viernes, 5 de diciembre de 2014

San Nicolás de Bari





6 de Diciembre, es el día de San Nicolás de Bari. También los españoles celebramos –o al menos deberíamos- el Día de la Constitución.  Pero dado que nuestra Carta Magna está en horas bajas y pendiente de una necesaria y profunda reforma hablaré de San Nicolás de Bari. Este santo varón nació en Patara (Turquía).  Se sabe que a la muerte de sus padres heredó una gran fortuna y la puso a disposición de los más desfavorecidos.  Falleció tal día como hoy en el año 345 y está enterrado en Bari (Italia), de allí le viene el sobrenombre de San Nicolás de Bari (por cierto nunca vivió en la localidad italiana). Su vida transcurrió entre tradiciones y leyendas que le han dado un aura de gran magnificencia en todo el orbe de la cristiandad (tiene más de dos mil templos repartidos por todo el mundo).  En Sevilla se le venera en la Iglesia que lleva su nombre y que está enclavada en el corazón de la Judería sevillana.  Para mí decir San Nicolás es retrotraerme a múltiples lecturas sentimentales.  Allí se casaron mis padres; allí fuimos bautizados mis hermanos y yo; allí vestí de niño mi primera túnica de nazarenito blanco y allí moran y reciben espiritualmente el Señor de la Salud y la Virgen de la Candelaria. Siempre hubo algo que me llamó poderosamente la atención: a pesar de la cercanía con la Iglesia de San Nicolás no conocí a nadie en el Barrio que llevara ese nombre. Entre los de la aristocracia si los había pero entre los del pan con azúcar pocos –o ninguno- respondían al nombre de Nicolás.  Por su mágico enclave y por su perfecta arquitectura interior (magníficamente restaurada) la Iglesia de San Nicolás de Bari se me antoja como una de las más importantes de la Ciudad.  Eso si, como tantas cosas en Sevilla, una perfecta desconocida para muchos sevillanos. Afortunadamente en la actualidad está abierta prácticamente a diario. Visitarla conjuntamente con Santa María la Blanca, Santa Cruz y la de Madre de Dios es un viaje cultural-sentimental que nos sitúa en lo verdaderamente eterno.  Cruzar el umbral de San Nicolás es entrar lenta y armoniosamente en los vericuetos sentimentales de la Ciudad.  Esta zona de Sevilla se mantiene en muy buen estado de conservación y se están acometiendo algunas reformas (casa de Aníbal González esquina con Conde de Ybarra entre otras) muy necesarias.  El alma sentimental y cultural de Sevilla tiene muchas lecturas y la que concierne a San Nicolás siempre debería ocupar un lugar preferente.  San Nicolás, San Nicolás de Bari.

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