martes, 25 de noviembre de 2025

Las Comidas de Empresas



Poco dudas albergo que una buena comida en una buena compañía es de los más grandes placeres de los que podemos disfrutar los seres humanos. Lo importante, lo verdaderamente importante, es que la compañía la elijas tú y no que te sea impuesta por una serie de convencionalismo sociales. Tener que trabajar con algunos indeseables es algo que tú no puedes cambiar salvo que te enfrentes a la nefasta posibilidad de perder tu necesario puesto de trabajo. Son otros los que contratan, son otros los que planifican y son otros los que despiden. Te dan unas tareas a desarrollar y, en algunas ocasiones, las tienes que llevar a cabo junto a gente de una catadura moral ciertamente dudosa. Trabajar consiste muchas veces en hacer de tripas corazón e intentar lidiar con unas condiciones de trabajo que en algunas ocasiones te resultan tóxicas. Elegir con quien compartes tus ratos de ocio ya es una cuestión completamente diferente. Comer y beber junto a personas por las que profesas un gran afecto se nos presenta como algo ciertamente gratificante. En las Comidas de Empresas los comensales los eligen otros y, en muchas ocasiones, tienes que asistir (aunque el cuerpo te pida lo contrario) para no dar la nota. El pronunciamiento convencional de “no señalarte”.
Reconozco que a la largo de mi larga experiencia laboral ganan por mayoría los que se pueden considerar excelentes compañeros y a los que incluso, en algunos casos, puedo considerar grandes amigos. Para organizar una comida con ellos no hacia falta que la dictaduras de los almanaques marcara nuestra vida cotidiana. Nos solíamos reunir cuando alguno de nosotros teníamos algo importante que celebrar. Luego estaban los rastreros de turno que se llevaban todo el año poniéndote zancadillas y que, en la Comida de Empresa, se mostraban como ejemplos modélicos de compañerismo y cordialidad. Un ejercicio de hipocresía que, lamentablemente, teníamos que soportar.
Las Comidas de Empresas se han extendido de una manera absoluta y ya no hay Empresa que se precie que no celebre alguna. La Hostelería es la gran beneficiaria de estos eventos gastronómicos donde, acorde con la Sociedad que nos ha tocado vivir, siempre manda lo “políticamente correcto” por encima de la sinceridad en las relaciones humanas. Se trata de potenciar por parte de los “jerarcas” de las Empresas un falso compañerismo que a la larga propicie unos mayores índices de productividad. Se te “invita” a participar en una ceremonia donde inevitablemente asistirán gente que en el día a día envilecen el noble sentido del compañerismo.
La palabra Compañero (no digamos la palabra Amigo) en la actualidad se encuentra completamente devaluada. Todo gira en torno al Carrusel de los convencionalismo sociales. He tenido la inmensa suerte de tener grandes compañeros en mi larga vida laboral y tengo la fortuna de contar a mis amigos como uno de mis grandes tesoros sentimentales. También tuve que trabajar junto a miserables de ideas perversas y sibilinas. Es la vida y no te quedaba otra que apechugar con lo que tocaba en suerte. Si al placer de la amistad o el buen compañerismo se le une una buena comida todo queda encuadrado dentro de los grandes placeres terrenales. Darle cobijo en nuestra tribu a gente que en clave machadiana va apestando la Tierra ya es otra cuestión.

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