Cada cierto tiempo, alguno de nuestros políticos locales replantea la importancia de “repatriar” los restos de don Antonio Machado Ruiz, el insigne poeta nacido un 26 de julio de 1875 en el sevillano Palacio de las Dueñas. “Mi infancia son recuerdos de una patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero…”. Hace unos días don Alfredo, nuestro Alcalde, lo planteó nuevamente, aclarando que…”más pronto que tarde habría que replantearse este asunto”. Sinceramente, como machadiano converso y confeso, me da miedo cada vez que tocan este –parece ser- tema de gran calado social y cultural de nuestra Ciudad. Si se aburren con la que está cayendo podrían hacer como el diablo. O si acaso gestionar mejor y dedicar más tiempo a solucionar los problemas de esta maltratada Ciudad. Pero nada, no hay manera. Con toda claridad lo dejo dicho un poeta que fue Premio Nobel y que nació en Moguer...”no la toques ya más, que así es la rosa”.
Antonio Machado llegó a Colliure (Francia) huyendo de la sangrienta barbarie de nuestra Guerra Civil. Estaba enfermo e invadido por la tristeza y el desconsuelo. Las circunstancias de su exilio son sobradamente conocidas y han sido ampliamente estudiadas. Llegó a este bello pueblo francés acompañado de Ana Ruiz, su madre, (que en su delirio preguntababa continuamente…¿llegaremos pronto a Sevilla?) y su hermano José y la esposa de este. Todos los biógrafos de Machado coinciden en que sin lugar a dudas, la muerte de quien escribió….”caminante no hay caminos / se hace camino al andar…..” fue como consecuencia de la pena. Sus pulmones estallaron de tanto tabaco y tanto sollozo contenido. La misma pena que tan magistralmente definió Miguel Hernández….”Tanto dolor se agrupa en mi costado / que por doler me duele hasta el aliento”. En su raido abrigo se encontró un trozo de papel doblado y escrito a lápiz, donde el poeta sevillano recordaba su niñez…”Estos días azules y este sol de la infancia”. Su muerte ocurrió un 22 de febrero de 1939. A los tres días falleció su madre. Ambos están enterrados en este bello pueblo costero francés de algo mas de 3.000 habitantes colindante con la frontera española. De hecho está situado en la llamada Cataluña francesa, en el marco incomparable de los Pirineos Orientales y dentro de la región de Languedoc-Rosellón. El esplendor y la celebridad de esta localidad nace en la epoca de los Reyes de Mallorca. Su luz atrajo a pintores como Matisse y Derain que la plasmaron con sus pinceles. Tampoco fueron ajenos a su riqueza cromática genios de la talla de Juan Gris y Picasso. También el novelista Patrick O´Brien fue un ilustre vecino de esta villa.
Pero en definitiva la fama internacional de Colliure es debida a que cobija en su cementerio los restos de don Antonio Machado Ruiz. Sitio de peregranación de machadianos de todos los confines. Los mismos que depositan amorosamente en la tumba del poeta flores, poemas y reflexiones sobre la paz, la bondad y la solidaridad. Magnifico el estado de conservación del sitio donde reposan –esperemos que para siempre- Antonio Machado y su madre.
Recomiendo fervientemente organizar una visita a esta bella localidad costera francesa. Sus estrechas callejas, sus hermosas vistas al mar, la excelente acogida de sus gentes y lo que es más importante: poder rendirle pletesía en su tumba a unos de los mejores poetas universales, y también de los mayores referentes civicos de la España del ayer, del hoy y del mañana. Hice esa inolvidable peregrinación hace muchos años y espero no rendirle cuentas al Dios de los cielos sin repitir una vez más tan gratificante odisea. Cataluña y Francia disponen de una de las redes de carreteras de las mejores de Europa, y llegar hasta Colliure en coche es una delicia para los sentidos. Haganme caso y no se arrepentirán.
¿Se deben traer los restos de Machado y su madre a Sevilla?. ¿De verdad que merece la pena sustraerle a Colliure el ser un santuario machadiano?. ¿Qué ganaría Sevilla con esta “repatriación”?. En fin espero que impere el sentido común y no nos dediquemos a “tocar la rosa”. No estaría de más mientras tanto tratar de resolver –entre otros temas- la ola de vandalismo que nos invade a los sevillanos. La misma que pinta groseramente el monumento al Faraón de Camas. Aquella que pintarraquea salvajemente un monolito dedicado a la memoria de los fusilados en las murallas de la Macarena. La que hace pintadas en las fachadas de la iglesias amenazando con nuevos bárbaros incendios. La que añora en definitiva las trincheras de los fanáticos de las dos Españas. La que ya nos anunciaba el que está enterrado en Colliure…”Españolito que vienes al mundo te guarde Dios / una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Pues eso, si añorais a don Antonio pasaos por Francia a rendirle pleitesía y mientras, velad por la grandeza y el bienestar de esta Ciudad que él tanto quería.
Antonio Machado llegó a Colliure (Francia) huyendo de la sangrienta barbarie de nuestra Guerra Civil. Estaba enfermo e invadido por la tristeza y el desconsuelo. Las circunstancias de su exilio son sobradamente conocidas y han sido ampliamente estudiadas. Llegó a este bello pueblo francés acompañado de Ana Ruiz, su madre, (que en su delirio preguntababa continuamente…¿llegaremos pronto a Sevilla?) y su hermano José y la esposa de este. Todos los biógrafos de Machado coinciden en que sin lugar a dudas, la muerte de quien escribió….”caminante no hay caminos / se hace camino al andar…..” fue como consecuencia de la pena. Sus pulmones estallaron de tanto tabaco y tanto sollozo contenido. La misma pena que tan magistralmente definió Miguel Hernández….”Tanto dolor se agrupa en mi costado / que por doler me duele hasta el aliento”. En su raido abrigo se encontró un trozo de papel doblado y escrito a lápiz, donde el poeta sevillano recordaba su niñez…”Estos días azules y este sol de la infancia”. Su muerte ocurrió un 22 de febrero de 1939. A los tres días falleció su madre. Ambos están enterrados en este bello pueblo costero francés de algo mas de 3.000 habitantes colindante con la frontera española. De hecho está situado en la llamada Cataluña francesa, en el marco incomparable de los Pirineos Orientales y dentro de la región de Languedoc-Rosellón. El esplendor y la celebridad de esta localidad nace en la epoca de los Reyes de Mallorca. Su luz atrajo a pintores como Matisse y Derain que la plasmaron con sus pinceles. Tampoco fueron ajenos a su riqueza cromática genios de la talla de Juan Gris y Picasso. También el novelista Patrick O´Brien fue un ilustre vecino de esta villa.
Pero en definitiva la fama internacional de Colliure es debida a que cobija en su cementerio los restos de don Antonio Machado Ruiz. Sitio de peregranación de machadianos de todos los confines. Los mismos que depositan amorosamente en la tumba del poeta flores, poemas y reflexiones sobre la paz, la bondad y la solidaridad. Magnifico el estado de conservación del sitio donde reposan –esperemos que para siempre- Antonio Machado y su madre.
Recomiendo fervientemente organizar una visita a esta bella localidad costera francesa. Sus estrechas callejas, sus hermosas vistas al mar, la excelente acogida de sus gentes y lo que es más importante: poder rendirle pletesía en su tumba a unos de los mejores poetas universales, y también de los mayores referentes civicos de la España del ayer, del hoy y del mañana. Hice esa inolvidable peregrinación hace muchos años y espero no rendirle cuentas al Dios de los cielos sin repitir una vez más tan gratificante odisea. Cataluña y Francia disponen de una de las redes de carreteras de las mejores de Europa, y llegar hasta Colliure en coche es una delicia para los sentidos. Haganme caso y no se arrepentirán.
¿Se deben traer los restos de Machado y su madre a Sevilla?. ¿De verdad que merece la pena sustraerle a Colliure el ser un santuario machadiano?. ¿Qué ganaría Sevilla con esta “repatriación”?. En fin espero que impere el sentido común y no nos dediquemos a “tocar la rosa”. No estaría de más mientras tanto tratar de resolver –entre otros temas- la ola de vandalismo que nos invade a los sevillanos. La misma que pinta groseramente el monumento al Faraón de Camas. Aquella que pintarraquea salvajemente un monolito dedicado a la memoria de los fusilados en las murallas de la Macarena. La que hace pintadas en las fachadas de la iglesias amenazando con nuevos bárbaros incendios. La que añora en definitiva las trincheras de los fanáticos de las dos Españas. La que ya nos anunciaba el que está enterrado en Colliure…”Españolito que vienes al mundo te guarde Dios / una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Pues eso, si añorais a don Antonio pasaos por Francia a rendirle pleitesía y mientras, velad por la grandeza y el bienestar de esta Ciudad que él tanto quería.
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