viernes, 20 de abril de 2012

El canto de la cigarra


Sigo con bastante interés la “Carrera artística” (ya un autentico “carrerón”) de Miguel Poveda. A pesar de su juventud, y de todo el camino que le queda aún por recorrer, nadie pone ya en duda que pasará con letras de oro a la Historia del mejor Flamenco. Es un grandísimo cantaor; un excelente artista (no siempre ambos conceptos caminan cogidos de la mano) y un hombre de su tiempo en el mejor sentido del término: culto, coherente y solidario. En algunas entrevistas se ha quejado con razón, y con un dejillo de amargura, del infamante trato recibido por algunos “compañeros” de profesión. Después de “arrasar” en el Festival de las Minas de la Unión en 1993 (“Lámpara Minera” y primeros premios por Cartagenera, Malagueña y Soleá) los promotores de los Festivales de Verano empezaron a interesarse por él y lo fueron, poco a poco, contratando. El “recibimiento” dispensado por algunos de los “pesos pesados” (sobre todo pesados y reiterativos en fondo y forma) del Flamenco fue ciertamente injusto e indignante. ¿Un Cantaor payo y de Badalona? ¡Hasta ahí podíamos llegar! Lo ningunearon de todas las formas posibles y pretendieron –sin conseguirlo- que se fuera por donde había venido. Pero al final solo puede cambiar el duro quien lo posee y él, Miguel Poveda, lleva en sus alforjas la Fábrica de Moneda y Timbre. Es, al día de hoy, el único Cantaor capaz de llenar el Maestranza tres días consecutivos, y encima dejar todavía a muchos aficionados sin posibilidad de ir a verlo y escucharlo. ¿Qué es el mejor en la actualidad¿ Esto ya forma parte del intimo, personal e intransferible universo estético de cada uno. Pero, lo mismo que en sus tiempos mandaba en el Flamenco, don José Tejada Martín “Niño de Marchena”, hoy lo hace don Miguel Ángel Poveda León “Niño de Badalona” (repasar los premios que ha cosechado en sus pocos años de profesional producen una cierta sensación de vértigo). El “Talón de Aquiles” del Flamenco siempre ha sido –y lo sigue siendo- un falso mundillo de inquisidores rencorosos que quieren, por interesarles, tenerlo encerrado dentro de las cuatro paredes de la “Aldea Local”. Un “Catetismo ilustrado” siempre predispuesto a ir derramando inquina por las esquinas de los pueblos andaluces. En su día no pudieron con Antonio Ruiz Soler; Antonio Gades; “La Argentinita”; Pilar López; Paco de Lucía; Vicente Escudero o el Maestro Sabicas. Aquellos que en definitiva situaron al Flamenco, en su contexto internacional, como una de las expresiones musicales más importantes de la Tierra (mucho antes de que administrativa y políticamente fuera declarado “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”). Quede tranquilo Miguel Poveda que si arrecian los “ataques” será un síntoma inequívoco del aumento de su fama cantaora. Nada nuevo bajo el sol y nada que consiga alterar a la luna en sus noches de plenilunio. Viven enmarañados en sus batallitas personales, y se consideran imprescindibles porque no les dejan pagar en algunas Peñas Flamencas. Si a estas alturas todavía no conocen el verdadero significado de la palabra Cultura, pocas esperanzas abrigamos de que algún día lo consigan.

3 comentarios:

CarlitosCano6 dijo...

Soñe un día que al cante lo llamaron libertad...

José Luis dijo...

Pero si el flamenco tiene de todo, farruca de galicia, fandango,de origen portugués, la petenera, de origen hebreo... y asi debe seguir siendo, universal. ¿De Badalona? bienvenido, Farina de Salamanca, Carmen Amaya, de BArcelona, ¿sigo? El cante debe evolucionar, de lo contrario.se hubiera quedado en Silverio o Chacón, y sin embargo, despues vinieron muchos grandes. Saludos cabales.

Juan Luis Franco dijo...

y Juanito Varea en Burriana (Castellón); don Ramón Montoya en Madrid; Antonio Gades en Elda (Alicante); el Maestro Sabicas en Pamplona....Lo que pasa es que algunos supeditan su Arte a su lugar de nacimiento o a su árbol genealógico y así les va. Gracias por vuestras visitas que en el presente "Toma de Horas" han alcanzado su cima. Algo tendrá que ver el "tirón" de Miguel Poveda. Un fraternal abrazo