Mal vamos cuando a la estupidez le llaman Arte y a la zafiedad le llaman Humor
No es casualidad que los Gobiernos dictatoriales (tanto de Derecha como de Izquierda) tengan como su prioridad más absoluta cortar de raíz la Libertad de Expresión. Expresarse libremente es opinar sin más cortapisas que el convencimiento democrático de que tus opiniones pueden chocar con algunas distintas a las tuyas. Un Régimen dictatorial nunca va a permitir que se cuestione ni política, ni social, ni culturalmente su irracional manera de proceder. Las Dictaduras siempre tienen a escritores, periodistas, cineastas, dramaturgos y activistas como sus principales objetivos represivos. Las mordazas represivas elaboradas entre torturas, barrotes de celdas y, en no pocas ocasiones, con las vidas de los que se atreven a discrepar. En los Estados de Derecho (Democracia) el terreno donde se mueve la Libertad de Expresión siempre estuvo (y está) compuesto de arenas movedizas. Las RRSS (Redes Sociales) se han convertido en un vertedero de basura y un dispensador de veneno social y político. En aras de una falsa Libertad de Expresión se insulta, se descalifica o se agrede verbalmente a personas e instituciones indefensas. Eso si, en un gesto de cobardía lo hacen desde la comodidad del anonimato. La eterna cuestión de tirar la piedra y esconder la mano. Una Libertad de Expresión que solo sirve para insultar y envenenar la convivencia entre ideas y personas no es más que un falso elemento distorsionador político y social. Desde hace unos años los católicos y la Religión que profesan son objetos de toda clase de burlas, insultos y descalificaciones. No se trata de poder cuestionar métodos y comportamientos religiosos mediante el necesario debate (lean al gran filosofo ateo del siglo XX, Bertrand Russell) sino de atacar los símbolos religiosos. Antes que contrastar la utilidad contemporánea de los Conventos de Clausura se trata de sacar en la portada de un disco a unas monjas en bikinis. Más pronto que tarde aparecerá una asociación de Abogados Cristianos que denunciarán la afrenta. Judicialmente la denuncia terminará en alguna papelera de un juzgado pero ya tienen la publicidad gratuita que buscaban. De manera injusta y definitiva van a despejar legislativamente la diana social de los insultos y descalificaciones religiosas. Sabemos que toda el agua de esta tormenta la verterán sobre la Religión Católica. Con los musulmanes nunca se han atrevido ni se atreverán. Saben que esto ya serían palabras mayores y algunos radicales islamistas sacarían las cimitarras a pasear. Cuando el rigor duerme el sueño de los justos la Libertad de Expresión vive la realidad de los estúpidos. Son tiempos donde antes de defender nuestra necesaria libertad de poder expresarnos libremente debemos debatir democráticamente de que estamos hablando. No todo vale ni todo se puede encuadrar democráticamente. Los poderosos (dueños de los medios de difusión más importantes) nos venden la imprescindible y necesaria Libertad de Expresión omitiendo que siempre estará fabricada a su medida. Los intereses mercantilistas configurados como una araña que nos atrapa a todos y a todo. Dicen hablar en nuestro nombre sin preguntarnos siquiera que es lo que queremos. La inopia guardada en las mesitas de noche. En el país de los ciegos el tuerto….solo ve con un ojo.
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