetuos contratos temporales y a unas condiciones de trabajo tercermundistas (siempre contando con el disimulado beneplácito de los Sindicatos). No lo es porque unos padres, en aras de un “progresismo de salón”, se han convertido más que en padres en “colegas” de sus hijos. No lo es porque algunos profesores han configurados sus pequeños reductos educativos en algo lejano al sacrificio y a la perseverancia, creando, eso si, ambientes donde impera al “buen rollito”. Por estas y algunas cosas más podemos decir de la España actual que: “Este no es país para jóvenes (brillantes)”. Posiblemente nunca como hoy ha estado más fragmentada nuestra juventud. Los hay de todas las formas posibles y servirían para llenar folios y folios de cualquier estudio sociológico que se precie de serlo. La bien llamada “Mejor Generación de nuestra Historia” están con sus formaciones universitarias y/o profesionales consolidadas dando lo mejor de si mismos por tierras foráneas. Otros, sin estudios pero con inducida buena voluntad, intentando “buscarse la vida” en lo que pueden o les sale. Otros encantados con la situación actual viviendo cómodamente bajo el amparo de sus padres, tíos o abuelos. Los veo jugando al fútbol en campos de césped artificial (versión “torrijera”) por las mañanas de días laborables. Van camino de la treintena sin haberse estrenados todavía laboralmente. Dicen para auto convencerse y sobre todo para convencer a su entorno: ¿Si no hay trabajo, que vamos a hacer? ¿No querrán que nos peguemos un tiro? Pero claro aparte de no trabajar tampoco estudian ni se preparan para la eventualidad de un futuro que se les presente menos negro. Son la llamada “Generación Ni-Ni-Ni”: Ni estudian; Ni trabajan; Ni puñetera falta que les hace. Algunos más listillos se meten, poco a poco, en los aparatos de los Partidos (fundamentalmente en los mayoritarios que es donde está la “tela”) y se terminan convirtiendo en Maquiavelos profesionales. Miren a nuestro alrededor y comprobarán cuanto hay de cierto en mis apreciaciones. Un país que deja a su juventud más brillante y responsable abandonada a su suerte es un país que ha fracasado estrepitosamente en sus políticas sociales. Han generado y propiciado una cohorte de “inútiles integrales” más preocupados de pasárselo bien -sin medir las futuras consecuencias- que una Generación que sepa armonizar deberes y derechos (obligaciones y diversiones). Lo vamos a pagar caro, muy caro, y me temo que el chaparrón de esta tormenta no está tan lejano en el horizonte. Lo cantaba Pablo Guerrero: “Pero tu y yo sabemos que hay señales que anuncian que la siesta se acaba y que una lluvia fuerte sin bioenzimas, claro, limpiará nuestra casa”.

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