viernes, 18 de noviembre de 2016

Modelo de Ciudad



Los tiempos siempre aportan nuevos conceptos que priorizan el continente en detrimento del contenido.  Estamos inmersos, en todas las modalidades, dentro de eso que pomposamente llaman “marca España” y que trata de potenciar las grandes posibilidades que nuestro país ofrece –o más bien puede ofrecer- en todos los ámbitos posibles. Algo parecido a la Coca-Cola o los vuelos de Air-France. Una marca que en definitiva debe ser conocida allende nuestras fronteras.  Estas cosas no hacen más que corroborar que estamos instalados en el disparate. En nuestro ámbito más cercano –el local- ahora lo que se lleva es dilucidar sobre nuestro “modelo de Ciudad”. ¿Qué fuimos, que somos y que queremos ser? Toda una campaña de marketing llamada a resaltar el atractivo de esta Ciudad a la que llamamos Sevilla.  Pero, a que engañarnos, aquí los modelos de Ciudad  funcionan a niveles corporativos y todos arriman el ascua a su sardina.  Los “Depositarios de las Esencias” quieren un “modelo de Ciudad cerrado y proclive a sus intereses personales. Recuerdo el pasado verano cuando estos articulistas clamaron al cielo por el cierre de “La Alicantina” y no dedicaron una sola línea para denunciar el desahucio de “La Carbonería que, a la postre, se nos configura como uno de los centros culturales claves de Sevilla (por allí han pasado grandes personalidades del mundo de las Artes y la Cultura pero, para que engañarnos, allí paraban también una parte del “rojerío” sevillano). Tienen su particular modelo de Ciudad y lo demás, para ellos, son tonterías de iluminados progresista. Se apoyan en los excelentes escritores José María Izquierdo y Joaquín Romero Murube (de tarde de tarde también se acuerdan de Antonio Núñez de Herrera y de Manuel Chaves Nogales). Evidentemente nunca citan a, los también sevillanos,  Antonio Domínguez Ortiz (Maestro de maestros de historiadores españoles) y Emilio Lledó (Premio Nacional de las Letras Españolas-2014 y Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades-2015).  Mi sueño de modelo de Ciudad es el de una donde la gente encuentre y conserve un trabajo de calidad; los niños tengan cubiertas todas sus necesidades; los servicios sanitarios y educacionales funcionen; la gente joven talentosa trabaje entre nosotros y las tradiciones y las vanguardias convivan en completa armonía. Una Ciudad  limpia, culta y ordenada donde la Historia sea un fiel reflejo del presente y un atractivo añadido para el futuro. ¿Una utopía? Posiblemente, pero lo importante de los sueños no es que se cumplan: es que se tengan.  Modelo de Ciudad para todos y no para unos pocos.


Juan Luis Franco – Viernes Día 18 de Noviembre del 2016


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